divendres, 31 d’octubre del 2014

Hacia un nuevo orden petrolero global

Article publicat a El País
  •  La caída del precio del crudo empieza a perfilar nuevos equilibrios geopolíticos. EE UU se convierte en productor de referencia y Europa reduce su factura energética

El mercado del petróleo se ha visto sacudido por una especie de tormenta perfecta, una combinación de exceso en la oferta, de demanda más débil de lo previsto y de fortaleza del dólar (la divisa de referencia para el mercado petrolero) que ha provocado la caída del 25% en los precios del crudo desde junio. Después de un periodo de relativa estabilidad, con el barril situado por encima de los 100 dólares prácticamente desde 2011 —115 dólares alcanzó en junio pasado—, parece que los precios se están estabilizando en una banda considerablemente más baja, entre los 70 y los 90 dólares, según distintos expertos, lo que introduce nuevas y profundas variables en el mercado del petróleo.
Entre esas variables, quizás la más relevante es el cambio de fuerzas en el escenario geopolítico que se empieza a dibujar. A diferencia de otras ocasiones, Arabia Saudí ha descartado recortar la producción como vía para intentar sostener los precios e incluso ha aceptado rebajar los precios a sus clientes asiáticos para mantener cuota de mercado. Otros miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han pedido medidas, pero casi nadie confía en un acuerdo para recortar la oferta del cartel en la reunión del 27 de noviembre. “Si la OPEP no recorta producción para sostener los precios, ¿quién lo hará?”, se pregunta Kevin Norrish, de Barclays. “La OPEP ya no actúa como el productor de referencia del mercado y la oferta de petróleo de esquisto de Estados Unidos está llamada a ocupar ese lugar”, defienden los analistas de Goldman Sachs.
Los altos precios del petróleo han hecho posible la explotación de pozos que exigían técnicas costosas, como la usada en aguas profundas o la fractura hidráulica (fracking). Gracias a eso, Estados Unidos ha podido aumentar su producción de petróleo a un ritmo anual de entre 1,2 y 1,4 millones de barriles diarios desde 2011, lo que le ha permitido avanzar mucho hacia la autosuficiencia energética y convertirse en lo que los expertos denominan productor bisagra, aquel que dicta el rumbo del mercado. De esta forma, los productores de fuera de la OPEP, con EE UU a la cabeza, han sido capaces de cubrir el aumento de la demanda global, lo que ha diluido considerablemente la influencia de la OPEP. “No hay precedentes históricos de que un país pueda mantener durante tanto tiempo semejantes aumentos de producción. Eso ha cambiado por completo el mercado”, explica Antonio Merino, director de la Secretaría Técnica de Repsol y uno de los mayores expertos del mercado energético. “Lo que ahora se está tanteando es el nivel de precios al que EE UU puede mantener no ya la producción petrolera, que ronda los 5,5 millones de barriles diarios, sino los aumentos de oferta de estos últimos años. Yo creo que ese nivel está más cerca de los 85 o 95 dólares por barril que de los 70 dólares”, explica.
Hay otros factores que presionan a la baja los precios. Libia, con una producción inexistente en septiembre de 2012, logra colocar actualmente en el mercado entre 800.000 y 900.000 barriles diarios. La toma de varios pozos petroleros en Irak a manos de los yihadistas del Estado Islámico no ha supuesto una interrupción de la producción, de unos tres millones de barriles diarios. Irán ha anunciado su intención de aumentar su oferta hasta los cuatro millones de barriles en marzo de 2015 si logra un acuerdo para eliminar las sanciones internacionales. Todo ello en medio de un fuerte frenazo de la demanda global, que llevó a la Agencia Internacional de la Energía a recortar en septiembre sus previsiones de incremento del consumo en un 25%, coincidiendo con la alerta lanzada por el Fondo Monetario Internacional del riesgo de una tercera recesión en Europa. El nerviosismo del mercado no se hizo esperar.
El precio del barril de Brent, el de referencia para Europa, ha llegado a caer 31 dólares, el mayor descenso desde mediados de 2012. Antes de eso hay que remontarse a la crisis financiera de 2008, cuando la cotización se desplomó un 75%, para encontrar una caída tan pronunciada y tan rápida en los precios. “No creemos que vayamos a ver nada parecido a aquello”, admite Norrish. Entonces, el barril de Brent cayó hasta los 36 dólares.
Sin llegar a esos niveles, lo cierto es que el descenso del coste de la energía tiene un impacto notable sobre la economía, en forma de ahorro en la factura energética, de corrección de los desequilibrios externos y de menor presión inflacionista. “El saldo neto es positivo para la economía mundial”, asegura Andrew Kenningham, de Capital Economics, en uno de sus últimos informes. “Una caída de 10 dólares en el precio del petróleo equivale a una transferencia del 0,5% del PIB mundial de los países productores a los países consumidores y estos siempre acaban aumentando el gasto. Si asumimos que los consumidores gastan la mitad de lo que se ahorran, una caída permanente del precio del petróleo de 10 dólares impulsaría la demanda global entre un 0,2% y un 0,3%”, argumenta Kenningham. Es decir, una inyección de unos 320.000 millones de dólares a la economía mundial si, como calcula Capital Economics, los actuales niveles del petróleo en torno a los 85 dólares se mantienen hasta finales de 2016.
Tradicionalmente, un descenso en el precio del crudo anima el consumo. Los analistas de Goldman Sachs calculan que el precio del petróleo bajará un 15% en 2015, lo que supondrá una demanda añadida de 200.000 barriles diarios. También propicia un aumento de la confianza y de la actividad a nivel global. Estados Unidos ya se beneficia de unos costes de producción considerablemente más baratos, gracias al gas extraído mediante fracking. Pero “la situación en la eurozona es muy diferente. Lo primero porque una caída del precio de las materias primas va a exacerbar el temor a la deflación en la región y a un nuevo episodio de la crisis de deuda”, advierte Kenningham, de Capital Economics. “En esas circunstancias, el impacto sobre el consumo de un petróleo más barato apenas se va a notar y reforzará, en todo caso, los argumentos para un programa de compra a gran escala de bonos por parte del Banco Central Europeo”, recalca. Claro que ahí ya entran en juego otras derivadas.

El mapa de las alternativas a las megainfraestructuras

Article publicat a  Diagonal Global

Un mapeo para conocer las alternativas populares a las grandes infraestructuras.

29/10/14 · 13:03
 
Un mapa mundial interactivo donde navegar por las alternativas de la sociedad civil a los megaproyectos de infraestructuras propuestos por el gran capital y los Estados. Éste el proyecto que hoy ha presentado ECA Watch, una red internacional de ONG.
Linde Zuidema, coordinadora de esta plataforma, señala que el objetivo de este proyecto, además de “apoyar a las redes que trabajan para la construcción de infraestructuras sostenibles”, es alentar el apoyo con fondos públicos a los “mejores proyectos”.
Aunque la finalidad del proyecto es abarcar los cinco continentes, por ahora el mapeo recoge experiencias de Europa, África y América. Plebiscitos contra la privatización del agua como los de Italia y Uruguay, cooperativas como Som Energía, que cuenta con 16.000 socios y producción propia de electricidad, pasando por amplios movimientos como el de los afectados por las presas o el Movimiento Sin Tierra en Brasil, son algunos de los casos reseñados en esta prospección de proyectos en construcción.
“Las infraestructuras deben ser planificadas a partir de preguntas como ¿quién decide?, ¿a quién benefician?", dice Mónica Vargas, una de las promotoras del proyecto en el Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG), miembro de ECA Watch. "Los casos seleccionados en el Mapa muestran que existen alternativas, propuestas desde abajo, ejemplares por su capacidad de tomar en cuenta las necesidades reales, en lugar de cumplir con los intereses del capital en el Norte y el Sur. El principal objetivo del Mapa es de difundir estas propuestas y contribuir a la conexión de las personas y grupos entre sí, para poder enriquecer el propio relato de las infraestructuras alternativas”, concluye.

