Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Suïssa. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Suïssa. Mostrar tots els missatges

dijous, 9 de març del 2017

Suiza acelera su conversión a una economía robotizada

Article publicat a El País

Un estudio indica que hasta el 50% de los empleos actuales podrían ser automatizados




Un tren tranvía de Zurich Cobra en el taller.


En un país con un desempleo de poco más del 3% los trabajadores no se inquietan (aún) demasiado por su futuro profesional. Pero Suiza acelera su conversión a una economía robotizada. La principal razón de esta estrategia no es otra que la inusitada fortaleza del franco suizo sumada a unos salarios entre los más elevados del mundo. Estos factores obligan a las empresas a abaratar costes de producción si quieren mantenerse competitivas en un mercado globalizado cada vez más arduo.
Según un estudio de la consultora Deloitte, hasta el 50% de los puestos de trabajo actuales podrían ser automatizados, comenzando por los empleos menos cualificados en sectores industriales y de manufactura, pero no solo. Dada la mayor capacidad de los algoritmos, incluso los trabajos complejos comienzan a ser reemplazables por máquinas. En el caso suizo, la única alternativa a la automatización parece ser la deslocalización, lo que conlleva serias preguntas acerca del futuro modelo social.
Un suizo que parece tener una respuesta al respecto es Xavier Oberson, profesor de la Universidad de Ginebra y especialista en cuestiones fiscales. Este reconocido experto aboga por que los robots paguen impuestos. Su argumento es que, dado que estos ocuparán cada vez más puestos en los sectores industriales, habrá una caída en los ingresos a las arcas de la seguridad social. Cobrar impuestos a estos robots será la única forma de cubrir el desequilibrio presupuestario.
El problema es que solo una política global puede ser eficaz. “Si una sola nación aplica estos principios, se verá barrida por la competencia”, analiza el fiscalista en conversación con la radio nacional. Oberson piensa que los empleos que implican creatividad, interacción humana y de servicio al cliente no corren tanto riesgo. Aunque no cree posible que los empleos perdidos por culpa de los robots puedan ser ya nunca recuperados. ¿Pero qué es un robot? “Una máquina evolutiva; capaz de ser autónoma, tomar decisiones y que aprende de su experiencia”, concluye Oberson.

dimecres, 26 d’octubre del 2016

La mitja jornada no significa relegar la dona a llocs sense responsabilitat

Dos enllaços  que ho demostren:

Home Civil Service Job share finder

Article publicat a El País

CONCILIACIÓN LABORAL

Yo comparto mi empleo y mi salario

Repartir un puesto de responsabilidad entre dos trabajadores gana adeptos en Europa

Caroline Pusey (izquierda) junto a Heather McNaughton, comparten su trabajo como directoras de personal del Ministerio de Defensa birtánico.  EL PAÍS



























Caroline Pusey dirige un departamento mastodóntico del Ministerio de Defensa británico y empieza su semana laboral como cualquier otro cargo directivo de su país, los lunes por la mañana. La diferencia es que cuando llega el miércoles, Pusey le cede el testigo a Heather McNaughton, la persona que dirigirá a sus 120 subordinados hasta el viernes. Desde hace cinco años, Pusey y McNaughton comparten su trabajo gracias a un modelo que permite ocupar puestos de responsabilidad a trabajadores que no quieren o no pueden trabajar una jornada completa. “Quiero avanzar en mi carrera profesional, pero también quiero dedicarle a mis hijos el tiempo que necesitan”, explica Pusey por teléfono desde Londres.

Esta nueva vuelta de tuerca de la economía colaborativa no deja de ganar adeptos en algunos países europeos, donde el trabajador exige cada vez más flexibilidad para poder compaginar el empleo con otras facetas de su vida o con otros trabajos. Las empresas que lo ofrecen son cada vez más conscientes de lo beneficioso que resulta contar con dos cabezas por el precio de una. Jueces, profesores de universidad, políticos, periodistas y hasta curas anglicanos son algunas de las profesiones que se han atrevido con el job sharing. Suiza, Reino Unido, Alemania o Australia son países en los que compartir el trabajo se ha convertido en una fórmula relativamente frecuente. En España, el sistema no está extendido ni etre las empresas, ni en la Administración.


