Las juntas vecinales de los pueblos cepedanos, como los de otros puntos
de España, pueden perder los terrenos y propiedades comunales
Paseantes
recorren la Ruta de la Batalla de Cogorderos. El bosque de
Valdicadierno sería otro espacio más que perderían los pueblos
Las juntas vecinales de los pueblos cepedanos, como los de otros puntos
de España, perderán las propiedades y comunales en virtud del texto de
un anteproyecto de ley aprobado por el gobierno de Mariano Rajoy el 13
de julio pasado.
Montes comunales, antiguas escuelas, derechos de caza, maderas
todo lo
que ha sido propiedad comunal dejará de serlo en virtud de un texto que
desmantela las juntas vecinales.
Todo eso pasará a ser administrado por otros, probablemente La Junta o
la propia Diputación, con lo que no se puede descartar la posibilidad de
que se acabe entregando a empresas o particulares para su explotación,
mediante algún tipo de acuerdos o convenios
. En definitiva, una
desamortización de los núcleos rurales para la administración de los
bienes por políticos, empresarios o burócratas.
De esta forma, un inmenso pedazo de España va a ser arrancado a sus
propietarios, sin justificación, a la vez que se anulan instituciones
con más de 2.000 años de funcionamiento, en lo que se perfila como el
mayor robo del siglo XXI.
Y ese asalto a lo ajeno se ha producido casi sin escándalo público
porque se lleva a cabo en los núcleos rurales, envejecidos y silentes, y
a través de una legalidad con la que se quiere aparentar mayor
racionalidad. Robo y esquilmación de la historia.
Los núcleos rurales del norte de España han empezado a tomar conciencia
del asalto gubernamental y están empezando a realizar asambleas para
informar del anteproyecto por la cual se quieren eliminar las
competencias de las Juntas Vecinales.
Desde tiempos romanos pervive en estos lugares del norte una
institución, el Consilium, traducida en nuestro tiempo al Concejo, que
es la asamblea que se reúne periódicamente para regir los asuntos
importantes del lugar. Allí se aprueban las cortas de los bosques, los
derechos de pastos, de cultivo y de caza, la administración de las
propiedades del lugar
es un Parlamento del pueblo, en el que cada
habitante tiene un voto.
Gobierna la Junta vecinal un presidente, también elegido periódicamente
por votación popular. Y esta Junta se encarga de multitud de aspectos de
atención a los recursos y necesidades del vecindario. Y cuando hace
falta dinero para arreglar algo o para ayudar a alguien
se establecen
cuotas que todos suscriben.
Todo tiene una base de administración democrática de dos mil años, y que
ha servido para defender los derechos de cada uno de los vecinos.
Y ahora vamos a otro capítulo importante. Todos los recursos comunales
pertenecen a todos y se administran por todos. Los campos se distribuyen
equitativamente entre quienes quieren trabajarlos, igual que las
maderas o los derechos de pasto
y se exponen anualmente todos los
detalles de la explotación.
Coexiste así en el campo una explotación privada, de origen latino, con
unas exploraciones públicas, de marcada influencia germánica (invasiones
bárbaras) lo que da a los pueblo un elevado equilibrio social. Un
campesino puede que no tenga muchos terrenos privados, pero de lo
público le corresponde una parte igual que a cualquier otro. De hecho,
las partes se distribuyen por una comisión, se numeran y se entregan por
sorteo.
Pues este sistema milenario, democrático e igualitario de reparto de
bienes se acaba por una normativa que ha propuesto el Gobierno Español
este mes de julio y que dada la mayoría existente del Partido Popular-
puede ser aprobada sin modificación alguna.
Los espacios cerealistas de los montes cepedanos son en su mayoría comunales. imagen guiarte.com
A los ya menguantes lugares del campo español, les quitarán ahora las
casas comunales (antiguas escuelas, sede del concejo, etc.) les quitan
los campos comunales, los pastos, los derechos de caza, los bosques
.
Robar al pobre para engrosar los bolsillos del rico o del burócrata.
Entre los más indignados se comenta que no es extraño que de proseguir
este asalto, proliferen aún más los incendios. Mucha gente opina que hay
que calcinar las tierras antes que entregarlas a los ladrones
disfrazados de burócratas.
Conocedores del gravísimo problema, ante este asalto a las haciendas y a la historia desde guiarte.com/La Cepeda proponemos:
- Difundir el robo
- Protestar en defensa de los derechos económicos e históricos de estos lugares
- Anunciar que no se volverá a votar jamás a los autores de esta brutal expoliación económica e histórica
- Apoyar las movilizaciones para defensa de estos vestigios democráticos con más de 2000 años de vigencia
- Promover y difundir allá donde estemos, este vestigios histórico que quieren borrar Promover ante la UNESCO, el reconocimiento como Patrimonio Mundial del este sistema económico antes de que el Estado lo arrase
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