¿España bajo supervisión? Respuesta de Olli Rehn al apócrifo Plan Nacional de Reformas.
El gobierno entregó a Bruselas el Programa de Estabilidad 2013-2016 (http://www.lamoncloa.gob.es/NR/rdonlyres/EFC55817-6964-4425-BB57-B263B2351558/234921/ActualizacinProgramaEstabilidad201316ECONOMA.pdf) y quizá, más importante, el Plan Nacional de Reformas (http://www.lamoncloa.gob.es/NR/rdonlyres/29B5272B-EC30-478C-80F2-B29D675CD4E7/0/PNREspa%C3%B1a2013.pdf).
Lo insólito es que fuera aprobado el 26 de abril en el Consejo de
Ministros, se remita inmediatamente a la Comisión Europea y, sin
embargo, sigua siendo totalmente desconocido e ignorado, no solo por los
ciudadanos, también agentes económicos y el estamento político.
Nos hemos enterado de su existencia, no tras la rueda de prensa en que la Comisión Europea anunciaba que daba todo su respaldo al Plan de Mariano Rajoy; sino tras el anuncio de Olli Rehn, contradiciendo lo dicho tres días antes, de que se aplicará a España, como ya alertó el 10 de abril de esta año (COM(2013) 199 final), el mecanismo de “vigilancia” contemplado en el reglamento 1176/2011, a saber, el Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómico .
Consolidación fiscal versus crecimiento.
Europa acordó, en el consejo de marzo de 2005, para relanzar la Agenda de Lisboa, que cada estado presentase su respectivo Plan Nacional de Reformas. Tras el consejo de julio 2010 dichos planes deben de incorporar la Estrategia Europea 2020 –supone marcar el camino de los hitos de 2020 y 2030, sin olvidar, la hoja de ruta (Roadmap) hacia el 2050 o los acuerdos en cambio climático a largo plazo –a alcanzar en la cumbre de 2015. Toda unas Agenda para el Cambio.
Hace un año la Comisión Europea, en un dictamen, ya señaló los defectos y omisiones que contenía el Plan Nacional de Reformas presentado por el gobierno. Me centraré en tres omisiones: (i) normas ineficientes para fijar precios sectores regulados, (ii) subsidios y desgravaciones, (iii) e impuesto. ¿Qué pide? “Un sistema tributario compatible con los esfuerzos de saneamiento fiscal y más favorable al crecimiento, especialmente reorientando la presión fiscal desde el trabajo hacia el consumo y actividades perjudiciales para el medio ambiente” (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/csr2012_spain_es.pdf)
¿Qué hace el gobierno? Ha aumentado el IVA, que hunde el consumo, incrementa el IRPF, que grava el empleo, en cambio, se niega a aumentar impuestos ambientales, o suprimir desgravaciones -excepto para la vivienda. ¿Es posible abordar los desequilibrios fiscales y, a su vez, evitar que estas medidas no tengan un fuerte impacto sobre el crecimiento?
Crecimiento requiere reactiva, con otra política, la demanda interna.
Basta leer atentamente el estudio prospectivo anual sobre el crecimiento 2012 de la Comisión Europea (COM(2012) 750 -de 28 Noviembre 2012), para darse cuenta que sí. La consolidación fiscal debería de abordarse evitando incidir negativamente sobre el crecimiento en el corto plazo, atendiendo al “factor multiplicador”, con una política fiscal diferente, que evite que el ajuste tenga impactos negativos sobre el crecimiento. ¿Qué propone? “Aumentar la presión fiscal sobre bases impositivas menos perjudiciales sobre el crecimiento y generación de empleo”. (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/ags2013_es.pdf).
No defienden la austeridad a ultranza. Crítica duramente el grave error de aumentar el impuesto sobre personas físicas o IVA, teniendo margen para aumentar impuestos sobre bases menos perjudiciales al crecimiento económico -como son los impuestos ecológicos. La presión fiscal sobre el empleo es la más elevada y los impuestos ambientales los más bajos.