dimecres, 29 d’octubre del 2014

Investigadores de la UVA prevén problemas de suministro energético mundial en menos de seis años

Article publicat al diari  El Norte

Han desarrollado un modelo informático para el análisis prospectivo de los recursos energéticos

EL NORTE | valladolid
Un equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid ha desarrollado un modelo informático para el análisis prospectivo de los recursos energéticos mundiales cuyos resultados muestran que el mercado energético mundial sufrirá graves tensiones entre oferta y demanda entre 2020 y 2030.
El trabajo, publicado recientemente en Energy, revista científica de alto impacto, muestra que si las tendencias observadas en la economía mundial no cambian drásticamente, sectores como el transporte tendrán problemas para satisfacer su demanda creciente de energía en los próximos seis años (antes de 2020), mientras que sectores como el industrial, el residencial o la electricidad pueden tener problemas antes de 2030.
Los investigadores, miembros del Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid, explican que los escenarios de desarrollo socioeconómico que prevén agencias internacionales como la OCDE y la ONU son incompatibles con los límites de extracción de recursos energéticos fósiles publicados en la literatura científica y con los ritmos de desarrollo de las tecnologías alternativas.
El estudio
El estudio, realizado por un equipo multidisciplinar de ingenieros, científicos y economistas, denuncia que las agencias internacionales como la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Agencia Internacional de la Energía (IEA) ignoran sistemáticamente en sus análisis la incertidumbre existente en la disponibilidad de recursos energéticos, considerándolos artificialmente abundantes.
Un ejemplo paradigmático es el hecho de que raramente se tenga en cuenta el declive del petróleo barato y de fácil acceso, o petróleo convencional, fenómeno predicho hace décadas en la literatura científica y que ha sido corroborado por los hechos en el año 2006, cuando la Agencia Internacional de la Energía reconoce que tuvo lugar el cénit de este recurso.
El trabajo se enmarca en la tradición de los estudios sobre los Límites del Crecimiento, que se remontan a 1972 con la publicación de los estudios del Club de Roma. Estos estudios están cobrando de nuevo fuerza, como demuestra el trabajo desarrollado recientemente por investigadores de la NASA que analiza la importancia de la desigualdad y la explotación insostenible de los recursos en el colapso de las civilizaciones.
Los investigadores aseguran que las energías renovables son claramente la alternativa necesaria para una transición energética a una sociedad sostenible puesto que los recursos fósiles no convencionales (gas de pizarra -fracking- o el shale oil) presentan tasas de extracción y de retorno energético muy bajas, además de muy altos impactos medioambientales.
Sin embargo, precisan que es necesario tener en cuenta que las energías renovables, debido a su naturaleza, presentan claras limitaciones en relación a las fósiles: son intermitentes, distribuidas y parte integrante de la biosfera, por lo que una cooptación importante de éstas podría alterar dinámicas fundamentales de los ecosistemas.
El estudio encuentra que los escenarios de crecimiento económico mundial que llevan asociados crecientes consumos de energía son incompatibles con las restricciones biofísicas de las fuentes de energía.
De origen fósil
Es significativo el hecho de que el ritmo de sustitución de las energías de origen fósil por las energías renovables no es tan rápido como sería necesario debido a dificultades tecnológicas y económico-políticas, especialmente en el sector del transporte. En consecuencia, pueden ser inevitables escenarios de reducción de consumo energético.
Sin embargo, según los investigadores, si esta situación se enfocase correctamente, supondría una oportunidad de transformación hacia una sociedad sostenible mediante políticas de mejora de eficiencia energética, transporte público y planificación urbanística, fin de la obsolescencia programada, etc.
Las conclusiones del estudio apuntan a que será necesaria la confluencia de avances tecnológicos con importantes innovaciones sociales, políticas e institucionales para permitir una transición hacia un modelo energético global sin graves problemas en el suministro energético mundial.
El Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid es un equipo multidisciplinar de científicos, ingenieros y economistas que desde su formación en 2008 ha publicado diversos trabajos científicos relacionados con el cénit del petróleo y el potencial de las energías renovables.
El agotamiento de los recursos energéticos fósiles, especialmente de aquellos llamados convencionales o de fácil extracción, es un proceso ampliamente reconocido que desde hace unos años ya se puede observar.
Los estudios acerca de las perspectivas de agotamiento de los diversos combustibles fósiles son relativamente abundantes en la literatura científica, pero pocos ofrecen una perspectiva global de todas las fuentes energéticas y sus posibles sustitutos tecnológicos, y todavía menos estudios tienen en cuenta la demanda asociada al sistema socioeconómico.
Dinámica de Sistemas
Este artículo presenta un modelo Economía-Energía-Medio ambiente basado en Dinámica de Sistemas (Wold Limits Model o WoLiM) que integra todos estos aspectos: las restricciones físicas derivadas del agotamiento de los principales recursos energéticos (con estimaciones de los picos del petróleo, gas, carbón y uranio), los potenciales tecnológicos sostenibles de las energías renovables (estimados por medio de una metodología top-down), la estimación de las demandas requeridas por el sistema socioeconómico, el posible desarrollo de políticas alternativas y las emisiones de C02 energéticas.
En este artículo los resultados de este modelo son comparados con las estimaciones básicas de estudios de asesoramiento ambiental (Global Environmental Assessment, GEA).
Los resultados muestran que una transición energética dirigida por la demanda y el mercado, como las realizadas en el pasado, no parece posible: si las tendencias de demanda continúan se prevé una fuerte escasez antes de 2020, especialmente para el sector del transporte, mientras la generación de electricidad es incapaz de cubrir la demanda a partir de 2025-2050.
Para poder encontrar escenarios que sean compatibles con las restricciones derivadas de los picos de los combustibles fósiles es preciso aplicar hipótesis que raramente son contempladas por las instituciones internacionales o los estudios de GEA como crecimientos económicos cero o negativos.

dilluns, 27 d’octubre del 2014

La era de la vulnerabilidad

Article publicat a  El País

Por mucho que la economía se recupere, será un fracaso si la desigualdad sigue creciendo

Dos nuevos estudios muestran, una vez más, la magnitud del problema de la desigualdad que azota a Estados Unidos. El primero, el informe anual sobre ingresos y pobreza, emitido por la Oficina del Censo de Estados Unidos, muestra que, a pesar de la supuesta recuperación de la economía desde la Gran Recesión, los ingresos de los estadounidenses comunes continúan estancados. El ingreso promedio de los hogares, ajustado a la inflación, se mantiene por debajo del nivel de hace un cuarto de siglo.
Antes se pensaba que la mayor fortaleza de Estados Unidos no era su poder militar, sino un sistema económico que era la envidia del mundo. Sin embargo, ¿por qué otros buscarían emular un modelo económico mediante el cual una gran parte —incluso una mayoría— de la población ha visto que sus ingresos se estancan mientras que los ingresos de los ubicados en la parte superior de la distribución de ingresos se disparan al alza?
Un segundo estudio, el Informe sobre Desarrollo Humano 2014 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, corrobora estos hallazgos. Cada año, el PNUD publica una clasificación de países según su índice de desarrollo humano (IDH), el cual incorpora otras dimensiones del bienestar además del ingreso, que incluyen las relacionadas a la salud y educación.
EE UU, según el IDH, ocupa el quinto lugar en el mundo y se encuentra por debajo de Noruega, Australia, Suiza y los Países Bajos. No obstante, cuando su puntuación se ajusta por el factor desigualdad, esta cae 23 puntos —uno los más grandes descensos de ese tipo entre los países altamente desarrollado. De hecho, EE UU cae por debajo de Grecia y Eslovaquia, países que las personas normalmente no consideran como modelos a seguir o como competidores de EE UU en la disputa por los primeros puestos en las tablas de clasificación.

