El model de creixement insostenible i il·limitat que ens ha abocat a la crisi econòmica mundial és també la causa de la crisi ambiental en la que estem immersos. Aquest és un model antieconòmic perquè ha deixat ja de ser positiu per a nosaltres.
Els beneficis que d’ell n’obtenim no superen el perjudicis que ens comporta en forma de pèrdua irreversible d’espècies i de recursos naturals, de contaminació i degradació ecològica, de costos personals i de injustícia social.
Un robot humanoide para ensamblaje de automóviles en el Parque Tecnológico de Miramón, en San Sebastián. JAVIER LARREA
Austria, Alemania y España son, por este orden, los tres países de
los 21 que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) que más se verán afectados por la llamada "cuarta revolución industrial",
o revolución robótica. Así lo señala un estudio elaborado por este
organismo que destaca que la automatización permitirá sustituir a un 12%
de los empleados españoles. Los trabajos manuales y repetitivos serán
los que tendrán una probabilidad mayor de ser remplazados por máquinas.
Aun así, la organización subraya que el avance de la automatización será
un proceso "lento".
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La revolución robótica desembarca con fuerza en China, donde la
empresa Foxconn, el primer fabricante de móviles del mundo, ya prepara
un plan de sustitución de 60.000 empleados por robots. La automatización
conllevará una nueva remodelación industrial que afectará también a
todos los países desarrollados. Austria, Alemania y España, por este
orden, estarán entre los Estados que más sufrirán en cuanto a pérdida de
puestos de trabajo, según sostiene la OCDE en su estudio The Risk of Automation for Jobs in OECD Countries (El riesgo de la automatización en el trabajo en los países de la OCDE), publicado en mayo.
Si, de media, el 9% de los trabajadores de los países de la OCDE
"está en riesgo" por la llegada de la inteligencia artificial, drones e
impresoras 3D, en Alemania y Austria esta cuota es considerablemente
superior, consideran los expertos de la organización. En estos países,
más de un 12% de los puestos de trabajos podría desaparecer por la
cuarta revolución industrial. Una cifra mayor a la de Bélgica o
Finlandia, donde el porcentaje es del 7%. España, también cerca del 12%,
tras Austria y Alemania es el tercer país de la OCDE con mayor riesgo
de sufrir una dolorosa reconversión industrial de la mano de los robots.
Los investigadores de la organización, que realizan su trabajo
partiendo de una encuesta llevada a cabo por la propia OCDE en 2012
(“una base de datos única con microdatos sobre habilidades y
competencias”, señala el estudio), destacan que los empleos más
repetitivos —generalmente los manuales— serán los más afectados. Los
expertos comparan a Austria con Estados Unidos, para concluir que en
cuanto a penetración de la robótica incide más la reiteración de un
proceso productivo que el nivel educativo de la plantilla. En EE UU los
trabajadores están, de media, menos preparados que en Austria, pero
desempeñan tareas menos repetitivas. Por ello, es más improbable que
sean sustituidos por las máquinas.
Un proceso lento
Durante el Foro Económico Mundial de Davos
de enero ya se llegó a conclusiones parecidas. Los economistas
calcularon que de aquí a 2020 se perderán unos cinco millones de puestos
de trabajo en todo el mundo por la que se bautizó como "cuarta
revolución industrial". Con una particularidad: esta revolución tendrá
un impacto menor en las economías desarrolladas que en los mercados
emergentes, que se verán afectados por la reducción de la ventaja
competitiva de la mano de obra barata.
La capacidad de defensa del empleo depende de una doble dinámica,
sostiene la OCDE. Por un lado está la estructura productiva de los
lugares de trabajo y por el otro el grado de adaptación a las nuevas
tecnologías. Esto significa que cuánto menor es la interacción entre los
empleados, más probable será que el hombre acabe siendo reemplazado. Y
lo mismo sucede con el grado de innovación tecnológica: en los países
donde ya se apuesta por la digitalización y la innovación, será menor la probabilidad de que los trabajadores terminen siendo arrollados por el tsunami robótico.
Pese a que el estudio dibuja un panorama con muchos perdedores, la
OCDE cree que todo proceso de cambio genera nuevas oportunidades en
sectores aún desconocidos. El proceso de automatización de la sociedad
es "lento" y los trabajadores pueden adaptarse al cambio, aprovechando
que se necesitará más creatividad y talento. En este sentido, para la
OCDE, lo importante es abrir el debate y no escudarse en la visión
fatalista del "desempleo tecnológico".
Los graduados, más difíciles de reemplazar
Pese a que el grado de formación de los trabajadores de un mismo
sector no influye sobre la posible sustitución por parte de un robot,
según la OCDE en general sí que cuenta haber pasado o no por una
universidad.
Los profesionales con un máster o un doctorado tendrán una
probabilidad casi equivalente a cero de ser reemplazados por un robot.
Lo mismo ocurrirá para los que hayan cursado un grado universitario;
mientras que los trabajadores con niveles educativos de escuela primaria
o secundaria sufrirán en un 40% o 50% más la competencia de los
autómatas.
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