Un impuestos sobre la energía incentiva aumentar la eficiencia, mejora la competitividad, estimula la inversión, propicia la generación de empleo, reduce la dependencia exterior, mejora balances, reduce los tipos de interés, la prima de riesgo y mejora la competitividad. ¿Qué reclama? “Reducir sustancialmente la presión fiscal sobre el trabajo… gravar consumo y el patrimonio o los impuestos ambientales”.
La propia Agencia Europea de Medio Ambiente (SPN12/01 de septiembre de 2012) mostraba el potencial que tiene, en un seminario organizado en el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el potencial de del desarrollo de impuestos ecológicos. Hasta anteayer seguíamos una doctrina equivocada de factor multiplicador –reducir gasto, no aumentar impuesto, cuando la demanda privada está hundida.
Supervisión versus rescate.
Tras el anunció de Bruselas la reacción fue: España no va a necesitar, en dos años, hacer más reformas. Olli Rehn amenaza con supervisar el BOE, poner al gobierno bajo vigilancia. Está encerrado en la lógica del ajuste, aumentar ingresos y reducir gastos; ciego para percibir dónde exactamente se producen los desequilibrios macroeconómicos. Si Bruselas pide más sacrificios él no dudará sacrificar el país.
La crisis de los 90, Europa entendió que el medio ambiente, en lugar de un coste, era un indicador de competitividad –aún el barril petróleo estaba a 12 dólares. Se fraguó la Agenda de 2000. Una década después el barril de petróleo se ha multiplicado por diez. Las exportaciones europeas ya no cubren el coste de importar recursos energéticos. El desequilibrio macroeconómico residen en el coste de la energía.
Lo que es una oportunidad para el cambio, en el Plan Nacional de Reformas es el gran ignorado: la energía. Luis de Guindos expone sus recetas económicas con desparpajo: 56.000 millones de recortes, un esfuerzo atroz de consolidación fiscal -equiparable al de Grecia-, la mayor deducción del déficit de la UE (6,98% PIB), una mayor reestructuración del sector financiero (86%), sacrificios servidos a un único objetivo, la mejora de la competitiva. Por la vía cruel de reducción de costes laborales. Se permite mostrar sus éxitos en el indicador del incremento de las exportaciones; alcanzan el 33% PIB, frente 28% de Francia o el 23% de España en 2009 (http://www.lamoncloa.gob.es/docs/refc/pdf/refc20130426e_6.pdf).
No es que haya bajado el agua en los camarotes de tercera, donde viajan los cerdos, como se refieren a los países del sur; es que el agua ha entrado en los camarotes de primera: Francia y Alemania están en recesión. España crece gracias a los países de América Latina; eso que se critican a Argentina “crece gracias al viento de cola”. Crece las economías de países que, tras probar las recetas amargas del FMI, en los 90, optaron por políticas opuestas.
Sacrificio o aprovechar el viento de cola.
Que la demanda interna se hunda, que el paro alcance niveles insoportables, que las estructuras sociales se debiliten, que aumente los suicidios, la destrucción ambiental, deterioro social no aparecen en los gráficos. Son si acaso sacrificios para recuperar la confianza de los mercados. Nadie puede decir que no sabía lo que pasaba, los graves desequilibrios, lo absurdo es que prefieran dejarse apabullar por el día a día, para evitar todas las decisiones que ponga fin esta destrucción.
En abril hay un documento de la Comisión Europea especifico sobre la gobernanza económica en España. Debería ser lectura obligatoria. Identifica de forma esclarecedora nuestros desequilibrios macroeconómicos; en él detalla que “el saldo energético negativo supone un lastre para la balanza comercial. La dependencia energética externa neta sigue siendo elevada… el saldo energético ha contribuido en 3,6% PIB en el déficit exterior… en 2012 consecuencia del aumento de precios” (http://ec.europa.eu/economy_finance/economic_governance/documents/swd2013-116_spain_es.pdf). ¿Exactamente que datos mira el gobierno? Utilizar la fiscalidad para corregir estos fallo, hacer justo lo opuesto que hace Luis de Guindos, o como decía Hermm Daly: Tax Bads, not Goods!
