dilluns, 6 d’abril del 2015

Cómo trabajar menos horas puede ayudar a prevenir la catástrofe climática y a promocionar la igualdad de la mujer

Article publicat a Labor Notes 

L'article parla per al públic nord-americà però es pot aplicar igualment als països del sud d'Europa. L'autor defensa que la modernització del discurs sindical passa per posar al centre de les seves reivindicacions el tema de l'equilibri entre vida laboral i les qüestions de gènere i cura i que la reducció de jornada laboral és un tema clau per fer front als problemes de sostenibilitat ambiental.


POR  DANIEL  ALDANA  COHEN*

Los problemas sobre el equilibrio entre vida laboral y género deben ser preocupaciones centrales de los movimientos sindicales." (Michael Herve / Flickr)

Ante la catástrofe ecológica que se avecina, ¿pueden  los  sindicatos ayudar a reestructurar el trabajo en sí ? ¿y qué tiene que ver la desigualdad de género  con todo eso?  Planteamos estas cuestiones  a Tom Malleson, profesor ayudante de Estudios de Justicia Social y Paz en el King’s University College de Western University en Londres, Ontario, y autor de After Occupy: Economic Democracy in the 21st Century (Después de la ocupación: democracia económica en el siglo 21).

Labor Notes: La agenda climática en la esfera del  Trabajo ha sido principalmente la de conseguir más empleos verdes. En su investigación, usted está más interesado en un enfoque diferente,  más amplio que el trabajo, centrado en la sostenibilidad, en la carga injusta de trabajo para la mujer y en lograr para todos los trabajadores un convenio mucho mejor. Empecemos por la dimensión ecológica.

Tom Malleson: Nuestra economía y el medio ambiente están en vías de colisión. En este momento, la única forma en que nuestra economía es capaz de ofrecer empleos decentes es a través de un crecimiento constante y perpetuo. Así que el reto fundamental es pensar cómo podemos reorganizar la economía para garantizar tanto la seguridad económica como la sostenibilidad ecológica.

Un factor es el cambio de los  trabajos sucios por los empleos verdes. Y eso ya está ocurriendo. Pero creo que una transformación hacia  los empleos verdes por si sola no será suficiente para evitar un cambio climático catastrófico.

El problema fundamental es simplemente que estamos produciendo y consumiendo  mucho más de lo que el medio ambiente puede soportar. Por poner un ejemplo, desde 1990, el estadounidense medio ha pasado en términos reales a gastar un 20% más en coches, un 80% más en ropa y un  300% más en muebles y en  artículos del hogar.

Cada  día las empresas extraen de la tierra el equivalente en peso de 112 edificios como el Empire State, y la cifra va creciendo cada año. Eso significa  un 50% más de lo que se extraía  hace sólo 30 años. Así que la conclusión es que tenemos que empezar a producir y consumir menos.

Esto sería lo justo , pero, ¿dónde nos deja eso en términos de puestos de trabajo?

La idea clave es el trabajo compartido. En lugar de contratar  a un solo trabajador durante 40  o 50 horas semanales ,  se deberían contratar más trabajadores por menos horas. Deberíamos aspirar a jornadas de 35 o incluso a  30 horas semanales.

Esto significaría un poco menos de dinero y un menor consumo. Pero así como el trabajo  nos ofrece  seguridad, salud y prestaciones de jubilación, la evidencia nos muestra que una vez que la gente se acostumbra a trabajar menos horas, les gusta la experiencia y ya no quieren retroceder a jornadas mas largas.

La reducción del tiempo de trabajo no ha sido tan predominante en Norte América, pero en Europa.se ha perseguido con éxito  Los sindicatos franceses lucharon con éxito por ello  y ganaron una semana laboral de 35 horas. Los sindicatos de los Países Bajos han estado a la vanguardia de la creación de muchos puestos de trabajo a tiempo parcial.

Y a diferencia de aquí, estos  trabajos a tiempo parcial son realmente buenos empleos. Tienen más o menos el mismo salario por hora que los trabajos a  jornada completa y beneficios y seguridad similares. Esta  es una gran diferencia.

El estadounidense medio trabaja cerca de 1.900 horas al año, mientras que el promedio de la  población   holandesa trabaja cerca de 1.350 horas al año, alrededor de un 30 por ciento menos. Mi investigación actual estudia esas mejores prácticas en Europa que podrían servir como modelo para América del Norte.

¿Puede decirnos algo más sobre el ejemplo holandés, y de cómo los trabajadores pueden optar por horarios mas reducidos?

Los Países Bajos sufrieron  una gran recesión en la década de 1980 y una de las principales respuestas fue la de luchar por el trabajo a tiempo parcial con el fin de fomentar el  reparto del  trabajo y reducir el desempleo. Los sindicatos fueron muy listos  y  triunfaron  al asegurarse que los empleos a tiempo parcial fueran buenos empleos.

La Ley sobre la regulación de la jornada laboral fue promulgada en la década de 2000. Esta ley permite que los trabajadores de empresas con más de 10 empleados en cualquier momento puedan solicitar un cambio en su jornada laboral con el pago prorrateado y el acceso a las prestaciones. Las empresas no se pueden negar, a menos que puedan demostrar que existen razones de peso para no aceptarlo.

