Article publicat a Diagonal Periódico
La presentación de la revista Ecología Política trajo a Madrid a Joan
Martínez Alier, catedrático de Economía e Historia Económica de la
Universidad Autónoma de Barcelona. En esta entrevista habla sobre el
proyecto de Atlas de Justicia Ambiental, sobre cambio climático, energía
y las posibilidades de un colapso civilizatorio.
13/08/16
Joan Martínez Alier, es autor de libros como El Ecologismo de los pobres. / David Fernández
El Atlas de Justicia Ambiental arrancó en 2010-2011 y fue
presentado en mayo de este año.
Su coordinador es Joan Martínez Alier (Barcelona, 1939) catedrático de
la Universidad Autónoma de Barcelona. "Nunca nadie había tenido esta
idea un poco loca de hacer un archivo general de conflictos ambientales a
nivel mundial. No sabemos cuantas decenas de miles de conflictos hay",
comenta Martínez Alier durante una visita a Madrid.
Colaborador de revistas imprescindibles para conocer el pasado y el
presente como Cuadernos del Ruedo Ibérico o Archipiélago, Martínez Alier
dirige la revista Ecologia Política, un concepto que él ha trabajado
desde el punto de vista académico y desde la divulgación. En ese empeño,
entiende el Atlas de Justicia Ambiental: "Creo que es atractivo pensar
que vamos a tener un archivo de unos 3.000 casos. 3.000 fichas con una
descripción de cada conflicto y luego unas variables codificadas con las
que podamos hacer estadísticas".
¿Cuáles son las primeras conclusiones que han sacado del proyecto?
Una conclusión es que más o menos en el 12% de casos hay ecologistas o
gente que protesta que acaba muerta, aunque no sean ecologistas
militantes, quizá no saben ni que son ecologistas, pero están
protestando contra una hidroeléctrica o por minería, o por residuos,
etc. y en esa protesta les matan. Claro, esto se distribuye en el mundo
no uniformemente si no que hay lugares en los que matan más que otros.
En Brasil, en Filipinas, en Honduras, en Perú, etc. Estas son
conclusiones cuantitativas. Otra es que, en las fichas que tenemos, casi
el 20% de casos son de éxito en la justicia ambiental. Visto al revés
quiere decir que hay como 50% de fracasos declarados y otros 30% que la
ficha pone que no se está seguro de si es un éxito o un fracaso.
Encuentro que es muy positivo que se dé este 20% de casos de éxito,
poder estudiarlo y ver qué alternativas salen de esto.
En los países del Norte, ¿qué hay más? ¿éxitos o fracasos?
Hay que ver la estadística. Creo que depende del tipo de conflicto.
Por ejemplo, en turismo, en biomasa, es más fácil parar los proyectos y
cuando es minería, cuando es petróleo, es más difícil pararlos. Desde el
punto de vista académico estamos haciendo estudios de ecología política
cuantitativa, que no se han hecho muchos.
¿Qué es la ecología política?
Es estudiar los conflictos ambientales. Esto tiene mucho futuro y
mucho pasado. Futuro, porque cuando crece la economía mundial quiere
decir que aumenta lo que llamamos el metabolismo social, económico. Esto
quiere decir, el uso de energía y de materiales. Cada vez hay más
extracción de energía fósil, incluso de energía eólica en algún sitio, y
también de metales o de biomasa, y como hay más, hay más conflictos ¿Y
dónde están estos conflictos sobre todo? Están en lo que llamamos las
fronteras de la extracción, que pueden ser hoy en día la Amazonía de
Perú o de Ecuador, por el petróleo. También pueden ser fronteras
internas, como es el caso del fracking, en Burgos, Álava, o en varios
puntos de Europa. Hay lugares de Europa donde precisamente hay estos
conflictos del fracking del gas, y los han prohibido: en Francia, en
Bulgaria.
Un caso de éxito en esas fronteras de la extracción sería el parón de las prospecciones en Canarias.
Sí, es un caso de éxito, al final Repsol no va a poder hacerlo. O por
ejemplo, con el fracking está la cuestión de que en Catalunya y en
Cantabria se ha frenado y con ella la cuestión en torno a quién tiene la
competencia. Un conflicto ambiental se expresa siempre con muchos
lenguajes distintos, puede ser que el territorio es sagrado o si hay
derechos indígenas, o si es un valor ambiental ecológico grande. En este
caso, el del fracking es un caso de nacionalismo catalán. Hasta
Convèrgencia dice contra el fracking “porque en Madrid quieren ponerlo”.
Esto pasa en todas partes, que los conflictos se expresan con distintos
lenguajes según el contexto.
¿Es la energía una clave olvidada del ciclo económico en el que estamos?
Creo que fue olvidada durante mucho tiempo. Yo estudié economía hace
muchos años, economía agrícola también, y nadie nos explicó que al fin y
al cabo la agricultura era un sistema de conversión de energía. Es
obvio, la fotosíntesis, qué calorías se van a producir y quién se las va
a comer. Se puede ver la agricultura como un sistema energético. Puedes
ver toda la economía mundial como un sistema energético de conversión
de carbón, petróleo, movimiento, etc. Esto es lo que los economistas,
incluso hoy en día, no explican. Ni los neoclásicos ni los marxistas
durante mucho tiempo, enseñaron a ver la economía desde el punto de
vista de la física. Esto es como para especialistas, para ecólogos o
ecologistas, pero claro, hoy en día casi es imposible no darte cuenta de
que la economía industrial depende del flujo de energía. Hay gente que
lo olvida todavía. En la política también, hay que ver los programas
electorales.
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