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dimecres, 8 de febrer del 2017

Llegó la hora de la fiscalidad energético-ambiental

Article publicat a El País


Muchos países de nuestro entorno han aplicado ambiciosas reformas fiscales verdes desde los años noventa. España no, al margen de incursiones autonómicas recaudatorias

Los decisores políticos españoles no han sido proclives al uso de la fiscalidad ambiental, salvo en las limitadas y poco afortunadas incursiones autonómicas con objetivos puramente recaudatorios. Esto contrasta con el apoyo sin apenas fisuras que han prestado los economistas académicos a un instrumento que permite reducir la contaminación al mínimo coste y que ha llevado a muchos países de nuestro entorno a aplicar ambiciosas reformas fiscales verdes desde los años noventa. Que, por ejemplo, la imposición sobre carburantes de automoción —la partida más relevante dentro de estos tributos y con un nivel por debajo del observado en la mayoría de nuestros socios europeos— sea prácticamente la única figura fiscal que no se ha tocado (al alza) durante los últimos siete años en nuestro país, refleja ciertamente una situación anómala. Situación muy criticada por expertos españoles e instituciones internacionales desde hace años porque no olvidemos que a mayores impuestos ambientales más incentivos a contaminar menos (a nivel local y global), a desarrollar tecnologías verdes, a ahorrar energía, y a reducir nuestra dependencia energética.
El inicio de una nueva legislatura en la que la imposición ambiental aparece en buena parte de los programas políticos puede ser el momento para reflexionar qué se puede hacer en este ámbito. Quizá un primer paso sea incrementar y reajustar la fiscalidad de los carburantes de locomoción, eliminando el trato favorable que recibe un producto, el diésel, que tanto contribuye a la contaminación local de nuestras ciudades. Algo que, por otra parte, ya figura en las propuestas europeas sobre fiscalidad energética. Un segundo paso ha de llevar a aplicar el principio de que el que contamina paga a todos los productos energéticos y no solo a aquellos donde la actuación fiscal ha sido tradicionalmente intensa. Muy relevante también es estar abiertos a la innovación en el ámbito fiscal: la creciente información disponible para la administración tributaria en este campo y los cambios profundos que se están produciendo en el mundo energético aconsejan explorar nuevas figuras impositivas, desde los tributos que fomenten la rehabilitación energética de las viviendas a los imprescindibles impuestos que graven el uso real de los vehículos.
Tampoco se deben olvidar sectores no energéticos, donde la minimización del uso de recursos y la reducción del volumen de residuos pueden ser también gestionadas por la imposición ambiental. Por último, pero no por ello menos importante, es necesario pensar en términos sistémicos, es decir, en reformas fiscales que permitan reducir otros impuestos que gravan cosas positivas (como el trabajo), que fomenten el desarrollo de tecnologías verdes o que puedan ayudar a compensar a sectores en dificultades o a los pobres energéticos.
Nosotros apuntábamos ya en 2014 buena parte de estas cuestiones en el informe de Economics for Energy sobre fiscalidad energético-ambiental en España. Esperamos que los detallados cálculos económicos y distributivos que planteábamos entonces puedan servir para el tan necesario debate sobre este importante asunto.
Xavier Labandeira es Catedrático de Economía en la Universidade de Vigo, y director de Economics for Energy.

dilluns, 25 de gener del 2016

“El trabajo no dignifica, dignifica la existencia material garantizada”. Entrevista



Article publicat a  Sin Permiso

Daniel Raventós

15/01/2016
Nuria Alabao realizó esta entrevista para CTXT (Contexto y Acción). Dentro de pocas semanas, el 12 y 13 de febrero, tendrá lugar en Badalona el XV Simposio de la Red Renta Básica, co-organizado por el ayuntamiento de esta ciudad y cuya alcaldesa desde las últimas elecciones municipales Dolors Sabater, de la lista Guanyem Badalona en Comú y militante de la CUP, realizará la sesión de apertura. La entrevista que a continuación ofrecemos, realizada a pocas semanas vista del mencionado XV Simposio y que trata algunas de las cuestiones que también se debatirán allá, es una versión algo más extensa que la publicada en CTXT. SP
Daniel Raventós (Barcelona, 1958) trabaja de profesor de Economía en la universidad y es, sobre todo, un partisano de la Renta Básica Universal (RBU). Terco, lleva más de veinte años investigando, dando charlas y peleando para popularizar esa idea que ya asomó muy tímidamente en el programa electoral de Zapatero, en 2004, pero fue descartada cuando los socialistas alcanzaron el Gobierno. Podemos recuperó este sueño de cara a las elecciones europeas aunque, poco después, abrazó propuestas de subsidio más moderadas: un paso atrás que no pocos reprochan al partido de Pablo Iglesias. 
Este debate ha vuelto a la vida en tiempo de elecciones, en que se dirime públicamente qué ayudas son mejores para acabar con la pobreza o paliar las peores consecuencias de la crisis. Raventós defiende la RBU desde el Comité de Redacción de SinPermiso, la presidencia de la Red Renta Básica, el comité científico de ATTAC y la Basic Income Earth Network (BIEN) –una suerte de internacional de la RBU.
¿Qué es la Renta Básica?

