dijous, 18 d’agost del 2016

EL 43% DE LOS empleos PUEDE SER SUSTITUIDO POR MÁQUINAS

Article publicat a El Confidencial

15.08.2016  

El uso de robots se acelera y amenaza con destruir decenas de miles de empleos

El uso intensivo de robots en el sistema productivo está amenazando miles y miles de empleos. Hasta el 43% de los puestos de trabajo puede ser sustituido por máquinas
Foto: Un empleado y un robot, en la fábrica de Ford en la ciudad de Kansas.La cuarta revolución industrial ya está aquí. Y con ella, un nuevo paisaje económico y laboral más mecanizado en el que los robots y, en general, la inteligencia artificial están llamados a ocupar un papel cada vez más determinante en el sistema productivo. Hasta el extremo de que tres de cada cuatro empleos estarán relacionados en un futuro no muy lejano con los sistemas informáticos, la gestión de datos y la seguridad informática.
No solo en el sector industrial, también en los servicios, cada vez más vinculados a los avances tecnológicos. Aunque, si antes el progreso científico era capaz de crear empleo a medio y largo plazo tras un choque inicial (efecto sustitución), hoy esas expectativas se han truncado.
Y eso es lo que está sucediendo ya en España y otros países avanzados. Pero si en las economías con mayor cualificación profesional el mercado laboral es capaz de adecuarse al nuevo ecosistema industrial, en los países con capital humano más precario, el impacto negativo de la robotización será mucho mayor. Al menos, los luditas, aquellos artesanos británicos que se revelaban en el siglo XIX contra la primera revolución industrial, no han hecho todavía acto de presencia.
Aquellas profesiones en que la interacción humana y la creatividad tienen más importancia (médicos de familia, músicos) son las que están más protegidas
Según las estimaciones del servicio de estudios de CaixaBank, un 43% de los puestos de trabajo actualmente existentes en España tiene un riesgo elevado (con una probabilidad superior al 66%) de poder ser automatizado a medio plazo, mientras que el resto de los puestos de trabajo quedan repartidos a partes iguales entre el grupo de riesgo medio (entre el 33% y el 66%) y bajo (inferior al 33%).
¿Y cuáles son los puestos de trabajo más amenazados? Un estudio publicado por los profesores Carl B. Frey y Michael A. Osborne, de la Universidad de Oxford, estima que la tecnología ya es capaz de automatizar, incluso, profesiones cualificadas, mientras que aquellas en las que la interacción humana y la creatividad tienen más importancia (médicos de familia, músicos) son las que están más protegidas. Según Adrià Morron Salmerón, autor de un estudio de CaixaBank, contables, analistas financieros o economistas están entre las profesiones cualificadas que pueden sufrir más la competencia de las máquinas.

Países más afectados

Un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) situaba España, Austria y Alemania como los países más afectados por la revolución robótica. En concreto, la cuarta revolución industrial obligará a sustituir hasta un 12% de los empleados en estos tres países, frente a una media del 9% en la OCDE. El caso de Alemania, con uno de los mejores sistemas de formación del mundo, tiene que ver con su enorme exposición a la industria, lo que a largo plazo hace más vulnerable a su mercado laboral.
Como sostiene un informe de la Federación de Industria de CCOO, que ha lanzado un ambicioso debate en el sindicato sobre los efectos de la mecanización y la robótica en el mundo laboral, los trabajos “manuales y repetitivos” serán los que tengan mayor probabilidad de ser reemplazados por máquinas, aunque esto se producirá mediante un proceso muy lento.
El problema se suscita no tanto por la cualificación de la mano de obra sino por afectar a trabajos muy recurrentes. De esta manera, mientras que en Austria los trabajadores están más preparados que en EEUU, sin embargo desempeñan tareas más repetitivas, lo que incide en mayor grado en la penetración de la robótica, más que en el nivel educativo de la plantilla.
Fuente: CCOO.
Fuente: CCOO.



