Entrevista a Erik Brenes: “Una moneda social no sirve para para nada a menos que uno tenga una estrategia de desarrollo económico local sostenible detrás" http://quieroverde.wordpress.com |
Escrito por Elisa Santafé Barcos.
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Las monedas sociales, herramienta
alternativa para el desarrollo local, rompen los esquemas de la economía
dominante y además crean cohesión social.
El experto costarricense, licenciado en
finanzas, promotor de proyectos de monedas sociales, o lo que es lo
mismo, locales o complementarias, en varios países de América Latina de
la mano de la fundación holandesa Stro, defiende monedas que sostengan proyectos integrales. Como los “udis”
de Coopevictoria, que promueven la compra del aceite usado en frituras
por las familias por parte de la cooperativa cafetalera, que lo
convierte en biocombustible para sus camiones.
- ¿Qué es una moneda local?
- Una moneda local es cualquier forma de intercambio en la que no se utiliza una moneda oficial. Si nos remitimos a la historia de las monedas, en los Andes se utilizaban mucho las conchas y en algunas zonas de Papúa-Nueva Guinea hoy se siguen utilizando cuentas o conchas. Hemos olvidado que el dinero o la moneda son cualquier cosa que, como sociedad, acordemos que sea.
- ¿Cómo funciona?
- Cada proyecto tiene su particularidad y en esto radica precisamente su belleza: cada proyecto responde a una necesidad diferente; funcionan de la forma en que la sociedad donde va a circular lo organiza para que funcione. La gente se pone de acuerdo, a través de una empresa, una organización de base o de un proceso productivo o cultural en el que se crea una moneda, y este proceso o proyecto estimula su circulación.
- Hagamos un poco de historia.
- Antes de que existieran los bancos centrales (el primer banco central fue el de Suecia, en 1668), circulaban varias monedas en un mismo país. Con el nacimiento de los bancos centrales se establecen las primeras monedas nacionales y a partir de ese momento, las monedas locales empiezan a dejar de tener sentido. La lógica de la moneda nacional sólo tiene unos pocos cientos de años, pero el formato de una única forma de moneda está tan metido en nuestra psique que es difícil romperlo.
Con el crack de 1929 nacen algunas experiencias de moneda en Estados Unidos, Austria y Suiza, país que cuenta con el proyecto de moneda social de más éxito, el “wir”.
El “wir” comenzó en el período de entreguerras como una red de trueque
virtual entre empresas que estaban por quebrar porque no había liquidez y
no se podían pagar entre ellas ni tampoco al banco (se habla de 2
billones de dólares al año en transacciones). En los 70 se digitalizó.
Según el profesor estadounidense James Stodder, la estabilidad económica
de Suiza se explica por la existencia del “wir”.
- ¿La crisis ha disparado este tipo de economía complementaria?- En el sistema capitalista las crisis son recurrentes. En tiempo normal, la moneda social se usa muy poquito, pero cuando empieza la escasez, todo el mundo la busca para hacer transacciones.
En los 90, con la crisis del Efecto
Tequila, que comenzó México y siguió en América Latina, yo veo un
surgimiento de monedas con casos en Tailandia, México y otros países,
todos con una escala muy local, que hace que su tamaño en términos
económicos sea muy reducido. De esta época se mantienen muy pocas
monedas, el tláloc en México y alguna en Alemania.
A raíz de esta crisis están resurgiendo de nuevo otro montón de monedas sociales,
pero me imagino que cuando acabe esta crisis, algunas desaparecerán. En
mi opinión, lo importante es que se mantengan algunas como ejemplo de
que es posible utilizar esa lógica a nivel local.
Yo vine hace unos meses a España al I
Encuentro Estatal de Monedas Sociales y Complementarias, en Vilanova i
la Geltrú (en julio, ndr) y allí he visto que muchas han surgido en los
últimos uno o dos años. Mucha gente llegó con el proyecto en la cabeza,
buscando apoyo metodológico para comenzarlo. Tienen muchísima
proyección.
El gran inconveniente que tienen las monedas sociales es que nunca van a alcanzar una gran escala, siempre van a tener un enfoque local, porque ésa es la naturaleza de esas monedas.
Tendría que hacerse un esfuerzo grande para impulsar una moneda local
en una megaciudad para crear una moneda lo suficientemente grande. Pero
eso es lo importante de la moneda local, son una herramienta de
desarrollo económico local. En América Latina, haya o no haya crisis,
siempre hay una necesidad de crearlas, pero es más por un pensamiento
revolucionario que realmente no aporta mucho para poner en crisis el
sistema.
Las nuevas tecnologías de la información
y comunicación nos permiten integrar proyectos: si están
geográficamente cerca, la integración de proyectos es posible y ahí la economía alternativa puede crear escalas interesantes.
- ¿Hay datos de cuántas monedas sociales existen hoy?
- En el libro “El futuro del dinero” (2001), Bernard Lietaer habla de unas 5.000 formas de pago alternativas (no monedas), pero creo que exagera. Medios de pago como moneda impresa cada vez va a haber menos porque cada vez es más práctico hacerlo todo por vía digital: se llama trueque multilateral recíproco. (No hay que confundir con el trueque directo.)