“Tienen dos cabezas pensando por el precio de una. Cuando hay problemas difíciles, somos dos perfiles distintos para solucionarlos", dice una directiva

El sistema es el siguiente: dos personas se reparten las horas de un mismo puesto de trabajo en días o turnos consecutivos. Así por ejemplo un jefe como Pusey trabaja de lunes a miércoles y su compañera ocupa la misma jefatura de miércoles a viernes. La pareja de trabajadores pacta un sistema de organización y comunicaciones que se repite cada semana. En el caso de Pusey y McNaughton, los martes a última hora ambas mantienen una conversación telefónica fija de una hora. El miércoles es el día en que coinciden en la oficina y encadenan las reuniones de la semana. Y el jueves empieza el turno de McNaughton. Funcionan con una cuenta de correo conjunta, una sola mesa y un único número de teléfono fijo. Mantienen además un compromiso firme de respetar las decisiones de la otra mitad y nunca enviar órdenes contradictorias a los subordinados.
Pusey le ve muchas ventajas, también para su empleador. “Tiene dos cabezas pensando por el precio de una. Cuando hay problemas difíciles, somos dos perfiles distintos para solucionarlos. Además, cuando vuelvo el lunes a la oficina, estoy fresca y llena de energía para trabajar”. Evidentemente, su salario, de unos 95.400 euros al año se resiente de forma proporcional a las horas que deja de trabajar, pero Pusey asegura que le compensa, teniendo en cuenta lo que tendría que pagar a una persona que cuide de sus hijos esas horas sumado al precio de dejar de verlos.





No existen datos oficiales que registren esta fórmula de trabajo, que en las estadísticas se computa como empleos a tiempo parcial. Sí hay estimaciones, como las de un estudio de Robert Half, la gran multinacional de recursos humanos, que indica que un 25% de las empresas europeas ofrecen puestos para compartir. El porcentaje varía según los países. En Reino Unido alcanza el 48%, en Alemania 15%, en Holanda y en Bélgica el 23% y en Austria el 19%. España no figura en el estudio, para el que entrevistaron a 1.200 empresas de toda Europa y que se publicó en diciembre de 2014. Desde entonces, proliferan las plataformas de trabajo compartido.

La Administración británica promueve esta manera de trabajar y publica un manual en el que anima a los empleados del sector público a compartir puestos y les ayuda a presentar candidaturas conjuntas. Explica además cómo se llevan a cabo los procesos de selección, incluida la entrevista simultánea a los dos candidatos. “Compartir trabajo puede ser muy satisfactorio, pero requiere flexibilidad, confianza y buen trabajo en equipo”, concluye el manual. Tiene además una página web donde los candidatos pueden inscribirse para contactar con potenciales compañeros de puesto. El sistema también funciona en el sector privado y en profesiones con jornadas tan intensivas como el periodismo, donde por ejemplo Anushka Asthana y Heather Stewart comparten la jefatura de la sección de Política del diario británico The Guardian desde el año pasado.
Caroline Gatrell, profesora de gestión empresarial de la Universidad de Lancaster, matiza que en Reino Unido el sistema está más extendido en universidades y oficinas del Gobierno y algo menos en el sector privado. Y piensa que si no se extiende más es porque es difícil quebrar la inercia de la cultura laboral dominante. “A muchos empresarios les da miedo romper el patrón de trabajo de nueve a cinco, pero se puede trabajar de muchas maneras”.
En Alemania, el trabajo compartido también experimenta un cierto auge. “Compartir el empleo forma ya parte de la agenda política en Austria y en Alemania y no hay eventos de recursos humanos en los que no se dedique un espacio a este tema", explica por teléfono desde Berlín Jana Tepe, codirectora de Tandemploy, una empresa de recursos humanos dedicada al trabajo compartido. Asegura que en su plataforma digital hay 5.000 personas registradas en busca de pareja para trabajar, de las 40.000 que desfilan por su web cada mes.
Tepe trabajaba hace tres años en una agencia de empleo convencional cuando le llegó un currículum de dos personas que aspiraban a compartir un único puesto de trabajo. Aquello le pareció un poco marciano, pero despertó su interés, así que entrevistó a los candidatos. Para su sorpresa, tenían un plan muy detallado de cómo pensaban compartir el puesto. Aquella experiencia le animó a poner en pie Tandemploy.

