Post publicat a Grupo de Energia y Dinàmica de Sistemas
Como
comentábamos en el post anterior ’2052′:
integrando límites en un “mundo lleno”, la ciencia económica
convencional ha ignorado durante los siglos XIX y XX el tema de los límites.
Más exactamente, no los ha ignorado sino que ha asumido que estos
límites no eran significativos, y de existir, podían ser superados por otros
factores, típicamente la tecnología. Esta hipótesis, progresivamente asumida
hace unos 150-200 años, y entonces justificable y por tanto correcta (la
hipótesis del “mundo vacío”), ha dejado sin embargo de ser válida en nuestros
días.
Y es que en
cualquier ciencia aparecen problemas cuando se deja de contrastar una hipótesis
y se asume como principio. La hipótesis se convierte entonces en parte
estructural (= incuestionable) del paradigma.
Tras la ola
de investigación en torno a la sostenibilidad de los años 70, nos encontramos
actualmente ante un nuevo impulso. Mientras hace 4 décadas esta ola se debió
más a un esfuerzo de anticipación y planificación, la actual, mayor en magnitud
y extensión, parece deberse simplemente a la fuerza que tienen los hechos al
revelarse. Es interesante comprobar como aunque se advierten avances en el
terreno académico, en el político la impresión es más bien la de retroceso
respecto de la Cumbre de Estocolmo (1972) o de Río (1992).
En este
contexto, el informe 2052 de J. Randers retoma el tema de la sostenibilidad
sistémica (recursos, desigualdad, contaminación, etc.) y por lo tanto incluye
el tema de la finitud de los recursos energéticos no renovables. Éstos son
integrados en un modelo mundial de forma similar (aunque también con
diferencias significativas) al modelo WORLD3 del informe de los “Límites del
Crecimiento” – en el que Randers también participó.
Es muy
interesante ver cómo, 40 años, después, los modelos siguen apuntando a
resultados similares a los obtenidos por el WORLD3 de los años 70. Aunque más
interesante aún quizá es constatar cómo éste modelo, opuestamente a la
“creencia popular en la academia” ha reproducido muy bien la evolución de los
últimos 40 años:
(Turner
2008; 2012). Figura tomada de Scientific American:
http://www.scientificamerican.com/article/apocalypse-soon-has-civilization-passed-the-environmental-point-of-no-return/
El informe
2052 prevé que será la variable climática la variable crítica en las próximas
décadas, es decir que una colapso sistémico sería causado por una interrelación
de variables entre las cuales la primera en superar valores críticos sería la
climática. Sin embargo, llama la atención cómo, en el contexto BAU que asume
Randers, no considera el alcance de un pico en el GDP mundial como una variable
crítica:
(Randers
2052)
Simplemente
comenta que “la economía mundial en 2050 será mucho menor que lo que la mayoría
de la gente cree” (aunque es posible que en el libro le extensión dedicada a
este tema sea mayor). Las principales razones de esa saturación en el nivel de
actividad económica mundial son consecuencia del efecto combinado del (1) declive
de la productividad (como se viene observando en las últimas décadas), y (2) de
la integración de la ley de rendimientos decrecientes en el sector energético
(vía incremento de la proporción de la inversión sobre el GDP, o lo que es lo
mismo, de la reducción del EROEI, como se puede ver en la figura anterior). Es
muy significativo que la mayoría de modelos (y especialmente aquellos que son
políticamente relevantes como el WEM de la Agencia Internacional de la Energía
o aquellos que participan en el proceso del IPCC) obvian aspectos como el
EROEI, y al hacerlo sus modelos son incapaces de representar estos procesos.
Otro ejemplo
de modelo que integra la limitación de recursos y el EROEI es el GEMBA de M.
Dale (Dale 2012). De nuevo, se obtienen techos de producción no-renovable poco
antes de 2050 así como una saturación en la actividad económica asociada. Esto
también coincide con el BAU del informe “Límites del Crecimiento” desde 1972.
Grosso modo, parece que los modelos se ponen de acuerdo.
(Dale 2012). IZQ: Proyección de potencia energética por fuentes de energía;
DCHA: Nivel de capital industrial total (EJ) representado en función del
capital del sector energético (EJ).
Sin embargo,
estos 3 modelos no están preparados para representar los problemas a corto y
medio plazo de la energía. Es decir, su modelado asume directamente que éstos
no van a existir. En las propias palabras de Randers: “Por lo tanto, no preveo
un shock petrolero, ni tampoco ninguna otra crisis relacionada con los recursos
en el horizonte. Tan sólo veo una transición de materiales baratos a sustitutos
más caros, y con suerte, que la transición se realice a un ritmo
suficiente para evitar el tipo de choques que pudieran hacer descarrilar el
sistema. Pero, de nuevo, esta previsión optimista es una consecuencia de
la ralentización del crecimiento económico que confío que se produzca en los
próximos 40 años”.
Es decir,
estos modelos nos están hablando de máximos teóricos (inalcanzables por lo
tanto), no de fechas más probables. Mucha literatura ha explorado las
implicaciones económicas del peakoil. En particular, Gail Tverberg escribió un
post en respuesta al informe de “2052” con el franco título: “Por qué no me creo la predicción para 2052 de Randers”,
en el que criticaba diversos aspectos del modelado del sector energético, su
insuficiente desagregación regional (que obvia particularidades locales que
podrían tener implicaciones globales) o la omisión de los precios de la
energía.
Pero no
debemos olvidar que el modelo perfecto a corto, y largo plazo que incluya
“todo” no existe ni existirá nunca por nuestra ignorancia intrínseca y las
incertidumbres asociadas, y éstos se deben de usar más bien como “herramientas
de orientación” en procesos político-sociales. Algo así como rudimentarios (e
imprecisos) aparatos de navegación (brújula, astrolabios) en una nave: la
tripulación también debe de valorar los riesgos y participar en el diseño de la
ruta más segura.
Iñigo Capellán Pérez
Referencias
(D Dale 2012)
Dale, M., S. Krumdieck, and P. Bodger. “Global Energy Modelling — A Biophysical
Approach (GEMBA) Part 2: Methodology.” Ecological Economics 73 (Enero
2012): 158–67. doi:10.1016/j.ecolecon.2011.10.028.
(Turner
2008) Turner, Graham M. “A Comparison of The Limits to Growth with 30 Years of
Reality.” Global Environmental Change 18, no. 3 (Agosto 2008): 397–411.
doi:10.1016/j.gloenvcha.2008.05.001.
(Turner
2012) Turner, Graham M. “On the Cusp of Global Collapse? Updated Comparison of
The Limits to Growth with Historical Data.” GAIA – Ecological
Perspectives for Science and Society 21, no. 2 (2012): 116–24.
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