junio 13, 2013
La primera fase de la macro-consulta impulsada por la plataforma Ahora Tu Decides! (ATD),
en la que han participado más de 50.000 ciudadanos con aproximadamente
30.000 votaciones finalizadas, ha concluido y a la espera de los
resultados finales, ya tenemos algunos datos disponibles. En la
consulta, se preguntaba sobre diferentes cuestiones para la organización
de un cambio político, económico y social. En esta entrada analizo los
resultados de la parte económica para ver que tipo de modelo económico
se quiere construir desde los movimientos sociales. Concretamente, a los
participantes de la consulta se les preguntaba por el grado de acuerdo a
la hora de implementar diferentes medidas de política económica. La
gradación variaba desde:
Nada –> Poco –> Bastante –> Totalmente.
Para ver que medidas entrarían en un
hipotético programa de política económica surgido de la inteligencia
colectiva y la participación, categorizamos los resultados en función
del porcentaje de aceptación de los mismos tal y como muestra la Tabla
1. Asumiré que sólo las medidas que sumando los bastante y totalmente
superen el 75% de aceptación, entrarían a formar parte de dicho
programa. Adicionalmente, si el porcentaje de participantes que
consideraba que estaba totalmente de acuerdo con la propuesta no
superaba el 75% podría considerarse que hay que profundizar, debatir y
examinarla con más detalle.
Las cuestiones de economía sobre las que
se preguntaba a la ciudadanía, la distribución de la aceptación en las
categorías anteriores y la situación final de la propuesta económica se
adjuntan en la Tabla 2.
Tabla 2: Resultados de las diferentes propuestas de política económica
Nota: Los resultados mostrados están basados en la muestra del 23/05/2013 con 23mil votaciones finalizadas.
En primer lugar se puede observar como la
ciudadanía está harta de la cleptocracia institucionalizada y que ya no
tolera más daño moral. Hacer pagar a los culpables es un requisito de
justicia indispensable para seguir adelante como comunidad. Además, esto
es nítidamente observable en la valoración de las medidas de un corte
más “moral”. Si eres un político o banquero implicado en las corruptelas
que han esquilmado el país desde las cajas u otro tipo de entidad
extractiva vas a pagarlo en la cárcel y devolver lo robado. Si has
defraudado o has sido amnistiado fiscalmente más de lo mismo. Tampoco
porque profeses un credo religioso tienes porque tener un trato
especial.
Ante el drama de los 6 millones de
parados, parece obvio que las diferentes reformas laborales del PPSOE
(que mantienen la temporalidad y reducen el poder negociador del
trabajador) no sólo no sirven, sino que deben ser derogadas. Una
posibilidad para resolver esta situación podría pasar por el reparto del
empleo. Esta medida de política económica ha contado con una valoración
completamente favorable del 62% y bastante favorable del 26.75%. Está
claro que no es una medida mainstream y que existen importantes
dificultades prácticas así como cuestiones a debatir para su
implementación. ¿Hay sectores productivos en los que es más fácil de
repartir el empleo que en otros? ¿Habría que tratar de articularla por
tramos de edad para facilitar la conciliación familiar y un retiro más
sosegado? Sin embargo, los tiros van a ir por ahí.
En lo que respecta al sector público, lo
que se pretende es un sistema de innovación y conocimiento avanzados en
el que el peso de la I+D sea elevado. La nacionalización de los sectores
estratégicos junto con la I+D aplicada a la transición energética
podrían dar lugar a importantes sinergias positivas, abaratando precios,
mejorando la calidad de los servicios, eliminando el histórico sesgo
deficitario de la balanza comercial, etc. Adicionalmente, la valoración
positiva de medidas como un aumento de la progresividad fiscal y la
renta básica tienden a reforzar la idea de que el Estado actualmente no
está siendo capaz de establecer un suelo, tal y como muestra el aumento
de población cerca de los umbrales de la pobreza. Destaca también el
95’1% que a favor auditar la deuda e impagar aquellas partidas que no
hayan servido a los intereses generales de la población. Esto liberaría
recursos financieros y reduciría la carga fiscal para implementar las
medidas anteriores, lo que muestra coherencia con el conjunto de medidas
anteriores.
Un dato muy curioso es el del tamaño
ideal del sector público en la economía. Sólo un 1% considera que
debería quedarse como está. Por el contrario, la mayoría de
participantes considera que el redimensionado debería pasar por un
aumento, siguiendo un camino similar al de los países nórdicos. Las
visiones extremas en la cuestión tanto de corrientes anarcocapitalistas
(de eliminación) y comunistas (de expansión total) tienen muy poco apoyo
popular. Finalmente, parece que un porcentaje nada despreciable de
gente considera que los recursos públicos deberían gestionarse a nivel
local y no central, acorde con las tesis más federalistas
En referencia al sistema financiero la
política económica a seguir parece clara. Existe un stock de viviendas
vacío cuyo valor está siendo sostenido artificialmente a fin de evitar
la quiebra en cascada de la banca, mientras que en paralelo al ajuste de
balances, se están desahuciando y enviando a la calle a las personas.
Para revertir este sin sentido, lo racional sería legislar la dación en
pago, nacionalizar el sistema bancario y hacer de propiedad pública esas
viviendas, a las que dar uso estableciendo un sistema alquiler social
que podría tener importantes efectos positivos en la movilidad.
El punto de mayor controversia y que
quedaría fuera de este hipotético programa económico es el de la salida
del euro. Las posiciones que más apoyo tienen son las extremas, las que
están totalmente a favor de la salida del euro y totalmente en contra.
La visión negativa es que la salida del euro implica un cambio de unidad
monetaria, que se devaluaría como poco un 10% (siendo optimistas y
asumiendo que puesto que ya tenemos equilibrio en la balanza de pagos la
“neopeseta” no debería caer mucho más), haría caras las importaciones y
la deuda, generaría un cierto caos contractual, etc. La visión positiva
es que contando con un Banco Central y una moneda propia más débil, a
priori, sería posible a través de una inflación más elevada en los
periodos siguientes tanto la devaluación progresiva deuda como la
posibilidad ganar cuota de mercado internacional y adquirir recursos del
exterior, para volver a financiar el consumo interno actualmente
deprimido. Los efectos netos no parecen claros y esto queda claramente
reflejado por la valoración tan dispar sobre este tema. Sin embargo, la
crítica a cualquier opción política que no contemple la ruptura es la
misma que le hice a IU en esta entrada.
En definitiva, a la vista de los
resultados de la experiencia participativa de ATD parece que los
movimientos sociales están perfilando un plan económico de contingencia
para cuestiones inmediatas de corto plazo, así como los elementos
necesarios para visualizar un modelo y una estrategia económica de largo
plazo para el conjunto del país que resultan muy prometedores.
Seguiremos a la espera de los resultados finales y de nuevas
macroconsultas.
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