Líder político a tiempo parcial

La política también ha sucumbido a los nuevos modelos laborales. Un ejemplo esJonathan Bartley, colíder del Partido Verde británico. Bartley tiene un hijo discapacitado al que quiere dedicar tiempo, pero no quiere renunciar al liderazgo del partido. “Así puedo hacer lo que me apasiona y ocuparme de mi hijo”, cuenta por teléfono. Algo parecido le sucede a Caroline Lucas, con quien comparte la dirección el partido, quien dedica la mitad de su tiempo a su distrito electoral.
Las motivaciones de Bartley son también filosóficas.“Este sistema permite a los políticos tener otras ocupaciones y estar en contacto con la vida real. Además, hace posible que gente con otras profesiones pueda participar en política”. Explica que el cambio cultural, sin embargo, lleva tiempo y que continuamente tiene que enfrentarse a la misma pregunta: ¿sí, sí, pero quién toma las decisiones en el partido? La respuesta siempre es la misma: “Los dos”. Las entrevistas las hacen juntos o por separado, según les cuadre en la agenda, e igual sucede con los mítines. “Mire, la gente necesita trabajar, pero también calidad de vida. Cuando te vayas a morir, no dirás: lamento no haber trabajado más y pasado menos tiempo con mi familia y amigos. Será más bien al revés”.
Suiza es después de Holanda, el país europeo con un mayor índice de trabajo a tiempo parcial, 36,5% de los empleos frente al 15,6% de España o el 26,85% de Alemania, según los datos que proporciona Eurostat. No es extraño que un suizo pregunte qué porcentaje trabajas, es decir, si haces la jornada completa (100%), un 80%, un 50%... Thomas Geiser, profesor de derecho laboral de la universidad de St. Gallen, en Suiza, defiende esa flexibilidad, pero no acaba de comulgar con las ventajas del job sharing, en parte porque la cultura laboral suiza ya tiene interiorizada esa manera de trabajar. “Aquí se puede tener un puesto de responsabilidad a tiempo parcial. Hay muchísima gente que trabaja al 80% o que no trabaja un día a la semana. Para un tribunal de 10 jueces, por ejemplo, elegimos 15, porque algunos de ellos trabajarán al 50%. Es algo muy frecuente”. Para Geiser, uno de los inconvenientes de compartir trabajo es que si un miembro de la pareja laboral se va, algo relativamente frecuente en contextos laborales tan fluidos, el otro tiene que buscar un nuevo compañero.
PTO, una agrupación suiza dedicada a la “optimización del tiempo parcial”, destaca en uno de sus estudios el llamado job sharing intergeneracional. Hay personas en edad de jubilarse a las que les gustaría seguir trabajando en lo suyo pero no necesariamente a jornada completa. Compartir trabajo les permite trabajar un 30%, por ejemplo, y ejercer a la vez de mentores para la persona menos veterana, que ocuparía el otro 70% del puesto.