¿Qué consecuencias para las mujeres tiene este tipo de acuerdo?

Realmente, hay dos razones fundamentales por las que la reducción del tiempo de trabajo es tan importante. Una  es el medio ambiente. La segunda es el género. Las mujeres hacen una cantidad enormemente desproporcionada de trabajos  de cuidado y  domésticos.

Las mujeres están empezando a trabajar fuera de casa casi tanto como los hombres. Pero los hombres no han actuado de  forma recíproca a la hora de compartir el trabajo de cuidados. Obviamente, esto genera todo tipo de consecuencias negativas.

Y ya, en general, la gente se siente "con  falta de tiempo." Hay una enorme cantidad de falta de tiempo en nuestra sociedad. Llevamos vidas apresuradas, acosadas. Por lo tanto, lo que necesitamos para hacer frente a este desequilibrio de género es hacer que el compartir  las tareas domésticas y las responsabilidades de cuidado  sea más fácil para hombres  y mujeres

El libro en el que Jennifer Nedelsky de la Universidad de Toronto, y yo hemos estado  trabajando se llama Trabajo a tiempo parcial para todos. La idea es que nunca vamos a conseguir la igualdad de género hasta que tengamos una sociedad de cuidados universales, una sociedad donde todos los adultos compartan las responsabilidades del cuidado de una manera justa y equitativa.

¿Cómo podemos lograr esto? Es evidente que tienen que haber cambios culturales sobre lo que se percibe como rol de los hombres y de las mujeres. Pero en términos de puestos de trabajo, que es mi enfoque, fundamentalmente  lo que necesitamos es, en primer lugar, la reducción de horas para que los hombres pueden trabajar menos y cuidar más; y en segundo lugar, el aumento de la flexibilidad laboral,  a lo que nos gusta llamarlo "soberanía del tiempo." Cosas como la flexibilidad en los horarios o la flexibilidad en el lugar de trabajo son las que van a permitir  que el empleo no continúe siendo un impedimento para los trabajos de cuidado.

Una vez más, estas políticas están más avanzadas en Europa. En los EE.UU. sólo el 27% de las empresas ofrecen a la mayoría de sus empleados horarios flexibles. En Suecia, el 68% de los puestos de trabajo ofrecen horarios flexibles al 80% de sus empleados.

Supongo que para que esto funcione, se necesita  que el estado garantice una  red de seguridad social más fuerte ¿Pueden las empresas permitirse el lujo de ofrecer a los trabajadores a tiempo parcial el tipo de cosas que ofrecen a los trabajadores a tiempo completo en los EE.UU.?

Cierto. La transición  a un trabajo a tiempo parcial requiere, como usted dice, una expansión de la oferta  pública de los servicios básicos. Esto permitiría a las personas reducir su jornada de trabajo sin sacrificar su seguridad económica ni su sustento básico.

Tenemos que empezar a desvincular nuestros derechos a nuestras prestaciones básicas, como las pensiones y la atención de la salud, al empleo.

La gente puede decir que el contexto es demasiado diferente. Es tan difícil imaginar que los acuerdos laborales europeos puedan trasladarse a EEUU. ¿Cuáles son algunas de las lecciones políticas que podemos aprender?

Es cierto que la realidad política de EE.UU. es  diferente que la  de Europa y, en particular, de los países nórdicos. Pero las fuerzas subyacentes son las mismas. La diferencia está en que los sindicatos son mucho más fuertes en Europa. En mi opinión esto implica que las enseñanzas que recibimos de Europa son importantes para nosotros; sólo necesitamos  movilizaciones mas fuertes para lograr victorias similares.

En términos de estrategias  de organización específicas , creo que la lección principal es que el equilibrio entre vida laboral y las cuestiones de género deben ser las preocupaciones centrales de los movimientos sindicales. Reducción del tiempo de trabajo, buenos puestos de trabajo a tiempo parcial, puestos de trabajo flexibles, esos son los componentes fundamentales para una estrategia sindical del siglo 21 que es, a la vez,  feminista y ambientalmente sostenible.

¿Sabe cuando tuvo lugar en Europa occidental o los países nórdicos el abandono de la agenda sobre  puestos de trabajo directos  hacia  esta agenda más amplia, más holística?

Este cambio en realidad tuvo lugar en la década de 1980, liderado principalmente por Dinamarca, los Países Bajos, Suecia, Noruega y  Francia, hasta cierto punto debido a que esos lugares tienen particularmente movimientos feministas fuertes y contingentes feministas dentro de los grandes sindicatos.
Estos movimientos lograron rearticular lo que los sindicatos contemporáneos deberían ser  y pusieron de relieve algunas de los motivaciones originales del movimiento sindical, así como las cuestiones sociales mas generales acerca de la importancia de la libertad a partir del trabajo.

Así que parte del mensaje no es sólo que los sindicatos pueden actuar de diferente manera, sino que la organización feminista realmente puede dar dividendos si se une al movimiento sindical con éxito.