Intercambiar con una forma monetaria alternativa a la hegemónica permite gran cantidad de opciones.
Por ejemplo, en la Ilíada la armadura que hizo Vulcano vale siete
cabras: aunque no se tenga dinero, uno puede crear formas de
intercambiar. Karl Polanyi decía que el capitalismo nos ha hecho esclavos de una única forma de intercambio, y tenemos que estimular otras formas de intercambio que existían antes de que existiera el capitalismo. A esas formas se llaman, en términos generales, reciprocidad y solidaridad, por ejemplo el “car pooling” (compartir coche).
- Dices que las monedas sociales impulsan un desarrollo económico local sostenible: ¿cómo defines este tipo de desarrollo? - Cuando las localidades no se desarrollan económicamente, no lo hacen por una razón específica, y la idea es que la moneda local llegue a esa localidad para crear otras formas de intercambio y para crear riqueza, eso es desarrollo económico local. Además es sostenible porque si hay alguien detrás en el proyecto pensando en el diseño de la moneda, ésta se puede utilizar para desarrollar procesos sociales, normalmente desatendidos por el sistema capitalista, o procesos medioambientales, ya que el sistema capitalista tiende a degradar la naturaleza. La lógica de la moneda siempre va a ser económica, pero yo digo que a esta lógica también hay que agregarle la lógica social y medioambiental; si no, ese proyecto no es sostenible.
- ¿Cómo puede una moneda social actuar como agente de desarrollo local?
- En teoría económica, Keynes fue el primero que logró determinar el efecto multiplicador del dinero: Ejemplo: un único euro pasa por 10 personas que se hacen favores en cadena; el efecto multiplicador fue de 10 euros, pero sólo hubo uno: lo que creó riqueza fueron los 10 favores que circularon de un lado para otro, en dirección contraria al euro.
La moneda social activa algunos de los
recursos locales, no todos porque no todos los recursos locales se
pueden pagar con moneda local; lo importante es que active el intercambio.
La riqueza no fue el euro, sino un favor que hizo al otro: se da una
ganancia de bienes y servicios, estimula la circulación de los recursos
sociales. Lo que crea el valor no es el dinero, es la relación que hay
detrás del dinero.
La gente cree que el dinero crea dinero
con los intereses, (el fetiche del dinero, según Marx), cuando en
realidad, lo que crea la riqueza son las relaciones que hay detrás.
- ¿En qué contextos se desarrollan o pueden desarrollar estas monedas?
- El caso perfecto para demostrar la necesidad de una moneda local es la escasez de circulante.
- La moneda social es atractiva
para una parte de la población que sufre las crisis económicas y busca
otras vías de conseguir bienes, servicios y trabajo. ¿Qué tiene de
ambientalmente sostenible este tipo de economía?
- A través de una moneda local se pueden recrear exactamente todos los problemas que tiene el sistema hegemónico. Con una moneda local también se pueden degradar las relaciones sociales o ambientales de una localidad. Para que esto no suceda, la comunidad que utiliza la moneda tiene que tener esa sensibilidad de que economía, sociedad y medio ambiente son partes esenciales de una moneda local.
Lo primero que digo cuando evalúo
proyectos es que una moneda local no sirve para nada a menos que uno
tenga una estrategia de desarrollo económico local sostenible detrás de
la moneda.
Los proyectos de manejo de recursos
naturales más exitosos están en manos de las propias comunidades que
viven en ese lugar, porque ellos dependen del ambiente. Si una comunidad
que además de tener recursos naturales, tiene una moneda local, es muy
difícil que utilicen la moneda local para degradar el ambiente porque su
vida depende de ese ambiente. Es muy difícil que las monedas locales
vayan a permitir una degradación ambiental, pero eso no quiere decir que
no se pueda dar.
En términos prácticos, la moneda local
no genera ninguna riqueza, sino un ahorro que cada vez se utiliza menos
la moneda nacional u oficial. Cuando hay una moneda local, es más fácil conseguir las necesidades básicas, pero nadie se va a comprar un carro con moneda local.
A mí constantemente me preguntan cuál es
el proyecto de moneda local más exitoso. La gente tiende a pensar que
es el que mueve más millones y más gente, y yo digo que no. En mi
opinión el proyecto de moneda local más exitoso es el “talentier” en
Austria porque aunque es una comunidad bastante pequeña, el gobierno
local permite pagar hasta el 25% de los impuestos locales en moneda
local. Ahí se está rompiendo un esquema institucional importante.
- ¿Qué efectos produce el uso de estas monedas en la sociedad?
El efecto más importante es que logra romper en la gente esa barrera ideológica que tenemos de no utilizar otras monedas.
Tiene el efecto económico de circulación que crea riqueza. También crea
cohesión social: se está creyendo en la comunidad y la riqueza se está
quedando en nuestra comunidad. Y rompe valores: el único valor del
capitalismo es la acumulación, y una moneda local no te permite acumular
y además te permite estimular cualquier otro valor que te dé la gana,
la ecología, la cultura Estás creando una economía alternativa que se podría ver como paralela o complementaria a la economía hegemónica.
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