Ya está aquí…
…la nueva etapa de NeG, en la que sus bienintencionados pero equivocados editores han vuelto a cometer el error de contar conmigo. Y para agradecerles su buena fe, voy a premiarles hablando de un tema novedoso que sorprenderá a los lectores habituales de NeG: ¡el cambio climático! ¿A que no se lo esperaba? Pues nada, ¡ya está aquí!
Pues no, no parece que sea una gran novedad, el tema. Sin ir más lejos, ya he hablado de cambio climático y sus consecuencias en NeG, aquí, aquí y aquí. Así que esto es la reedición del “raca, raca, a dar la matraca” en versión catastrofista. Pues sí, es así. Sólo que cada vez hay más evidencias y menos tiempo para actuar… Pero como no quiero alarmar sin fundamento, voy a discutir, en el breve espacio que me deja un post típico, dos cosas: el último informe delIntergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) y uno aún más reciente del gobierno de Estados Unidos.
El próximo mes de octubre el IPCC entregará su quinto informe, en el que integrará las conclusiones de sus tres grupos de trabajo (working groups, WG): el WG I, que se ocupa de la ciencia del cambio climático, el WG II, que se ocupa de sus impactos y la adaptación al mismo, y el WG III, que se ocupa de la contención del cambio climático. Hace unas semanas, el WG II publicó su contribución al quinto informe, que se puede encontrar en todo detalle en la web del IPCC, y de ella es de la que quiero hablar aquí.
El documento del WG II es, por decirlo suavemente, aterrador. Y me parece un documento importante porque plantea el problema del cambio climático en términos de riesgos, más allá de la discusión, ya estéril, de si existe o no y del papel que nuestra sociedad tiene en él. Seamos pragmáticos y hablemos en términos de seguros: un concepto fácil de entender y del que todos tenemos ejemplos obvios, como el seguro de la casa o el del coche, sin ir más lejos. ¿Por qué compramos seguros? Para cubrirnos las espaldas. Si nos roban en casa, o se quema, o tenemos un accidente con el coche, el seguro nos paga y nos saca del problema (si no nos hemos matado, claro, pero seamos optimistas). ¿Por qué pagamos más por el seguro del coche que por el de la casa? Pues porque el coche tiene mucho más riesgo y muchos más riesgos. Claro, ¿no? Y lo más importante: compramos seguros aunque puede ser que nunca nos pase nada, y en ese caso habremos tirado el dinero, ¿no? Pero no he oído quejarse a nadie de esto, nunca, me parece. Bueno, pues con el cambio climático ocurre exactamente lo mismo: quizá no haya cambio climático, y quizá no lo esté provocando el hombre si es que existe. Pero, ¿a qué riesgos nos estamos exponiendo si no nos aseguramos y al final resulta que sí era verdad? Pues ese es el espíritu con el que hay que leer el documento del WG II.
El documento es largo y obviamente este post no da para entrar en detalles. Así que por ir al grano, me voy a referir al documento Summary for policymakers, disponible en la web, que en su página 13 (borrador de marzo), resume los riesgos a los que nos enfrentamos en cinco, textualmente, razones para preocuparse (la traducción del inglés es mía):
- Sistemas únicos y amenazados: algunos ecosistemas y culturas están ya en riesgo debido al cambio climático. El número de tales sistemas amenazados por severas consecuencias es más alto si el calentamiento añade 1ºC adicional; 2º C más supondrán un riegos gravísimo para muchos sistemas, y en particular para el Ártico y los arrecifes de coral.
- Eventos climáticos extremos: estamos ya en riesgo moderado de sufrir olas de calor, precipitaciones extremas, e inundaciones costeras, riesgo que será alto con 1ºC adicional.
- Distribución de impacto: Los riesgos se distribuyen desigualmente y son mayores para personas y comunidades desfavorecidas en países con cualquier nivel de desarrollo. Hay riesgo moderado de impactos diferentes regionalmente sobre las cosechas, la disponibilidad de agua, que se agravará con el incremento de la temperatura.
