dijous, 26 de maig del 2016

La renda Bàsica Universal, un nou instrument cap a un model econòmic estacionari. Abstract en forma de preguntes



Conferència de Rafael Granero i Arnau Riera

Iniciatives pel Decreixement

Grup d'opinió Àmfora,

Biblioteca Vapor Vell, Gener 2016


¿Qué es la RBU?
Una renta que será percibida por todos, independientemente del nivel de ingresos, de si se vive solo con alguna otra persona, de si se trabaja o ha trabajado o del género.
Se cobrará desde el momento del nacimiento hasta la muerte. La condición es ser ciudadano con un período de residencia mínimo, y si esta RBU se extiende a todos los países, la condición será haber nacido, ser persona.

¿Por qué necesitamos la RBU?
- Para acabar con la intolerable e indignante pobreza.
- Para empoderar a la ciudadanía para que no se pueda explotar su desesperación.
- Para que tengan una compensación a los que cuidan de los suyos en casa

¿Quién tiene derecho a la RBU?
Dado que estamos ante un derecho universal (como ya son la sanidad o la educación), tendrán derecho a una renta básica universal a todas las personas que tengan la ciudadanía, sin importar si son pensionistas, trabajadores, parados, estudiantes o autónomos, si tienen otras rentas o no, si estas rentas son altas o bajas, si son, niños, jóvenes o adultos ... en fin, todos los ciudadanos, por el mero hecho de serlo, tendrán derecho a percibir la RBU.

És l'augment de l'atur dels darrers anys quelcom puntual o estructural?
Paul Zaner Pilzer, economista best-seller estadounidense y asesor de Reagan, y el ejemplo de la pesca en la isla desierta. Zaner, en una conferencia dictada a la empresa AMWAY, lo expresa con números reales. “En 1930  teníamos en este país una población de 100 millones de habitantes. treinta millones de esos cien eran agricultores; es decir; que en 1930 treinta millones de agricultores apenas producían alimentos para 100 millones de personas. Para 1980; cincuenta años más tarde; 300 mil agricultores trabajan menos tierra y producen más alimentos para 300 millones de personas y exportan más de la mitad de esa comida.”
Esto fue “ayer”, y de alguna manera se trampeó con la industria del consumo y de los servicios: “En los inicios del presente siglo, el incipiente sector secundario era capaz de absorber varios de los millones de campesinos propietarios de granjas desplazadas por la rápida mecanización de la agricultura. Entre mediados de la década del 50 y principios de los 80, el sector de servicios fue capaz de volver a emplear a muchos de los trabajadores de ‘cuello azul’ sustituidos por la automatización” (Jeremy Rifkin, El fin del trabajo, Paidós, Madrid, 1997, p. 59), pero ¿y hoy? ¿qué nos depara hoy la tecnología con respecto a la ocupación? Pues parece ser que esa esperanza es vana, pues ocurre que “el optimista principio de la “destrucción creativa de empleos” no se cumple esta vez. La pérdida de empleos provocada por la digitalización no encuentra contrapartida con la creación de otros que equilibrarían la balanza. Ni siquiera las start up, tan pregonadas como fuentes de empleo, funcionan.” (Gregorio Martín Quetglas, catedrático de Ciencias de la Computación de la Universidad de Valencia, El País, 06/01/2015).
En el estudio publicado el año 2008 bajo el título Nuevas tecnologías, nuevos mercados de trabajo, la Fundación SEPI (Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, Gobierno de España), afirma en sus conclusiones (páginas 287 y ss) que estamos ante una situación inédita, ya que “al contrario de otras revoluciones tecnológicas anteriores, el empleo del sector [servicios] ha recibido el principal impacto [negativo] de las nuevas tecnologías, especialmente [y este dato es extraordinariamente significativo] en actividades y ocupaciones protegidas de la automatización y de la informatización… La tendencia que se apunta es que la tecnología tiende a destruir empleos… considerándose el desempleo tecnológico como una tipología del desempleo estructural.”  Y lo inédito es que, dentro del sector de servicios, ni el sector tecnológico está libre él mismo de los zarpazos del desempleo estructural.