Es una asignación monetaria incondicional a toda la población. Cualquier tipo de subsidio, de los que tenemos en el Reino de España, pero también en Europa, está siempre sujeto a unas condiciones: ser pobre, no llegar a determinado nivel de renta, estar en el paro… Tenemos que demostrar que estamos en una situación concreta para tener derecho a él. La RBU es como el derecho al sufragio universal allá donde existe, sin condiciones: hombre o mujer, rico o pobre, heterosexual u homosexual, religioso o ateo...
¿Qué aporta esa incondicionalidad?

Varias virtudes. No tiene casi costos de administración, o son simbólicos. Los costos de cualquier subsidio condicionado son muy grandes. Hay estudios que indican que los subsidios dedicados a la pobreza, incluso siendo eficientes, son muy costosos de gestión porque por cada euro que va a un pobre otro va a parar a la administración del sistema, porque hace falta un personal y una estructura que controle los requisitos.
Además la incondicionalidad no estigmatiza. Además evita la trampa de la pobreza. Además incrementa la libertad de gran parte de la ciudadanía…
¿Se podría dar, entonces, que el costo de administración fuese igual o incluso superior al del subsidio condicionado?

Puede darse. En cualquier caso, uno de los datos contrastables de las rentas condicionadas de todas las comunidades autónomas es el pequeño porcentaje de los receptores respecto a los que tendría que llegar. Un caso que me impresiona es el que explica en un artículo Iñaki Irrubari sobre las rentas mínimas de Euskadi; son las más generosas del Reino de España, no cabe duda. Pero después de 26 años, no han llevado a los objetivos de supresión de la pobreza marcados.
Por ello, creo que no es una buena idea trasladarlas, como pretende Podemos, al conjunto del Reino de España. Incluso para el objetivo de acabar con la pobreza es mejor la Renta Básica. Pero la RBU –y aquí podríamos aunar las razones políticas, filosóficas y técnicas– va mucho más allá que las rentas de inserción: incrementa la libertad de la mayoría de la población. Y para la mayoría de mujeres, tal como han puesto de manifiesto muchas feministas como Carole Pateman, precisamente por ser individual y no familiar, incrementaría también su libertad.
¿Por qué aumentaría nuestra libertad?

No hace falta tener mucha imaginación para entender que, si todas las personas tuvieran garantizada una asignación, estas podrían enfrentarse al mercado laboral con un poder de negociación superior: hay quienes ven en la RBU una especie de caja de resistencia, que es la única manera de aguantar largas huelgas.
Después de los cambios de discurso del 15M, ¿qué oportunidades prevé para la adopción de medidas de este tipo?

Cada vez hay más gente interesada en la RBU, de hecho el 15M ha supuesto una revitalización. Juan Ramón Rallo, un ultraneoliberal de la escuela austríaca con el que he tenido que debatir en dos ocasiones, ha escrito un libro contra la Renta Básica de 500 páginas. Yo le pregunté por qué y el me dijo: “Es una idea que está cogiendo fuerza y dentro de poco será imparable. Intento desde ya, frenarla”. De hecho, lo que me sorprende es la cantidad de gente de Podemos favorable a la Renta Básica y lo frustrada que se ha quedado por eso que han ofrecido a cambio.
¿Por qué cree que Podemos lo abandonó? ¿Es por la dificultad de defenderla públicamente, por su carga utópica?

Algunos dirigentes de Podemos me han asegurado que han abandonado la idea por un motivo político, no por ninguna razón técnica. Hay un hecho: es muy fácil hacer demagogia contra la RBU. Cuando se ha discutido en los parlamentos autonómicos, y ya dos veces en el Parlamento español, el nivel de demagogia ha sido impresionante. Algo delirante ocurrió en el Parlamento español, cuando un diputado del PNV preguntó allí: “¿Quién de ustedes trabajaría con una renta básica?”. Nadie levantó la mano. ¡Con la cantidad de pasta que tiene la inmensa mayoría de los que están allí! Demagogia de la más despreciable.
Esa es una crítica que le suelen hacer sus detractores: que mucha gente dejaría de trabajar.

La RBU no desincentiva el trabajo remunerado como pueden hacerlo quizás otros subsidios condicionados. Porque un subsidio condicionado, o la mayoría de ellos, lo pierdes cuando encuentras un empleo, e igual es un trabajo para dos meses. En cambio con la RBU claro que pagarías más impuestos a partir del euro número uno que ganas por encima de la RBU, pero en total, no pierdes.
¿Qué cree que despierta una reacción tan visceral contra la RBU?

La RBU implica que toda la gente tiene la existencia material garantizada. Evidentemente, como dicen algunos críticos, no acaba con el capitalismo, como tampoco acaba con el capitalismo un buen convenio, ni unas mejores condiciones laborales. Pero viviríamos en un capitalismo diferente al que conocemos ahora. Y eso asusta a más de uno y de dos. Esto es lo que la derecha política entiende perfectamente. La izquierda, o alguna izquierda, no. Una parte cree que el trabajo dignifica, pero lo que dignifica es tener la existencia material garantizada y no, por ejemplo, tener un trabajo de mierda mal pagado y en unas condiciones asquerosas. Habrá trabajos (empleos, más precisamente) gratificantes, pero no es la norma. Marx consideraba, siguiendo a Aristóteles, que el trabajo asalariado es “esclavitud a tiempo parcial”. Y otro tema del que hablan todos los economistas ortodoxos y heterodoxos: de aquí a veinte años no habrá “aún” pleno empleo.
¿Cómo se podría defender públicamente, entonces?