- Impacto global: el riesgo de impacto global es moderado para calentamientos de 1 a 2ºC, afectando la biodiversidad y a la economía global. El impacto sobre la biodiversidad está muy bien establecido, mientras que no tenemos estimaciones precisas sobre la magnitud del daño económico.
- Eventos singulares de gran escala: al aumentar el calentamiento, hay sistemas físicos que están en riesgo de sufrir cambios abruptos e irreversibles. El riesgo es moderado para incrementos de temperatura de 1ºC o menos, y ya hay señales de alerta temprana que indican que los problemas del Ártico y los corales pueden estar sufriendo tales cambios. El riesgo aumenta desproporcionadamente con calentamientos superiores, debido al potencial de que a partir de 3ºC adicionales el nivel del mar puede aumentar irreversiblemente debido a la pérdida de la capa de hielo.
La figura 2 resume en cuadro estas cinco razones y la intensidad de los riesgos asociados de manera gráfica, mientras que la figura 1 nos presenta dos proyecciones de calentamiento, una asumiendo un escenario en el que las emisiones siguen siendo altas y otra en la que se supone que trabajamos para mitigar las emisiones, logrando estabilizar el calentamiento en un valor entre 1 y 2º C para la segunda mitad de este siglo. Vemos que aún en este escenario francamente optimista, afrontamos riesgos serios, pero es que si no hacemos nada, el riesgo es altísimo (como si no cambio nunca los neumáticos de mi coche, por ejemplo). ¿Estamos dispuestos a asumir el riesgo? ¿Preferimos seguir racaneando a ver si alguien que no sea nosotros hace algo?
Figura 1. Estimaciones del incremento de temperatura en el siglo XXI con un escenario de altas emisiones (en naranja) y uno de emisiones contenidas (en gris). En el mejor de los caso, estabilizaremos la temperatura en un valor en torno a 1’5ºC mayor que a principios de siglo.
Figura 2. Niveles de riesgo en función del incremento de la temperatura para las cinco razones para la preocupación arriba expuestas. Como se ve, en la mayoría de los casos estamos ya en riesgos moderados, y si no hacemos nada el riesgo será muy alto.
Bueno, pues ya sabemos a qué nos enfrentamos… o no, porque claro, después de todo estos científicos fraudulentos del IPCC se pueden estar inventando toda esta historia perfectamente. Dejando aparte el que los informes son extremadamente detallados y contienen referencias a un volumen de trabajos científicos que se hace cada vez mayor y más claro, es obvio que si no queremos creerlo no lo vamos a creer.
Y aquí es donde entra el informe que a principios de mayo hizo público el gobierno federal de los Estados Unidos, el informe nacional sobre los impactos del clima en los Estados Unidos. Y es que no va de lo que puede pasar, no; va de que el impacto, como el título del post, ¡ya está aquí! En una web espectacular, se pueden explorar esos impactos en todo detalle, pero de nuevo, no tengo espacio, por lo que me voy a limitar algunas de las observaciones, insisto, observaciones, reales (de nuevo, la traducción es mía, y no pongo todas, hago una selección):
- La duración de la estación libre de hielo ha aumentado a nivel nacional desde los años 80, siendo el incremento más notable en el oeste, y ha afectado a ecosistemas y agricultura.
- La precipitación promedio ha aumentado, aunque regionalmente ha habido crecimientos y decrecimientos.
- Las lluvias torrenciales aumentan a nivel nacional, sobre todo en las últimas tres décadas. Los mayores incrementos han tenido lugar en el medio oeste y el noreste.
- Las olas de calor se han vuelto más frecuentes e intensas, sobre todo en el oeste, y viceversa, las olas de frío han disminuido. También se observan tendencias a nivel regional.
