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dissabte, 8 de novembre del 2014

La oportunidad política ante el cambio climático

Article publicat al diari   Público.es

Florent Marcellesi
Portavoz de EQUO – Primavera Europea en el Parlamento Europeo
Rosa Martínez y Juantxo López de Uralde
Coportavoces de EQUO

“La ciencia demuestra con una seguridad del 95% que la actividad humana es la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo XX”. Así comienza el Informe 2014 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) que acaba de publicarse. Es la acción humana la causante y la única capaz de frenar el calentamiento global.

Este documento, que debería ser lectura de cabecera de los líderes políticos mundiales, es probable que acabe en el despacho de algún técnico de segunda o tercera línea. Es también probable que tenga poco o nulo impacto en las políticas nacionales y europeas, tal y como ha venido sucediendo en anteriores ocasiones, en una inercia irresponsable de quienes gobiernan a golpe de portada, tarjeta y pelotazo.

Como señala el IPCC en este informe, de forma todavía si cabe más contundente que en anteriores ocasiones, es imprescindible actuar contra el cambio climático hoy. Y en vista de que gobiernos, instituciones internacionales y poderes financieros siguen relegando la lucha contra el cambio climático a un segundo plano, la única opción de la ciudadanía es alzar la voz y sumar poder hasta que este tema sea una prioridad en todas las agendas sociales y políticas.

Hace un mes, en la marcha de Nueva York contra el calentamiento global, centenares de miles de personas guardaron un minuto de silencio por las víctimas del cambio climático. El cambio climático es, además de un asunto ecológico clave y una cuestión de supervivencia civilizada de nuestra especie, una cuestión de justicia social.

Sequías, desertificación, pérdidas de cosechas, subida de precios de alimentos básicos… son algunas de las consecuencias directas de un cambio climático que se están cobrando ya hoy cientos de miles de vidas por todo el planeta, y está reduciendo drásticamente el bienestar de decenas de millones. Aunque no sea portada de ningún periódico, hoy sabemos que el cambio climático ya es la primera causa de los movimientos migratorios mundiales. Son, y serán, las personas que menos tienen, las que se vean obligados a abandonar su tierra y su modo de vida. Y lo que es todavía más grave, como bien lo explica el presidente del IPCC, “muchas de las personas más vulnerables al cambio climático apenas han contribuido y contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero”.

Es cierto que cada vez hay más personas conscientes del cambio climático y de la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Personas que contribuyen individualmente con cambios en su vida doméstica a reducir las emisiones, utilizando una movilidad más sostenible, a través del consumo responsable, contratando energía verde, o reduciendo el consumo de carne en su dieta, entre otras. Estas buenas prácticas, siendo imprescindibles, no son suficientes para afrontar el reto que hemos de enfrentar en estos momentos.

Necesitamos un cambio político y de políticas
Se avecinan tiempos de cambios, una nueva generación política se abre paso sobre los escombros de un pacto social roto por la miseria moral de las élites que han gobernado durante los últimos 30 años. Estamos a las puertas de un gran vuelco en el panorama político español y es el momento de conseguir que el cambio climático esté en el centro de la agenda, con compromisos concretos.
Es el momento de implementar una política profundamente transformadora, que parta de tres ejes:

1) Cambiar el modelo energético, de uno basado en la barra libre de combustibles fósiles a otro basado en el ahorro, la eficiencia y las renovables.
2) Pasar de un modelo productivista, especulativo, e intensivo en el uso de los recursos a otro que apueste por sectores bajos en consumo energético y materias primas, que genere tejido económico local y que priorice la satisfacción de las necesidades socioambientales de la mayoría.
3) Terminar con las puertas giratorias y la corrupción, es decir, con la connivencia y los conflictos de intereses entre élites políticas y económicas que sólo benefician a una minoría pudiente.

La paradoja es que estas políticas, además de reducir el impacto de la actividad humana en el medio ambiente, ayudarían a superar la crisis económica, social y ética en la que nos encontramos. Eso es, crearían millones empleos de calidad, no deslocalizables y mejorarían la calidad de vida de las personas reduciendo los niveles de contaminación. Sin embargo, a pesar de estas razones de sentido y bien común, la mayoría de los gobiernos giran la cabeza y prefieren mirar para otro lado. Están secuestrados por los intereses de las grandes multinacionales del petróleo o el gas y los grandes grupos financieros.