A Pablo Iglesias le decían que era imposible financiarla, pero eso se responde muy fácilmente. Se puede financiar mediante una reforma fiscal, y mediante la integración de la política fiscal con la política social. Esto es lo que hemos demostrado en un proyecto de financiación. No tocaríamos ni un céntimo de partidas fundamentales, como las de sanidad y educación. Las prestaciones inferiores a la renta básica desaparecerían, pero no las superiores: los beneficiarios de estas cantidades no ganarían ni perderían. La reforma significaría una gran redistribución de la renta de los sectores más ricos al resto de la población. Lo contrario de lo que se ha producido a lo largo de las últimas décadas, especialmente en los últimos años.
Una encuesta de Cataluña muy reciente mostró unos resultados impresionantes: un 80% de los entrevistados está a favor. Y en esta encuesta hay otras cosas interesantes. Por ejemplo, se preguntaba: “Según su situación actual, usted dejaría de trabajar si la recibiese?” Y había el doble de hombres que mujeres que con una RBU dejarían el trabajo y es un tanto por ciento en ambos casos muy pequeño.
Otra objeción “clásica” es que podría producir un desembarco de emigrantes masivo.

Los inmigrantes que vienen desde países pobres no lo hacen porque conozcan las condiciones que van a encontrar al llegar, sino porque no tienen las condiciones de existencia material garantizadas en sus países de origen. Con renta básica o sin ella, van a seguir viniendo.
¿Qué partidos la tienen en su programa?

Uno que la llevaba, y que yo sepa no ha renunciado, es Anova, en Galicia, y Bildu.
¿Todas las propuestas de renta básica son progresistas?

Una mera defensa de la renta básica, sin mencionar más –qué cantidad, cómo se va a financiar, a cambio de qué–, no está encuadrada políticamente. Yo no estaría de acuerdo en que a cambio de la RBU se socavaran servicios públicos, como la sanidad o la educación, por ejemplo. Ahora bien, que se suprimiese parte del ejército o toda la Casa Real, ahí no tendría ningún problema.
Profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de SinPermiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y respuestas) más frecuentes (El Viejo Topo, 2012).
Fuente:
http://ctxt.es/es/20160113/Politica/3689/Daniel-Ravent%C3%B3s-renta-b%C3%A1sica-universal-RBU-Podemos-PSOE-ATTAC-Econom%C3%ADa-Entrevistas-Pol%C3%ADtica.htm

“El trabajo no dignifica, dignifica la existencia material garantizada”. Entrevista



Article publicat a  Sin Permiso

Daniel Raventós

15/01/2016
Nuria Alabao realizó esta entrevista para CTXT (Contexto y Acción). Dentro de pocas semanas, el 12 y 13 de febrero, tendrá lugar en Badalona el XV Simposio de la Red Renta Básica, co-organizado por el ayuntamiento de esta ciudad y cuya alcaldesa desde las últimas elecciones municipales Dolors Sabater, de la lista Guanyem Badalona en Comú y militante de la CUP, realizará la sesión de apertura. La entrevista que a continuación ofrecemos, realizada a pocas semanas vista del mencionado XV Simposio y que trata algunas de las cuestiones que también se debatirán allá, es una versión algo más extensa que la publicada en CTXT. SP
Daniel Raventós (Barcelona, 1958) trabaja de profesor de Economía en la universidad y es, sobre todo, un partisano de la Renta Básica Universal (RBU). Terco, lleva más de veinte años investigando, dando charlas y peleando para popularizar esa idea que ya asomó muy tímidamente en el programa electoral de Zapatero, en 2004, pero fue descartada cuando los socialistas alcanzaron el Gobierno. Podemos recuperó este sueño de cara a las elecciones europeas aunque, poco después, abrazó propuestas de subsidio más moderadas: un paso atrás que no pocos reprochan al partido de Pablo Iglesias. 
Este debate ha vuelto a la vida en tiempo de elecciones, en que se dirime públicamente qué ayudas son mejores para acabar con la pobreza o paliar las peores consecuencias de la crisis. Raventós defiende la RBU desde el Comité de Redacción de SinPermiso, la presidencia de la Red Renta Básica, el comité científico de ATTAC y la Basic Income Earth Network (BIEN) –una suerte de internacional de la RBU.
¿Qué es la Renta Básica?

Es una asignación monetaria incondicional a toda la población. Cualquier tipo de subsidio, de los que tenemos en el Reino de España, pero también en Europa, está siempre sujeto a unas condiciones: ser pobre, no llegar a determinado nivel de renta, estar en el paro… Tenemos que demostrar que estamos en una situación concreta para tener derecho a él. La RBU es como el derecho al sufragio universal allá donde existe, sin condiciones: hombre o mujer, rico o pobre, heterosexual u homosexual, religioso o ateo...
¿Qué aporta esa incondicionalidad?

Varias virtudes. No tiene casi costos de administración, o son simbólicos. Los costos de cualquier subsidio condicionado son muy grandes. Hay estudios que indican que los subsidios dedicados a la pobreza, incluso siendo eficientes, son muy costosos de gestión porque por cada euro que va a un pobre otro va a parar a la administración del sistema, porque hace falta un personal y una estructura que controle los requisitos.
Además la incondicionalidad no estigmatiza. Además evita la trampa de la pobreza. Además incrementa la libertad de gran parte de la ciudadanía…
¿Se podría dar, entonces, que el costo de administración fuese igual o incluso superior al del subsidio condicionado?