Exactamente.

*  Daniel Aldana Cohen es doctorando en sociología en la Universidad de Nueva York y autor de un ensayo reciente en Jacobin sobre los vínculos entre las ciudades, los movimientos laborales y el ocio bajo en carbono.
Traducció N.C.

diumenge, 5 d’abril del 2015

ALARMA MUNDIAL: LOS GRANDES BANCOS SE APODERAN DEL AGUA DE TODO EL PLANETA

Post publicat a El Robot Pescador


Una tendencia preocupante en el sector del agua se está acelerando en todo el mundo.
Los elitistas multimillonarios y los grandes bancos de Wall Street están comprando agua por todo el mundo a un ritmo sin precedentes.
Grandes conglomerados bancarios como Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Citigroup, UBS, Deutsche Bank, Credit Suisse, Macquarie Bank, Barclays Bank, Blackstone Group, Allianz y HSBC, entre otros, están consolidando su control sobre el agua de todo el planeta.
Magnates ricos como T. Boone Pickens, el ex presidente George HW Bush y su familia, Li Ka-shing de Hong Kong, Manuel V. Pangilinan y otros multimillonarios filipinos, así como muchos otros, están comprando miles de hectáreas de tierra con acuíferos, lagos, derechos sobre el agua, servicios sanitarios y acciones en empresas de tecnología e ingeniería del agua de todo el mundo.
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Al mismo tiempo que los grandes bancos están comprando agua por todo el mundo, los gobiernos se están moviendo rápidamente para limitar la capacidad de los ciudadanos para ser autosuficientes en el suministro de agua.
Un buen ejemplo de ello fue el caso de Gary Harrington en Oregon, EEUU, en el que el Estado criminalizó la recolección de agua de lluvia en tres estanques situados en su terreno privado, al condenarle con nueve cargos y lo condenó a 30 días de cárcel.
Sin embargo, el multimillonario T. Boone Pickens es propietario de los derechos de agua del acuífero de Ogallala, que le permite drenar aproximadamente 245.000 millones de litros de agua al año, sin que nadie le condene por ello.
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T. Boone Pickens
Es un ejemplo del extraño nuevo orden mundial en el que los multimillonarios y los bancos elitistas pueden poseer acuíferos y lagos, pero los ciudadanos comunes ni siquiera pueden recoger agua de lluvia o nieve en sus propios patios y terrenos privados.
Muchos medios de comunicación han tratado el tema, centrándose en empresas individuales y super-inversores que buscan controlar el agua mediante la compra de derechos de agua y los servicios de suministro.
Pero, paradójicamente, la historia oculta es mucho más complicada. La historia real del sector mundial del agua es un enrevesado lío que implica a empresas de inversión de Wall Street, bancos y otras empresas globales de capital privado de élite que trascienden las fronteras nacionales para asociarse entre sí, con bancos y fondos de cobertura, con empresas de tecnología y gigantes de los seguros, con fondos regionales de pensiones del sector público, y con fondos soberanos. Todos ellos se están focalizando en el sector del agua, no solo para comprar derechos de agua y tecnologías de tratamiento de agua, sino también para privatizar los servicios públicos de suministro de agua y las infraestructuras respectivas.
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Un documento de análisis de renta variable de JP Morgan de 2012, establece claramente que “Wall Street parece muy consciente de las oportunidades de inversión en infraestructura de abastecimiento de agua, tratamiento de aguas residuales, y tecnologías de gestión de la demanda”.
De hecho, Wall Street se prepara para sacar provecho de la apropiación mundial del agua en las próximas décadas.
Cuando hablamos de “agua”, hacemos referencia a los derechos del agua (es decir, el derecho de aprovechar las aguas subterráneas, los acuíferos y los ríos), la tierra que contiene extensiones de agua (es decir, lagos, lagunas y manantiales naturales en la superficie o en las aguas subterráneas), proyectos de desalinización, de purificación de agua y tecnologías de tratamiento, tecnologías de riego y perforación de pozos, empresas de servicios públicos de saneamiento del agua, mantenimiento y contrucción de la infraestructura de suministro de agua (de tuberías y distribución a todas las escalas de las plantas de tratamiento a nivel residencial, comercial, industrial y usos municipales), servicios de ingeniería del agua (por ejemplo, los que participan en el diseño y construcción de instalaciones relacionadas con el agua), y el sector de agua al por menor (como los que participan en la producción y las ventas de agua embotellada, máquinas expendedoras de agua, servicios de suscripción y entrega de agua embotellada, camiones de suministro de agua y tanques de agua).
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LOS BANCOS VEN EL AGUA COMO UNA MERCANCÍA ESTRATÉGICA
Desde 2008, los gigantes bancarios están captando cada vez una mayor cuota de mercado en el sector del agua e identifican el agua como un bien fundamental, mucho más crucial e importante que el petróleo.
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Goldman Sachs: “El agua será el próximo Petróleo”
Como hemos dicho antes, en 2008, Goldman Sachs calificó al agua como “el petróleo del próximo siglo”.
En una conferencia sobre los máximos cinco riesgos del siglo XXI, una “escasez de agua calamitosa” fue calificada como la amenaza más grave para la humanidad que la escasez de alimentos y de energía.
