divendres, 29 de juny del 2012

Cinco maneras en las que el gobierno puede ayudar al consumo colaborativo

Publicat al web de  Consum Colaboratiu



JUNIO 19, 2012 |  BY ALBERT CAÑIGUERAL  |  CATALUÑAINTRODUCCIÓNPOLÍTICASHAREABLE.NET i destacado | 




En la actualidad existe evidencia suficiente para demostrar que el consumo de colaboración puede ser bueno para la economía – ofrece muchos beneficios económicosambientales ysociales

A continuación se muestra una lista de cinco cosas que los gobiernos pueden hacer para ayudar al movimiento del consumo colaborativo (empezando por las intervenciones más fáciles de poner en práctica hasta las intervenciones que requieren más recursos).

Nota:El artículo original(CC BY-NC-SA) es de Shareable.net por lo que los ejemplos són americanos e ingleses. He adaptado algunos de los ejemplos y al final he añadido algunos comentarios propios.

1
Algunas de las actividades de consumo colaborativo se encuentran al margen de la economía formal y el gobierno puede desempeñar un papel en ayudar a aclarar los derechos y responsabilidades legales de las personas que participan en estos programas. Algunas personas en San Francisco se han convertido en un hotel de forma accidental al usar Airbnb para alquilar sus habitaciones disponibles o no saben que pueden ganar £4.250 de ingresos libres de impuestos gracias al programa Rent-a-Room en el Reino Unido.

¿Quién es responsable si usted pide prestado un taladro y se electrocuta? Si usted alquila una corta-césped de su vecino, ¿tiene que pagar impuestos? Hay una oportunidad para que los
gobiernos proporcionen aclaraciones sobre los impuestos, las responsabilidades legales y las normas para las personas que participan en estos modelos de negocio de la economía de la colaboración.

2
A fin de que el consumo colaborativo adquiera mayor escala, el gobierno puede desempeñar un papel en la sensibilización de los sistemas de consumo colaborativo tales como alentar a las empresas a utilizar las redes de reutilización de muebles, la promoción del uso del coche compartido para mejorar el tráfico y la reducción de las emisiones de carbono, o hacer que la gente comparta sus habilidades y conocimientos mediante redes peer-to-peer.

 En el Reino Unido, sólo el 14% de los muebles no deseados terminan siendo reutilizado y el resto termina en vertederos. En un país donde van a quedarse sin espacio en los vertederos en el año 2018
es de sentido común alentar a que la gente cambie de una mentalidad de tirar las cosas a otra de redistribuir de los objetos no deseados a otras personas/entidades que los necesitan. (nota: en España tenemos un buen ejemplo con Pont Solidari pero se orienta sólo a empresas del 3r sector y a países en desarrollo.)

3
Ha habido algunos buenos ejemplos de gobiernos que han abierto vías de colaboración o financiación para organizaciones/empresas que pueden impulsar la economía mediante el consumo colaborativo. El Consejo de Westminster ha invertido en el Hub de Westminster, y ello se ha traducido en un espacio de coworking próspero y que ayuda a promover el espíritu emprendedor en Londres. (nota: existe el HUB-Madrid pero desconozco el nivel de apoyo a nivel local/regional por parte del gobierno y la iniciativa para un HUB en Barcelona tampoco parece que tenga apoyo del gobierno)

A través de la asociación del Gobierno del Reino Unido con NESTA, fueron capaces de
proporcionar fondos a startups prometedoras en el campo de la economía colaborativa.Esto ha permitido que Streetbank haya desarrollado una plataforma para que más de 10.000 miembros puedan compartir objetos e intercambiar habilidades con los demás.

Nuevos modelos de negocio puede estimular la innovación, la inversión y la competencia en la economía.. El mayor minorista de reformas del hogar en Europa, B&Q, está trabajando en conjunto con el Gobierno del Reino Unido para poner a prueba nuevos modelos de negocio como el consumo colaborativo. Estas asociaciones pueden crear modelos de negocio disruptivos que promueven la sostenibilidad.

4
Dado que el consumo colaborativo introduce la nueva modalidad de transacciones peer-to-peer (entre personas), las regulaciones pueden llegar a ser obsoletas y necesitan ser actualizadas. Zopa es un ejemplo de ello, como sitio de préstamos de dinero entre particulares no se ajusta a los marcos regulatorios existentes del Reino Unido, que actualmente sólo cubre los prestamistas comerciales. Se enfrentan a cargas y costos adicionales, ya que son tratados bajo los reglamentos de la Agencia de Bienes. El gobierno puede desempeñar un papel importante mediante la actualización de los reglamentos obsoletos.

En California, la introducción de la AB 1871 permite a los propietarios de automóviles mantener su seguro si alquilan su coche a otro ciudadano (nota: en España eso no es posible y es por ello que SocialCar ha tenido que crear un seguro a medida. Ver entrevista). Esto ha ayudado sin duda a que al menos tres empresas de alquiler de coches en California hayan crecido y hayan podido atraer inversiones. Es otro ejemplo de cómo 
el gobierno puede ayudar al consumo colaborativo a través de la legislación.