Puede darse. En cualquier caso, uno de los datos contrastables de las rentas condicionadas de todas las comunidades autónomas es el pequeño porcentaje de los receptores respecto a los que tendría que llegar. Un caso que me impresiona es el que explica en un artículo Iñaki Irrubari sobre las rentas mínimas de Euskadi; son las más generosas del Reino de España, no cabe duda. Pero después de 26 años, no han llevado a los objetivos de supresión de la pobreza marcados.
Por ello, creo que no es una buena idea trasladarlas, como pretende Podemos, al conjunto del Reino de España. Incluso para el objetivo de acabar con la pobreza es mejor la Renta Básica. Pero la RBU –y aquí podríamos aunar las razones políticas, filosóficas y técnicas– va mucho más allá que las rentas de inserción: incrementa la libertad de la mayoría de la población. Y para la mayoría de mujeres, tal como han puesto de manifiesto muchas feministas como Carole Pateman, precisamente por ser individual y no familiar, incrementaría también su libertad.
¿Por qué aumentaría nuestra libertad?

No hace falta tener mucha imaginación para entender que, si todas las personas tuvieran garantizada una asignación, estas podrían enfrentarse al mercado laboral con un poder de negociación superior: hay quienes ven en la RBU una especie de caja de resistencia, que es la única manera de aguantar largas huelgas.
Después de los cambios de discurso del 15M, ¿qué oportunidades prevé para la adopción de medidas de este tipo?

Cada vez hay más gente interesada en la RBU, de hecho el 15M ha supuesto una revitalización. Juan Ramón Rallo, un ultraneoliberal de la escuela austríaca con el que he tenido que debatir en dos ocasiones, ha escrito un libro contra la Renta Básica de 500 páginas. Yo le pregunté por qué y el me dijo: “Es una idea que está cogiendo fuerza y dentro de poco será imparable. Intento desde ya, frenarla”. De hecho, lo que me sorprende es la cantidad de gente de Podemos favorable a la Renta Básica y lo frustrada que se ha quedado por eso que han ofrecido a cambio.
¿Por qué cree que Podemos lo abandonó? ¿Es por la dificultad de defenderla públicamente, por su carga utópica?

Algunos dirigentes de Podemos me han asegurado que han abandonado la idea por un motivo político, no por ninguna razón técnica. Hay un hecho: es muy fácil hacer demagogia contra la RBU. Cuando se ha discutido en los parlamentos autonómicos, y ya dos veces en el Parlamento español, el nivel de demagogia ha sido impresionante. Algo delirante ocurrió en el Parlamento español, cuando un diputado del PNV preguntó allí: “¿Quién de ustedes trabajaría con una renta básica?”. Nadie levantó la mano. ¡Con la cantidad de pasta que tiene la inmensa mayoría de los que están allí! Demagogia de la más despreciable.
Esa es una crítica que le suelen hacer sus detractores: que mucha gente dejaría de trabajar.

La RBU no desincentiva el trabajo remunerado como pueden hacerlo quizás otros subsidios condicionados. Porque un subsidio condicionado, o la mayoría de ellos, lo pierdes cuando encuentras un empleo, e igual es un trabajo para dos meses. En cambio con la RBU claro que pagarías más impuestos a partir del euro número uno que ganas por encima de la RBU, pero en total, no pierdes.
¿Qué cree que despierta una reacción tan visceral contra la RBU?

La RBU implica que toda la gente tiene la existencia material garantizada. Evidentemente, como dicen algunos críticos, no acaba con el capitalismo, como tampoco acaba con el capitalismo un buen convenio, ni unas mejores condiciones laborales. Pero viviríamos en un capitalismo diferente al que conocemos ahora. Y eso asusta a más de uno y de dos. Esto es lo que la derecha política entiende perfectamente. La izquierda, o alguna izquierda, no. Una parte cree que el trabajo dignifica, pero lo que dignifica es tener la existencia material garantizada y no, por ejemplo, tener un trabajo de mierda mal pagado y en unas condiciones asquerosas. Habrá trabajos (empleos, más precisamente) gratificantes, pero no es la norma. Marx consideraba, siguiendo a Aristóteles, que el trabajo asalariado es “esclavitud a tiempo parcial”. Y otro tema del que hablan todos los economistas ortodoxos y heterodoxos: de aquí a veinte años no habrá “aún” pleno empleo.
¿Cómo se podría defender públicamente, entonces?

A Pablo Iglesias le decían que era imposible financiarla, pero eso se responde muy fácilmente. Se puede financiar mediante una reforma fiscal, y mediante la integración de la política fiscal con la política social. Esto es lo que hemos demostrado en un proyecto de financiación. No tocaríamos ni un céntimo de partidas fundamentales, como las de sanidad y educación. Las prestaciones inferiores a la renta básica desaparecerían, pero no las superiores: los beneficiarios de estas cantidades no ganarían ni perderían. La reforma significaría una gran redistribución de la renta de los sectores más ricos al resto de la población. Lo contrario de lo que se ha producido a lo largo de las últimas décadas, especialmente en los últimos años.
Una encuesta de Cataluña muy reciente mostró unos resultados impresionantes: un 80% de los entrevistados está a favor. Y en esta encuesta hay otras cosas interesantes. Por ejemplo, se preguntaba: “Según su situación actual, usted dejaría de trabajar si la recibiese?” Y había el doble de hombres que mujeres que con una RBU dejarían el trabajo y es un tanto por ciento en ambos casos muy pequeño.
Otra objeción “clásica” es que podría producir un desembarco de emigrantes masivo.