Desde 2006, Goldman Sachs se ha convertido en uno de los mayores gestores de fondos de inversión en infraestructura y ha acumulado un capital de 10000 millones de dólares en infraestructura, incluyendo el suministro de agua.
En 2012, Goldman Sachs compró Veolia Water, que suministra agua a 3,5 millones de personas en el sureste de Inglaterra.
En 2003, Goldman Sachs se había asociado ya con uno de las firmas de capital privado más grandes del mundo Blackstone Group y Apollo Management para adquirir Ondeo Nalco, una empresa líder en el suministro de productos químicos y servicios de tratamiento y procesamiento de agua, con más de 10.000 empleados y operaciones en 130 países, por 4.200 millones de dólares.
Asimismo, en 2008, Goldman Sachs realizó un esfuerzo inversor para adquirir
China Water and Drinks, inc., que suministra agua purificada a los proveedores de marcas reconocidas como Coca-Cola y a la empresa de bebidas de Taiwán Uni-President.
China Water and Drinks es también un importante productor y distribuidor de agua embotellada en China.
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China tiene uno de los peores problemas de agua de Asia y una gran clase media emergente, de manera que su sector del agua embotellada es el de más rápido crecimiento en el mundo y está generando enormes ganancias.
Además, China padece una aguda escasez de agua y una grave contaminación que provocará que el país tenga una gran demanda de agua limpia en los próximos años, generando con ello una gran posibilidad de negocio a largo plazo.
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Citigroup: “El mercado del agua pronto eclipsará al Petróleo, la agricultura y los metales Preciosos”
El principal economista de Citigroup, Willem Buitler dijo en 2011 que el mercado del agua pronto será más importante que el mercado del petróleo:
“El agua como activo, en mi opinión, se convertirá en el activo más importante entre los productos básicos, empequeñeciendo al petróleo, al cobre, a las materias primas agrícolas y a los metales preciosos”
En concreto, una oportunidad lucrativa en el agua reside en la fracturación hidráulica (fracking), ya que genera una demanda masiva de agua.
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Cada pozo de petróleo basado en el fracking, requiere de 11 a 18 millones de litros de agua, y el 80% de esta agua no puede ser reutilizada porque es entre 3 y 10 veces más salada que el agua de mar. Citigroup recomienda a los propietarios de derechos de agua que vendan su agua a empresas de fracking en lugar de a los agricultores ya que el agua de la fractura hidráulica se puede vender a un precio 60 veces superior.
Además, el sector de tratamiento de las aguas de lastre, actualmente valorado en 1.350 millones de dólares al año, se estima que alcanzará entre los 30 y los 50 mil millones de dólares en breve.
Citigroup ha invertido agresivamente en la compra de infraestructuras de suministro de agua por todo el mundo.
el análisis de sus inversiones en servicios de agua del Reino Unido, por poner un ejemplo, muestran como nunca hay un solo banco o fondo de capital privado invirtiendo en cada negocio o infraestructura, sino que siempre se asocian con muchos otros.
Por ejemplo, Citigroup entró en el inmenso mercado de las infraestructuras del agua de la India mediante la asociación con el Blackstone Group y dos compañías de financiamiento privado de la India.
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UBS: “la escasez de agua es la crisis definitoria del siglo XXI”
En 2006, UBS Investment Research, una división de la sede en Suiza del UBS AG, el mayor banco de Europa por activos, tituló un informe de investigación de 40 páginas como “La escasez de agua: ¿La crisis definitoria del siglo XXI ?”
En 2007, UBS, junto con JP Morgan y el Fondo Challenger de Australia, compraron Southern Water en el Reino Unido por 4.200 millones de libras esterlinas.
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Credit Suisse: “El agua es la megatendencia primordial de nuestro tiempo”
Credit Suisse publicó un informe en 2008 el que aconsejaba a los inversores: “Una forma de tomar ventaja de esta tendencia es invertir en empresas orientadas a la generación de agua, conservación, tratamiento infraestructura y desalinización”
La tendencia a la que nos encaminamos según Credit Suisse, es el agotamiento de las reservas de agua dulce atribuible a la contaminación, la desaparición de los glaciares (la principal fuente de reservas de agua dulce ), y el crecimiento de la población, lo que provocarán que el agua se convierta en un recurso escaso.
Según Credit Suisse dos tercios de la población mundial es probable que vivan bajo condiciones de estrés hídrico para el año 2025.
En vista al enorme negocio futuro, Credit Suisse se ha asociado con gigantes industriales de las infraestructuras como General Electric Infraestructure, con Cleantech Group y con Consensus Business Group.
Durante su conferencia asiática de inversión, Credit Suisse afirmó que:
“El agua es primordial para los que saben acerca de los productos estratégicos globales. Como en el caso del petróleo, la oferta es finita pero sin embargo, la demanda está creciendo a pasos agigantados. Pero a diferencia del petróleo, con el agua, no existe otra alternativa”