- La intensidad, frecuencia y duración de los huracanes del Atlántico norte, así como la frecuencia de los más fuertes, han aumentado todas desde principios de los 80.
- El nivel del mar ha subido 8 pulgads (20 centímetros) desde 1880.
- Las temperaturas en ascenso están reduciendo el volumen y la superficie de hielo en tierra, lagos y mar.
- Los océanos están absorbiendo un cuarto de las emisiones de CO2, y se están acidificando en el proceso.
O sea, que los riesgos de los que habla el IPCC ya los está constatando como hechos observados el gobierno americano. Es decir, las consecuencias del cambio climático se pueden notar ya. ¿Qué más nos hace falta para convencernos? Quizá esta impresionante foto ayude:
Figura 3. Excepcional vista clara de Alaska obtenida el 17 de junio de 2013.
Una foto de Alaska en un día hermoso, pero el problema, como describe Jake Ellison, es que es una verdadera anomalía. Se debe a un centro de altas presiones que trajo consigo temperaturas muy altas en áreas acostumbradas a los días frescos de junio, llegando a provocar enormes incendios forestales y la ruptura del del hielo en el Mar de Chukotka. Esta foto es, en suma, evidencia palpable de lo que dice el informe del gobierno americano: los impactos del cambio climático ya están aquí. De hecho, me he dejado para el final la primera frase del informe:
“El clima está cambiando y está cambio es visible en un amplio rango de observaciones. El calentamiento global de los últimos 50 años se debe principalmente a la actividad humana.”
Y ahora, ¿qué? ¿Hacemos algo? Como nos explicó Antonio en este post, los experimentos del grupo de Milinski no invitan al optimismo. Por eso me parece importante el cambio de planteamiento del IPCC combinado con la evidencia del gobierno americano: hay un riesgo cada vez más alto de que nos vayamos todos al guano, y ese riesgo no es imaginario, ya estamos viendo sus efectos…
Y dicho esto, a seguir discutiendo si son galgos o podencos…
…la nueva etapa de NeG, en la que sus bienintencionados pero equivocados editores han vuelto a cometer el error de contar conmigo. Y para agradecerles su buena fe, voy a premiarles hablando de un tema novedoso que sorprenderá a los lectores habituales de NeG: ¡el cambio climático! ¿A que no se lo esperaba? Pues nada, ¡ya está aquí!
Pues no, no parece que sea una gran novedad, el tema. Sin ir más lejos, ya he hablado de cambio climático y sus consecuencias en NeG, aquí, aquí y aquí. Así que esto es la reedición del “raca, raca, a dar la matraca” en versión catastrofista. Pues sí, es así. Sólo que cada vez hay más evidencias y menos tiempo para actuar… Pero como no quiero alarmar sin fundamento, voy a discutir, en el breve espacio que me deja un post típico, dos cosas: el último informe delIntergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) y uno aún más reciente del gobierno de Estados Unidos.
El próximo mes de octubre el IPCC entregará su quinto informe, en el que integrará las conclusiones de sus tres grupos de trabajo (working groups, WG): el WG I, que se ocupa de la ciencia del cambio climático, el WG II, que se ocupa de sus impactos y la adaptación al mismo, y el WG III, que se ocupa de la contención del cambio climático. Hace unas semanas, el WG II publicó su contribución al quinto informe, que se puede encontrar en todo detalle en la web del IPCC, y de ella es de la que quiero hablar aquí.