Los inmigrantes que vienen desde países pobres no lo hacen porque conozcan las condiciones que van a encontrar al llegar, sino porque no tienen las condiciones de existencia material garantizadas en sus países de origen. Con renta básica o sin ella, van a seguir viniendo.
¿Qué partidos la tienen en su programa?

Uno que la llevaba, y que yo sepa no ha renunciado, es Anova, en Galicia, y Bildu.
¿Todas las propuestas de renta básica son progresistas?

Una mera defensa de la renta básica, sin mencionar más –qué cantidad, cómo se va a financiar, a cambio de qué–, no está encuadrada políticamente. Yo no estaría de acuerdo en que a cambio de la RBU se socavaran servicios públicos, como la sanidad o la educación, por ejemplo. Ahora bien, que se suprimiese parte del ejército o toda la Casa Real, ahí no tendría ningún problema.
Profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de SinPermiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y respuestas) más frecuentes (El Viejo Topo, 2012).
Fuente:
http://ctxt.es/es/20160113/Politica/3689/Daniel-Ravent%C3%B3s-renta-b%C3%A1sica-universal-RBU-Podemos-PSOE-ATTAC-Econom%C3%ADa-Entrevistas-Pol%C3%ADtica.htm

dilluns, 23 de novembre del 2015

Crickhowell: el pueblo de los trucos fiscales

Article publicat a El Periódico 

INGENIERÍA CONTABLE EN UNA LOCALIDAD DE GALES

Las tiendas de Crickhowell se unen para copiar a las grandes empresas y pagar sus impuestos en la Isla de Man

Buscan forzar al Gobierno a actuar contra estas prácticas

BEGOÑA ARCE / LONDRES
Lunes, 23 de noviembre del 2015
Ingeniería fiscal 8 Imagen de la localidad galesa de Crickhowell, Reino Unido.
Si las multinacionales se escaquean a la hora de pagar impuestos, ¿por qué no denunciarlo, haciéndolo nosotros también? De ese planteamiento partieron los comerciantes de la localidad galesa de Crickhowell, antes de movilizarse y pasar a la acción. Juntos se pusieron a estudiar los modelos de evasión fiscal que vienen utilizando con impunidad firmas como Amazon Google. Asesorados por expertos, decidieron copiarlos.
En el complot para trasladar los negocios del pueblo, de apenas 2.800 habitantes, a paraísos fiscales, participaron desde el dueño de la cafetería, el que vende salmón ahumado o el panadero, hasta el óptico y el librero. Una rebelión para llamar la atención y forzar al Gobierno actuar contra la evasión fiscal de las grandes corporaciones. Una protesta que está siendo filmada por las cámaras de la BBC y a la que invitan a sumarse a los pequeños comerciantes de todo el Reino Unido.

La cafetería, la panadería, la tienda de ahumados... todos se han unido a esta iniciativa

El Pueblo que fue Offshore es el título del documental que la cadena de televisión pública emitirá el próximo año. En él, los vecinos denuncian a firmas como Caffè Nero, que nació en Londres y no ha pagado el impuesto de sociedades en el Reino Unido desde el año 2008, a pesar de haber contabilizado unas ventas equivalentes a 1.400 millones de euros. Así las cosas, los comerciantes de Crickhowell, con su particular entramado casero de ingeniería contable, pusieron rumbo a la Isla de Man, el lugar precisamente donde está registrado a efectos fiscales Caffè Nero.
«Hasta ahora, los trucos tan elaborados de los paraísos fiscales, solamente estaban al alcance de las grandes compañías, que pueden permitirse los honorarios de los abogados. Pero hemos aunado nuestros esfuerzos y hemos encontrado la vía para copiarles», ha declarado Jo Carthew, a cargo de la tienda de ahumados y productos artesanos Black Mountain Smokery. «El montaje que hemos encontrado debería mostrar que los pequeños comerciantes, si se unen, pueden pagar menos impuestos imitando las estrategias que utilizan las multinacionales».
El grupo ha presentado a los inspectores de Her Majesty's Revenue and Customs (HMRC), la Hacienda británica, su plan de impuestos offshore para la aprobación. Fue «una reunión muy buena», ha contado Carthew. «Es una amenaza para el gobierno -reconoce- porque si no actúan es algo que puede hacer cada pueblo. Todo lo que hemos propuesto es legal».

LA RESPUESTA

«Examinaremos el plan», ha sido la respuesta del HMRC donde niegan la mayor: que las grandes multinacionales no paguen los impuestos que les corresponden. «Hemos repatriado decenas de millones de libras estos últimos años y nos aseguramos de que las multinacionales no burlen las reglas fiscales», afirma un portavoz.

Han presentado su plan a la Hacienda británica para obligarla a tomar decisiones

«Es una idea brillante», escribe entusiasmado Lee Willians, columnista del la publicación económica on line International Business Times. «Imaginemos un país en el que, uno por uno, todos los pueblos se instalan en paraísos fiscales. Sigamos el ejemplo de Crickhowell y movamos nuestros negocios offshore, para denunciar la evasión fiscal», agrega.
La localidad, en las laderas de las Black Mountains y cerca del Parque Nacional de Breacon Beacons, vive del turismo y sabido preservar las tiendas propias y los negocios independientes frente a las grandes cadenas. Los vecinos evitaron recientemente que un antiguo pub se transformara en un supermercado de un grupo de distribución bien conocido. En régimen de cooperativa, 180 de ellos reunieron 300.000 libras (unos 430.000 euros) y compraron el local, que va a ser transformado en viviendas y pequeños comercios.

