Este ingeniero lidera la recuperación de montes comunales en Soria desde 2007
Esta labor, que ha dirigido desde la Asociación Forestal de Soria, le ha granjeado, además de resultados —desde 2007 se han constituido 47 juntas gestoras de montes con 15.000 participantes en toda España—, múltiples reconocimientos y satisfacciones. Con un café cortado entre las manos, Medrano recuerda el abrazo emocionado de una vecina, agradecida por haber unido en torno al proyecto a un pequeño pueblo enfrentado. “Decimos que la sábana hace magia”, comenta en referencia a la enorme hoja de papel, con la que pide fotografiarse, y en la que vienen detallados los compradores originales de los montes y las generaciones de herederos.
Pero no todo han sido mieles. Reconoce haber lidiado con recelos iniciales sobre las verdaderas intenciones para intentar recuperar la gestión de esos montes.
“Por suerte se ha recibido muy bien esa instrucción de que no se reparten dividendos”, explica. Así, en el pueblo de su abuelo, La Póveda (Soria, 112 habitantes), ahora utilizan el acebo de la tala para hacer centros de Navidad y los beneficios se reinvierten en el monte, donde también quieren explotar el pastizal, las colmenas, huertos o aprovechar el turismo micológico.
En los últimos días, este ingeniero de montes apenas ha podido atender al grillo que suena intermitentemente en su móvil. Una de las mayores redes de emprendedores sociales innovadores, Ashoka, le acaba de entregar en Madrid un premio por encontrar esa nueva fórmula de relación con el medio rural.
“Han sido unos días muy intensos”, reconoce agradecido. Encontrar a quienes compraron aquellos montes a finales del XIX —hay entre 1,5 y 2 millones de hectáreas comunales en toda España— es una carrera de fondo. El proyecto se ha hecho realidad en Soria, León, Asturias o Guadalajara, y está en vías en Zaragoza, Teruel, Segovia, Ávila o Cáceres. Siguen rastreando escrituras y nombres, pero también intentan cerrar el círculo. “Hay mucha gente que nos dice que volvería al pueblo, pero te mentiría si te dijera que ya se han venido (...) Los jóvenes todavía no han visto en el monte una oportunidad de futuro”.
Ahora quieren promover cursos para enseñar, por ejemplo, cómo llevar un negocio de apicultura o cómo se hace el carboneo. “Si piensas en ir a trabajar a un lugar quieres saber de qué puestos dispones”, dice. Y para presentar esa oferta no hay tiempo que perder. “El abandono rural, en muchos casos, requiere una intervención urgente, y somos la última generación con conciencia rural”.
Medrano espera que la nueva Ley de Montes, que prepara el Gobierno, solucione la posibilidad de recuperar la propiedad o se integren fórmulas de disfrute de los vecinos. “Las Administraciones han de asumir que con un coste muy pequeño se produce un retorno social tremendo. Merece la pena invertir en estructuración de la propiedad forestal”, anima
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