Póstumo reconocimiento de la ley de Economía Sostenible
España no se ha tomado en serio, ni la estrategia europea de 2020, ni una verdadera Agenda para el Cambio. El documento que acompaña a las recomendaciones (SWD(2012) 310), reconoce que “se han realizado algunos avances en la aplicación de La Ley de Economía Sostenible, pero únicamente en ciertas áreas” y, más tarde lamenta, “no se dispone de información sobre lo que se ha hecho para aplicarla” (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/swd2012_spain_es.pdf).
Un reconocimiento póstumo lo que José Luis Rodríguez Zapatero anunció el 12 de marzo de 2009. ¡Vaya! Una vez que acertamos, casi por casualidad, el rumbo y lo cambiamos. En mayo de 2010 se le dio sepultura para pasar abordar la crisis. ¿Qué nos dice ahora Europa? Que los remedios para atajar la crisis fueron peores que la propia enfermedad. Y que de haber aplicado dicha Ley de Economía Sostenible, objeto de burlas varias, nos hubiéramos evitado los desequilibrios estructurales en que estamos hundidos. Recuerdan como los Acuerdos de Zurbano –por ejemplo, en energías renovables- se evaporaron de forma acelerada.
Basta mirar los planes que entregados por otros países para percibir el abismo que nos separa de Europa. El Plan Nacional de Reformas alemana establece para 2020 una meta de reducción un 40% las emisiones de CO2 y un 80% para 2050; un 35% de energía renovable en 2020, un 60% para 2050 y del 80% en electricidad; o reducir un 20% el consumo en 2020 y 50% en 2050 .todo ello renunciando a la energía nuclear (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/nrp2013_germany_en.pdf).
Usar la jerga del cambio para que todo siga igual.
Lo presentado por España es una farsa utilizando la jerga comunitaria para justifica seguir por el camino opuesto al marcado por Bruselas. Solo la ignorancia nos permite decir que si hacer falta aremos más sacrificios que nos pide Olli Rehn. Basta echar un vistazo lo que la propuesta danesa: un 20% de reducción de emisiones CO2 en 2020, un 80-95% en 2050; pasar de una cuota de renovables del 17%, al 35% en 2020 y 100% renovables en 2050 (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/nrp2013_denmark_en.pdf).
Alfonso Alonso respondía, en el programa de las mañanas tv1, la propuesta del PSOE: “si hacemos un pacto es para nuevas políticas, no las que nos trajeron aquí”. De eso justo trata el pacto. Aprender de Dinamarca, que en la crisis de 1993, en lugar de una devaluación interna, reactivó la demanda interna, redujo la dependencia energética exterior; ¿cómo? Redujo los impuestos sobre el empleo e incrementó los impuestos sobre energía; el paro se redujo dos tercios y el ahorro energético creció un tercio. Ahora son líderes en nueva tecnología verde. La competitividad se ganó mejorando los indicadores ecológicos. Una receta que Jacques Delors intentó, sin éxito, trasladar al conjunto de la Unión Europea.
¿Qué dice el Plan de medio ambiente? Nada.
El Plan Nacional de Reformas, al menos, señala tres impuestos sobre la electricidad: un impuesto a la nuclear, a la hidráulica y los residuos radioactivos. El primer efecto es el cierre de Garoña. ¿No será por un impuesto -con desgravaciones fiscales del impuesto de sociedad? El gobierno quiere mantener abierta la nuclear mientras está dispuesto desconectar os ciclos combinados durante 4 años -evitar los “pagos por capacidad”, de 1.500 millones de euros, las eléctricas se ahorrarían gasto de operación y mantenimiento, 13.000 euros/MW y peajes de gas 24.000 euros MW. Otra medida suprimir la prioridad de la energía renovable de entrada en el mercado. Lamentable y absurdo.