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JPMorgan Chase: construcción de infraestructuras del agua, Servicios Públicos e Infraestructura Pública a escala mundial
Uno de los bancos más grandes del mundo, JPMorgan Chase ha perseguido agresivamente apoderarse de las infraestructuras de agua por todo el mundo.
Este imperio bancario es controlada por la familia Rockefeller; el patriarca  de la familia, David Rockefeller, es miembro del Grupo Bilderberg, del Consejo de Relaciones Exteriores y de la Comisión Trilateral.
JPMorgan ve el financiamiento de la infraestructura del agua como un fenómeno global y sus analistas estiman que la inversión en infraestructuras en los mercados emergentes será de aproximadamente 21,7 billones de dólares durante la próxima década.
Jp Morgan ha centrado grandes esfuerzos en la India, uniéndose a Citigroup, Blackstone Group, 3i Group (la segunda mayor firma de capital privado de Europa), y el Banco ICICI ( el segundo banco más grande de la India).
La división Global Equity Research de JPMorgan también publicó un informe de 60 páginas llamado “reloj de agua: una guía para la evaluación de riesgos corporativos en un mundo sediento” el 1 de abril de 2008.
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Allianz Group: “El agua está infravalorada”
Fundada en 1890, Allianz Group de Alemania es uno de los principales proveedores mundiales de servicios de seguros, banca y gestión de activos en cerca de 70 países.
En abril de 2008, Allianz SE puso en marcha el Fondo de Agua Allianz RCM Global que invierte en títulos de renta variable de empresas relacionadas con el agua en todo el mundo, haciendo hincapié en la revalorización del capital a largo plazo.
Dresdner de Allianz SE Bank AG dijo a sus inversionistas que: “Las inversiones en agua ofrecen grandes oportunidades: el aumento de los precios del petróleo no nos permiten centrar nuestra visión en una escasez aún más grave: la del agua. La economía mundial del agua se enfrenta a una multimillonaria necesidad de inversión de capital y modernización. Esto ofrece una oportunidad rentable para los inversores a largo plazo”
Según Allianz: “el verdadero valor del agua no está siendo reconocido….El agua tiende a infravalorarse en todo el mundo….Tal vez esa sea una de las razones por las que hay tantos lugares con falta de suministro debido a la falta de inversión. Con eso en mente, tiene sentido invertir en empresas que se dedican a mejorar la calidad y la infraestructura de agua”
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Deutsche Bank: 2 mil millones de euros de inversión en infraestructuras en Europa: Agua, clima, infraestructura e Inversiones Agroindustriales
Deutsche Bank es uno de los principales actores en el sector del agua en todo el mundo. Los asesores de Deutsche Bank han identificado el agua como parte de las estrategias de inversión en el clima.
Además del agua, los otros dos recursos identificados como esenciales fueron la agroindustria (plaguicidas, semillas transgénicas, fertilizantes minerales, maquinaria agrícola) y energías renovables (energía solar, eólica, hidrotermal, biomasa, hidroelectricidad).
Otros megabancos que se fijan en el agua como inversión esencial
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·Merrill Lynch (antes de ser comprada por Bank of America): emitió un informe de investigación de 24 páginas titulado “La escasez de agua; un problema mayor”
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·Morgan Stanley: en otro estudio recomienda tres áreas de oportunidades de inversión en agua: los servicios de agua, operadores mundiales y empresas de tecnología (como los que fabrican las membranas y productos químicos utilizados en el tratamiento del agua para la industria del agua).
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·Barclays PLC: administra un fondo cotizado que cotiza en las Bolsas de Valores de Londres y que es promocionado como “una exposición amplia de acciones de las empresas de agua más grandes del mundo, incluyendo los servicios de agua y las existencias de equipos de agua” de las empresas de agua de todo el mundo.
Además, existen numerosos fondos de inversión y de cobertura centrados en el enorme negocio del agua, como Calvert Global Water Fund, Allianz RCM Global Water Fund, PFW Water Fund, Kinetics Water Infrastructure Advantaged Fund, Master Water Equity Fund, Water Partners Fund, y un larguísimo etc…
A ellos debemos añadir también fondos soberanos que están invirtiendo en el control del agua por todo el mundo.
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El agua es y seguirá siendo indispensable para nuestra vida y es por esa razón que las élites económicas que controlan el mundo centran y centrarán aun más en el futuro, sus esfuerzos en el control de este elemento indispensable.
Hace centenares de miles de años, el agua fluía libremente por valles y llanuras y todos los animales podían disfrutar libremente de ella, pues no era propiedad de nadie.
Ahora, gracias al desarrollo de la civilización y a la ignorancia, inacción e indignidad de la población, el agua ya es propiedad de unos pocos y pronto deberemos suplicar por ella, como si fuéramos esclavos.
Este es el precio que debemos pagar por no haber actuado contundentemente cuando debíamos hacerlo.
Sigamos mirando sumisamente y pacíficamente la tele mientras un grupo de psicópatas ladrones se apoderan del planeta entero y nos convierten en esclavos…