Pero cuando los conflictos y la pobreza en España, en Europa y en el mundo aumenten de forma exponencial por el cambio climático ¿se seguirán escudando en otras urgencias? ¿Nos dirán que hemos contaminado por encima de nuestras posibilidades? ¿Estaremos a tiempo de mandar al banquillo a los responsables de este expolio de la vida del planeta?

Gobiernos y administraciones a todos los niveles han de sentir nuestra presión y nuestro aliento: el cambio climático no se frena con promesas. Es el momento de la acción social y política responsable con el planeta que habitamos. Al igual que la Marea Blanca ha conseguido paralizar la privatización de la Sanidad en Madrid y las protestas feministas han logrado tumbar la reforma de la ley del aborto, es la hora de una marea ciudadana y política contra la inacción ante lo evidente.

Luchar contra el cambio climático está profundamente vinculado con prioridades de la sociedad como el empleo, los derechos sociales o la corrupción. Luchar contra el cambio climático es dejar atrás la vieja política. Por eso, implica cambiar el modelo energético, productivo e institucional. El cambio político que venga sólo será mejor que este que se resiste a morir, si es más democrático, justo y sostenible.

dilluns, 31 de març del 2014

El cambio climático traerá más pobreza, éxodos y violencia

Article publicat a  El País

INFORME DEL PANEL INTERNACIONAL DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Los impactos del calentamiento ya se notan en todo el mundo, alerta el último informe de la ONU

Crecerán en este siglo si no se adoptan medidas

 

 


Imagen desértica del lago Curulai, en la Amazonia brasileña, tomada por Greenpeace. / daniel beltra

Los impactos del calentamiento global ya son visibles en todos los continentes y en todos los océanos, alerta el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que dibuja un panorama futuro muy lúgubre si los líderes mundiales no actúan a tiempo. De no adoptar medidas, el texto prevé que durante este siglo aumente el desplazamiento de poblaciones, sobre todo en zonas litorales que se verán afectadas por la subida del nivel del mar, las inundaciones y la erosión de las costas. El informe también alerta sobre el descenso de las cosechas, la extinción de especies y la degradación de los ecosistemas. Y apunta incluso al riesgo de que se produzcan conflictos violentos o guerras civiles.
El IPCC, la mayor red científica del mundo dedicada a estudiar el cambio climático, desvela hoy en Yokohama (Japón) la segunda de las tres partes de su extenso informe de actualización sobre la literatura científica del calentamiento, llamado AR5. Sus centenares de autores, escogidos por Naciones Unidas, han contado con más del doble de estudios que la última vez (el AR4 es de 2007) para elaborar informes que serán clave en las negociaciones de las próximas cumbres internacionales sobre el clima. El informe del Grupo I, divulgado en septiembre pasado, concluyó que la actividad humana es la responsable del cambio climático. Ahora el Grupo II presenta su revisión sobre sus impactos, la vulnerabilidad de los territorios y las posibilidades de adaptación.

