dimarts, 14 de juliol del 2015

Utrecht dará 1000 € al mes a sus ciudadanos a partir de 2016: la renta básica a prueba

Notícia publicada a El Confidencial

A partir de enero, algunos habitantes de la localidad holandesa recibirán entre 900 y 1.300 euros al mes para comprobar si de verdad sirve para algo o si por el contrario es perjudicial




Autor Héctor G. Barnés
12.07.2015  
Hace algo más de un año, la promesa de que Podemos implantaría una renta básica universal si llegase al poder reabrió el debate sobre esta paga que, no obstante, se remonta a muchas décadas atrás, cuando liberales como Milton Friedman lo consideraron una alternativa a la protección estatal del Estado de Bienestar. Ahora, la ciudad holandesa de Utrecht se propone llevar a cabo un experimento que resuelva las grandes preguntas sobre dicha renta, sobre todo si, como sus detractores afirman, percibir un dinero fijo garantizado provoca que sus beneficiarios se despreocupen por la búsqueda de trabajo.

El programa, que ha sido diseñado conjuntamente por el ayuntamiento de la ciudad y su universidad, se implantará a partir de enero del próximo año y examinará de qué manera cada una de las distintas rentas afecta a la vida de los que las perciben. Los 300 participantes recibirán un cheque anual con una paga de entre 900 y 1.300 euros por familia, dependiendo de su número de miembros. De todos ellos, 50 recibirán la paga completa sin que esta dependa de ningún otro factor como tener trabajo u otros ingresos. Los tres grupos restantes estarán sujetos a reglamentaciones diferentes y más exigentes. Además, existe un grupo de control que percibirá los mismos beneficios y estará sujeto a las mismas condiciones que cualquier otro ciudadano de la ciudad, como perder el derecho a percibir la paga si no encuentran trabajo.

Antes de debatir sobre si tendríamos que adoptar o no la renta básica, debemos examinar si funciona de verdad

Como recuerda un artículo publicado en The Independent, Utrecht es una de las ciudades más peculiares de Europa en cuanto a su fuerza de trabajo, ya que tiene la mayor proporción de empleados a tiempo parcial (un 46,1%) de todo el contintente. Una buena razón para ir un paso más allá y averiguar si una renta básica garantizada permite una búsqueda de empleo más libre y la flexibilización del mercado laboral, como defienden sus partidarios. En España, el porcentaje de trabajadores a tiempo parcial representó el 16,25% durante el primer trimestre del año.
Toma el dinero y… ¿corre?

Este experimento intenta averiguar a través de una aplicación temporal y limitada las posibles implicaciones a largo plazo de este tipo de renta. Como ha explicado a DeStad Utrecht Victor Everhardt, concejal de Empleo del ayuntamiento, sus datos muestran que menos del 1,5% de los beneficiarios de sus programas ha hecho mal uso del mismo, “pero antes de que todos entremos en un debate honrado sobre si tendríamos que adoptar o no la renta básica, debemos examinar primero si funciona de verdad”. Nienke Horst, una de las directoras del proyecto, explicaba a Quartz que “hay gente que dice que no van a intentar buscar trabajo, pero ya lo averiguaremos”.

Horst se muestra optimista a tal respecto, ya que reconoce que su hipótesis es que “más gente será un poco más feliz mientras sigue buscando trabajo”. Si el experimento de un año de duración funciona, es posible que la ciudad holandesa de algo más de 300.000 habitantes se convierta en la primera de toda Europa donde se implante este programa que fue finalmente descartado por Podemos.

No se trata de la primera vez que se realiza un experimento de este tipo. Como ya contamos en un artículo previo, el proyecto Mincome, llevado a cabo en Dauphin, una localidad agrícola de Canadá, proporcionó entre 1974 y 1979 una renta a sus habitantes, aunque no fue hasta hace apenas unos años que la socióloga Evelyn Forget examinó los resultados. Esta llegó a la conclusión de que no sólo la violencia doméstica, los accidentes automovilísticos y las hospitalizaciones psiquiátricas habían descendido, sino que esta renta no perjudicaba la búsqueda de empleo de los ciudadanos, que disfrutaban de una mayor libertad a la hora de elegir un trabajo u otro.

Otras localidades como Nijmegen, Wageningen, Tilburgo y Groningen están esperando permisos de La Haya para poner en marcha sus propios programas

Sin embargo, el experimento planteado en Utrecht es muy diferente al de Dauphin, como explica la propia Forget. “Lo que pierdes al limitar el programa a los actuales beneficiarios de las ayudas es la posibilidad de hacer la vida mejor para los trabajadores pobres, la gente que obtiene sueldos bajos por trabajos que a veces se cuelan entre las grietas del sistema existente”, ha explicado en Quartz. En el experimento llevado a cabo en Canadá, todos los ciudadanos recibieron la paga independientemente de su situación laboral. “Cuando tienes un programa con más libertad, la gente tiene el poder de aceptar la responsabilidad por sus propias decisiones y, creo, los resultados serán beneficiosos”. Este proyecto puede extenderse pronto a otras localidades como Nijmegen, Wageningen, Tilburgo y Groningen, que se encuentran en conversaciones con el ayuntamiento de Utrecht y que están esperando permisos de La Haya para poner en marcha sus propios programas de renta básica.

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