diumenge, 4 d’octubre del 2015

Comunicat de la plataforma ecosocialista Segle XXI: Valoració de les eleccions del 27-S i propostes de canvi

Comunicat publicat al bloc de la  PLATAFORMA ECOSOCIALISTA SEGLE XXI

La Plataforma Ecosocialista segle XXI d’ICV valora de forma negativa els resultats aconseguits per la coalició CSQEP. Endemés de les raons exposades pels representats d’ICV per explicar aquests resultats tan decebedor, des de la Plataforma volem subratllar el fet que en tota la campanya no s’ha sentit parlar dels problemes econòmics ni ecològics de Catalunya. En el pla socioeconòmic els candidats de CSQEP s’han limitat a parlar de les retallades i del pla social de rescat, un discurs que per gastat no arrela. És a dir, s’han plantejat els temes que integren bàsicament el discurs de Podem. En cap moment semblava que la candidatura de CSQEP defengués els valors ecosocialistes, els històrics i els actualitzats.


Cridem a la direcció d’ICV perquè en la propera campanya electoral la identitat ecosocialista aparèixer de forma nítida, a través del nostres candidats, i suggerim, com a idees força de la campanya, les que apareixen en el pentàleg que va aprovar la Plataforma i que figura en document annex, idees que des de la plataforma anomenem “propostes ecosocialistes de segona generació”. Especialment important per a ICV és que el tema del canvi climàtic aparegui amb força a la campanya atès que el proper mes de desembre se celebra a París la cimera mundial en la que es busca un acord universal per lluitar contra el canvi climàtic.


Per últim, cridem als militants i persones interessades en aprofundir les idees ecosocialistes a integrar-se a la nostra Plataforma.
3 d’octubre de 2015

Annex 
 Pentàleg

Síntesi de la Política Econòmica Ecosocialista



1.  Proposem una economia estacionària en els països desenvolupats. Economia i ecologia són dues cares de la mateixa entitat. El model econòmic estacionari és el que equilibra els fluxos d'entrada i sortida de recursos materials i energètics i té en compte, per tant, les limitacions físiques del planeta,  l’impacte dels humans i la petjada ecològica.

2. El treball retribuït cada cop és més escàs. I amb l'escassetat deixarà progressivament de ser el factor central d'integració social. Per contra, guanyarà pes en la nostres vides la participació en les activitats pel bé comú, voluntàries,  i les reproductives. Per a que  aquesta transició es pugui  fer i distribuir de manera justa i equitativa es necessitarà d'una Renda Bàsica Universal incondicional.

3. Hem d’eliminar l’atur involuntari i les diferències de gènere tot assolint un millor repartiment del temps del treball en totes les seves expressions: remunerat o no, productiu o reproductiu.  I per això, combinarem aquesta mesura amb la implantació de la renda Bàsica Universal. El repartiment del treball i el lleure contribueixen a l’equitat de gènere i a la integració i cohesió socials.

4. Impulsarem una reforma fiscal justa amb les rendes i amb la protecció del medi ambient  per donar també centralitat a les polítiques de lluita contra el canvi climàtic i per aconseguir una societat més equitativa.

5. Defensarem la sobirania energètica i alimentària, és a dir, l'autoproducció en el nostre país del recursos que necessitem. Hem d’anar cap a un model basat exclusivament en energies netes (no contaminants), per tant sense combustibles fòssils ni nuclears. En el nou model s’ha d’estalviar l’energia, evitar els malbarataments i incentivar els processos de producció industrial i els serveis de menor consum. Si pretenem ser sostenibles, el model de producció d’energia ha de ser descentralitzat i ha d’aprofitar tots els recursos disponibles, produint prop del lloc de consum, evitant les pèrdues de transport, amb la garantia que els recursos renovables  que proporciona el planeta són amplament suficients com per abastir tota la humanitat durant milions d’anys.
 