La nuclear de Biblis, su propietario Jürgen Grossman, reclamaba una prórroga. Tras su salida de RWE se ha visto antepuso las nuclear a enormes pérdidas económicas. Ralf Güldner, del Foro Nuclear, señala que los márgenes de beneficios son más pequeños, al caer el precio del kWh por la entrada de más renovables, anunciaba un abandono anticipado de la energía nucleares que beneficia las empresas energéticas. Un estudio de la Universidad de Múnich -que realiza Siemens- muestra que una mejorar las redes y emplazamiento de energía solar y eólicos ahorraría a la economía europea 45.000 millones de euros (http://www.siemens.com/press/en/pressrelease/?press=/en/pressrelease/2013/energy/e201305035.htm).
¿Qué medidas toma el gobierno para lograr grandes ahorro? La moratoria a las energías renovables logra un ahorro ridículo de 295 millones de euros. La Comisión pide levantar, mientras lo que el Consejo de Ministro anuncia a bombo y platillo que el carbón será a partir del 2019 un sector competitivo o no queremos perder el tren de tecnologías como el fracking. Una hipérbole absurda basada en expectativas, estimaciones que carecen de base real, mientras las energía renovables con éxito probado, apuestas tecnológicas de futuro son relegadas (http://www.smartplanet.com/blog/take/fracking-envy/754).
Nos mata el desgobierno.
La crisis no es económica es política, aquí tenemos otra de gestión. No hay sostenibilidad sin gobernabilidad, lo que nos mata el desgobierno. Una sociedad que no está organizada para el cambio. Esperemos que los “vigilantes” de Europa traigan una brújula que nos indique los hitos de la hoja de ruta hacia 2050.
Seguimos pensando que la crisis es un problema de corazón, el sistema financiero no bombea bien el crédito. El problema es otro: el coste energético de se multiplicó por diez en una década. Aún exportando diez veces más para pagar el aumento del coste energético, deberíamos aumentar las importaciones de energía para fabricar esos productos que exportamos. François Hollande esa Agenda del Cambio la ha llamado transición ecológica. Supone redefinir una economía global que funciona sobre la base de subsidios al masivo transporte que distorsiona la economía.
Mientras el gobierno que anuncia en luces de neón el “superávit comercial”. No es el reflejo de la mejora de la competitividad, como quiere hacer creer, sino de enormes subsidios que reciben los costes energético, caída de costes laborales, un sistema de impuestos sobre el consumo y el trabajo que hunde la demanda interna. Olvida el limite de la capacidad de importación de otros países. La conclusión es que puede que Olli Rehn tenga razón, pero el éxito del “superávit comercial” permite cargar contra cualquier agenda del cambio.
Nos hemos enterado de su existencia, no tras la rueda de prensa en que la Comisión Europea anunciaba que daba todo su respaldo al Plan de Mariano Rajoy; sino tras el anuncio de Olli Rehn, contradiciendo lo dicho tres días antes, de que se aplicará a España, como ya alertó el 10 de abril de esta año (COM(2013) 199 final), el mecanismo de “vigilancia” contemplado en el reglamento 1176/2011, a saber, el Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómico .
Consolidación fiscal versus crecimiento.
Europa acordó, en el consejo de marzo de 2005, para relanzar la Agenda de Lisboa, que cada estado presentase su respectivo Plan Nacional de Reformas. Tras el consejo de julio 2010 dichos planes deben de incorporar la Estrategia Europea 2020 –supone marcar el camino de los hitos de 2020 y 2030, sin olvidar, la hoja de ruta (Roadmap) hacia el 2050 o los acuerdos en cambio climático a largo plazo –a alcanzar en la cumbre de 2015. Toda unas Agenda para el Cambio.
Hace un año la Comisión Europea, en un dictamen, ya señaló los defectos y omisiones que contenía el Plan Nacional de Reformas presentado por el gobierno. Me centraré en tres omisiones: (i) normas ineficientes para fijar precios sectores regulados, (ii) subsidios y desgravaciones, (iii) e impuesto. ¿Qué pide? “Un sistema tributario compatible con los esfuerzos de saneamiento fiscal y más favorable al crecimiento, especialmente reorientando la presión fiscal desde el trabajo hacia el consumo y actividades perjudiciales para el medio ambiente” (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/csr2012_spain_es.pdf)
¿Qué hace el gobierno? Ha aumentado el IVA, que hunde el consumo, incrementa el IRPF, que grava el empleo, en cambio, se niega a aumentar impuestos ambientales, o suprimir desgravaciones -excepto para la vivienda. ¿Es posible abordar los desequilibrios fiscales y, a su vez, evitar que estas medidas no tengan un fuerte impacto sobre el crecimiento?