Para avanzar hacia un mundo más sostenible, los gobiernos deben presionar a los fabricantes a diseñar productos más duraderos, de mejor calidad que pueden y diseñados para ser compartidos y reparados en lugar de tirarlos. Un reglamento en la materia impulsará a las empresas a innovar y fabricar productos más exitosos y sostenibles.

5
Por el momento, la mayoría de la gente no está acostumbrada a pensar como primera opción en    Snapgoods  (nota: loalkilorentamusmeloprestasCluus, etc.)  para pedir prestado artículos o a usar Taskrabbit para externalizar sus recados. Es una forma completamente diferente de comportarse y el gobierno puede desempeñar un papel en la creación de infraestructuras físicas para normalizar y favorecer las conductas de compartir.

Ejemplos famosos incluyen las bicicletas Bicing en Barcelona o en Londres las bicicletas “Boris”, que realizan unos 20.000 desplazamientos al día de promedio.

Se han invertido £8 millones de libras en el establecimiento de la mayor red mundial de reutilización en Londres, donde la gente puede 
enviar los objetos que tienen en casa y no desean a centros de recogida para que luego sean revendidos a los residentes y a los negocios locales. Se estima que se evitará que 17.000 toneladas de productos reutilizables acaben en los vertederos tras los dos primeros años del proyecto.

Esta idea final es la más costosa, pero
 os imagináis que las bibliotecas fueran utilizadas como centro para recoger/dejar objetos tomados en préstamo o que el gobierno ayudara a compartir un corta-césped en cada calle? La creación de infraestructuras como éstas podría sin duda ayudar a cambiar las conductas individualistas actuales y favorecer más las conductas a favor de la compartición. (nota: en España muchos ayuntamientos tienen un servicio de recogida de muebles y electrodomésticos viejos, pero en la mayoría de casos no acaban en ninguna red de redistribución)

Que la foto de portada (de SergeMelki en Flickr con licencia CC BY 2.0) muestre la plaza Sant Jaume con el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña no es casualidad.
La mayoría de este apoyo gubernamental puede darse a escala local y/o regional: ¿puedo pagar la tasa de basuras dando muebles/electrodomésticos para que sean redistribuidos? ¿Puedo tener ITV gratuita si tengo mi coche en un sitio de alquiler de vehículos P2P? Otro ejemplo claro es dotar de funciones extras a espacios existentes como bibliotecas (herramientas?) o incluso poner algunos de los espacios públicos en alquiler dentro de Airbnb? Ideas no creo que falten y la mayoría de ellas tienen un coste mínimo, nulo o incluso pueden generar ingresos.. A nivel local/regional también es más eficaz el refuerzo de la comunidad. A nivel nacional deberían dejarse sólo temas de normativas de productos más fáciles de compartir/reparar/etc., IVA reducido para ciertas actividades, etc… pero no creo que sea eficaz empezar la casa por el tejado. También hay que evaluar el impacto en la recaudación de impuestos con la reducción del consumo “tradicional” en la medida que el consumo colaborativo vaya ganando terreno.
Como cualquier cosa con la administración/gobierno habrá que definir quién tiene la responsabilidad. Muchas de las iniciativas pueden requerir involucrar varios departamentos, eso siempre complica las cosas y es más probable que algún “responsable” diga que “eso no se puede hacer!”.
En el ámbito del consumo colaborativo el País Vasco parece llevar un poco de delantera respecto otras regiones, con Euskadi InnovaInnobasque o OpenIdeak (creo que no pertence al gobierno pero si recibe cierto apoyo). En Cataluña la Xarxa Innovació Pública (XIP) lleva ya un año en marcha y acaba de presentar su ideario. Aunque se trata de un grupo abierto en su mayoría es gente de la administración pública que dedican su tiempo libre a esta iniciativa. Creo que podría ser un buen grupo para hablar sobre consumo colaborativo y la administración pública. A ver cuanto tardamos en ver en alguna ciudad de España o América Latina el nivel de apoyo que el ayuntamiento de San Francisco ha demostrado: evento con el alcalde y emprendedores localescreación del Sharing Economy working group Todas estas ideas enlazan mucho con lo idea del “estado socio” que ya os comentamos

Vuestros comentarios e ideas son más que bienvenidos!


http://www.consumocolaborativo.com/wp-content/uploads/2012/06/twitter.jpgLa autora del artículo es Melissa O’Young, hizo una tesis sobre consumo colaborativo y terminó asesorando al Gobierno del Reino Unido en relación al tema. Ahora vive en Nueva York y usa sus capacidades de márqueting para difundir el consumo colaborativo.
La podéis seguir en Twitter: @melalicious

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