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dijous, 2 d’abril del 2015

Un plan Marshall para salvar la Tierra (y a todos los que estamos dentro)

Article publicat a   El Diario.es
Los lobbies neoconservadores aseguran que el cambio climático es un caballo de Troya verde con la barriga llena de doctrina socioeconómica roja y Naomi Klein está de acuerdo con ellos.
La autora de 'No Logo' (2000) y 'La doctrina del shock' (2007) cierra su trilogía contra el capitalismo con un ensayo sobre el cambio climático
La periodista y ensayista canadiense Naomi Klein

"Todas las negociaciones sobre el clima presentan trilemas, no dilemas -decía hace unas semanas el ministro de Desarrollo Rural de India, Jairam Ramesh, en un evento paralelo al Foro Económico Mundial de Davos-. Tienes que conseguir algo que sea políticamente posible, económicamente deseable y además óptimo para el medio ambiente". En su último libro, Esto lo cambia todo, Naomi Klein asegura que no se trata de un trilema sino de una contradicción. "Óptimo para el medio ambiente" y "económicamente deseable" son conceptos autoexcluyentes, al menos dentro del modelo capitalista.

"Lo que necesita el clima para evitar el colapso es una contracción en el consumo de recursos, lo que necesita nuestro modelo económico actual es expansión sin trabas -explica Klein en su libro-. Sólo uno de estos modelos se puede cambiar, y no son las leyes de la naturaleza". Esa contradicción es la culpable de que, después de 20 años de negociaciones y acuerdos para proteger el medio ambiente, las emisiones hayan crecido un 61%, una catástrofe ecológica irreparable y posiblemente irreversible. Es precisamente la inminencia de esa catástrofe lo que convierte la lucha contra el cambio climático "sin duda en el mejor argumento que ha habido nunca para cambiar de modelo".

"El movimiento contra el cambio climático ofrece una narrativa fuerte en la que aspectos como la lucha por un trabajo digno y la justicia para inmigrantes hasta las reparaciones por perjuicios históricos como la esclavitud y el colonialismo pueden ser parte del gran proyecto de construcción de una nueva economía, no tóxica, a prueba de shocks, antes de que sea demasiado tarde".
Las soluciones de Klein son vieja escuela: cambio a energías renovables, fomento del transporte público sobre el coche y del tren sobre el avión. Rediseño de las ciudades para la reducción del uso del coche, paquetes de ayuda para los desastres que están por venir. Agroecología. Regulación. Un plan Marshall para salvar la tierra. Pero toda su estrategia está centrada en los movimientos sociales.

¿Fue esto lo que aprendimos después del fiasco de Copenhague?
Copenhague fue un fiasco. No sólo porque no conseguimos sustituir los protocolos de Kioto por otros más duros, incluyendo consecuencias para aquellos gobiernos que no cumplen los objetivos pactados. Los científicos aseguran que el margen acordado de dos grados de temperatura es una cifra demasiado alta. Los delegados africanos se opusieron frontalmente a este acuerdo porque esos dos grados en Europa, en partes de África serían probablemente 3,5, y esto sería devastador. Los niveles del océano subirían, tragándose islas y varios países quedarían sepultados bajo el nivel del mar. Peor aún, el acuerdo ni siquiera es coercitivo.
Pienso que la razón principal del fiasco no fueron sólo los lobbies sino también la actitud. Los países afectados adoptaban una posición suplicante, suplicando a Obama y Merkel que por favor hicieran algo para cambiar la situación. Creo que desde entonces ha habido un cambio sustancial en el movimiento contra el cambio climático. Han entendido que el liderazgo debe crecer desde abajo y presionar a los líderes, no tanto para que firmen acuerdos sino para que incorporen los cambios necesarios a su agenda política.
Allí fue donde se puso la fecha límite de 2017. ¿Es realmente significativa?
2017 es la fecha que estableció la Agencia Internacional de Energía para dar la vuelta al proceso de destrucción del planeta. Después de esa fecha será mucho más difícil permanecer por debajo de los dos grados de temperatura que se acordaron en la cumbre de Copenhague. Lo que la Agencia dice es que seguimos construyendo infraestructuras para el mercado de los combustibles fósiles. Estas infraestructuras están fuertemente subvencionadas con dinero público y están diseñadas para durar otros 50 años, contraviniendo todos los buenos propósitos de estos encuentros.
Por eso el movimiento contra el cambio climático está tan preocupado por las infraestructuras, como los proyectos para conducir arenas bituminosas desde Alberta. Estos conductos están diseñados para durar varias décadas y, una vez hayan sido construidos, será imposible impedir que fluya por ellos el alquitrán. 
Francia es un país fuertemente nuclear, con un montón de compañías de agua privadas y todo esto será presentado como soluciones al cambio climático. Privatización de agua, cultivo de transgénicos. Por eso ya no basta con decir que necesitamos que se haga algoporque hay muchas compañías haciendo algo. Ese algo tiene que ser justo y tiene que ser apropiado.
En el antepenúltimo capítulo de La doctrina del shock hablo precisamente de lo que sucedió después del huracán Katrina, una catástrofe producida por el cambio climático, porque cuando los océanos se calientan el resultado son huracanes más fuertes. Es un caso ejemplar de la doctrina: hoy Nueva Orleans tiene el sistema educativo más privatizado de Estados Unidos, ha cerrado todos los proyectos de viviendas de protección oficial y han tirado casas que no estaban dañadas para poner zonas residenciales de lujo y cadenas hoteleras.
Usted dice que el principal obstáculo contra el movimiento no son los negacionistas del Tea Party ni las fundaciones neoconservadoras creadas y patrocinadas por las grandes empresas petrolíferas, sino "el fetiche del centrismo" que afecta a gran parte de la izquierda: la idea de ser razonable, ser profesional, saber negociar y no perder la calma.