El calentamiento en Europa


Vista de las inundaciones provocadas por la crecida del Guadalquivir. / rafael tena
Menos glaciares, más sequía. El resumen para responsables políticos que presenta hoy el IPCC incluye unas tablas en las que se enumeran los impactos atribuibles al cambio climático desde el último informe de evaluación de los expertos, el llamado AR4, de 2007. En Europa, los científicos tienen claro que responden a esta causa el retroceso de los glaciares alpinos, escandinavos e islandeses o el incremento de las masas forestales quemadas en décadas recientes en Portugal y Grecia. También atribuyen al cambio climático la llegada temprana de aves migratorias desde 1970, el estancamiento de cosechas de trigo en algunos países y el cambio en la distribución de especies de peces en los mares europeos.
Erosión costera. Entre los riesgos futuros que destaca el informe está la erosión de la costa, las inundaciones de ríos y mayores restricciones de agua, sobre todo a causa de la mayor evaporación que se producirá en el sur del continente. El texto alerta también sobre los fenómenos de calor extremo, que afectarán a la salud, la productividad y el riesgo de incendio.
Los efectos del calentamiento global no son una amenaza futura e inconcreta, sino que ya pueden observarse en muchas regiones, asegura el IPCC en su resumen para los responsables políticos: fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, sequías y ciclones; cosechas menos abundantes; cambios en las precipitaciones que afectan el acceso a los recursos hídricos... Y el mundo está “mal preparado” para enfrentarse a los impactos futuros, añade la nota de prensa que lo acompaña. Un texto que se ha estado consensuando durante este fin de semana con los responsables políticos y que rebaja algunas de las previsiones incluidas en un borrador filtrado hace unos días. Estas son algunas de las alertas que lanza el informe:
Conflictos. Se prevé que el cambio climático aumente el desplazamiento de poblaciones durante el siglo XXI, especialmente en países en vías de desarrollo, señala el texto, que añade: “Indirectamente, puede incrementar el riesgo de conflictos violentos en forma de guerra civil y entre comunidades al amplificar factores instigadores de conflictos bien documentados como pobreza y perturbaciones económicas”.
Más pobreza. Los peligros relacionados con el clima “afectan directamente” a las vidas de los más pobres, porque impactan en sus medios de vida, en la reducción de las cosechas, en la destrucción de sus viviendas y, de forma indirecta, al aumentar los precios de la comida y la inseguridad alimentaria.
Costas. La previsible subida del nivel del mar durante el siglo XXI provocará inundaciones y erosión del litoral. Al mismo tiempo, las proyecciones muestran que el aumento de la población, el desarrollo económico y la mayor urbanización atraerán a más personas hacia zonas costeras, con lo que el peligro será mayor. El informe asegura que los costes de adaptación a esta realidad varían mucho entre países. En el caso de algunos en vías de desarrollo y de pequeños Estados insulares, hacer frente a los impactos y a los costes de adaptación puede suponer varios puntos porcentuales de su producto interior bruto.
Seguridad alimentaria. El calentamiento global, la subida del nivel del mar y los cambios en las precipitaciones afectarán a las tierras cultivables. Y no para bien, según el informe. En el caso de los principales cultivos (trigo, arroz y maíz), en las regiones tropicales y templadas, el texto habla de “impacto negativo” en las cosechas si la temperatura sube más de dos grados centígrados y no se toman medidas de adaptación.
Salud. El informe señala que la carga de enfermedad provocada por el cambio climático es pequeña si se compara con otras consecuencias y que no está bien cuantificada. Sin embargo, añade que ya hay evidencia de mayor mortalidad relacionada con el calor y menor con el frío en algunas zonas como resultado del calentamiento. Los cambios en la temperatura y la precipitación ya han alterado la distribución de algunas enfermedades transmitidas por el agua, añade. Los riesgos futuros incluyen problemas de salud en zonas costeras y pequeñas islas debido a la subida del nivel del mar y las inundaciones[RFC 1-5], así como en grandes poblaciones urbanas a causa de inundaciones tierra adentro. Hasta la mitad del siglo XXI, el impacto consistirá en “el agravamiento de problemas de salud ya existentes”. A más largo plazo, pero dentro del siglo, los científicos creen que empeorará la salud en regiones de países en desarrollo.
Océanos. Ya están notando los efectos del cambio climático: mayor calentamiento (provoca desplazamiento de especies marinas, como el bacalao atlántico hacia latitudes polares), acidificación y deficiencia de oxígeno.
Ecosistemas. Algunos hábitats “únicos y amenazados” ya están en peligro debido al cambio climático. Si la temperatura media sube un grado más, aumentará el riesgo de “consecuencias graves”. Con una subida de dos grados, el riesgo se ampliará a muchas especies con capacidad de adaptación limitada, especialmente en los arrecifes de coral y el Ártico. El texto alerta de que, si no se actúa, los cambios en algunos ecosistemas pueden ser “abruptos e irreversibles”.
Medio rural. El texto alerta del peligro que acecha a las zonas rurales debido al acceso insuficiente al agua potable y de riego, y del descenso de la productividad de las cosechas. Agricultores y pastores en regiones semiáridas serán los más afectados en un futuro próximo.
Acceso al agua. El informe asegura que los recursos de aguas superficiales y subterráneas renovables “se reducirán significativamente” en la mayoría de las regiones subtropicales, lo que “intensificará la competición por el agua entre sectores”