Jaume Botey Vallès
Sin
lugar a dudas, la encíclica Laudato sí ha concitado de
momento un consenso y adhesión pocas veces visto en anteriores
documentos del Vaticano. Decimos de momento porque los responsables
del caos medioambiental actual, perfectamente identificados en el
documento, puede que no se den por enterados, pueden reaccionar con
fuerza o plantear dudas a la argumentación del Papa. En cualquier
caso, bienvenida.
Pero
de entrada parece necesario situar el papel de Vaticano en relación
con el tema de la ecología. Mucho antes ya del lejano
pronunciamiento del Club de Roma “Los límites al crecimiento” de
1972, la comunidad científica internacional investiga sobre esta
cuestión. Miles de centros, institutos, universidades, etc... —entre
ellos el mismo mientrastanto— se han preocupado del
tema y sus investigaciones han tenido una clara repercusión en la
conciencia mundial. Entre otras hay que tener presentes las
innumerables conferencias internacionales de organismos políticos de
los más diversos niveles, desde Río-92 a los acuerdos de Kyoto. A
muchos profesionales podría parecerles una actitud
instrumentalizadora señalar como finalmente importante la
intervención del papa para justificar el interés por el tema. Ahora
que el Vaticano ha tomado esta iniciativa, convertir al papa en
inesperado protagonista del tema ecológico sería una falta de
respeto.
1.
El contenido
Se
trata de un duro alegato que señala con severidad la gravedad de los
problemas: “La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez
más en un depósito de basura” (n.21). “Basta mirar la realidad
con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa
común” (n.61). En esta parte incorpora los datos más consistentes
referentes al cambio climático (n.20-22), la cuestión del agua
(n.27-31), la erosión de la biodiversidad (n.32-42), el deterioro de
la calidad de la vida humana y la degradación de la vida social
(n.43-47), denuncia la alta tasa de iniquidad planetaria, que afecta
a todos los ámbitos de la vida (n.48-52), siendo los pobres las
principales víctimas (n. 48).
Reconoce:
“Nunca habíamos maltratado y lastimado a nuestra casa común como
en los dos últimos siglos” (n.53). Frente a esta ofensiva humana
contra la madre Tierra que muchos científicos han denunciado como la
inauguración de una nueva era geológica —el antropoceno—
lamenta la debilidad de los poderes de este mundo que, engañados,
“piensan que todo puede continuar como está” como coartada para
“mantener sus hábitos autodestructivos” (n.59) con “un
comportamiento que parece suicida” (n.55).
Reconoce
la diversidad de opiniones (n.60-61) y que “no hay una única vía
de solución” (n.60). Así y todo “es cierto que el sistema
mundial es insostenible desde diversos puntos de vista porque hemos
dejado de pensar en los fines de la acción humana (n.61) y nos
perdemos en la construcción de medios destinados a la acumulación
ilimitada a costa de la injusticia ecológica (degradación de los
ecosistemas) y de la injusticia social (empobrecimiento de las
poblaciones).
2.
Método
Sin
embargo, por lo dicho anteriormente, la importancia del documento y
la repercusión que ha tenido no dependen tanto del contenido como de
su procedencia, el Vaticano y el papa Francisco.
Dado
que han pasado ya algunos días desde su publicación y los lectores
de mientras tanto están acostumbrados ya al planteamiento
ecológico, en este breve comentario voy a poner el acento, por su
novedad como documento vaticano, en otros aspectos, en concreto en el
método escogido por los redactores.
a.
Desde la perspectiva de los pobres
Esta
opción de método tiñe y condiciona todo el contenido. No habla
desde la situación acomodada del Norte o de los intereses de las
corporaciones mercantiles o desde las estructuras del sistema o de la
necesidad que los pobres acepten el sistema como mal menor. El punto
de partida, repetido hasta la saciedad en todos los capítulos, es
“escuchar tanto el clamor de la tierra como el de los pobres”
(n.49). Así cuando habla de la contaminación (20), del
calentamiento global (23 y 51), de los migrantes y refugiados
ambientales (25), del acceso al agua (28), de la biodiversidad etc.,
etc.
Se
trata de un punto de partida insólito en los documentos vaticanos.
En todo discurso o investigación la epistemología escogida, como
unas gafas, condiciona el color de lo que vemos, el contenido.
También aquí.
b.
Desde la perspectiva de la ciencia
Parte
del diálogo con la ciencia y de la lectura de los hechos. No parte,
como la mayoría de documentos vaticanos, del “depósito” de la
fe, de otros “dogmas”, de la “revelación” o de la
“tradición”, sino de lo contingente, del intercambio científico
que se va construyendo y de la observación de la realidad. El papa,
simplemente, asume las conclusiones a las que ha llegado la comunidad
científica. Incluso en algunos párrafos hay algunas precisiones de
carácter técnico insólitas en un documento vaticano que expresan
que ha habido muchas manos en su redacción.
Pero
definitivamente se trata también de una nueva manera de “construir”
teología a la que el vaticano no nos tenía acostumbrados. Esto da a
la encíclica un tono de voluntad de “caminar juntos” con toda la
humanidad en la búsqueda de la felicidad humana que le confieren el
carácter de verosimilitud y honradez que su publicación ha
despertado.
