La ONU ha instado a los países a actuar sin dilación para frenar las consecuencias del cambio climático. Los efectos del calentamiento se están manifestando más rápido de lo que se preveía y si no se toman medidas de inmediato puede ser demasiado tarde. Este es uno de los mensajes principales del informe Previsión Medioambiental Global (GEO-6, en inglés), presentado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en Nairobi (Kenia), donde estos días se celebra la Asamblea Medioambiental.
El crecimiento de la población, la acelerada urbanización, el aumento del consumo, la desertificación, la degradación de la tierra y el cambio climático en conjunto han creado una severa escasez de agua, dice el informe. “Si esas tendencias continúan y no se implementan soluciones que mejoren los actuales patrones de producción y consumo, si no usamos los recursos naturales de una manera sustentable, el estado del medio ambiente en todo el mundo seguirá deteriorándose. Es esencial que entendamos que el ritmo de cambio del medio ambiente depende de nosotros y de que empecemos a trabajar con la naturaleza y no en contra de ella para parar estas amenazas”, advirtió el director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, durante la presentación del informe. Steiner recalcó, sin embargo, que si se toman medidas inmediatas todavía hay tiempo para detener algunos de los peores impactos
Para Jacqueline McGlade, la encargada del departamento de Ciencia de esta agencia especializada de la ONU, lo más urgente es asegurar el acceso al agua potable. “Si no tenemos agua de buena calidad, la salud se deteriora rápidamente. Hay mucha escasez en todo el mundo, así que tenemos que encontrar este recurso y usarlo con eficiencia. Se debe regular el manejo de los desechos para que los tóxicos no contaminen el agua. Se debe llegar a una manera holística del manejo del agua”, aseguró.
El GEO-6, considerado el informe actual más completo de la materia, intenta proporcionar información científica detallada que sirva para la implementación de nuevas políticas. Consta de seis informes separados que explican los problemas específicos de las regiones en las que el PNUMA divide el planeta.
Asia Occidental u Oriente Próximo
En esta región, los problemas más críticos son la degradación de la tierra y la desertificación, que han traído consecuencias a la economía y al medio ambiente. El crecimiento de la población y los continuos conflictos y guerras han minado la capacidad de la tierra para proveer agua y comida. Los grandes desplazamientos de personas han causado mucho estrés al medio ambiente y son los propios refugiados los que más sufren los efectos. “Hay tres millones de personas desplazadas y tras ellas quedan escombros y desechos, que también contaminan el agua. No es su culpa, pero no cuentan con ninguna facilidad de los Gobiernos. Las personas en movimiento también tienen que mantenerse calientes y por ejemplo cortan árboles o queman basura. Aunque la atención debe estar en las personas, también hay efectos catastróficos de las rutas migratorias para el medio ambiente”, asegura la jefa de Ciencia del PNUMA.
América Latina y el Caribe
Las zonas urbanas y su población siguen creciendo: en 2015, el 80% de los ciudadanos de la región vivía en ciudades. Las clases medias consumen y contaminan cada vez más. Las emisiones aumentan y la calidad del aire en las urbes disminuye.
“Las tendencias de las amenazas al medio ambiente son más o menos las mismas en cuanto a deforestación, contaminación del agua y del aire de las ciudades, pero el cambio climático acelera estos problemas”, explica Diego Martino, asesor del PNUMA. Este organismo recomienda separar el crecimiento económico del consumo de recursos. “Reducir la dependencia en combustibles fósiles y diversificar las fuentes de energía es importante para la región”, dice el informe.
África
El continente es muy rico en biodiversidad. Sin embargo, su capital natural está bajo la presión de la urbanización, la industrialización y la creciente población. “La pobreza y la falta de inversiones ha acelerado el deterioro ecológico en muchas regiones, lo que ha impedido que la gente utilice los recursos naturales de forma sostenible”, dice el estudio de la ONU.
La contaminación del aire es un problema para el medio ambiente y para la salud humana. Un 90% de la población del África subsahariana está expuesta a la contaminación dentro de sus casas, al utilizar combustibles sólidos para cocinar, calentarse y alumbrar. Cada año mueren unas 600.000 personas en el continente por esta causa. Aunque la población con acceso a agua potable aumentó del 64% al 68% entre 2005 a 2012 , todavía hay muchas personas sin acceso asegurado al agua para beber. En su informe, la ONU recomienda a los Gobiernos mejorar su pobre manejo de los recursos naturales.
América del Norte (Canadá y EEUU)
Las condiciones del medio ambiente en esta región han mejorado gracias a la implementación de políticas, la recolección de información y buenas regulaciones. La calidad del aire ha aumentado debido a nuevas tendencias en tecnología. La calidad del agua es muy buena en la mayor parte de la región, aunque hay problemas de escasez. Una red de áreas protegidas y bien manejadas ayuda a conservar la diversidad biológica. A pesar del “optimismo cauteloso en la región”, que describe el informe, el cambio climático impactará cada vez más esta zona. Por ejemplo, los reportes sugieren que el calentamiento global ha aumentado la sequía entre un 15% y 20% en el estado de Tejas, donde en 2015 devastadoras inundaciones terminaron con una sequia de cinco años.
Asia y el Pacífico
El crecimiento económico sin precedentes está poniendo una fuerte presión en los ecosistemas. El crecimiento insostenible de patrones de consumo ha empeorado la calidad del aire (ocho de las 10 ciudades más contaminadas del mundo están en India y China). Además la falta de agua y la generación de basura amenazan la salud de las personas y del medio ambiente. El aumento de la demanda de energías fósiles y recursos causa la degradación del ambiente y pérdida de diversidad. Esta región tiene el 60% del total de la población mundial, con cuatro billones de personas en 2012 y se proyectan 5.08 billones para 2050.
La clase media alcanzará los 4,9 billones en 2030 y está consumiendo mucho más. Los hábitos alimenticios están cambiando. El cada vez mayor y más habitual consumo de carne está causando más presión sobre el ecosistema en la región. La deforestación avanza a pasos agigantados. El PNUMA recomienda patrones de producción y consumo más sostenibles, el uso más eficiente de los recursos y la separación del crecimiento económico de la explotación del medio ambiente, entre otros.
Europa
Los recursos naturales han sido sobreexplotados. La mala calidad del aire, el cambio climático, estilos de vida poco saludables y la desconexión entre la sociedad y el ambiente afecta cada vez más a la salud de las personas en Europa.
Aunque ha habido mejoras en algunas partes de la región, la contaminación del aire es el riesgo más grande para la población. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2012 se produjeron unas 500.000 muertes prematuras debido a este problema. Y es que más del 95% de la población urbana está expuesta a niveles de contaminación más altos de lo recomendado.
El calentamiento global podría provocar más escasez de agua. Y la reducción de agua en los ríos podría afectar la producción de electricidad.
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