Grecia: La moneda de la solidaridad
(Por Leonidas Ntilsizian)
En
la imagen: Mesas y sillas de madera a la venta en Ierapetra, Grecia,
ostentan precios en la moneda kaereti. Crédito: Leonidas Ntilsizian/IPS.
Ierapetra,
Grecia, 16 de marzo (IPS) - "¡Cuidado! La soda cáustica es peligrosa",
grita Rea Pigiaki mientras mezcla el líquido con lavanda para preparar
sus jabones aromáticos, que son muy famosos en esta pequeña localidad
del sudoriente de Creta. Pigiaki, madre de tres hijos, ofrece sus
productos artesanales a integrantes de la Red de Moneda Alternativa de
Ierapetra.
Ella
cobra 1,5 kaereti –la moneda local, digital y también llamada "social"
de Ierapetra– por cada barra de jabón, y habitualmente recibe miel y
naranjas a cambio de sus productos. "En nuestras billeteras ya no hay
euros. El kaereti parece ser una respuesta a lo que está ocurriendo en
la economía griega", dice a IPS.
Todos
los intercambios de la red se registran en una computadora central,
donde los miembros publican lo que sea que puedan ofrecer, cubriendo una
amplísima variedad de productos y servicios. Los integrantes anotan qué
productos y servicios necesitan. Cuando dos miembros deciden
intercambiar productos, cada uno completa la cuenta del otro con la suma
acordada en kaereti.
El
punto clave es que no circulan ni euros ni ninguna otra moneda oficial,
y que todos los intercambios se realizan exclusivamente en kaereti. La
palabra "kaereti" pertenece al dialecto local y significa "ofrezco una
pequeña ayuda a alguien que la necesita, sin esperar un beneficio".
Pescado
fresco, vino, el famoso licor "raki" de Creta, café árabe, productos
agrícolas locales, muebles de madera, artesanías, jabones biológicos,
aceites esenciales, chocolate casero, joyas… Todo lo imaginable se
ofrece y se intercambia rápidamente a través de la red digital.
La
red de productos tangibles se complementó con un gran número de
servicios y una fuerza laboral bien equipada y lista para ofrecer sus
habilidades al instante: electricistas, plomeros, sastres, pintores,
jardineros, artistas gráficos, asesores legales, contadores, profesores
de idiomas, danza y música. La lista es interminable.
Lo
más inusual parece ser alguien que "ofrece sus estudios en arquitectura
marina", observa Alexis Machairas, uno de los fundadores de la red, que
es plenamente autosuficiente y profesional. "La moneda local se creó en
agosto de 2011 y hasta ahora participan más de 300 miembros de la
sociedad local", explica Machairas.
"Especialmente
en las últimas semanas –cuando la economía de Grecia ha mostrado un
(gran declive)-, la cantidad de miembros y transacciones aumentó
rápidamente. En el último mes, la red aumentó un tercio su membresía, y
se registra por lo menos una transacción por día", agrega.
Sin
dudas, la transparencia en el sistema monetario local es una gran
ventaja. Todos los miembros tienen acceso a la planilla principal, que
muestra la hora del intercambio, los precios y la cantidad de
intercambios realizados a cada momento. Un kaereti equivale a un euro,
pero los euros no están permitidos dentro de la red.
"Las
monedas alternativas están (dirigidas principalmente) a los pobres",
explica el profesor de economía política George Stathakis, de la
Universidad de Creta. "Todas las redes alternativas son una base muy
seria para superar los obstáculos que enfrentan los estratos más pobres
de la sociedad", añade.
De
ese modo, resurgen viejas actividades que adquieren un nuevo valor,
generando empleo en simultáneo. "Todos los intercambios se basan en la
confianza, la transparencia y la simplicidad. Actualmente funcionan en
Grecia 26 redes diferentes de intercambios, (aunque) la del kaereti es
la (más) ambiciosa", destaca Stathakis.
"Para
fin de año, habrá alrededor de 100 de (esas) redes en Grecia. Los entre
300 y 1.000 miembros de una red tienen una buena perspectiva sobre cómo
tener éxito en la sociedad local, y sin dudas recibirán grandes
beneficios", agrega.
Sin
embargo, aunque la llamada "moneda social" da esperanzas a los pobres,
no soluciona los problemas macroeconómicos de Grecia, dado que carece de
una base institucional o estatal. En cualquier momento, las redes
pueden quedar a merced del centro de recaudación de impuestos, por lo
que se necesita una regulación legal con urgencia, subraya Stathakis.
"El
kaereti no es un sustituto del euro. Funciona en paralelo a la economía
común", añade. Además, este tipo de economía tiene profundas raíces en
la región. Hasta 1960, el sistema de trueque todavía regulaba al sector
agrícola de Creta.
"Mi
madre recuerda que hasta 1959, cuando mi familia alquilaba una casa en
Chania, esa renta se pagaba en aceite", recuerda el profesor. La
economía de intercambio permite que los participantes se beneficien
mutuamente. Por ejemplo, Kostas, miembro de la red kaereti, organiza
excursiones en su bote durante el verano, y en invierno cultiva su
predio, lo que le permite ofrecer aceite y aceitunas a la red.
Grecia: La moneda de la solidaridad
Por
otro lado, Dimitris, otro integrante, le da a Kostas servicios de
seguro de automóvil a cambio de aceite de oliva. "Ambos obtendremos una
ganancia", dicen. "En condiciones normales, el comerciante cobra 1,80
euros por un solo litro de aceite de oliva, y el cliente en el
supermercado habitualmente compra la misma cantidad por cinco euros.
Ahora
ambos hicimos un acuerdo por 2,5 kaereti por un litro, y entre nosotros
no interviene ningún intermediario", explica Dimitris. El intercambio
quedará inmediatamente registrado en la red, Kostas sumará más kaereti a
su cuenta y, luego de unos meses de vender su aceite, le pedirá a
Dimitris que le proporcione el seguro anual para su automóvil.
Actualmente,
en Ierapetra, "los miembros de la red pagan las facturas de los
ancianos, ofrecen traslados a otros habitantes del lugar e incluso
cuidarles a sus hijos", señala Ioanna, una funcionaria social de la red.
"Los vínculos entre los miembros se fortalecen cada día. Ellos toman en
cuenta las necesidades reales de los demás. Aparte, cada uno puede
mostrar sus habilidades personales.
Hay
integrantes que pueden reparar sillas de madera y ahora se sienten
útiles y productivos", dice. La ausencia del euro abre la puerta a la
solidaridad entre los integrantes de la comunidad del kaereti, lo que
representa una efectiva vía de salida de una crisis económica nacida de
la especulación financiera.
Los
miembros de la red kaereti citan con frecuencia al premio Nóbel de
Literatura Giorgos Seferis, quien dijo que, en un mundo cada vez más
pequeño, cada uno necesita a todos los demás.
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