La movilidad descendente es una amenaza real, mientras que la movilidad ascendente es limitada
El informe del PNUD hace hincapié en otro aspecto del desempeño social: la vulnerabilidad. Señala que, si bien muchos países lograron sacar a las personas de la pobreza, la vida de muchas de esas personas continúa siendo precaria. Una pequeña vicisitud —por ejemplo, una enfermedad en la familia— puede empujarlas nuevamente a la indigencia. La movilidad descendente es una amenaza real, mientras que la movilidad ascendente es limitada.
En Estados Unidos la movilidad ascendente es más un mito que una realidad, mientras que la movilidad descendente y la vulnerabilidad es una experiencia ampliamente compartida. Esto se debe, en parte, al sistema de atención de salud de Estados Unidos, el cual continúa dejando a los estadounidenses pobres en una situación precaria, a pesar de las reformas del presidente Barack Obama.
Aquellos en la parte inferior se encuentran sólo a pocos pasos de la quiebra, enfrentando todo lo que esto implica. Con frecuencia, es suficiente que sufran una enfermedad, divorcio o pérdida del empleo para que se vean empujados al abismo.
La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de 2010 (también llamada Obamacare) tenía la intención de desahogar estas amenazas —y hay fuertes indicios que señalan que esta ley sí se encuentra de camino a reducir significativamente el número de estadounidenses sin seguro médico. Sin embargo, y en parte debido a un fallo de la Corte Suprema y a la obstinación de los gobernadores y legisladores republicanos, que en dos docenas de Estados de EE UU se han negado a ampliar Medicaid (seguro para los pobres) —a pesar de que el Gobierno federal paga casi la totalidad de la factura— 41 millones de estadounidenses permanecen sin seguro de enfermedad. Cuando la desigualdad económica se traduce en desigualdad política —tal como ha sucedido en muchas regiones de EE UU—, los gobiernos prestan poca atención a las necesidades de aquellos en los estratos inferiores.
Ni el producto interior bruto (PIB) ni el IDH reflejan cambios en el transcurso del tiempo o las diferencias entre países en cuanto a la vulnerabilidad. No obstante, en Estados Unidos y en otros lugares se ha mostrado una marcada disminución de la seguridad del empleo. Aquellos con un trabajo se preocupan sobre si van a ser capaces de mantenerlos, mientras que los desempleados se preocupan sobre si van a conseguir trabajar .
La reciente crisis económica aniquiló la riqueza de mucha gente. En EE UU, incluso después de la recuperación del mercado de valores, la mediana de la riqueza cayó más del 40% desde el año 2007 al 2013. Eso significa que muchas de las personas mayores y aquellas que se acercan a la jubilación se preocupan sobre sus niveles de vida. Millones de estadounidenses han perdido sus viviendas y millones de personas más se enfrentan a la inseguridad de saber que pueden perder las suyas en el futuro.

Tradicionalmente, Europa ha entendido la importancia de abordar la vulnerabilidad, pero la austeridad ha hecho crecer de una manera sin precedentes
Estas inseguridades se suman a las que durante mucho tiempo han enfrentado los estadounidenses. En las zonas urbanas centrales marginadas del país miles de jóvenes hispanos y afroamericanos se enfrentan a la inseguridad de una policía y un sistema judicial que son disfuncionales e injustos; cruzarse en el camino de un oficial de policía que tuvo una mala noche puede llevar a una pena de prisión injustificada, o incluso a peores situaciones.
Tradicionalmente, Europa ha entendido la importancia de abordar la vulnerabilidad mediante el suministro de un sistema de protección social. Los europeos han reconocido que un buen sistema de protección social puede incluso conducir a un mejor desempeño económico en general, debido a que los individuos están más dispuestos a asumir riesgos que conducen a un mayor crecimiento económico.
No obstante, en muchas partes de Europa, en la actualidad, la alta tasa de paro (12% en promedio, y del 25% en los países más afectados), junto con los recortes en la protección social que fueron inducidos por la austeridad, se han traducido en un aumento sin precedentes en la vulnerabilidad. Esto implica que la caída del bienestar de la sociedad puede ser mucho mayor a la disminución que muestran la medición convencional del PIB —cifras que por sí solas ya son bastante sombrías, debido a que la mayoría de los países publican ingresos reales per cápita (ajustados a la inflación) que son menores en la actualidad que aquellos que mostraban antes de la crisis—. Es decir, que se ha perdido un lustro.
El informe emitido por la Comisión Internacional para la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social (que presidí) hizo hincapié en que el PIB no es una buena medida para mostrar cuán bien se desempeña la economía. Los informes del Censo de EE UU y del PNUD nos recuerdan la importancia de esta percepción. Ya se ha sacrificado demasiado en el altar del fetichismo del PIB.
Independientemente de cuán rápido crece el PIB, un sistema económico que no puede brindar ganancias a la mayoría de sus ciudadanos y en el cual una proporción creciente de la población se enfrenta a una inseguridad cada vez mayor es, fundamentalmente, un sistema económico fracasado. Y algunas las políticas, como las de la austeridad, que aumentan la inseguridad y conducen a ingresos y nivel de vida menores a grandes segmentos de la población son, fundamentalmente, políticas erróneas.
Joseph E. Stiglitz es premio Nobel de Economía y profesor en la Universidad de Columbia. Su libro más reciente, en coautoría con Bruce Greenwald, es Creating a Learning Society: A New Approach to Growth, Development, and Social Progress.
© Project Syndicate, 2014.
Traducido del inglés por Rocío L. Barrientos.

dissabte, 25 d’octubre del 2014

Debates en torno al decrecimiento: por favor, toquemos tierra

Post publicat a    El Diario.es
 Última llamada
Es una lástima que “ecologistas” y “socialistas” no estemos todavía convergiendo en un discurso único y mucho más detallado sobre las soluciones económicas que proponemos.
Ni el socialismo puede ignorar los serios estudios físicos, ingenieriles y geológicos que se presentan desde los círculos ecologistas, ni podemos avanzar sin un discurso político elaborado, como el que posee el socialismo.
Socialismo y ecologismo deberían ser las dos patas con las que caminemos para conseguir una sociedad justa y además acorde con los límites del planeta.