Hauríem de repartir-nos el treball si aquest esdevé escàs? 
Si volvemos la vista a la visión que tuvo Keynes en su conferencia de junio de 1930 en Madrid, donde proponía que “los avances tecnológicos nos permitirían reducir la jornada laboral a unas tres horas diarias (15 semanales), lo justo para satisfacer lo que Keynes denominó "el viejo Adán" que llevamos dentro“ (Ignacio Oliveras, Huffington Post, 17/01/2104) y reparamos en el lúcido ejemplo de Zaner y los pescadores, cuesta poco ver que a pesar de todo sí existe alternativa al falaz dilema que la derecha y la ortodoxia académica nos quiere imponer como una verdad natural lo de “o paro o trabajo precario”.
Contra la falacia de “o bien paro, o bien precariedad” tenemos una real y potente alternativa: repartir la productividad de la sociedad entre la ciudadanía a través de la RBU y de una reducción del tiempo de trabajo.
La puesta en marcha de una RBU puede traer de la mano una reducción de las horas trabajadas a través de dos caminos entre sí complementarios e igualmente eficaces. El primero, y gracias al empoderamiento ciudadano derivado de la existencia de una renta incondicionada, se deriva de la posibilidad que se abre para quien así lo quiera de trabajar voluntariamente menos horas de forma continuada o de aceptar puntualmente y sin caer en la precariedad trabajos a tiempo parcial por diferentes motivos; el segundo, y no menos importante, su existencia promueve la factibilidad de negociar con los diferentes actores (empresas, sindicatos, administración y otros agentes sociales) distintas formas de imponer progresivamente por ley, normas o convenios reducciones generales de las horas trabajadas, en la línea de lo realizado en Francia con la ley Aubry (por el nombre de su creadora, la socialista Martine Aubry) que implantó la jornada de 35 horas semanales.
Si queremos anticiparnos a los efectos indeseados de una determinada concepción de la sociedad tecnológica, aquella donde el crecimiento de la economía y de la riqueza sólo beneficia a unos pocos, es difícil encontrar una herramienta más poderosa que la RBU, la cual, combinada con la reducción de la jornada laboral, tanto voluntariamente como a través de leyes, normas o convenios, permite vislumbrar un futuro donde la tecnología, lejos de provocar más paro, puede favorecer la remisión, tal vez no total, per sí significativa del paro estructural.

Hauria de ser un dret una Renda Bàsica Universal? 
“En una república democrática alternativa, el poder debe descansar en el pueblo. Forma parte del interés público (republicano) garantizar y proteger los mecanismos institucionales que buscan afianzar una sociedad equilibrada en que la democracia sea disfrutada por todos y cada uno. La Renta Básica es uno de esos mecanismos. Cada vez más movimientos sociales y partidos políticos están comprendiendo que una Renta Básica ayudaría a combatir algunos de los efectos sociales más perniciosos de la crisis así como a estimular la economía desde la base. Ahora, en el segundo aniversario del 15-M, que en el 2011 llevó a cientos de miles de personas a las calles de varias ciudades catalanas y españolas, las manifestaciones se suceden y ya se han destacado seis reivindicaciones ciudadanas. Una de ellas es la Renta Básica Universal.” Daniel Raventós .
En plena Europa de las guerras religiosas, Michel de Montaigne repara en que las desigualdades sociales conllevan de alguna manera desigualdades de naturaleza que hunden a los humanos en desesperación y vicio, impidiéndoles alcanzar una vida con sentido. Poco después, otro gran ilustrado, el escocés John Stuart Mill, en el libro fundador de una de las grandes éticas contemporáneas (“El utilitarismo”, 1863), expresaba la opinión (y recordemos que en su época recién empezaba la revolución industrial) de que existían los suficientes medios para que, en general, la gente pudiera ser considerada “acreedora de la felicidad”, y que si la realidad era que sólo unos pocos afortunados disfrutaban de ella, eso era debido no a la falta de medios que la industria proporcionaba, sino a que “la miserable educación actual y las miserables circunstancias sociales son el único obstáculo a su logro [el de la felicidad] por parte de casi todos”.
Kant, fuente de la segunda de las grandes éticas contemporáneas, también puso su granito de arena al poner en el centro de la injusticia a las desigualdades sociales, especialmente, y según sus propias y exactas palabras, las desigualdades económicas (“Teoría y praxis”, 1793): “Se puede considerar feliz a un hombre de cualquier condición con tal de que sea consciente de que sólo depende de sí mismo o de circunstancias de las que no puede culpar a otro”.
No es ajeno a estas ideas tanto la Declaración de Independencia de los Trece Estados Unidos de América, de 1776, que afirma la existencia de unos “ derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” como la enseña de la República francesa: Liberté, égalité, fraternité («Libertad, igualdad, fraternidad» en francés), que nos sugiere que no era extraño al pensamiento de sus redactores cuáles eran las condiciones de posibilidad para esa “búsqueda de la felicidad” o para esa “libertad en la igualdad”: disponer a lo largo de la vida y en todo momento de los mínimos bienes externos que proporcionen aquella dignidad a la vida de las personas que les permita ser excelentes y virtuosos (Arístóteles, Ética a Nicomaco).