En España, sin embargo, compartir el trabajo está muy lejos de ser una opción más del abanico laboral. La reducción de jornada relega a menudo a tareas menores a los trabajadores –mayoritariamente mujeres- que la eligen. Un portavoz del Ministerio de Trabajo explica que el trabajo compartido como tal no existe y que en cualquier caso aquí el debate es otro. “La prioridad en España es la estabilidad, que se asocia con una jornada de ocho horas. Hay que tener en cuenta que venimos de cinco años de crisis”.Apuntan sin embargo, que en 2013 salió adelante una reforma que facilita el acceso a las pensicomo consecuencia de una sentencia del Tribunal Constitucional del pasado mismo año, qu e consideraba el cómputo de horas trabajadas a tiempo parcial discriminatorio.En la CEOE no tienen constancia de que los empresarios españoles recurran al empleo compartido. La paulatina salida de la crisis podría alterar sin embargo las prioridades de buena parte de los trabajadores.
El 63,2% de los empleados a tiempo parcial en España lo son porque no encuentran un trabajo a tiempo completo, según recoge Eurostat. El resto decide voluntariamente no trabajar toda la jornada porque tiene otras necesidades o deseos. Ellos, como sus colegas del norte de Europa, probablemente también aspiran a mantener su categoría profesional y a seguir haciendo lo que saben y para lo que sirven.

dimarts, 29 de desembre del 2015

Suiza será el primer país que eliminará la creación de dinero de la nada

Article publicat a  El Blog Salmón
28/12/2015
El Gobierno federal de Suiza confirmó el pasado jueves que celebrará un referéndum para decidir si se debe prohibir a los bancos comerciales la atribución de crear dinero de la nada, con el cual se facilita la especulación financiera. Esta información la habíamos adelantado en septiembre y ahora es confirmada por The Telegraph. En un breve comunicado, el Consejo Federal del gobierno suizo señaló que se recibieron más de 110 mil firmas válidas para impulsar el referéndum.
La campaña fue liderada por el movimiento Swiss Sovereign Money, conocido como Iniciativa Vollgeld', y está destinado a limitar la creación de dinero, al exigir a los bancos privados mantener el 100% de sus reservas contra sus depósitos. "Los bancos no deben crear dinero de la nada para sí mismos, y solo podrán prestar el dinero que tienen de los ahorradores o de otros bancos", señalan en la organización.
De cumplirse esta iniciativa, Suiza sería el primer país en terminar con la creación de dinero de la nada, justamente el motor que está detrás de las crisis financieras y el hinchamiento de las burbujas especulativas.

La creación de dinero de la nada

La creación de dinero es el proceso por el cual se incrementa la oferta de dinero de un país o una región monetaria, como la zona euro. Si bien los bancos centrales pueden introducir nuevo dinero en la economía en lo que se denomina política monetaria expansiva, son los bancos comerciales los que que crean la mayor cantidad de dinero cuando generan préstamos para compras inmobiliarias, de automóviles o consumo.
Aunque mucha gente piensa lo que dice a teoría (que los préstamos se realizan con los depósitos que previamente han hecho los ahorrantes), lo cierto es que los bancos crean dinero cada vez que hacen un préstamo dado que el volumen de préstamos es muy superior a los depósitos existentes. Por eso que cada préstamo de un banco genera nuevo dinero. El optimismo en los períodos de auge lleva a la banca a expandir exponencialmente los préstamos con lo que la cantidad de dinero en la economía se dispara.
Uno de los mecanismos de expansión de la cantidad de dinero es el conocido como Sistema de Reserva Fraccionaria, donde la cantidad de dinero real (oferta de dinero) es un múltiplo bastante mayor de la Base Monetaria ofrecida por el banco central. En este caso se habla de multiplicador monetario, y está relacionado inversamente con la tasa de reservas del sistema financiero. A menor valor de la tasa de reservas, mayor es el valor del multiplicador. Si la tasa de reservas es del 20 por ciento el multiplicador es 5, multiplicándose por 5 veces la base monetaria, Si la tasa de reservas es del 5 por ciento, se multiplica por 20 veces la base monetaria. En los período previos al estallido de la crisis de 2008 se comprobó que hubo bancos cuya tasa de reservas era de 0,1 por ciento, multiplicando por mil la base monetaria.
Lo de Suiza puede ser el primer golpe serio al sistema financiero para romper la adicción a la creación de dinero. El sistema financiero se ha hecho adicto a la creación de dinero de la nada y con ello a la interminable cadena de burbujas especulativas.