Esta actitud es especialmente predominante en los medios de comunicación, donde tienes a grandes columnistas que se enorgullecen de ser capaces de llegar a un punto medio y encuentran que cualquier reacción extrema es mala. El problema con el cambio climático es que, en los últimos 20 años, nos hemos quedado sin opciones. Nos encaminamos hacia un futuro muy extremo y las únicas medidas que podemos tomar son también extremas. Por eso se nos ocurrenplanes disparatados de geoingeniería, como lanzar millones de pequeños espejos al espacio para tratar de bloquear el Sol. Nos parece más fácil hacer eso que poner paneles solares en todos los tejados de Norteamérica.

Una de las partes más interesantes del libro es el repaso que hace a esas soluciones científicas y otros mitos de salvación que nos contamos a nosotros mismos como excusa para no hacer nada. Desde el optimista "que nos salven los científicos" al nihilista "ya no hay nada que hacer", parece guardar un lugar especial en su corazón para el "que nos salven los multimillonarios". Concretamente, gente como Bill Gates y Richard Branson.
[Nota: La fundación Gates patrocina varios grupos medioambientales, pero al mismo tiempo Bill Gates invierte en BP y ExxonMobil (1.200 millones de dólares en 2013). Richard Branson, dueño de la compañía de aviones Virgin, vio la luz después de una charla con Al Gore y prometió invertir 3.000 millones de dólares en la búsqueda de soluciones energéticas sostenibles para su negocio. También creó un premio de 25 millones de dólares para la tecnología capaz de eliminar de manera segura los 1.000 millones de toneladas de carbono que sus aviones generan cada año y hasta fundó una ONG, Carbon War Room, que busca soluciones al cambio climático. Seis años más tarde, la inversión se ha quedado en un 10% de lo prometido, sin ninguna solución a la vista. Mientras tanto, las emisiones de Virgin han subido un 40%.]

El principio de que aquellos que más contaminan deberían hacerse responsables de buscar maneras de limpiar es una gran idea, pero hacerlo de manera voluntaria, por su buen corazón, es un problema. La deuda verde hay que legislarla, como hicimos en EEUU con la Superfund Act en 1980, el último trozo de legislación verde antes de la era Reagan. Era una tasa que debían pagar las industrias más sucias para limpiar su propio estropicio. Creo que ese debería ser el principio de nuestra transición de los combustibles fósiles. Muy buena idea la del señor Branson pero ahora tenemos que legislarlo, no puede ser voluntario. Y tiene que ser contrastado: no tiene sentido que seamos yo y mi equipo los que vayamos a ver si Richard Branson ha cumplido su promesa. Por la que recibió, por cierto, millones de dólares en publicidad. [Nota: Y no cumplió]

Branson hizo su promesa en la Clinton Global Iniciative y esto es lo que pasa todos los años allí. Es una reunión de ricos donde todos los años llegan críos que prometen salvar al mundo de la malaria, del sida y de otras amenazas con una App. Y nadie se ocupa de mirar qué ha pasado con estos proyectos, y si se ha hecho algo con el dinero invertido. Lo que demuestra el ejemplo de Branson es la falacia de esta "era de la filantropía" que nace del capitalismo y pertenece a él.

Hipocresía o esquizofrenia, no es la única paradoja que se destaca en el libro. Los países más avanzados en materia de energía verde, como Alemania y Finlandia, son los mismos que explotan recursos negros en otros lugares, la nueva ola de colonialismo energético que destruye los últimos pulmones y riñones del planeta, del África al Amazonas pasando por la India. Y el concepto de la deuda verde ha fallado a los países bolivarianos, que han emprendido una política de extracciones. Especialmente el caso de Ecuador que, a pesar de su Plan Nacional para el Buen Vivir, ha empezado a extraer en el Yasuní, el único tramo de la Amazonía ecuatoriana que estaba libre de extracción petrolera. 