Crecimiento requiere reactiva, con otra política, la demanda interna.
Basta leer atentamente el estudio prospectivo anual sobre el crecimiento 2012 de la Comisión Europea (COM(2012) 750 -de 28 Noviembre 2012), para darse cuenta que sí. La consolidación fiscal debería de abordarse evitando incidir negativamente sobre el crecimiento en el corto plazo, atendiendo al “factor multiplicador”, con una política fiscal diferente, que evite que el ajuste tenga impactos negativos sobre el crecimiento. ¿Qué propone? “Aumentar la presión fiscal sobre bases impositivas menos perjudiciales sobre el crecimiento y generación de empleo”. (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/ags2013_es.pdf).
No defienden la austeridad a ultranza. Crítica duramente el grave error de aumentar el impuesto sobre personas físicas o IVA, teniendo margen para aumentar impuestos sobre bases menos perjudiciales al crecimiento económico -como son los impuestos ecológicos. La presión fiscal sobre el empleo es la más elevada y los impuestos ambientales los más bajos.
Un impuestos sobre la energía incentiva aumentar la eficiencia, mejora la competitividad, estimula la inversión, propicia la generación de empleo, reduce la dependencia exterior, mejora balances, reduce los tipos de interés, la prima de riesgo y mejora la competitividad. ¿Qué reclama? “Reducir sustancialmente la presión fiscal sobre el trabajo… gravar consumo y el patrimonio o los impuestos ambientales”.
La propia Agencia Europea de Medio Ambiente (SPN12/01 de septiembre de 2012) mostraba el potencial que tiene, en un seminario organizado en el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el potencial de del desarrollo de impuestos ecológicos. Hasta anteayer seguíamos una doctrina equivocada de factor multiplicador –reducir gasto, no aumentar impuesto, cuando la demanda privada está hundida.
Supervisión versus rescate.
Tras el anunció de Bruselas la reacción fue: España no va a necesitar, en dos años, hacer más reformas. Olli Rehn amenaza con supervisar el BOE, poner al gobierno bajo vigilancia. Está encerrado en la lógica del ajuste, aumentar ingresos y reducir gastos; ciego para percibir dónde exactamente se producen los desequilibrios macroeconómicos. Si Bruselas pide más sacrificios él no dudará sacrificar el país.
La crisis de los 90, Europa entendió que el medio ambiente, en lugar de un coste, era un indicador de competitividad –aún el barril petróleo estaba a 12 dólares. Se fraguó la Agenda de 2000. Una década después el barril de petróleo se ha multiplicado por diez. Las exportaciones europeas ya no cubren el coste de importar recursos energéticos. El desequilibrio macroeconómico residen en el coste de la energía.
Lo que es una oportunidad para el cambio, en el Plan Nacional de Reformas es el gran ignorado: la energía. Luis de Guindos expone sus recetas económicas con desparpajo: 56.000 millones de recortes, un esfuerzo atroz de consolidación fiscal -equiparable al de Grecia-, la mayor deducción del déficit de la UE (6,98% PIB), una mayor reestructuración del sector financiero (86%), sacrificios servidos a un único objetivo, la mejora de la competitiva. Por la vía cruel de reducción de costes laborales. Se permite mostrar sus éxitos en el indicador del incremento de las exportaciones; alcanzan el 33% PIB, frente 28% de Francia o el 23% de España en 2009 (http://www.lamoncloa.gob.es/docs/refc/pdf/refc20130426e_6.pdf).