Quina diferència hi ha entre la Renda Bàsica i la Renda Mínima d'Inserció? 

El concepto de RBU es el de un importe que reciben periódicamente todas las personas por el hecho de ser ciudadanos del país que se trate. No sustituye ningún ingreso privado ni precisa de ninguna condición. Permite acumular todas las otras rentas que el ciudadano pueda conseguir y por lo tanto, en ningún caso desincentiva al trabajo, al no perderse esta renta cuando se consigue otra.
Es oportuno recordar el texto de la Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Básica, presentada en el Congreso de los Diputados el 15 de enero de 2014:
Artículo 1. Derecho a la Renta Básica. Se establece el derecho de todo persona, por el hecho de haber nacido, a recibir una cantidad periódica que cubra sus necesidades básicas. La Renta Básica se constituye como derecho individual, universal e incondicional. Disposición transitoria. La cuantía de la Renta Básica será la equivalente al Umbral de la pobreza fijado en “el 60% de la mediana de la distribución de los ingresos por unidad de consumo adjudicados a las personas”, será de 645,33 euros mensuales correspondiendo al último dato expuesto por EUROSTAT (año 2011), tendiendo a equipararse en los años sucesivos al equivalente del mismo concepto.
Dentro de las políticas del estado del bienestar las Rentas Mínimas de Inserción (RMI) tienen por objetivo asegurar a las personas que se encuentran en una situación de pobreza o de exclusión social, unos recursos con los que hacer frente a sus necesidades más perentorias.
Por regla general se trata de rentas condicionadas no tan solo a encontrarse en la situación descrita, sino que se añade la obligación de asistir a cursos de formación, a tratamientos sicológicos y de otro tipo, que tienen como meta conseguir que la persona pueda salir de la situación de exclusión en la que se encuentra. Hablamos de la persona dado que se lleva a cabo de forma individualizada, caso de la Renta Mínima en Cataluña, un plan con las acciones que se consideran necesarias para facilitar su reingreso en el mercado de trabajo.
Dentro de las obligaciones que normalmente tienen los perceptores de este tipo de rentas está el de la búsqueda activa de empleo y el de no poderse negar a aceptar una oferta de trabajo, si bien dependiendo de los casos esta tiene que estar relacionada con el perfil de la persona.
Se pierde el derecho a cobrar una RMI cuando no se cumplen las condiciones legales fijadas, bien porque se superan las situaciones de exclusión o porque se ingresa un importe superior al establecido, sin la ayuda que supone la prestación.
Cuando se presentan estos programas de actuación frente a la exclusión social y la falta de medios de subsistencia, es decir, cuando se actúa garantizando unos ingresos mínimos a una parte de la población, una de las críticas más comunes es que estas políticas generan lo que se denomina la trampa de la pobreza o de la dependencia. Esta trampa consiste en que aquellas personas que se incorporan a los programas de RMI encuentran dificultades en abandonarlos y por lo tanto se provoca la misma situación que se pretende resolver. Básicamente la crítica consiste en que los ingresos percibidos como subsidio desincentivan la reincorporación al trabajo, dado que dejan de cobrarse en el momento en que se consigue una renta superior a la fijada. El trabajo debe ser lo suficientemente atractivo como para que se acepte la substitución, lo que no sucede habitualmente. Junto a lo anterior también se aduce que con los programas de rentas se promueve la contratación fuera de la ley, ya que así se evita la pérdida del subsidio. También que provoca la reducción de los salarios.
La Renta Garantizada Ciudadana (RGC) consiste en una prestación económica periódica para garantizar que todo el mundo tenga unos ingresos por encima de un importe, el cual se considera imprescindible para subsistir. Para calcularlo se suele tomar como referencia el salario mínimo interprofesional o el 60% de la renta media, que es el valor estimado por la Unión Europea como el umbral de la pobreza. Los pagos periódicos de la RG complementan los ingresos de las personas hasta llegar a esta cuantía.
La RG se diferencia de la RMI en que la condición para su obtención es tan solo la renta total que se percibe y no precisa de otra valoración relacionada con la situación concreta, social o económica, del perceptor. Es innecesario señalar que pasar de la RMI a la RGC significa un salto importante en la consideración del derecho a una vida digna. En la primera se trata de asistir a aquellos que se encuentran en una situación ya problemática, mientras que la RGC pretende llegar antes de que esta situación se dé y sin necesidad de que el estado se inmiscuya en la valoración de la vida personal de nadie como sucede en la concesión de la RMI.
No obstante, y al igual que la RMI y por los mismos motivos, la RGC conlleva la trampa de la pobreza o dependencia.