La Junta inicia el estudio de las aportaciones públicas a la Ley de Movilidad Sostenible para su inclusión en el texto
La Junta inicia el estudio de las aportaciones públicas a la Ley de Movilidad Sostenible para su inclusión en el texto
En los últimos meses se ha generando un cierto debate entre economistas críticos y personas afines a las tesis del decrecimiento, que recientemente se ha visto reavivado con la publicación del Manifiesto Última Llamada. Este diálogo entre las posiciones “socialistas” -con su objetivo de justicia social-, y las “ecologistas” -con su preocupación por los límites del planeta- es, sin duda, uno de los retos intelectuales más necesarios en este principio de siglo. Sin embargo, da la impresión de que se está llegando a un callejón sin salida, puesto que las posiciones se vuelven cada vez más enconadas sin que se avance ni se aporten reflexiones valiosas.
Tengo la sensación de que en este debate buena parte de las discusiones son semánticas, pues cuando unos y otros hablan de energía, crecimiento o modelo productivo, no parece que entiendan siquiera las mismas cosas.  Creo que sería muy positivo que hiciéramos un esfuerzo por dejar de lado los términos generales y  bajar  a debatir aspectos concretos y, sobre todo, dar ejemplos específicos que nos permitan avanzar en el análisis de la realidad y las salidas a la crisis ecológico-económica.
Por ejemplo, ante la crisis energética que vivimos se habla de crecer económicamente a base de sustituir actividades intensivas en el uso de la energía por otras, lo cual es, obviamente, muy interesante. Sin embargo, esto que es obvio como generalidad, se vuelve una cuestión mucho más relativa cuando descendemos a los casos concretos.
Tomemos, por ejemplo, el caso del sector del automóvil. Actualmente el 4% del PIB español se está destinando a pagar las importaciones de petróleo. Para evitar esta sangría (que no tiene visos de mejorar debido al fenómeno del pico del petróleo) podemos pensar en varias opciones.
Podemos seguir con el modelo actual. Esto nos llevaría a que los ciudadanos destinasen cada vez un porcentaje mayor de su sueldo a comprar gasolina, con lo cual el consumo de otros bienes se detraería. También se venderían menos vehículos y es probable que disminuyeran los puestos de trabajo en la industria del automóvil. Muchas personas se verían marginadas al no poder tener un coche, ni tampoco otras alternativas.
Podemos, también, intentar la sustitución tecnológica, apostando por el vehículo eléctrico. Esto beneficiaría  a la industria del automóvil  y aumentaría la demanda de energía eléctrica, que podría ser renovable. Desgraciadamente los datos nos están diciendo que los vehículos eléctricos actualmente tienen prestaciones muy inferiores (15 veces menos acumulación de energía, lo que se traduce en mucha menor autonomía  y mala relación prestaciones/precio). Quizá dentro de unas décadas se descubra algo mejor pero, de momento, no tenemos esa opción y es inútil engañarse con fantasías. ¿Qué hacemos? ¿Subvencionamos los vehículos eléctricos a base de recortar en otras partidas como el transporte público? ¿Hacemos que los trabajadores empobrecidos paguen impuestos para los coches eléctricos de los más pudientes? Ya hemos subvencionado cada vehículo eléctrico con 5.500 euros y siguen sin venderse masivamente. Esta opción de cambiar un vehículo por otro y seguir creciendo  puede parecer muy atractiva, pero los datos tecnológicos nos muestran que es una vía muerta.
Tenemos otra opción, y es la que defendería el movimiento por el decrecimiento. Podemos cambiar el modelo de movilidad penalizando la compra de vehículos y fomentando el uso de la bicicleta. Esto permitiría que los ciudadanos tuvieran una forma de moverse barata y eficaz, especialmente atractiva para los menos pudientes, pero no hay que olvidar que se perderían puestos de trabajo en el sector del automóvil (más que en la primera opción). Por otra parte el dinero no destinado a gasolina se podría emplear en otros consumos que generarían otro tipo de puestos de trabajo.
¿Qué solución es mejor? Ninguna de ellas es buena y solamente podemos escoger la menos mala. Para ello tenemos que echar mano de los datos que nos permitan saber dónde están los límites tecnológicos y cuántos empleos se pierden en cada caso, y después discutir nuestras prioridades éticas.
Estos debates sobre aspectos concretos son los que deberíamos estar formulando ya. Deberíamos empezar a pensar qué hacemos con la industria del automóvil, la agricultura, la construcción, o el turismo, a la luz de la crisis energética.  Además, es imprescindible que la discusión se mueva dentro del conocimiento de la realidad tecnológica, porque el hecho de que los recursos naturales y la energía física son finitos no es cuestionable; y el estado de  la tecnología y sus posibilidades a corto plazo tampoco es discutible: es lo que hay. Es importante bajar a estos sectores concretos porque sólo así podemos ver si las restricciones energéticas y la falta de sustitución tecnológica van a hacer que los consumidores dejen de comprar coches, viviendas, viajes o clases de inglés,…o no.
En este sentido trabajos como los que Alfonso Sanz, Pilar Vega y Miguel Mateos acaban de presentar sobre las  cuentas ecológicas del transporte en España son vitales, porque nos permiten poner sobre la mesa los números de las variables físicas de un sector, que, además va a ser especialmente castigado por la crisis energética en esta misma década, como ponen de manifiesto nuestros estudios.  
Cada vez estoy más convencida de que los economistas ecológicos tienen razón cuando argumentan que tenemos que volver a medir la economía en términos de variables físicas como la energía, los puestos de trabajo, los kilos de minerales o los servicios prestados. Medir las cosas en unidades monetarias nos distrae y nos puede llevar a engaños. Ahora mismo, por ejemplo, el consumo de petróleo en España es un 23% menor que en 2007 y, sin embargo, el PIB español apenas ha caído, luego estamos generando el mismo PIB con menos energía. ¿Se debe a que tenemos una sociedad más capaz de generar actividad económica, empleo y bienestar con menos energía? No, en absoluto. Lo que estamos haciendo es cultivar la desigualdad: algunos siguen aumentando sus beneficios monetarios, pero muchos ciudadanos dejan de consumir porque no tienen ni siquiera lo necesario para calentar su casa. No es esa, desde luego, la eficiencia energética que queremos ni lo que defienden los partidarios del “decrecimiento”.
Es una lástima que “ecologistas” y “socialistas” no estemos todavía convergiendo en un discurso único y mucho más detallado sobre las soluciones económicas que proponemos.  Porque, si bien es interesante desarrollar experiencias colectivas que permitan vivir mejor con menos, como las que proponen los partidarios del decrecimiento, no es menos cierto que también hay que cambiar las relaciones de poder para que estos experimentos puedan convertirse en alternativas a gran escala.
Ni el socialismo puede ignorar los serios estudios físicos, ingenieriles y geológicos que se presentan desde los círculos ecologistas, ni podemos avanzar sin un discurso político elaborado, como el que posee el socialismo. Socialismo y ecologismo deberían ser las dos patas con las que caminemos para conseguir una sociedad justa y además acorde con los límites del planeta. Cualquier alternativa que sólo contemple uno de estos objetivos es ingenua y también indeseable.