maig de 2015

dimarts, 25 d’agost del 2015

Algunas ideas para sostener nuestro Estado de bienestar

Article publicat a Cinco Dias 

21-08-2015 22:51

La crisis económica ha cuestionado hasta qué punto nuestro Estado de bienestar resulta sostenible y se han hecho reformas encaminadas a convertirlo en un sistema puramente asistencial para aquellos que menos tienen. Sin embargo, creo que el mismo hecho de la crisis es el mejor argumento para defender no solo la necesidad moral que tenemos de las instituciones de bienestar, sino también su viabilidad en el medio plazo siempre que se hagan las modificaciones necesarias. Y digo en el medio plazo, porque las decisiones políticas están marcadas por la cita, cada cuatro años, en las urnas, y no son capaces de ver que el reforzamiento de nuestro Estado social es una tarea que solo se puede lograr en 10 o 15 años.
Nuestra economía enfrenta grandes problemas: un desempleo muy elevado con un alto componente estructural, unas tasas de pobreza y de desigualdad que han ido al alza, una cifra de pobreza infantil alarmante, un empleo cada vez más precario… Son problemas viejos que adoptan formas nuevas y que necesitan de respuestas originales, de una discusión amplia sobre esas soluciones que debe darse entre los partidos políticos, los agentes y movimientos sociales y la ciudadanía. Con la intención de contribuir a ese debate voy a apuntar algunas posibles soluciones.
Sin duda la mejor política social es la creación de empleo. Pero habría que añadir, no de cualquier tipo de empleo. Los trabajos que se están creando son precarios. Necesitamos empleo de calidad que dé a las personas los recursos suficientes para llevar una vida digna y que eso se traduzca en una mayor recaudación de impuestos. En los años de crecimiento se crearon en España cerca de ocho millones de empleos, pero la mayoría de ellos escasamente cualificados. Eso explica la rápida destrucción que se produjo cuando estalló la crisis. Para crear empleo de calidad es necesario mirar en el medio plazo qué sectores de la economía van a ser fundamentales, sectores de innovación, y ofrecer a los desempleados una formación de calidad competitiva en ellos, unir las políticas de empleo con las políticas educativas a lo largo de la vida. Esto es algo que no tendrá una respuesta inmediata, pero que en el medio plazo construirá un mercado laboral sólido. Además, sería necesario elevar el salario mínimo para evitar el triste fenómeno de la pobreza laboral. Yo apostaría por volver a un salario mínimo diferenciado por edades, menor para los jóvenes menores de 28 años que tienen dificultades para incorporarse al mercado de trabajo y mayor del que tenemos para los que tienen más edad. Y en tanto el desempleo no se redujera habría que pensar en reducir la jornada laboral, incentivando para ello a los empresarios, para así lograr un reparto del empleo y del trabajo, que no es empleo que, como sabemos, suele recaer sobre los hombros de la mujer.
Nuestro Estado de bienestar debe desarrollar políticas que den respuesta a la pobreza. Hoy, respecto a la infantil, hacen más las pensiones de los abuelos que los programas de los distintos gobiernos. Habría que ser valientes y apostar por el derecho que cada niño tiene a un ingreso universal e incondicional. ¿Por qué universal e incondicional? Porque no es un derecho que sea de los progenitores, sino que el niño es el titular, ya que no es responsable de la suerte de sus padres. Las asignaciones universales por hijo existen en algunos países de nuestro entorno, como Francia, que cuando sucesivos gobiernos han intentado convertirlas en prestaciones selectivas o focalizadas se han encontrado con una fuerte reacción por parte de la ciudadanía. También en relación con la pobreza, sería necesario ordenar nuestro sistema de garantía de ingresos fuertemente fraccionado entre prestaciones no contributivas de la seguridad social y rentas de inserción de las comunidades autónomas. Tendríamos que revisar todo el sistema no contributivo pensado para una sociedad muy distinta a la nuestra orientándolo a garantizar un ingreso a todo adulto que esté en situación de necesidad, donde los correspondientes a las Comunidades Autónomas podrían seguir existiendo pero centrados en aspectos cualitativos.
El futuro de los Estados de bienestar, que siempre se han construido sobre las clases medias, pasa por ofrecer servicios públicos universales y de calidad, no en hacerlos cada vez más focalizados. Se me podrá decir que eso supone incrementar los gastos, pero creo que el esfuerzo de focalización debe hacerse en el ámbito de los ingresos. Normalmente estos dos elementos se suelen separar como si fueran cosas distintas, como si por un lado fueran las políticas fiscales y por otra las de gasto. Un Estado de bienestar será justo y eficiente si consigue recaudar de forma progresiva y distribuir lo recaudado reduciendo las desigualdades. Nuestro Estado de bienestar, cuyo gasto en transferencias es fundamentalmente en pensiones y prestaciones de desempleo, es escasamente redistributivo. Yo apostaría por extender las prestaciones e irlas convirtiendo en universales y, al mismo tiempo, reformar nuestro sistema fiscal para revertir la situación de la creciente regresividad que se ha producido en todos los tributos: acabar con la estructura dual del IRPF; eliminar deducciones que son claramente regresivas; revisar los productos que están en los tipos reducidos del IVA para que respondan a bienes de primera necesidad; recargar el IBI (impuesto sobre bienes inmuebles) cuando se tienen varias viviendas y rebajarlo cuando se es titular de una única vivienda (y más si está sometida a deudas); luchar porque las grandes compañías paguen proporcionalmente más que lo que pagan las pymes... El Estado de bienestar es sostenible. Se trata de voluntad política y de originalidad y valentía a la hora de proponer soluciones adaptadas a un momento nuevo en el que las políticas sociales son más necesarias que nunca.

dimecres, 8 de juliol del 2015

Algunas confusiones sobre las propuestas de renta básica

Publicat a   Espacio Público
  

Lluís Torrens
Economista. Public-Private Sector Research Center del IESE
29/06/2015

Algunas confusiones sobre las propuestas de renta básica

Valga esta segunda entrada para aclarar algunas dudas o preocupaciones sobre la renta básica tal como la planteamos y a modo de respuesta de algunas entradas anteriores. La sensación es que se buscan problemas allí donde no hay mientras que se ocultan las prevenciones reales (tipo “no es posible que los vagos la cobren”) y se evita responder a los problemas de las alternativas. De todas formas nuestra propuesta no es una propuesta estática y agradecemos todas las críticas que permiten mejorarla.

a) Financiada con IRPF a tipo único no es progresivo: pues si lo juntas con una renta básica es mucho más progresivo que el actual IRPF en donde hay un mínimo que es cero y los tipos sobre los rendimientos del capital son inferiores. No obstante si se quiere poner progresividad en los tramos, nada lo impide, pero no es necesario. RB + IRPF a tipo único, de neoliberal, nada. Si no, que se lo pregunten a los neoliberales.

