Joan Martínez Alier
l nombre de Karl
Polanyi (1884-1964) se ha ido abriendo paso con fuerza. La última
conferencia internacional sobre su obra fue en Buenos Aires, presentando
un nuevo libro, Textos escogidos de Karl Polanyi, de José Luis
Coraggio (UNGS/CLACSO, 2012), que muestra que las luchas en defensa de
las comunidades campesinas e indígenas contra el avance del capitalismo
extractivista encajan muy bien en la perspectiva de Karl Polanyi.
Él introdujo la famosa distinción entre sociedades caracterizadas por
la reciprocidad, o por la redistribución, o por mercados periféricos o
secundarios, o finalmente sociedades con un sistema generalizado de
mercado. Esta tipología permite entender la sucesiva incorporación de la
tierra al mercado, también de la madera, el agua para riego o
hidroelectricidad o los diversos minerales, del trabajo humano y
actualmente de los servicios ambientales, nuevas mercancías como la captura de carbono o los derechos de aprovechamiento de viento para aerogeneradores.
A cada etapa de la historia guiada por la expropiación de medios comunes de vida para ponerlos en el mercado, desposeyendo a sus antiguos usuarios (como ocurrió con las tierras comunales en Gran Bretaña) sigue un periodo de respuesta social a veces revolucionario (como en México en 1910) pero más frecuentemente reformista.
En su libro, La gran transformación (1944), interpretaba que entrábamos en una época definitiva de retroceso del capitalismo liberal. Profesor en la Columbia University de Nueva York tras años de penalidades, habiendo emigrado de su Austria y Hungría natales en 1933, murió en 1964 en pleno triunfo en Europa de la social democracia inspirada por Keynes y por Beveridge. No adivinó el nuevo empuje que tendría el capitalismo neoliberal con Thatcher y de Reagan en parte inspirado por su conciudadano Friedrich von Hayek (1899-1992). Karl Polanyi se había formado intelectualmente en Budapest y en Viena, en el calor del debate sobre el cálculo económico en una economía socialista iniciado en 1920 por Otto Neurath (del lado socialista y proto-ecologista) contra Von Mises y Hayek.
Próximo a la actual historia ambiental, Karl Polanyi no estudió en detalle la contaminación, pero conocía bien los daños producidos a la salud y al ambiente por la revolución industrial inglesa. Su tema principal fue la introducción de instituciones para remediar la extrema pobreza de quienes se habían quedado sin acceso a tierras y al mismo tiempo no estaban todavía incorporados al mercado proletario de trabajo. La actual crisis capitalista plantea situaciones similares de las que surgen ideas como la renta universal de ciudadanía.
Una de esas instituciones llevaba el nombre de Speenhamland, una aldea inglesa que dio nombre a un sistema de subsidio a los capitalistas para que emplearan a los pobres. Polanyi defiende esas
leyes de pobres. En España, las leyes de Largo Caballero en los primeros años de la Segunda República obligando a los grandes propietarios rurales a cuotas forzosas de empleo agrario, eran algo parecido. Mejor esto que nada aunque lo más apropiado hubiera sido una radical reforma agraria. Speenhamland mostraba que el capitalismo liberal no funciona. Los pobres a veces consiguen algún alivio mientras La gran transformación hacia el sistema general de mercado avanza con altibajos. Se produce un doble movimiento de avance y retroceso.
La economía está incrustada en instituciones sociales. La ciencia económica no debía estudiar tanto la formación de precios en los mercados como los modos de vida de las sociedades humanas y de las diversas formas de intercambio. En el artículo,
Aristóteles descubre la economía, Karl Polanyi explicó la contraposición entre la verdadera
oikonomia, el estudio del aprovisionamiento material, y la crematística como arte de estudiar los precios en los mercados. Ese ataque a la crematística es compartido con entusiasmo por los actuales economistas ecológicos.
Karl Polanyi estudió como antropólogo las sociedades basadas en la reciprocidad o la redistribución o con mercados periféricos cuyos precios apenas afectan las decisiones de producción. Estaba influido por Marcel Mauss y su Essai sur le Don (1923). Años después nació en Francia el MAUSS, movimiento anti-utilitarista en las ciencias sociales vinculado después al movimiento del decrecimiento con Serge Latouche.
El exiliado español Paco Benet fue autor de un ensayo sobre economía bereber en el impactante libro Karl Polanyi Trade and Market in the Early Empires, pero ese libro no fue traducido hasta 1976. La gran transformación aguardó cuarenta años hasta su traducción española. Sus ideas llegaron en la década de 1970 a la América andina con John Murra y su concepto de
economía verticalpara designar los intercambios entre los diversos pisos ecológicos sin que hubiera mercado generalizado ni antes ni después de la conquista europea.
ICTA-Universitat Autònoma de Barcelona.
www.ejolt.org/
www.eco2bcn.es /
www.ecologiapolitica.info
New book: Ecological Economics from the Ground Up, 2012
www.routledge.com/books/details/9781849713993
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