divendres, 24 d’octubre del 2014

Europa pren mesures contra el canvi climàtic

Article publicat a La Vanguardia


La UE logra un "ambicioso" acuerdo para reducir emisiones de CO2
La reunión de jefes de estado y de gobierno acuerda también aumentar la interconexión eléctrica entre España y el continente | Pese a la oposición de Polonia, la Unión Europea se compromete a reducir en 2030 un 40% las emisiones de gases que causan el cambio climático
Vida | 24/10/2014 - 07:56h | Última actualización: 24/10/2014 - 08:49h
París, en un día sin contaminación en agosto de 2012 y el pasado 14 de marzo AFP
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Bruselas (EFE).- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) superaron el jueves 23 sus diferencias iniciales y fijaron un nuevo marco climático y energético para el periodo 2020-2030, que incluye un triple objetivo en materia de emisiones, renovables y eficiencia energética, así como una meta voluntaria de interconexiones.
La tradicional oposición de Polonia complicó el acuerdo sobre los objetivos de recortes de emisiones de gases de efecto invernadero, punto en el que Varsovia finalmente accedió a aceptar una disminución del 40 % respecto a los niveles de 1990 a cambio de financiación europea para modernizarse y de extender el reparto de créditos gratuitos de emisión más allá de 2020.
Los Veintiocho también han acordado que las renovables representen "al menos" un 27 % de la energía que se utilice en la Unión en 2030, una meta que finalmente será de obligado cumplimiento a escala europea, pese a la resistencia presentada por el Reino Unido, entre otros.
El cumplimiento del objetivo se evaluará haciendo una media a nivel europeo, de manera que unos podrán compensar a otros, en lugar de imponer metas nacionales tal y como se hace hasta el momento.
Los líderes han pactado, por otro lado, establecer un objetivo "indicativo" del 27 % de ahorro de energía respecto a 2007, que se revisará en 2020 con vistas a ampliarlo hasta el 30 %, de nuevo salvando la resistencia de Londres, que consideraba que éste debería haber sido descartado, según fuentes europeas.
En materia de interconexiones eléctricas, una cuestión que preocupaba sobre todo a España y Portugal, que son una "isla energética", la UE dijo aspirar a que en 2030 los Estados miembros puedan exportar a sus países vecinos un 15 % de la energía que producen, un objetivo que mantendrá el carácter voluntario que ahora tiene la meta para 2020, del 10 %.
"Detrás de los objetivos indicativos, hay proyectos concretos que definiremos", señaló al término del encuentro, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que destacó que la Comisión Europea (CE) tendrá ahora que supervisar el avance de los proyectos e informar al Consejo de manera regular.
España cuenta de momento con dos infraestructuras ya incluidas en la lista de proyectos de interés común de la UE, pero aspira a que se reconozcan otras tres para poder lograr los objetivos para 2020 y 2030, indicaron ayer fuentes del Gobierno español.
Los trabajos de la interconexión eléctrica de alta tensión entre la localidad española de Santa-Llogaiga y la francesa de Baixàs a través de los Pirineos es la única de las dos que ya están proyectadas que ya está en construcción, mientras que la otra entre el Golfo de Vizcaya y Aquitania (Francia) está aún en una fase de evaluación de su viabilidad.
En la actualidad España tiene un nivel de interconexión del 2,4 % que se elevaría a cerca de el doble una vez que en 2015 concluya el primer proyecto ya planeado, según fuentes diplomáticas españolas.
"Queremos hasta 2020 lograr el 10 % y vamos a esforzarnos para llegar al 15 % y para eso habrá que mirar aparte de posibilidades de financiación privada, qué posibilidades hay a nivel de UE para crear esa interconectividad", señaló por su parte la canciller alemana, Angela Merkel, quien subrayó que esta medida afecta sobre todo a la Península Ibérica y a los países bálticos.
El presidente de Francia, François Hollande, dijo que "muchos de los fondos" del plan de inversiones de hasta 300.000 millones de euros anunciado por el presidente electo de la CE, Jean-Claude Juncker, se destinarán a energía y a interconexiones eléctricas.
Por su parte, el presidente de la CE, José Manuel Barroso, que al igual que Van Rompuy participan en su último Consejo Europeo antes de que se produzca su relevo en las dos instituciones que dirigen, subrayó que "la aprobación de este objetivo tan ambicioso ha sido por unanimidad".
Organizaciones ecologistas como Greenpeace, Oxfam o Friends of the Earth Europe señalaron que los objetivos que han fijado los Veintiocho son "muy bajos", "insuficientes" y "están muy por debajo de lo que se necesita y de lo que Europa podría hacer para combatir el cambio climático".
Esta propuesta de paquete climático para 2030 contrasta con el más ambicioso que la UE adoptó para 2020, que incluía dos objetivos obligatorios del 20 % para recorte de CO2 y renovables y otro voluntario, también del 20 %, para reducir el consumo energético.

dijous, 23 d’octubre del 2014

ORGANIZACIONES SOCIALES SOLICITAN EL FIN DE LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA EN LA NUEVA LEY DE APARATOS ELECTRÓNICOS LA LEY REPRESENTA UNA OPORTUNIDAD PARA LA CREACIÓN DE NUEVOS EMPLEOS.

Post publicat a AERESS, la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria

La ley representa una oportunidad para la creación de nuevos empleos

Organizaciones sociales solicitan el fin de la obsolescencia programada en la nueva ley de aparatos electrónicos  La ley representa una oportunidad...
La nueva Ley de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs) debe implantarse a lo largo de este año en España. Organizaciones de la sociedad civil han enviado sus alegaciones con el fin de incluir medidas adecuadas en el Real Decreto para proteger el medio ambiente y  las personas.
A una semana de que termine el plazo de participación para la trasposición de la Directiva de RAEEs Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, AERESS, CCOO y UGT solicitan al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente una gestión que priorice la reducción de residuos, la reparación de los dispositivos eléctricos y electrónicos y la prohibición de la obsolescencia programada, entre otras medidas. La situación actual en la gestión de residuos electrónicos es insostenible; la  escasa recogida de este tipo de residuos a través de los canales adecuados y el gran descontrol en el destino final de los mismos hacen necesario poner en marcha sistemas más eficientes para su tratamiento.
Los materiales con los que se fabrican estos aparatos son en su mayoría escasos y valiosos, por lo que la falta de reparación, reutilización y reciclaje provoca un despilfarro de recursos naturales. Pero a su vez, son muy contaminantes, lo que conlleva impactos muy graves tanto en las zonas donde se extraen los materiales como en aquellas donde se depositan sus residuos.
España ya cuenta con redes de reparación y reutilización de aparatos eléctricos y electrónicos, gran parte gestionadas por empresas sociales, que aportan un valor añadido a las mejoras ambientales evidentes. Actualmente la red de recuperadores vinculada a la economía social da empleo a 1.746 personas en España, con un 47,5% de empleos de inserción de personas en riesgo o exclusión social [1]. Si se gestionase más cantidad de material, se estima llegar a los 3.583 empleos. En toda Europa la red de recuperadores sociales emplea a 40.000 trabajadores.
A pesar de la proliferación de estas nuevas alternativas, es indispensable el apoyo institucional y legislativo que asegure la reutilización a través de objetivos vinculantes entre fabricantes y distribuidores.
Por ello, las entidades anteriormente mencionadas solicitan que el nuevo real decreto asegure:
- Medidas efectivas de reducción en la generación de residuos, como el alargamiento de las garantías y la prohibición de la obsolescencia programada, tal y como ha sucedido en Francia recientemente [2].
 - El porcentaje mínimo del 5% de preparación para la reutilización, asegurando la disponibilidad de residuos con las condiciones adecuadas para la reparación y reutilización en los centros especializados.
- Una financiación garantizada de la preparación para la reutilización en coherencia con la Responsabilidad Ampliada del Productor;
- Un control férreo por parte de las Administraciones públicas del destino de los RAEEs y su tratamiento final;
- Un impulso a las empresas sociales para la reparación, reutilización y reciclaje de residuos.
La reutilización junto con el desmontaje manual son el escenario con mayor potencial de generación de empleo, según se recoge en el estudio publicado por el Gremi de Recuperació de  Catalunya que estima en más de 4.700 los empleos directos que podrían generarse [3].  Por otro lado fuentes del sector de la gestión de RAEE señalan que podrían crearse más de 9.000 puestos de trabajo directos si se realizara el tratamiento legalmente establecido.
Una gestión sostenible de los residuos RAEES no solo beneficiará a la ciudadanía española, sino a las poblaciones de países empobrecidos; gran parte de las materias primas que se utilizan provienen de otros países y en su extracción provocan  problemas sociales y ambientales, como contaminación de agua y aire, desplazamiento de comunidades y violación de los derechos humanos. Además, un gran porcentaje de residuos también acaban en países no industrializados, con proliferación de  vertederos incontrolados.
Con la publicación del próximo Real Decreto se debería poner solución a todos los problemas mencionados, favoreciendo la reducción, reutilización, reparación y el reciclaje, con la creación de empleo asociada a estas medidas.
Puedes leer el comunicado completo  en el siguiente documento:

dimarts, 21 d’octubre del 2014

dilluns, 20 d’octubre del 2014

Decrecimiento y tiempo para la vida

Article publicat a  Sin Permiso   

Paco Puche ….
19/10/2014

Especialmente atacadas se ven aquellas de nuestras prioridades que proceden de la necesidad humana de compartir, legar, consolar, condolerse y tener esperanza

John Berger

Todo viene de considerar a la economía actual como el “todo” social, político y cultural.