Como sostienen los autores del estudio de CCOO, las nuevas industrias ofrecen menos empleos para trabajadores no cualificados o infracualificados. Es decir, los puestos de trabajo suprimidos por causa de la automatización no se cubren, por la magnitud y la velocidad con que se produce el cambio tecnológico, y cuya aceleración no tiene precedentes en la reciente historia de la economía.
Algunos estudios han calculado que entre el 40% y 50% de los trabajadores con niveles educativos de escuela primaria o secundaria sufrirán la competencia de los autómatas, mientras que los profesionales con un máster o un doctorado tendrán una probabilidad casi equivalente a cero de ser reemplazados por un robot.


Fuente: CCOO.
Fuente: CCOO.
El informe del sindicato de Ignacio Fernández Toxo, en línea con el análisis que hacen otros expertos, desmonta la idea de que solo algunos trabajadores pueden verse afectados por la creciente mecanización. Y en este sentido, recuerda que antes se pensaba que los trabajos afectados por la automatización serían los de menos cualificación, pero actualmente los robots sustituyen también empleos de conocimientos intermedios como la sanidad, el transporte o tareas administrativas, ya que se basan en la rutina. Y ese proceso productivo puede ser sustituido por máquinas.
CCOO cita un trabajo del profesor Salvador del Rey, catedrático de Derecho, que estima que el coste de crear un robot caerá un 20% el próximo año, al tiempo que su rendimiento aumentará un 5%. Pero mientras que las personas doblan su productividad cada 10 años, los robots, como mínimo, lo hacen cada cuatro. Sin olvidar que el tiempo de amortización de un robot era en 2015 de 5,3 años y en 2025 se reducirá a 1,3 años.

'Big data' y robotización

En la actualidad, el 8% de los puestos de trabajo son ocupados por robots, pero en 2020 este porcentaje se elevará al 26%. Robots que, además, serán cada vez más autónomos y capaces de interactuar y de ejecutar y tomar de decisiones más complejas. Gracias al 'big data', los robots disponen ahora de una formidable base de datos que les permite experimentar y aprender qué algoritmos funcionan mejor.
Algo que explica que la “deslocalización productiva”, asociada a la globalización en busca de mano de obra barata, haya pasado de moda. Como sostiene el informe de CCOO, durante décadas, las grandes compañías han trasladado plantas enteras a países emergentes para reducir los costes de producción. Pero el acelerado proceso de desarrollo tecnológico permite ahora sustituir mano de obra por capital (máquinas), favoreciendo el empleo en países con economías avanzadas, en los que hay mayor cualificación profesional y seguridad jurídica. Además de marcos políticos y sociales más estables. Precisamente, como consecuencia de la digitalización, la robotización y la impresión 3D.


Peso de las manufacturas en el PIB en la UE, 2000. (Fuente: Eurostat)
Peso de las manufacturas en el PIB en la UE, 2000. (Fuente: Eurostat)
Un informe del Foro Económico Mundial estimaba que hasta 2020 desaparecerán 7,1 millones de puestos de trabajo en los países avanzados y se crearán 2,1 millones. El avance tecnológico es de tal magnitud que un estudio de McKinsey estima que hoy mismo se podrían automatizar el 45% de las tareas existentes en EEUU.
Lo cierto, como afirman los expertos de CaixaBank, es que en las últimas décadas, la reducción del coste de los ordenadores ha inducido a sustituir trabajadores con conocimientos intermedios, que realizaban tareas repetitivas y fáciles de especificar en un algoritmo, lo que ha contribuido a la polarización del mercado laboral y a un aumento de la desigualdad.


Fuente: CCOO.
Fuente: CCOO.
Esto lleva, sostiene el economista Adrià Morron, a otro aspecto económico relevante: la distribución de la nueva riqueza. Según sus datos, existe una correlación negativa entre la probabilidad de automatización de una profesión y su salario anual medio, “lo que sugiere un posible aumento de la desigualdad a corto plazo”.
El problema no es el número de empleos que se pierdan con la automatización, sino que se produzcan los suficientes para compensar la pérdida de puestos de trabajo que ocasiona la digitalización. En las pasadas revoluciones industriales, las nuevas industrias contrataban a más personas de las que perdían su trabajo en las empresas que cerraban por no poder competir con las nuevas tecnologías. “En la economía, se viene dando un proceso de mutación industrial que incesantemente revoluciona la estructura económica desde dentro, destruyéndola para luego crear una nueva”, dicen los autores del informe de CCOO. La célebre 'destrucción creativa' de Schumpeter. Pero con menos empleo.





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