Son paisajes muy complejos. En sus primeras elecciones, Rafael Correa tuvo el apoyo del movimiento indígena y su gobierno debía reflejar ese apoyo. Hubo una asamblea constitucional en la que se constituyó ese Plan Nacional del Buen Vivir. No fue Correa sino la asamblea la que escribió esta constitución y, aunque no era perfecta, es al menos más inclusiva que la democracia participativa que hay en la mayor parte de los países.
Casi inmediatamente, el gobierno de Correa entró en conflicto con las partes de esa constitución que estaban en contra de la extracción. Y Correa, que siempre ha sido un progresista tradicional, jugó con la idea de la deuda ecológica, que también vino de las bases y ese modelo de proteger el Parque Nacional de Yasuní.
El grupo medioambiental Acción Ecológica tuvo la idea de hacer que el planeta entero ayudara a Ecuador a mantener el Yasuní libre de extracciones, por ser un patrimonio de la humanidad. Correa recogió el guante y creó una fundación en la que el resto de los países podría contribuir, no con todo el dinero que habrían ganado extrayendo el petróleo sino la mitad. El gobierno ecuatoriano pondría el resto. Fue una propuesta visionaria, pero el resto del planeta no respondió y Correa dijo a la mierda. Y procedió a la extracción.

Brasil, que no tiene un plan del buen vivir, se ha convertido en la superpotencia de Sudamérica gracias a su política de extracción pero también a su industria ganadera, una industria que por cierto contribuye más al cambio climático que todas las demás juntas. Usted argumenta que las soluciones individuales no bastan pero es nuestro gusto cultural por la proteína animal -cuyo consumo hemos cuadruplicado en los últimos 70 años- el que produce más emisiones que los coches, los aviones y las fábricas juntos. ¿Por qué no ocupa más espacio en su libro?

Hay un poco en el libro sobre la agricultura industrial y agroética en mi libro y creo que algunos de los cálculos que se hacen alrededor del comsumo de carne tienen que ver con cómo se produce esa carne. El modelo que seguimos es sin duda un desastre. Pero creo que es una buena crítica del libro, creo que debería haber más en el libro sobre agricultura en general y la producción de carne en particular.
Pero no veo una dicotomía entre enfatizar la acción individual y las agendas políticas que creo que deberíamos conseguir. Porque la ganadería industrial está fuertemente subvencionada por el Estado. Si queremos solucionar eso, la respuesta no es convencer a todo el mundo de que se haga vegetariano sino tratar de eliminar los subsidios a esa industria. Creo que deberíamos cambiar nuestras estructuras alimentarias de la misma manera que vamos a cambiar nuestras estructuras energéticas.

dimecres, 1 d’abril del 2015

La gestió privada de l’aigua afecta al 82,8% de la població catalana

Article publicat a  Ecodiari


Aigua és Vida publica un mapa interactiu que mostra els municipis de Catalunya i la relació entre el preu del metre cúbic d'aigua i la seva gestió, pública o privada

Les dades, disponibles en el nou mapa interactiu que presenta Aigua és Vida a la nova web, reflecteixen també com el sector privat es mou únicament amb interès mercantil. Foto: Aigua és Vida.

Catalunya és la regió líder mundial en gestió privada de l’aigua. La presència d’empreses que gestionen aquest servei suposa que a dia d’avui el 82,8% de la població estigui abastida per algun tipus de gestió privada, ja sigui amb concessió a un operador privat o a través d’una empresa mixta.

Les dades, disponibles en el nou mapa interactiu que presenta Aigua és Vida a la nova web, reflecteixen, també, com el sector privat es mou únicament amb interès mercantil: així, trobem que els municipis que tenen una gestió privada de l’aigua són només el 46% del total, evidenciant la concentració d’aquesta forma de gestió en les grans zones urbanes, on els beneficis estan garantits, i fugint de les zones rurals, on el retorn de la inversió és més arriscat.

Pel que fa a les empreses privades que operen en la gestió de l’aigua, ens trobem amb una presència pràcticament en règim de monopoli d'AGBAR, que, sota diferents noms i marques comercials, abasteix al 74,3% de la població de Catalunya. Aqualia, el segon operador privat, abasteix al 5,5% del població, i només el 17,2% manté una gestió pública.

Els estudis fets per Aigua és Vida es sumen a l’evidència que la gestió privada és més cara que la pública. A través d’un mapa interactiu de preus per metre cúbic fet a partir de les dades de l’Agència Catalana de l’Aigua es posa de manifest com la incorporació de costos al rebut que res tenen a veure amb la gestió del servei té un impacte directe en les tarifes que paguem la ciutadania, produint-se de mitjana un encariment del 25%.

Cal destacar l'espectacular diferència de preu entre el que paga la ciutadania de l'Àrea Metropolitana de Barcelona abastida per la Societat d'Economia Mixta (o SEM: 70% AGBAR, 15% La Caixa i 15% pública) i l'abastida per empreses públiques en la mateixa regió. Així, mentre que els primers paguen de mitjana 1,82 €/m3, els municipis veïns que tenen gestió pública paguen de mitjana 0,95€/m3. Així, la irregular prestació del servei que està fent la SEM està suposant un sobrecost innecessari i injust del 91,6% en les factures de l'aigua.

La nova web i els mapes interactius formen part de la campanya de remunicipalització que porta a terme Aigua és Vida i amb la que pretén buscar suport ciutadà i polític a les seves demande