De la economía

Como dice Polanyi (2009:42) “es por la desproporcionada influencia que el sistema de mercado ha ejercido en la sociedad y en nuestra propia experiencia por lo que encontramos difícil comprender el carácter limitado y subordinado de la economía tal como ésta se presenta fuera
de dicho sistema”.

La economía ha de entenderse como un proceso institucionalizado de interacción que sirve para satisfacer las necesidades materiales; en este sentido forma parte vital de todas las sociedades humanas. O en un sentido más amplio, como “las formas en que cada sociedad resuelve sus problemas de sostenimiento de la vida” (Carrasco, 2001:12). Toda sociedad, por tanto tienen que tener alguna forma de economía dentro de la concepción anteriormente expuesta.

Esto nos lleva a dos cuestiones centrales que van a tener mucho que ver con las propuestas de decrecimiento: el trabajo y las necesidades.


Del trabajo

El trabajo puede considerarse una invariante antropológica en el sentido objetivo del segundo principio de termodinámica. Como dice Georgescu – Roegen (1996: 353) “el proceso económico depende de la actividad de los seres humanos que transforman la baja entropía en alta entropía”, esto significa la tarea de ordenar una naturaleza que no está al servicio de los seres humanos en otra que sí pueda servirles, sometiéndose a sus leyes, especialmente a las de la termodinámica, como hemos dicho. Al fin y al cabo la segunda ley mencionada, que dice que la materia y la energía aunque no se crea ni se destruye se transforma en otra de mayor entropía, significa pérdida de utilidad para los seres humanos. Es por tanto una ley en cierto modo antropocéntrica.

Este “trabajo necesario” tiene una finalidad, como la propia economía: satisfacer necesidades, mantener la vida, o el placer de vivir como sostiene Geogescu-Roegen (1996:353). No se debe confundir ni con el empleo remunerado, ni con la penosidad que algunas actividades tienen
asociadas, ni con la sociedad salarial, ni con la remuneración, etc., que son meras formas históricas de esta actividad necesaria que hemos llamado “trabajo”. El diálogo entre José Manuel Naredo y Jorge Riechmann sobre este asunto resulta esclarecedor (ver Papeles de relaciones ecosociales y cambio global nº 108, 2009, pp 147-161)
La economía feminista no deja dudas sobre la falacia de confundir trabajo con empleo remunerado, porque “esta actividad- los trabajos domésticos y de cuidados- es la que debería servir de referente y no el trabajo realizado en el mercado… por que es el trabajo fundamental
para que la vida continúe” (Carrasco 2006:46)

De las necesidades

Sobre las necesidades también hay mucho que decir en unos tiempos en que impulsos inducidos por la propaganda masiva, los deseos, los caprichos y la emulación se toman como necesidades irrefrenables. Las declaraciones de Patrick Le Lay, director general de la televisión francesa TF1, son reveladoras: “para que un mensaje sea percibido es necesario que el
cerebro del espectador esté disponible. Nuestras emisiones tienen esta vocación… Lo que vendemos a Coca-Cola es tiempo de cerebro humano disponible” (L’Expansion, 9 de julio de 2004)

El chiste de El Roto en el que un airado varón amenaza con defender lo superfluo con puño amenazante, es más que ilustrativo de la diferenciación que decimos.


El esquema de Sempere (2009:243) nos ofrece una buena síntesis del estado de la cuestión.Él nos propone distinguir entre dos grandes grupos de necesidades: la universales, transhistóricas e invariables y las emergentes, históricas y variables.
Las primeras abarcan todas las necesidades biopsicosociales (nutrición, seguridad física y psíquica, salud, descanso, ejercicio, sexo, reconocimiento, autoestima, pertenencia, confianza, etc.) y de potencial humano (autonomía, libertad, participación, autorrealización, afecto, amor, crecimiento moral, etc.); las segundas, históricas y variables, abarcan todas las necesidades instrumentales (satisfactores) y los sistemas sociales pertinentes.

Muchas de las necesidades tienen un carácter inmaterial y están fuera de la actividad económica propiamente dicha, aunque como otras actividades de la vida personal, social o política tengan que ver con esos que hemos llamado “el mantenimiento de la vida” o el “placer de vivir”, que caracterizan la economía tal como la venimos entendiendo. Al fin y al cabo no es posible segregar unas actividades de otras a lo largo de un día, pues el tiempo en el que discurren es común a todas ellas. Por eso tiene sentido, como recuerda Riechmann en el diálogo citado más arriba, que la actividad laboral pueda ser a la vez productiva, autorrealizadora y socializante, claro, cuando se cumplan condiciones de trabajo no alineado. 
Explica también el que algunas comunidades primitivas, como las de las islas Trobriand, se afanen en las tareas laborales (huertos, onstrucción, mantenimiento, etc.) mucho más de lo indispensable. Es como una suerte de trabajo lúdico, o confluencia de ocio y trabajo necesario.
Por el contrario, en la Antigüedad había constancia del desprecio por aquellas tareas dependientes y generalmente forzadas por la necesidad (Naredo, 2006:157)
Claro que es difícil separar la economía de la vida, al fin y al cabo aquella es un subsistema de la biosfera, como propone la economía ecológica.

Manfred Max- Neef (1994:42) establece la pedagógica distinción entre necesidades y satisfactores. Las primeras “finitas, pocas y clasificables… son las mismas en todas las culturas y en todos los periodos históricos”, lo que cambia, lo que está culturalmente determinado son los segundos, los satisfactores de esas necesidades, que son las maneras y medios utilizados para subvenir esas necesidades humanas fundamentales. Con matices (Sempere: 16), coinciden estas propuestas con las de este autor arriba consignadas.
Es ilustrativa la tabla que Max-Neef propone, cruzando necesidades existenciales y axiológicas, que dan lugar a la matriz de satisfactores siguiente: 










Fuente: Max-Neef (1994: 58-59)
(Nota: lo subrayado es inmaterial)

Esta matriz nos revela la cantidad de satisfactores (medios) que podemos usar para satisfacer nuestras múltiples necesidades y cómo la mayoría están fuera del mercado o de la economía entendida sólo en sentido material.

Del tiempo

La satisfacción de las necesidades implican trabajo y éste implica tiempo. Y el tiempo es un límite absoluto para el conjunto de actividades humanas. Su distribución a lo largo de un día es un juego de suma cero, lo que dedicamos a una actividad lo sustraemos de otra.

Una distinción que nos permitirá avanzar en nuestra indagación, es aquella que reestablece entre el tiempo de trabajo socialmente necesario para satisfacer necesidades y el tiempo excedente. El tiempo necesario incluye no solo el trabajo remunerado sino también el tiempo de trabajo doméstico y de cuidados, casi no remunerado.

Una enfermedad de nuestro tiempo es la falta de tiempo. Del lado del trabajo necesario, por la centralidad del trabajo asalariado (con el trabajo sombra asociado) y el empuje del sistema al consumo despilfarrador, y del lado del tiempo excedente por el predominio del ocio mercantilizado y pasivo.