És la Renda Bàsica Universal viable econòmicament?


Para una RBU de 7.471 € anuales (umbral de la pobreza) para los mayores de 18 años y de 1.494 € anuales (20% del anterior) para los menores de 18 años, con datos estimados del número y tamaño de los hogares en España (unos 17 millones), utilizando datos de la EPA y estimaciones para 2012 derivadas del padrón y del censo del 2011, el coste de una renta básica universal de esta cantidad para cada residente en España estaría en torno a los 280.000 millones de euros para el año 2012, que representa el 28% de PIB, cifra en la que se basan los detractores de la RBU para impugnar su viabilidad.
¿Como se puede pagar? La propuesta más sencilla se basa en dos fuentes de financiación fundamentales: el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) por un lado y los ahorros en prestaciones y subsidios públicos (como el paro y las pensiones) que estén por debajo de la renta básica. El resultado de la combinación de ambas fórmulas representa, como podremos ver, un incremento de la presión fiscal de un 3,5% del PIB, lejos, todavía, del diferencial del 8% que tenemos, en menos, con referencia a la media de la Eurozona ¡ojo! No de los países socialmente más avanzados, sino de la media de la Eurozona.
Actualizando la metodología de los investigadores de la red para la renta básica de la Universidad de Barcelona para calcular la factibilidad de una RB en Cataluña que se hizo con datos de 2005 y actualizada en 2010, se puede estimar que en España los ahorros en pensiones y subsidios pueden estar alrededor de los 92.000 millones de euros, fundamentalmente en la parte de las pensiones y del subsidio de paro que están por debajo de la RBU (hemos introducido en el cálculo solo las principales partidas de gasto social condicionado a rentas de la estadística europea Sepross).
Este ahorro se puede interpretar de dos maneras: como sustitución de la renta básica por otras rentas públicas o a la inversa. En todo caso la RB debe garantizar que después de su aplicación los ingresos netos de impuestos de los receptores de pensiones o subsidios públicos no serán menores a los actuales, al menos para las rentas bajas y medias y que todo el que perciba ingresos inferiores a la RB pasará a percibir la RB.
Por otra parte, la nueva fiscalidad sobre el IRPF debe obtener como mínimo los ingresos permitan seguir financiando el resto de gastos públicas (educación, salud, servicios públicos esenciales, etc.) que los podemos situar sobre los 67.000 millones de euros.
Se realizó una microsimulación sobre 1,9 millones de declaraciones ( de un total de 22 millones) bajo el supuesto de:
- Eliminación de mínimos exentos, reducciones y deducciones.
- Exención total de impuestos de lo recibido como RBU.
- Aplicación de un tramo único del 49,2%.
- Un incremento global de la presión fiscal del 3,5% (35.000 M €).