No es que haya bajado el agua en los camarotes de tercera, donde viajan los cerdos, como se refieren a los países del sur; es que el agua ha entrado en los camarotes de primera: Francia y Alemania están en recesión. España crece gracias a los países de América Latina; eso que se critican a Argentina “crece gracias al viento de cola”. Crece las economías de países que, tras probar las recetas amargas del FMI, en los 90, optaron por políticas opuestas.
Sacrificio o aprovechar el viento de cola.
Que la demanda interna se hunda, que el paro alcance niveles insoportables, que las estructuras sociales se debiliten, que aumente los suicidios, la destrucción ambiental, deterioro social no aparecen en los gráficos. Son si acaso sacrificios para recuperar la confianza de los mercados. Nadie puede decir que no sabía lo que pasaba, los graves desequilibrios, lo absurdo es que prefieran dejarse apabullar por el día a día, para evitar todas las decisiones que ponga fin esta destrucción.
En abril hay un documento de la Comisión Europea especifico sobre la gobernanza económica en España. Debería ser lectura obligatoria. Identifica de forma esclarecedora nuestros desequilibrios macroeconómicos; en él detalla que “el saldo energético negativo supone un lastre para la balanza comercial. La dependencia energética externa neta sigue siendo elevada… el saldo energético ha contribuido en 3,6% PIB en el déficit exterior… en 2012 consecuencia del aumento de precios” (http://ec.europa.eu/economy_finance/economic_governance/documents/swd2013-116_spain_es.pdf). ¿Exactamente que datos mira el gobierno? Utilizar la fiscalidad para corregir estos fallo, hacer justo lo opuesto que hace Luis de Guindos, o como decía Hermm Daly: Tax Bads, not Goods!
Póstumo reconocimiento de la ley de Economía Sostenible
España no se ha tomado en serio, ni la estrategia europea de 2020, ni una verdadera Agenda para el Cambio. El documento que acompaña a las recomendaciones (SWD(2012) 310), reconoce que “se han realizado algunos avances en la aplicación de La Ley de Economía Sostenible, pero únicamente en ciertas áreas” y, más tarde lamenta, “no se dispone de información sobre lo que se ha hecho para aplicarla” (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/swd2012_spain_es.pdf).
Un reconocimiento póstumo lo que José Luis Rodríguez Zapatero anunció el 12 de marzo de 2009. ¡Vaya! Una vez que acertamos, casi por casualidad, el rumbo y lo cambiamos. En mayo de 2010 se le dio sepultura para pasar abordar la crisis. ¿Qué nos dice ahora Europa? Que los remedios para atajar la crisis fueron peores que la propia enfermedad. Y que de haber aplicado dicha Ley de Economía Sostenible, objeto de burlas varias, nos hubiéramos evitado los desequilibrios estructurales en que estamos hundidos. Recuerdan como los Acuerdos de Zurbano –por ejemplo, en energías renovables- se evaporaron de forma acelerada.
Basta mirar los planes que entregados por otros países para percibir el abismo que nos separa de Europa. El Plan Nacional de Reformas alemana establece para 2020 una meta de reducción un 40% las emisiones de CO2 y un 80% para 2050; un 35% de energía renovable en 2020, un 60% para 2050 y del 80% en electricidad; o reducir un 20% el consumo en 2020 y 50% en 2050 .todo ello renunciando a la energía nuclear (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/nrp2013_germany_en.pdf).
Usar la jerga del cambio para que todo siga igual.
Lo presentado por España es una farsa utilizando la jerga comunitaria para justifica seguir por el camino opuesto al marcado por Bruselas. Solo la ignorancia nos permite decir que si hacer falta aremos más sacrificios que nos pide Olli Rehn. Basta echar un vistazo lo que la propuesta danesa: un 20% de reducción de emisiones CO2 en 2020, un 80-95% en 2050; pasar de una cuota de renovables del 17%, al 35% en 2020 y 100% renovables en 2050 (http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/nrp2013_denmark_en.pdf).