El documento del WG II es, por decirlo suavemente, aterrador. Y me parece un documento importante porque plantea el problema del cambio climático en términos de riesgos, más allá de la discusión, ya estéril, de si existe o no y del papel que nuestra sociedad tiene en él. Seamos pragmáticos y hablemos en términos de seguros: un concepto fácil de entender y del que todos tenemos ejemplos obvios, como el seguro de la casa o el del coche, sin ir más lejos. ¿Por qué compramos seguros? Para cubrirnos las espaldas. Si nos roban en casa, o se quema, o tenemos un accidente con el coche, el seguro nos paga y nos saca del problema (si no nos hemos matado, claro, pero seamos optimistas). ¿Por qué pagamos más por el seguro del coche que por el de la casa? Pues porque el coche tiene mucho más riesgo y muchos más riesgos. Claro, ¿no? Y lo más importante: compramos seguros aunque puede ser que nunca nos pase nada, y en ese caso habremos tirado el dinero, ¿no? Pero no he oído quejarse a nadie de esto, nunca, me parece. Bueno, pues con el cambio climático ocurre exactamente lo mismo: quizá no haya cambio climático, y quizá no lo esté provocando el hombre si es que existe. Pero, ¿a qué riesgos nos estamos exponiendo si no nos aseguramos y al final resulta que sí era verdad? Pues ese es el espíritu con el que hay que leer el documento del WG II.
El documento es largo y obviamente este post no da para entrar en detalles. Así que por ir al grano, me voy a referir al documento Summary for policymakers, disponible en la web, que en su página 13 (borrador de marzo), resume los riesgos a los que nos enfrentamos en cinco, textualmente, razones para preocuparse (la traducción del inglés es mía):
Pues no, no parece que sea una gran novedad, el tema. Sin ir más lejos, ya he hablado de cambio climático y sus consecuencias en NeG, aquí, aquí y aquí. Así que esto es la reedición del “raca, raca, a dar la matraca” en versión catastrofista. Pues sí, es así. Sólo que cada vez hay más evidencias y menos tiempo para actuar… Pero como no quiero alarmar sin fundamento, voy a discutir, en el breve espacio que me deja un post típico, dos cosas: el último informe delIntergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) y uno aún más reciente del gobierno de Estados Unidos.
El próximo mes de octubre el IPCC entregará su quinto informe, en el que integrará las conclusiones de sus tres grupos de trabajo (working groups, WG): el WG I, que se ocupa de la ciencia del cambio climático, el WG II, que se ocupa de sus impactos y la adaptación al mismo, y el WG III, que se ocupa de la contención del cambio climático. Hace unas semanas, el WG II publicó su contribución al quinto informe, que se puede encontrar en todo detalle en la web del IPCC, y de ella es de la que quiero hablar aquí.
El documento del WG II es, por decirlo suavemente, aterrador. Y me parece un documento importante porque plantea el problema del cambio climático en términos de riesgos, más allá de la discusión, ya estéril, de si existe o no y del papel que nuestra sociedad tiene en él. Seamos pragmáticos y hablemos en términos de seguros: un concepto fácil de entender y del que todos tenemos ejemplos obvios, como el seguro de la casa o el del coche, sin ir más lejos. ¿Por qué compramos seguros? Para cubrirnos las espaldas. Si nos roban en casa, o se quema, o tenemos un accidente con el coche, el seguro nos paga y nos saca del problema (si no nos hemos matado, claro, pero seamos optimistas). ¿Por qué pagamos más por el seguro del coche que por el de la casa? Pues porque el coche tiene mucho más riesgo y muchos más riesgos. Claro, ¿no? Y lo más importante: compramos seguros aunque puede ser que nunca nos pase nada, y en ese caso habremos tirado el dinero, ¿no? Pero no he oído quejarse a nadie de esto, nunca, me parece. Bueno, pues con el cambio climático ocurre exactamente lo mismo: quizá no haya cambio climático, y quizá no lo esté provocando el hombre si es que existe. Pero, ¿a qué riesgos nos estamos exponiendo si no nos aseguramos y al final resulta que sí era verdad? Pues ese es el espíritu con el que hay que leer el documento del WG II.
