dimarts, 19 de juliol del 2016

Hacen falta 2,2 millones de empleos para equilibrar las pensiones

Article publicat a Cinco Dias

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MADRID
La última disposición de 8.700 millones de euros del Fondo de Reserva de las pensiones ha dejado el monto de esta hucha en poco más de 25.000 millones, frente a los casi 68.000 millones que llegó a tener antes de que los números rojos de la Seguridad Social obligaran al Gobierno a utilizarla.
Aunque el uso de este fondo es habitual desde hace cuatro años para poder abonar las pagas extras de Navidad y verano de los pensionistas, en esta ocasión han saltado las alarmas, porque la disposición ha sido la mayor hasta la fecha, pese a que las fuentes de ingresos de la Seguridad Social (el empleo y los salarios) llevan dos años recuperándose.
Entonces, ¿qué ocurre? ¿por qué el déficit de la Seguridad Social sigue creciendo pese a que hay más empleo y los salarios pactados en convenio crecen por encima del 1%? La razón por la que persiste y aumenta dicho déficit del sistema hay que buscarla, por tanto, no solo por el lado de los ingresos sino también por el de
A finales de 2007, en la antesala de la crisis, había 19,2 millones de cotizantes y se pagaban 8,3 millones de pensiones todos los meses. Aquel año, la Seguridad Social registró el mayor superávit de su historia (13.680 millones de euros).
Sin embargo, en 2013 la recesión dejó la Seguridad Social con solo 16,1 millones de ocupados (el mínimo en este periodo) tras haber perdido 3,3 millones de afiliados. Esto puso las cuentas del sistema de pensiones con un déficit de 11.541 millones de euros en 2013. Por el camino, la Seguridad Social perdió 27.000 millones de euros.
Pero los últimos dos años y medio el sistema ha recuperado 1,5 millones de cotizantes.Sin embargo, el déficit de la Seguridad Social, no ha cesado de crecer hasta los 13.592 millones de euros en 2015. Es más, los expertos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) calculan que este año superará los 16.000 millones.
Así, la creación de empleo no está siendo suficiente para paliar, con sus cotizaciones, el déficit porque el gasto crece un 3,7%, casi el triple que los ingresos (1,3%). Esto ocurre porque hoy se pagan un millón de pensiones más que al inicio de la crisis y la cuantía de las nuevas prestaciones que se dan de alta en el sistema son un 30% más caras que las de los que fallecen.
Ante este escenario de gasto, ¿cuánto empleo más haría falta para equilibar las cuentas? Si se tiene en cuenta que la base media de cotización en 2015 fueron 1.783 euros y el tipo de cotización por contigencias comunes –con el que se pagan las pensiones– es del 28,3%, se necesitarían 2,2 millones de cotizantes que aportaran unos 6.055 euros anuales al sistema en ingresos por cuotas.
Pero esta cantidad solo equilibraría un año el sistema porque en los años siguientes el gasto en pensiones seguiría creciendo; incluso cada vez a mayor ritmo a medida que vayan incorporándose a la jubilación los nacidos en el baby boom.
Esto obligará a tomar medidas de ingresos (ya se ha planteado que 24.000 millones de pensiones de viudedad y orfandad se paguen con impuestos o que suban las cotizaciones) y quizás también de gasto, con nuevos ajustes paramétricos en el cálculo de la pensión.
Para el subdirector de Fedea, Ignacio Conde-Ruiz el primer paso que deberán dar las fuerzas políticas para llevar a cabo la próxima reforma del sistema de pensiones será "informar y proporcionar una dosis de realidad a los ciudadanos" sobre la situación de envejecimiento poblacional que hace insostenible el sistema. Una vez dada esta información, debería alcanzarse, en su opinión, "un gran pacto nacional de pensiones", que decidiera qué modelo de protección social quieren los ciudadanos.
Según Conde-Ruiz se debería elegir si seguir con el actual modelo (Bismarckiano) de reparto y contributivo, en el que los trabajadores costean las pensiones de los jubilados que reciben prestaciones en función de lo que han cotizado en los últimos años de su vida laboral (25 últimos años a partir de 2022); u optar por un cambio a un sistema asistencial (Beverdigiano), en el que el Estado garantiza una pensión mínima igual para todo el mundo que debe completarse en todos los casos con pensiones privadas.
Para este experto, el actual modelo con ajustes es el más adecuado. Sin embargo, denuncia que las últimas reformas del sistema de pensiones llevadas a cabo en 2011 y 2013 "está siendo una reforma silenciosa hacia un sistema asistencial", al aumentar la base máxima y congelar la pensión máxima. De continuarse con este proceso, Conde-Ruiz calcula que en 2051 el 70% de las pensiones estarían topadas y la pensión media se reduciría hasta un 50% para los trabajadores más cualificados.


El fondo de reserva de Muface está casi vacío

El fondo de reserva de las pensiones no es el único que se está vaciando. El fondo de remanente que tiene la mutualidad de funcionarios del Estado (Muface) está a punto de agotarse.
Esta mutua se encarga de la asistencia sanitaria y el pago de prestaciones sociales como la incapacidad temporal o de riesgo de embarazo, entre otras, a los funcionarios del Estado. Pero su número de beneficiarios y su fondo de reserva no dejan de adelgazar. El remanente de tesorería de Muface, que en 2009 llegó a superar los 627 millones de euros, hoy apenas cuenta con 5,4 millones de euros, según ha advertido el sindicato de funcionarios CSIF.
El número de beneficiarios de esta mutualidad también ha bajado este año de 1,5 millones de personas por primera vez desde 1988. En concreto, Muface atiende ahora a 1.498.098 funcionarios y a sus familias.
Si bien desde 2002 el envejecimiento de la población y la congelación del empleo público han provocado la pérdida de beneficiarios de esta mutualidad.
Desde el año 2002 –cuando Muface alcanzó el máximo de 1.615.901 mutualistas– se ha ido produciendo un cambio en el tipo de beneficiario. Hasta esa fecha el número de familiares de funcionarios protegidos superaba al de funcionarios titulares de las pólizas. Sin embargo, en la actualidad hay 956.401 titulares y 541.697 familiares; casi un tercio de los beneficiarios son ya jubilados que no suelen tener hijos a cargo.
Dicho esto, CSIF reclama a las fuerzas políticas “un acuerdo que garantice la viabilidad del sistema a medio plazo”. De momento, pese a los últimos recortes de prestaciones, Muface mantiene hasta 2017 los convenios con varias aseguradoras sanitarias para la atención de los mutualistas.

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