Alfonso Alonso respondía, en el programa de las mañanas tv1, la propuesta del PSOE: “si hacemos un pacto es para nuevas políticas, no las que nos trajeron aquí”. De eso justo trata el pacto. Aprender de Dinamarca, que en la crisis de 1993, en lugar de una devaluación interna, reactivó la demanda interna, redujo la dependencia energética exterior; ¿cómo? Redujo los impuestos sobre el empleo e incrementó los impuestos sobre energía; el paro se redujo dos tercios y el ahorro energético creció un tercio. Ahora son líderes en nueva tecnología verde. La competitividad se ganó mejorando los indicadores ecológicos. Una receta que Jacques Delors intentó, sin éxito, trasladar al conjunto de la Unión Europea.
¿Qué dice el Plan de medio ambiente? Nada.
El Plan Nacional de Reformas, al menos, señala tres impuestos sobre la electricidad: un impuesto a la nuclear, a la hidráulica y los residuos radioactivos. El primer efecto es el cierre de Garoña. ¿No será por un impuesto -con desgravaciones fiscales del impuesto de sociedad? El gobierno quiere mantener abierta la nuclear mientras está dispuesto desconectar os ciclos combinados durante 4 años -evitar los “pagos por capacidad”, de 1.500 millones de euros, las eléctricas se ahorrarían gasto de operación y mantenimiento, 13.000 euros/MW y peajes de gas 24.000 euros MW. Otra medida suprimir la prioridad de la energía renovable de entrada en el mercado. Lamentable y absurdo.
La nuclear de Biblis, su propietario Jürgen Grossman, reclamaba una prórroga. Tras su salida de RWE se ha visto antepuso las nuclear a enormes pérdidas económicas. Ralf Güldner, del Foro Nuclear, señala que los márgenes de beneficios son más pequeños, al caer el precio del kWh por la entrada de más renovables, anunciaba un abandono anticipado de la energía nucleares que beneficia las empresas energéticas. Un estudio de la Universidad de Múnich -que realiza Siemens- muestra que una mejorar las redes y emplazamiento de energía solar y eólicos ahorraría a la economía europea 45.000 millones de euros (http://www.siemens.com/press/en/pressrelease/?press=/en/pressrelease/2013/energy/e201305035.htm).
¿Qué medidas toma el gobierno para lograr grandes ahorro? La moratoria a las energías renovables logra un ahorro ridículo de 295 millones de euros. La Comisión pide levantar, mientras lo que el Consejo de Ministro anuncia a bombo y platillo que el carbón será a partir del 2019 un sector competitivo o no queremos perder el tren de tecnologías como el fracking. Una hipérbole absurda basada en expectativas, estimaciones que carecen de base real, mientras las energía renovables con éxito probado, apuestas tecnológicas de futuro son relegadas (http://www.smartplanet.com/blog/take/fracking-envy/754).
Nos mata el desgobierno.
La crisis no es económica es política, aquí tenemos otra de gestión. No hay sostenibilidad sin gobernabilidad, lo que nos mata el desgobierno. Una sociedad que no está organizada para el cambio. Esperemos que los “vigilantes” de Europa traigan una brújula que nos indique los hitos de la hoja de ruta hacia 2050.
Seguimos pensando que la crisis es un problema de corazón, el sistema financiero no bombea bien el crédito. El problema es otro: el coste energético de se multiplicó por diez en una década. Aún exportando diez veces más para pagar el aumento del coste energético, deberíamos aumentar las importaciones de energía para fabricar esos productos que exportamos. François Hollande esa Agenda del Cambio la ha llamado transición ecológica. Supone redefinir una economía global que funciona sobre la base de subsidios al masivo transporte que distorsiona la economía.
Mientras el gobierno que anuncia en luces de neón el “superávit comercial”. No es el reflejo de la mejora de la competitividad, como quiere hacer creer, sino de enormes subsidios que reciben los costes energético, caída de costes laborales, un sistema de impuestos sobre el consumo y el trabajo que hunde la demanda interna. Olvida el limite de la capacidad de importación de otros países. La conclusión es que puede que Olli Rehn tenga razón, pero el éxito del “superávit comercial” permite cargar contra cualquier agenda del cambio.
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