El documento es largo y obviamente este post no da para entrar en detalles. Así que por ir al grano, me voy a referir al documento Summary for policymakers, disponible en la web, que en su página 13 (borrador de marzo), resume los riesgos a los que nos enfrentamos en cinco, textualmente, razones para preocuparse (la traducción del inglés es mía):
- Sistemas únicos y amenazados: algunos ecosistemas y culturas están ya en riesgo debido al cambio climático. El número de tales sistemas amenazados por severas consecuencias es más alto si el calentamiento añade 1ºC adicional; 2º C más supondrán un riegos gravísimo para muchos sistemas, y en particular para el Ártico y los arrecifes de coral.
- Eventos climáticos extremos: estamos ya en riesgo moderado de sufrir olas de calor, precipitaciones extremas, e inundaciones costeras, riesgo que será alto con 1ºC adicional.
- Distribución de impacto: Los riesgos se distribuyen desigualmente y son mayores para personas y comunidades desfavorecidas en países con cualquier nivel de desarrollo. Hay riesgo moderado de impactos diferentes regionalmente sobre las cosechas, la disponibilidad de agua, que se agravará con el incremento de la temperatura.
- Impacto global: el riesgo de impacto global es moderado para calentamientos de 1 a 2ºC, afectando la biodiversidad y a la economía global. El impacto sobre la biodiversidad está muy bien establecido, mientras que no tenemos estimaciones precisas sobre la magnitud del daño económico.
- Eventos singulares de gran escala: al aumentar el calentamiento, hay sistemas físicos que están en riesgo de sufrir cambios abruptos e irreversibles. El riesgo es moderado para incrementos de temperatura de 1ºC o menos, y ya hay señales de alerta temprana que indican que los problemas del Ártico y los corales pueden estar sufriendo tales cambios. El riesgo aumenta desproporcionadamente con calentamientos superiores, debido al potencial de que a partir de 3ºC adicionales el nivel del mar puede aumentar irreversiblemente debido a la pérdida de la capa de hielo.
Figura 1. Estimaciones del incremento de temperatura en el siglo XXI con un escenario de altas emisiones (en naranja) y uno de emisiones contenidas (en gris). En el mejor de los caso, estabilizaremos la temperatura en un valor en torno a 1’5ºC mayor que a principios de siglo.
Figura 2. Niveles de riesgo en función del incremento de la temperatura para las cinco razones para la preocupación arriba expuestas. Como se ve, en la mayoría de los casos estamos ya en riesgos moderados, y si no hacemos nada el riesgo será muy alto.
Bueno, pues ya sabemos a qué nos enfrentamos… o no, porque claro, después de todo estos científicos fraudulentos del IPCC se pueden estar inventando toda esta historia perfectamente. Dejando aparte el que los informes son extremadamente detallados y contienen referencias a un volumen de trabajos científicos que se hace cada vez mayor y más claro, es obvio que si no queremos creerlo no lo vamos a creer.
Y aquí es donde entra el informe que a principios de mayo hizo público el gobierno federal de los Estados Unidos, el informe nacional sobre los impactos del clima en los Estados Unidos. Y es que no va de lo que puede pasar, no; va de que el impacto, como el título del post, ¡ya está aquí! En una web espectacular, se pueden explorar esos impactos en todo detalle, pero de nuevo, no tengo espacio, por lo que me voy a limitar algunas de las observaciones, insisto, observaciones, reales (de nuevo, la traducción es mía, y no pongo todas, hago una selección):
Bueno, pues ya sabemos a qué nos enfrentamos… o no, porque claro, después de todo estos científicos fraudulentos del IPCC se pueden estar inventando toda esta historia perfectamente. Dejando aparte el que los informes son extremadamente detallados y contienen referencias a un volumen de trabajos científicos que se hace cada vez mayor y más claro, es obvio que si no queremos creerlo no lo vamos a creer.