3.
Consecuencias
a.
Desmontar paradigmas
Habiendo
escogido la perspectiva de los pobres y esta manera de “construir”
teología desde abajo, la consecuencia no podía ser otra que la
condena sin paliativos —desde la ética y desde la fe— del
sistema que fabrica pobres.
Hasta
hace bien poco, la Doctrina Social de la Iglesia en general suponía
la aceptación o legitimación moral del capitalismo como sistema, a
pesar de que había que corregir algunos excesos.
La
Laudato sí, al revés, condena la estructura y los valores
que configuran el sistema. No sólo los excesos sino su misma esencia
y los paradigmas culturales difundidos por la modernidad: la
posibilidad y bondad del crecimiento indefinido, la posibilidad de
convertirlo “todo” en mercancía o la “cosificación” incluso
en las relaciones humanas tanto laborales como afectivas, la
tecnociencia como demiurgo capaz de resolverlo todo, la cultura
moderna que ha despejado la cancha para intervenir la creación sin
escrúpulos y la cultura posmoderna del usar y tirar como modo de
vida individualista y egoísta.
b.
Condena las estructuras
No
ahorra palabras para denunciar a los culpables. Dirige las
acusaciones contra los grandes poderes económicos y políticos, y la
tecnocracia de que se sirven, para obtener las máximas ganancias con
los menores costos posibles. Estos mismos poderes, sean corporaciones
o países, son quienes le bajan el perfil al peligro del caos
ecológico o esperan que algún día la ciencia y la economía
encuentren la solución que siempre dicen que se ha encontrado para
que el progreso continúe. Es una misma la lógica explotadora que ha
generado el daño ecológico y la pobreza. Interroga a fondo.
En
definitiva, es el documento más “antisistema” producido por el
vaticano.
4.
Propuestas
a.
Ecología integral
En
una conferencia en l’Hospitalet con ocasión de la inauguración
del curso escolar 1983-1984 bajo el título “Algunos atisbos
político-ecológicos de Marx”, Manolo Sacristán abordó el tema
de “Ecología integral”. Personalmente estuve implicado en la
gestión de la conferencia a través de Juliana Joaniquet y Giulia
Adinolfi. Ante el comienzo de los planteamientos ecológicos fue
Manolo Sacristán quien propuso el tema y el título. No estábamos
acostumbrados ni al término “ecología integral” ni a la
consideración del conflicto social como conflicto ecológico. En el
texto Sacristán sostenía que en el planteamiento ecológico no
deben tenerse presentes sólo los aspectos relacionados con la
naturaleza o su destrucción —polución, vertidos, destrucción de
la biosfera etc.— sino también el conflicto humano y social tal y
como lo había descrito Marx, las múltiples formas de depredación
del trabajo, la adulteración de la alimentación, la salud, la
vivienda insana, la aglomeración en las grandes ciudades, el
problema demográfico. Ecología supone también ecología humana,
ecología del trabajo, ecología urbana, etc., y en el texto ponía
múltiples ejemplos del pensamiento de Marx.
Sorprende
cómo más de treinta años después el papa asume el término
“Ecología integral” como eje central de su propuesta y, sobre
todo en el capítulo IV, se habla también de ecología del trabajo,
ambiental, de la ciudad, de la vida cotidiana, del bien común.
b.
Cambio de modelo de vida
En
sus conclusiones Sacristán afirmaba el necesario cambio de modelo de
vida hacia una mayor austeridad. Es necesario un cambio de
estructuras pero es también necesario un cambio de modelos de vida:
”si la persona humana quiere destruir su casa, o es ignorante o es
estúpido”, “si la naturaleza de la especie humana es tal que la
mueve a destruir su hábitat, peor para ella…”, lo mismo que con
tanta frecuencia repetía Ramon Margalef, nuestro gran ecólogo:
“evitem ser tant imbècils que fem malbé la pròpia casa”. Se
trata de la misma conclusión en la que la encíclica abunda en los
dos últimos capítulos.
5.
Deficiencias
La
ausencia de temas-clave en el debate actual sobre la ecología, por
ejemplo:
-
el agotamiento de los recursos fósiles y su repercusión en la
crisis energética.
-
el problema demográfico o del crecimiento exponencial de la
población como amenaza seria del equilibrio entre naturaleza y
biosfera.
-
el mismo concepto de “decrecimiento”, como propuesta aun en
ocasiones controvertida por sus múltiples acepciones.
-
el concepto de democracia política y sus exigencias de participación
desde la base.
Sabemos
que el itinerario del texto ha sido tortuoso y objeto de múltiples
presiones. ¿Será que estos temas han “caído” por las presiones
de los poderes fácticos (p.e., de las multinacionales de la energía,
o de los propios dicasterios del vaticano ante las resistencia que
despierta siempre del tema de la natalidad)?.
En
cualquier caso es obvio que la encíclica es un avance y es de
esperar que tenga sus repercusiones en las próximas cumbres sobre
medioambiente, especialmente en la de principios de diciembre en
París.
30/6/2015
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada