La decisión del Gobierno de sacar otros 8.700 millones de euros del Fondo de Reserva reabre el debate sobre las cuentas de la Seguridad Social y el pago de las pensiones
"No se justifica un uso de la hucha como el que se está haciendo mientras se aprueban bonificaciones de contratos a la Seguridad Social o rebajas de impuestos", dice Carlos Bravo, de CCOO
Los bajos salarios y la precaridad laboral hacen que las nuevas cotizaciones no sirvan para reflotar las cuentas de la Seguridad Social
Un viernes, pasadas las ocho de la tarde y en
plena operación salida de las vacaciones de verano. En ese
momento anunció el Gobierno que retiraba otros 8.700 millones de euros de
la llamada 'hucha de las pensiones', el remanente que durante años se
acumuló para afrontar momentos de dificultad para el sistema de
protección social. Desde que Mariano Rajoy llegó al Ejecutivo ha
consumido más de 40.000 millones y las previsiones no son muy
halagüeñas: mientras se saca dinero de la hucha, la precariedad laboral,
las rebajas salariales y la política de bonificaciones casi masiva que
lleva a cabo el Gobierno para que las empresas contraten impiden que el
fondo de reserva se recupere.
El Ministerio de Empleo asegura que las pensiones están "totalmente
aseguradas", según dijo este lunes el secretario de Estado de Seguridad
Social, Tomás Burgos, que habló de situación "coyuntural" de déficit del
sistema. Pese a los mensajes de tranquilidad, la Seguridad Social
ahonda su déficit, y eso que el empleo encadena ya meses de subidas. Sus
números rojos no solo no mejoran, sino que empeoran. El año pasado,
cuando la economía creó medio millón de empleos, la Seguridad Social
acabó con un déficit del 1,26%. Todas las estimaciones apuntan a que
este año será igual o peor.
El economista Ignacio Conde Ruiz, que formó parte del
grupo de expertos al que el Gobierno encargó el diseño de una nueva
reforma de pensiones, lo explica así: "Es la primera vez que la
recuperación del empleo no está implicando la recuperación de las
cuentas de la Seguridad Social". ¿Por qué? Conde Ruiz señala tres
factores: la precariedad laboral, la rebaja salarial que España ha
experimentado durante la crisis, y la política de bonificaciones a la
contratación del Gobierno. "Todo eso lastra los ingresos", subraya.
Aunque el empleo se recupera, lo hace poco a poco y con condiciones y
sueldos precarios, y eso hace que las cotizaciones que aportan los
asalariados sean insuficientes para reflotar las cuentas de la Seguridad
Social. "En la medida en que los salarios son más bajos, los ingresos
del sistema y las cuentas de la Seguridad Social se resienten", explica
el secretario de Protección Social y Políticas Sociales de Comisiones
Obreras, Carlos Bravo.
Por otro lado, la política de
empleo del Gobierno se ha basado fundamentalmente en reducir y
bonificar las cuotas de los nuevos contratos. Muchos de los nuevos
contratos no pagan las cotizaciones completas que les corresponderían
porque se benefician de alguna de estas medidas. "Se está usando el
Fondo de Reserva para financiar otras políticas, como las
bonificaciones. No se justifica un uso como el que se está haciendo
mientras se hacen cosas como las rebajas de impuestos. Hay que
solucionar también la otra parte, porque con este mercado laboral es
imposible sostener las pensiones, necesitamos una vía de financiación
adicional", señala Bravo.
Las bonificaciones han
hurtado al sistema hasta 2.500 millones en un año. Para 2016, los
Presupuestos contemplan que 1.500 millones de la Seguridad Social irán
destinados a este fin.
Con unas cuentas de la
Seguridad Social en rojo, el Gobierno tira del Fondo de Reserva en dos
momentos clave del año: junio y diciembre, cuando además del pago
ordinario de las pensiones tiene que hacer frente a las pagas extra. De
hecho, el secretario de Estado de Seguridad Social ya avanzó este lunes
que el Ejecutivo volverá a recurrir a la hucha en Navidad.
41.638 millones menos
En 2011, el Fondo de Reserva tocaba su máximo: 66.815 millones de
euros. En 2012, el Ejecutivo de Rajoy cambió la ley para poder sacar más
del 3% al año de ese fondo, que era el límite establecido entonces.
Desde esa fecha, la hucha ha bajado en 41.639 millones. El remanente,
unos 25.000 millones, se agotaría de aquí a tres pagas extra, es decir, a
comienzos de 2018 ya no habría un euro en la hucha salvo que se ponga
remedio antes. Además, el cambio aprobado por el Gobierno acaba este
año: desde el 1 de enero de 2017 solo podrá sacarse de nuevo el 3% del
fondo al año.
Ese es el punto que considera
problemático Conde Ruiz, que insta a mirar más a medio y largo plazo y
no tanto a corto. La extra de las pensiones, explica, podría pagarse con
gasto en lugar de recurrir al Fondo de Reserva, "pero seguiríamos
teniendo un problema, que los ingresos no son suficientes para cubrir
los gastos del sistema". "Más que parecerme mal el uso de la hucha, me
preocupa, porque refleja la crisis laboral y fiscal que vivimos y que va
más allá de las pensiones, afecta a la desigualdad, al paro de larga
duración y puede llevar ya no solo a que usemos el Fondo de Reserva sino
a que se planteen recortes en la educación o la sanidad", dice Conde
Ruiz.
Para Carlos Bravo, el problema también es el
largo plazo e insta a tomar decisiones inmediatas. Desgrana algunas de
las propuestas del sindicato, como subir los tipos de cotización o
eliminar los topes de las bases máximas de cotización. Esas bases
máximas hacen que 25.000 millones de euros en salarios no coticen. Si lo
hicieran, dice Bravo, obtendríamos 7.500 millones de euros para el
sistema. Que los autónomos coticen sobre ingresos reales es otra de las
propuestas que mejorarían los ingresos de la Seguridad Social.
En el aire queda otra idea lanzada por sindicatos, expertos, parte de
la oposición y planteada incluso por el propio secretario de Estado de
la Seguridad Social: que las pensiones también se financien con
impuestos.
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