Y aquí es donde entra el informe que a principios de mayo hizo público el gobierno federal de los Estados Unidos, el informe nacional sobre los impactos del clima en los Estados Unidos. Y es que no va de lo que puede pasar, no; va de que el impacto, como el título del post, ¡ya está aquí! En una web espectacular, se pueden explorar esos impactos en todo detalle, pero de nuevo, no tengo espacio, por lo que me voy a limitar algunas de las observaciones, insisto, observaciones, reales (de nuevo, la traducción es mía, y no pongo todas, hago una selección):
- La duración de la estación libre de hielo ha aumentado a nivel nacional desde los años 80, siendo el incremento más notable en el oeste, y ha afectado a ecosistemas y agricultura.
- La precipitación promedio ha aumentado, aunque regionalmente ha habido crecimientos y decrecimientos.
- Las lluvias torrenciales aumentan a nivel nacional, sobre todo en las últimas tres décadas. Los mayores incrementos han tenido lugar en el medio oeste y el noreste.
- Las olas de calor se han vuelto más frecuentes e intensas, sobre todo en el oeste, y viceversa, las olas de frío han disminuido. También se observan tendencias a nivel regional.
- La intensidad, frecuencia y duración de los huracanes del Atlántico norte, así como la frecuencia de los más fuertes, han aumentado todas desde principios de los 80.
- El nivel del mar ha subido 8 pulgads (20 centímetros) desde 1880.
- Las temperaturas en ascenso están reduciendo el volumen y la superficie de hielo en tierra, lagos y mar.
- Los océanos están absorbiendo un cuarto de las emisiones de CO2, y se están acidificando en el proceso.
Figura 3. Excepcional vista clara de Alaska obtenida el 17 de junio de 2013.
Una foto de Alaska en un día hermoso, pero el problema, como describe Jake Ellison, es que es una verdadera anomalía. Se debe a un centro de altas presiones que trajo consigo temperaturas muy altas en áreas acostumbradas a los días frescos de junio, llegando a provocar enormes incendios forestales y la ruptura del del hielo en el Mar de Chukotka. Esta foto es, en suma, evidencia palpable de lo que dice el informe del gobierno americano: los impactos del cambio climático ya están aquí. De hecho, me he dejado para el final la primera frase del informe:
“El clima está cambiando y está cambio es visible en un amplio rango de observaciones. El calentamiento global de los últimos 50 años se debe principalmente a la actividad humana.”
Y ahora, ¿qué? ¿Hacemos algo? Como nos explicó Antonio en este post, los experimentos del grupo de Milinski no invitan al optimismo. Por eso me parece importante el cambio de planteamiento del IPCC combinado con la evidencia del gobierno americano: hay un riesgo cada vez más alto de que nos vayamos todos al guano, y ese riesgo no es imaginario, ya estamos viendo sus efectos…
Y dicho esto, a seguir discutiendo si son galgos o podencos…
Una foto de Alaska en un día hermoso, pero el problema, como describe Jake Ellison, es que es una verdadera anomalía. Se debe a un centro de altas presiones que trajo consigo temperaturas muy altas en áreas acostumbradas a los días frescos de junio, llegando a provocar enormes incendios forestales y la ruptura del del hielo en el Mar de Chukotka. Esta foto es, en suma, evidencia palpable de lo que dice el informe del gobierno americano: los impactos del cambio climático ya están aquí. De hecho, me he dejado para el final la primera frase del informe:
“El clima está cambiando y está cambio es visible en un amplio rango de observaciones. El calentamiento global de los últimos 50 años se debe principalmente a la actividad humana.”
Y ahora, ¿qué? ¿Hacemos algo? Como nos explicó Antonio en este post, los experimentos del grupo de Milinski no invitan al optimismo. Por eso me parece importante el cambio de planteamiento del IPCC combinado con la evidencia del gobierno americano: hay un riesgo cada vez más alto de que nos vayamos todos al guano, y ese riesgo no es imaginario, ya estamos viendo sus efectos…
Y dicho esto, a seguir discutiendo si son galgos o podencos…
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