El resultado de la microsimulación muestra el siguiente impacto por decilas:
1.      El total de declarantes beneficiados asciende al 62%
2.      El total de adultos, declarantes o no, cuyas rentas aumentan asciende al 76%
3.      El coste final, soportado por el 38% de contribuyentes con mayor renta, se sitúa en el 3,5% del PIB
4.      La redistribución de renta hace que el Índice de Gini mejore notablemente:   0,37 -> 0,25



Decilas de renta
Renta media   pre RBU
Personas Ganadoras
Personas Perdedoras
Ganancia / pérdida per capita media
Renta media post RBU
Ganancia total (millones)
Pérdida total (millones)
10%
3.226
100,00%
0,00%
6.070
9.296
14.812,80
0
20%
8.634
100,00%
0,00%
4.038
12.672
11.321,00
0
30%
11.161
100,00%
0,00%
3.381
14.542
9.237,50
0
40%
13.120
100,00%
0,00%
2.846
15.966
6.847,50
0
50%
15.081
90,87%
9,07%
2.272
17.353
5.407,50
77,6
60%
17.460
61,73%
38,24%
1.801
19.261
4.449,30
601,2
70%
20.476
33,84%
66,14%
1.353
21.829
3.542,90
1.908,20
80%
24.620
24,11%
75,89%
238
24.858
1.952,70
4.017,10
90%
30.672
4,79%
95,20%
-2.145
28.527
213
7.600,70
95%
38.786
0,00%
100,00%
-4.853
33.933
0
6.212,20
98%
50.358
0,00%
100,00%
-7.799
42.559
0
5.655,90
100%
102.314
0,00%
100,00%
-20.576
81.738
0
9.246,80

(Una RBU por hogar, sistema OCDE, con 7.471 € el primer adulto, 50 % los siguientes y 30 % los menores, requeriria de un tipo único 11 puntos más bajo (38 %), con un esfuerzo de las decilas contributentes más altas del 2,1% del PIB.)
1. Progresividad IRPF 2010  vs  IRPF 49,2% + RBU


  
Ha de ser totalment incondicional o s'hauria d'exigir treball social a canvi? (Pendent)