b) Una renta básica financiada con impuestos permitiría incluso abordar algunos tabúes intocables desde cierta izquierda, como incrementar el IVA o eliminar los tipos reducidos: bastaría incrementar la renta básica con el importe que supone el incremento de tipos. Porque tan injusto es que se suba el IVA del pan a los pobres sin compensarlos como que los ricos paguen el pan a un IVA reducido.

c) No se puede pagar: ya hemos explicado, con una muestra de 1,9 millones de declaraciones de IRPF procedentes del IEF, que se puede pagar con menos de la mitad de lo que nos separa de Europa en presión fiscal. Y a un coste similar a la propuesta sindical, pero cubriendo el 100% de los pobres, en su versión de umbral de riesgo de pobreza por unidad familiar según Eurostat.

d) Se carga el sistema de prestaciones de la Seguridad Social: la RB es una prestación que complementa la escasez de las actuales prestaciones, ganas por lo menos lo mismo o más que antes. No obstante, si es un problema no entender esto se pueden poner las prestaciones como un ingreso más imponible y añadirle la renta básica. Saldrá más caro, pero poco, porque habría que descontarle al menos la parte no contributiva actual que ya existe implícitamente en estas prestaciones. Por cierto, en Dinamarca todas las prestaciones se pagan con el IRPF y nadie se rasga las vestiduras, al contrario.

e) Es compleja de gestionar y se cobra tarde, anualmente con la declaración del IRPF. Para el 90% de la población, la declaración del IRPF se hace cada mes, en la nómina, la pensión o el subsidio, mediante el sistema de retenciones. Se puede añadir la RB fácilmente a estos pagos regulares. Y esto incluye la parte de los dependientes.

f) Obliga que todo el mundo con ingresos haga declaración de IRPF. Bienvenido sea, y acábese así con la opacidad de los excluidos o autoexcluidos de declarar en un país que cuenta con uno de los sistemas informáticos fiscales más potentes del mundo. En esto y en muchas otras cosas coincido plenamente con J.A. Herce.

g) No tiene en cuenta otras necesidades, como la dependencia. Claro, tampoco cura enfermedades ni educa a los niños. No es su función, aunque se podría incorporar fácilmente un suplemento. Nosotros solo garantizamos que no se detrae ni un euro para el resto de gastos públicos en especie.

h) No cubre todas las necesidades. Ya, pero cubre muchas más que una renta condicional: evita la estigmatización (hola: soy pobre y un inútil para encontrar trabajo), la exclusión financiera, la exclusión a la vivienda, la trampa de la pobreza, la trampa de la precariedad, la imposibilidad de emanciparse, de dejar la pareja que te maltrata o de emprender un nuevo proyecto. Todo esto tiene un común denominador que se llama más libertad.

i) No lucha por el reparto del trabajo: no se nos ocurre una manera mejor de repartir el trabajo remunerado de manera racional y sin generar trabajadores pobres que combinando el reparto con la renta básica. Todo el mundo sale ganando. Incluso generar trabajo desde el sector público sale muchísimo más rentable económicamente si se combina con una renta básica financiada con IRPF.

j) Es incomprensible que sus defensores defiendan la renta mínima. Cualquier medida que mejore las condiciones a corto plazo de la población pobre es bienvenida. Pero la renta mínima propuesta ni soluciona la pobreza de manera contundente ni genera una dinámica positiva debido a las trampas que acarrea. Y si una renta mínima quiere generar una dinámica adecuada…se convierte en una renta básica. Puestos a elegir una transición pongamos una renta básica familiar inferior al umbral de la pobreza y cubramos a los niños correctamente, pero que sea incondicional e imbricada en el IRPF, por favor. Y que no me digan que Botín también la cobra. Ahora cobra cientos de RB a través de las reducciones, mínimos y deducciones de su IRPF, y nadie se escandaliza. Con nuestra propuesta Botín pagaría más, como el 12-20% de la población más rica. El resto saldría ganando.

k) Y es ridículo compararnos con Islandia o Suecia: en los últimos 35 años estos países nunca han tenido tasas de paro por encima del 15 %, nosotros, en 24 años. Y tenemos más de 8 millones de parados reales, contando los desempleados oficiales, los que han abandonado la búsqueda y los que trabajan a tiempo parcial involuntariamente, una cifra nada nórdica y sin solución en la próxima década. Distintos problemas, distintas soluciones, sobretodo cuando las otras han fracasado.

l) Respecto a las experiencias internacionales, solo nos remitimos a los propios informes de los defensores de las rentas mínimas que nos dicen que en general más del 40 % de la población europea que la necesita no la cobra. Vamos a reinventar la rueda de algo que no funciona, ¿cuánto tiempo más y cuántas personas vamos a dejar en la pobreza?

m) Para acabar, si recuperáramos 20.000 millones de euros para gasto social, en qué los usamos: ¿en acabar con la pobreza de 9 millones y medio de personas con una renta básica familiar que permite además repartir el trabajo, generando entre 1,5 y 2 millones de puestos de trabajo, en acabar con la pobreza de 6 millones de personas mediante una renta mínima, o en volver a subir los sueldos de funcionarios, contratar más médicos y maestros, construir más escuelas y hospitales y reducir el copago de los medicamentos? Sigo sin entender por qué pudiendo acabar con todos los pobres, reduciendo el índice de Gini en hasta 10 puntos, nos tenemos que conformar con menos. Seguro que hay un motivo, pero no alcanzo a comprenderlo; quizás que se quiera seguir manteniendo una masa dócil y dependiente de no se sabe bien qué. Repito, la libertad tiene un inmenso valor.