Una breve historia del tiempo de trabajo nos llevaría desde las dos horas diarias dedicadas a la agricultura de subsistencia de los Papous Kapauku de Nueva Guinea, a las 20 semanales del siglo XVIII, a las dos o tres de los campesinos rusos antes de la Revolución de Octubre, a las más de 18 diarias en los inicios de la revolución industrial- incluyendo niños-, a las 48 conquistadas después de 1920, para luego con el fordismo aumentar la intensidad del trabajo.
Después de 1945, en EEUU, se ha revertido la tendencia y a finales de los ochenta en este país trabajaban 320 horas más al año que en Alemania o Francia. La petición, de momento frustrada, de elevar el horario en la UE hasta las 65 horas semanales marcan las tendencias de nuestro tiempo (Latouche, 2008: 86; Sempere, 2009: 56; Teitelbaum, 2010: 99-100).

Como señalaba Georgescu-Roegen (1996: 314) “uno de los secretos por los que las economías avanzadas han conseguido su espectacular desarrollo económico es una larga jornada laboral”

En cuanto al denominado tiempo excedente, también solemos conocerlo como tiempo de ocio. El ocio tiene un doble estatuto en cuanto a su consideración: o es denostado como fuente de todos los vicios o es tenido como fuente de sabiduría. “Si el ocio es vulgar trae denuesto; pero si es philosófico, loase” (Corominas, 1993, Tomo IV: 262)

Bajo el capitalismo, éste desarrolla una elaborada estrategia para secuestrar el tiempo de la gente fuera del trabajo propiamente dicho. Es el capitalismo cultural que lucha por ocupar el máximo de tiempo posible de conciencia de cada individuo con contenidos prefabricados. Por ejemplo, en España en el año 2000, la media de horas viendo la televisión era de tres y media al día; en el caso del Japón eran más de ocho y más de siete en EEUU.

Por otra parte, “la concentración oligopólica de los medios de comunicación de masas y de los productos del entretenimiento está en su apogeo. Grandes empresas tienen el control mundial de casi todos estos productos, entre ellas General Eletric, AOL, Time-Warner, AT&T, Viacom,
Walt Disney, News Corp, Bertelsmann, Sony y Liberty Media Corp, que dictan a los seres humanos cómo deben pensar, qué deben consumir, cómo deben utilizar su tiempo libre” (Teitelbaum, 2010:117). El Gran Hermano ya operativo. El capital, pues, ha conseguido en menos de medio siglo colonizar el tiempo de ocio de una gran parte de la población.

Tiempo para la vida

Se trataría de luchar por el tiempo de nuestra vida en las dos dimensiones que hemos analizado, en el trabajo y en el ocio, en un “combate cultural y político por convertir el “tiempo libre” de la industria del ocio en verdadero tiempo liberado, y el tiempo enajenado del trabajo asalariado en tiempo con sentido (Riechmann, 2003: 48).


En este combate podemos echar mano de tendencias antropológicas sustantivas que operan en el sentido propuesto. Nos referimos al sentido lúdico de la existencia y a la fiesta. Es necesario acudir a dos textos clásicos para referirnos a estos dos temas: “el “Homo ludens” de
Huizinga y la “Cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento” de Mijail Bajtin.

Huizinga muestra cómo el juego existe previamente a la cultura y la acompaña y penetra desde su comienzo a su extinción. Responde al carácter supralógico de nuestra situación en el cosmos. Es una suspensión temporal de la vida ordinaria, una actividad libre, superflua, sometida a reglas, en su expresión más desarrollada, impregnada de ritmo y armonía y que se
agota en sí mismo. Es una de esas actividades llamadas autotélicas, como la experiencia poética o el disfrute emocional de estar con los amigos. De ellas nos dice Riechmann (2003:
50) que “son unas de las principales fuentes de sentido para la xistencia humana”.

Bajtin nos deja perplejos al examinar cómo el pueblo en la Edad Media y en el Renacimiento se defendía de la opresión y de la jerarquía. Afirma que “a diferencia de la fiesta oficial, el carnaval era el triunfo de una especie de liberación transitoria, la abolición provisional de las
relaciones jerárquicas, privilegios, reglas y tabúes (…) que adoptaba la forma de una segunda vida del pueblo, que temporalmente penetraba en el reino utópico de la universalidad, de la libertad, de la igualdad y de la abundancia (…) Esta segunda vida (basada en el principio de la risa) le permitía establecer nuevas relaciones, verdaderamente humanas con sus
semejantes (…) de aquí que todos los símbolos de la legua carnavalesca estén impregnados del lirismo de sucesión y renovación, de la gozosa comprensión de la relatividad de las verdades y autoridades dominantes” (p.15 y 16).

Las festividades, concluye “son una forma primordial determinante de la civilización humana”.
No en vano, en las grandes ciudades, las celebraciones carnavalescas llegaban a durar tres meses por año, y no en vano también la literatura cómica medieval se desarrollo durante más de un milenio.

Lafargue, yerno de Marx , en su “Derecho a la pereza” lanza la consiga que sigue siendo de actualidad: trabajar tres horas al día y producir en ese tiempo lo necesario, no lo superfluo.
Keynes, cincuenta años después, realiza la misma propuesta. Y ya hemos visto, el sistema propone más de diez horas al día.

Reparto del tiempo de trabajo

¿Es posible el pleno empleo remunerado con los horarios actuales?

La búsqueda de pleno empleo es hoy día un oxímoron. En efecto, si la productividad aumenta un 2%, para mantener el empleo se necesita un crecimiento del orden del 2,5% anual. La carrera hacia el pleno empleo en las actuales condiciones de reparto del tiempo de trabajo, con
productividad creciente, exigen un crecimiento exponencial e, igualmente, la maximización del beneficio exige también ese crecimiento exponencial.

Pero en un mundo lleno, en el que ya hemos sobrepasado la capacidad de carga del planeta,un crecimiento exponencial es imposible a largo plazo, y a corto plazo solo es posible para unos cuantos y a costa de las capacidades del planeta para mantener a las siguientes generaciones. Se dice, con razón, que extender los modos de vida de un americano medio al
resto de los habitantes es un imposible, estallaría el mundo.

“No se trata de recuperar el pleno empleo porque este nunca ha existido, sino que se ha basado siempre en exclusiones múltiples: la apropiación de los trabajos gratuitos de las mujeres, el expolio de la naturaleza y la explotación de los países no occidentales” (Amaia Pérez, 2005: 28)

De aquí se desprenden dos conclusiones:

Una, que el pleno empleo sólo es posible con un reparto del tiempo de trabajo, en un contexto de decrecimiento de materiales, energía y contaminación y en deshacer la ecuación de trabajo igual a empleo, es decir en no seguir invisibilizando el trabajo no remunerado de cuidados en manos, mayormente, de las mujeres.


La segunda es que para que ese empleo sea de calidad, como se propone, es necesario atender a las observaciones que la economista Joan Robinson (1976) nos daba hace ya unas décadas; ella nos advertía que:

“El éxito económico nacional se identifica con las estadísticas del Producto Nacional Bruto (PIB). Nadie se cuestiona acerca del contenido de la producción. El éxito del capitalismo durante los últimos veinticinco años ha estado fuertemente ligado a la carrera de armamentos y al comercio de armas (para no mencionar las guerras en que han sido utilizadas); los gobiernos capitalistas no han logrado superar la pobreza en sus propios países, y tampoco se han visto acompañados del éxito a la hora de ayudar (por llamar de algún modo) a promocionar el desarrollo del Tercer Mundo. Se nos dice ahora que ese capitalismo está en camino de hacer el planeta inhabitable, incluso en tiempo de paz”.