La RBU, según su concepción generalmente aceptada, es un derecho incondicionado, como lo es la salud ante los fumadores o la enseñanza ante los que hacen novillos.
En las muy extrañas veces que en algún país avanzado, como por ejemplo en la actual y conservadora Gran Bretaña de David Cameron (http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-08-02/cameron-va-a-en-serio-contra-gordos-y-borrachos-les-quitara-las-prestaciones-si-no-cambian_947097/), donde ahora quieren una vez más monetizar la salud, las reacciones suelen ser negar cualquier condicionalidad a aquellos derechos considerados básicos.
Es normal que en los inicios de una RBU, y hasta que sea asumida completamente como un derecho universal y básico, la cultura meritocrática de nuestras sociedades quiera, de alguna manera, obtener algo a cambio de esa renta. Cuesta aceptar, como explicitó John Rawls a Philippe Van Parijs en una conferencia con su ejemplo del windsurfista (“Tomemos como ejemplo los surfistas de Malibú. Si pasan sus días haciendo surf, ¡no sería demasiado justo pedir a la sociedad que satisfaga sus necesidades!”), que alguien reciba algo a cambio de nada. En otra conferencia, Van Parijs le contestó que “no se trata de privilegiar a los surfistas de Malibú -hace falta mucho más que una modesta renta básica para vivir en Malibú- sino de crear un instrumento de emancipación, de conferir un poder de negociación tan grande como sea posible a los miembros más débiles, más vulnerables de nuestras sociedades
Si aceptamos que los ciudadanos reciban salud, enseñanza, cuidados o cultura a cambio de nada. O tan sólo que a cambio de esos derechos universales y no condicionados su única obligación es que sean y se comporten como ciudadanos y nada más.
Pero con la RBU debemos tener una cautela mayor. Si se planteara que los perceptores hicieran algún tipo de trabajo social no remunerado a cambio, estaríamos introduciendo dos tipos de problemas que podrían concitar alguna gravedad:
1)   Al condicionar la RBU a un trabajo social, las perceptores de las rentas más altas podrían renunciar a recibirla a cambio de no realizar ese trabajo social. Estaríamos aceptando aquello de lo que queremos huir: la estigmatización de los perceptores de la RBU al crear dos clases de ciudadanos, los que la necesitan y los que no.
2)   Los trabajos sociales, hoy desarrollados o bien por voluntarios o bien por trabajadores remunerados principalmente por las administraciones locales, sufrirían una presión derivada de esta exigencia que motivaría en mayor o menor grado la sustitución de los trabajadores remunerados por trabajadores gratis (presión por presupuestos siempre escasos) y de voluntarios por involuntarios (presión por necesidad de cumplir con la ley). De alguna manera se estaría monetizando el trabajo social, algo considerado indeseable como resultado de la puesta en marcha de la RBU.
Estas dos trampas posibles llevan a buena parte de los defensores de la RBU a evitar condicionar, y no sólo por cumplir con la ortodoxia de la definición de la RBU, sino porque puede llegar a atentar a dos de sus principales postulados: no estigmatización y no monetización.
Pot esdevenir la Renda Bàsica la palanca que potenciï activitats que escapen de la llei de mercat? 
“Como pago garantizado, incondicional y regular a todo ciudadano –lo ideal sería por encima del umbral de la pobreza- la RBU podría así convertirse en el cimiento de una política económica que buscara garantizar la existencia material de la población entera. La renta básica es una medida política con muchas derivaciones no tan solo políticassino sociales, culturales y éticas. Llegados aquí, nos centraremos en dos puntos: (a) el poder de negociación de la clase obrera, y (b) la desmercantilización del trabajo. En las economías capitalistas, las personas que no poseen o bien tierras o bien medios de producción se ven obligadas a vender su fuerza de trabajo en el mercado laboral, bien al propietario de la tierra o bien al de los mencionados medios de producción, también conocido como “empleador”. Esta situación se ha descrito como la mercantilización de la fuerza de trabajo. Puede ocurrir que algunos trabajadores tengan sus medios de subsistencia cubiertos más allá del mercado, gracias a uno u otro mecanismo de prestación social. En ese caso, su fuerza de trabajo está desmercantilizada. Deberíamos, por tanto, hablar de diferentes grados de mercantilización (o desmercantilización) de la fuerza de trabajo. La RBU ejercería un efecto sustancial sobre ello, al proveer, como mínimo, de la cantidad que permitiría “la libertad para no ser empleado”.
Además, la RBU reforzaría la capacidad de negociación de los trabajadores en el cara a cara con los empresarios. Estando su seguridad garantizada por la RB, ningún trabajador se vería obligado a aceptar un puesto sean cuales fueren sus pésimas condiciones. Si los trabajadores descontentos de hoy día negocian en situaciones límite, lo hacen a sabiendas de que los propietarios pueden reemplazarlos por máquinas o por otros trabajadores en paro de los que llenan las filas del ejército de reserva industrial.
Comienzan las negociaciones sabiendo de antemano que su subsistencia depende directamente y casi exclusivamente del salario pagado por los individuos que se sientan al otro lado de la mesa. Las relaciones laborales en el marco del capitalismo son extremadamente asimétricas, y más aún en el marco de la presente crisis económica. La protección ofrecida por el pago regular de la RBU pondría a muchos trabajadores en la situación de poder rechazar puestos indeseables de forma convincente y eficaz. Representaría, en el caso de huelga, una especie de caja de resistencia incondicional e inagotable. La balanza de poder resultante permitiría a los trabajadores considerar comprometerse con formas alternativas de trabajo que les permitieran aspirar a niveles más altos de satisfacción personal.
Con vistas al futuro, el compromiso con una renta básica podría consiguientemente convertirse en un importante componente de la configuración política –republicana- de los mercados que garantizaría los medios de existencia de toda la población”
…/…
“Por ser una fuente de financiación autónoma, incondicionada e universal, la “auto-ocupación, así como la organización cooperativa, se facilitarían con la RBU. La RBU, además de suponer un instrumento que aumentaría las posibilidades de la autoocupación, representaría una mayor garantía para poder hacer frente, aunque fuera parcialmente, a quienes no tuvieran éxito con su pequeño negocio”
Condición de posibilidad de la esfera autónoma y de los trabajos reproductivos y de cuidado. Se entiende por esfera autónoma (Van Parijs) aquella parte de la sociedad que ni es pública ni es privada. Normalmente, y sin ser exhaustivos, hablamos de pequeñas sociedades autogestionadas, de lo últimamente llamado "soberanismo alimentario / energético", de intentos de crear cooperativas y otros tipos de economía realmente colaborativa. Los trabajos reproductivos y de cuidado son aquellos que, voluntaria o involuntariamente, son hechos en el ámbito familiar (ni público ni privado) y que tienen como objeto habitual hijos o padres y como sujeto más habitual las mujeres.

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