Publicat a la secció "Cartas al director " del diari El País
Diego Asensio Rodrigo
Galapagar, Madrid
El auge de la industria automovilística en los EEUU provocó
la creación de numerosas megalópolis en el Medio Oeste norteamericano,
uno de los ejemplos más llamativos es la ciudad de Detroit. Después de
la década de los cincuenta hubo un gran retroceso en la industria,
debido en gran parte a la externalización de muchas de las empresas y a
una mayor competencia en el sector.
Es lógico pensar que la ciudad de Detroit ya no está preparada para mantener las infraestructuras creadas para una megalópolis. Las soluciones planteadas han sido recortar los servicios urbanos de la ciudad. Esto ha provocado un aumento del éxodo de la población de Detroit y de su capital, ya que ha hecho de Detroit una ciudad hostil para vivir.
Detroit es la viva imagen del destino que tienen las sociedades que se basan en un crecimiento exponencial en que lo único importante es el “crecimiento” como hecho en sí, pero nunca se evalúa cuál es la dirección de ese crecimiento. En este mundo globalizado, se observa con envidia al continente, país, ciudad o pueblo que crece por encima de la media, y se toma como referencia para nuestros futuros planteamientos el dogma “el que más crece será el más fuerte”.
Entre las ruinas de Detroit, existe un grito silencioso que alerta al mundo sobre cuál no es el camino a seguir. Mientras, la naturaleza y una nueva generación de jóvenes luchan por dar esplendor a una nueva ciudad.—
Diego Asensio Rodrigo.
Es lógico pensar que la ciudad de Detroit ya no está preparada para mantener las infraestructuras creadas para una megalópolis. Las soluciones planteadas han sido recortar los servicios urbanos de la ciudad. Esto ha provocado un aumento del éxodo de la población de Detroit y de su capital, ya que ha hecho de Detroit una ciudad hostil para vivir.
Detroit es la viva imagen del destino que tienen las sociedades que se basan en un crecimiento exponencial en que lo único importante es el “crecimiento” como hecho en sí, pero nunca se evalúa cuál es la dirección de ese crecimiento. En este mundo globalizado, se observa con envidia al continente, país, ciudad o pueblo que crece por encima de la media, y se toma como referencia para nuestros futuros planteamientos el dogma “el que más crece será el más fuerte”.
Entre las ruinas de Detroit, existe un grito silencioso que alerta al mundo sobre cuál no es el camino a seguir. Mientras, la naturaleza y una nueva generación de jóvenes luchan por dar esplendor a una nueva ciudad.—
Diego Asensio Rodrigo.
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