En una sociedad del decrecimiento hay que repartir el tiempo dedicado al trabajosocialmente necesario que proporcionan valores de uso, incluidos los trabajos de cuidados, en condiciones de calidad laboral y democracia en la empresa. Y aquellos trabajos necesarios con dosis aún de penosidad y alienación (de ahí la etimología latina del trabajo como tripalium,
instrumento de tortura con tres palos) hay que también repartirlos equitativamente (ver Naredo y Riechmann, Papeles…)

Como resume muy bien Carlos Taibo (2009: 60) “el decrecimiento que defendemos tiene por fuerza que reducir la oferta de empleos en la economía competitiva, como tiene la necesidad de redistribuir aquellos y de trabajar menos horas. En paralelo habrán de aumentar las actividades vinculadas con las economías domésticas, con la educación y con el trabajo voluntario”

Y Stuart Mill, cien años ha, profetizó: “hay que subrayar que un estado estacionario no significa el estancamiento del mejoramiento humano. Habría más campo que antes para el mejoramiento del arte del vivir cuando las mentes se liberen del dominio del avance material”

Sentido del tiempo de ocio

Y esto nos lleva al otro tiempo, al que hemos llamado excedente o tiempo de ocio. El término “ocio” tiene una raíz etimológica griega muy interesante.

“Ocio” viene del griego s...., skhole, de ahí la palabra “escuela”. Para los griegos el saber y la ciencia no han nacido en la escuela tal como
ahora se entiende, sino que era fruto de su ocio, de su tiempo libre, que era aquel en que no estaba reclamado por sus actividades públicas, por la guerra o por el culto.

Alfabeto griego arcaico

De principio a fin de este artículo hemos ido llenando de sentido y de fundamentación al tiempo libre o de ocio para esta sociedad que reclamamos del decrecimiento: compartir, legar, consolar, condolerse y tener esperanza: Y también de “tiempo”, es decir de trasvase de
cantidades de tiempo de trabajo al tiempo libre de él.

Santiago Alba (2010: 70), en los tiempos que corren, se permite hacer un elogio del aburrimiento. Dice: “el capitalismo prohíbe básicamente dos cosas. Una es el regalo. La otra el aburrimiento”, porque hay dos formas de impedir pensar, la una trabajar sin descanso y la otra divertirse sin parar. Como afirma Leopardi “el tedio es la quintaesencia de la sabiduría”. Nada más revolucionario que esta imagen del no hacer nada frente a la realidad que las multinacionales se esfuerzan en crear: la del consumidor permanentemente insatisfecho. Hay que recordar aquel afán de un directivo de la General Motors que propugnaba que “la clave de la prosperidad económica consiste en la creación organizada de un entimiento de insatisfacción”; el resultado de esta filosofía ha sido que este gigante ha tenido que ser nacionalizado.

Este tiempo liberado, este tiempo de ocio, podemos también “llenarlo” de múltiples actividades necesarias para el sostenimiento de la vida y para llevar una vida digna, fuera del mercado y fuera de un consumo creciente de materia y energía. La matriz de Max-Neef arriba consignada es muy ilustrativa de la cantidad de satisfactores inmateriales a los que “necesitamos” acceder para subvenir nuestras necesidades fundamentales.

En un contexto de decrecimiento, podemos resumir como sigue los tiempos alternativos, los otros tiempos para la vida:

-Tiempos para la soledad, el aburrimiento y el pensar. Lleva razón Pascal al afirmar que “he descubierto que toda la desdicha de los hombres proviene de una sola cosa, que es no saber permanecer en reposo, dentro de una habitación”. Ninguna receta mejor que ésta para ser más felices sin consumir. Cada cual tiene que poder llegar a habitar con contento su
respectiva “habitación de Pascal”. Sería como el tiempo para perder el tiempo. 
-Tiempo para la democracia. Es evidente que si queremos una democracia participativa desde la empresa a la vida propiamente política, hemos de dedicar tiempo a deliberar, a discutir, a aproximar, a reunirnos con frecuencia y a hacer una pedagogía de asamblearismo respetuoso. El socialismo cuesta demasiadas tardes libres, se quejaba Oscar Wilde; por eso la democracia exige tiempo y aprendizaje. Y no supone más que un poco de consumo de materia gris y atención. El activismo ha de ser ilustrado.
-Tiempo para los encuentros y las relaciones. Somos seres sociales y anhelamos la compañía, de ahí también la dificultad de la necesaria soledad de vez en cuando. Como nos recuerda Maturana "los seres humanos modernos somos animales sensuales. Nos acariciamos tocándonos con palabras, y disfrutamos de la cercanía y el contacto corporal".
Tiempo, pues, para la familia, los amigos y el amor.
Como relataba en mi libro “ Un librero en apuros” (2004: 108), “Si uno va a Granada y visita El Bañuelo -antiguos baños árabes, en la carrera del Darro -al llegar a una estancia de la derecha, oirá decir a la guía que ´éste era el lugar de reunión, perdón el lugar de encuentro´.
Ya en el siglo XI distinguían muy bien los cruces esporádicos de los convenidos, y en estos contactos imprevistos, pero buscados, se hablaría de lo divino y de lo humano”.

-Tiempo para el juego, la fiesta y todas los demás actividades autotélicas, que como hemos visto responden a invariantes antropológicas que quizá den sentido a la vida y hagan más soportable nuestra finitud y contingencia.
-Tiempo para sentirnos seres vivos y hacer la inmersión mística en nuestra condición gaiana. Tiempo de gozar de la naturaleza y de la poesía, que solo exigen unas buenas botas y unos oídos atentos.
-Tiempo para la autoproducción, la artesanía y el bricolaje, como actividades que nos hacen menos dependientes, más creativos y que nos permiten valorar los trabajos ajenos.
-Tiempo para la belleza y la sabiduría. Siguiendo la lectura que hace Castoriadis (1988: 130) de la oración fúnebre de Pericles, el ciudadano ateniense existe y vive la unidad de tres elementos: el amor y la práctica de la belleza, el amor y la práctica de la sabiduría y la
responsabilidad del bien público, de la polis. “Los griegos, nos dice, son para nosotros un germen que nunca dejaron de reflexionar sobre la cuestión de saber qué debe realizar la institución de la sociedad”.

-Tiempo para la rebelión y la disidencia, para imaginar y luchar por un mundo nuevo, otro mundo posible dentro de este mundo terrenal
Aunque hemos reclamado el aburrimiento para oponerlo al capitalismo y como ocasión para el pensamiento y la sabiduría, tenemos tantas actividades pendientes, fuera del mercado y de la crematística, como para no aburrirnos, en un contexto que además es de decrecimiento. Pero
necesariamente hemos de superar el imaginario productivista y consumista en el que muchos andamos enredados.
“Tenemos derecho a decir que, en las circunstancias presentes, un plan de demolición sostenible (o de decrecimiento acelerado) supondría un gran progreso para el género humano” (Alba y Fernández: 169) Fuera del capitalismo nos espera el tiempo para la vida

Un buen remate de todo lo que hemos pretendido comunicar sería leer el capítulo XXXI del libro de Lao Zi (1981: 63), que nos dice así:

Las palabras verdaderas no son agradables,
las palabras agradables no son verdaderas.
El saber no es la erudición,
el erudito nada sabe.
El bien no es lo mucho,
lo mucho no es bueno.
El sabio no acumula;
obrando para los otros,
tiene cada vez más;
dando a los demás,
posee más cada vez.
Es propio del dao del cielo,
beneficiar y no causar daño;
Es propio del dao del hombre,
actuar y no luchar.


Bibliografía

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Castoriadis, C. (1988), Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto, Gedisa.
Carrasco, C. (2001), “La sostenibilidad de la vida humana: ¿un asunto de mujeres?”.
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Max-Neef, M. (1994), Desarrollo a escala humana. Conceptos, aplicaciones y algunas reflexiones, Nordam comunidad, Icaria.
Naredo, J.M.(2006), Raíces económicas del deterioro ecológico, Siglo XXI.
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Polanyi, K. (2009), El sustento del hombre, Capitán Swing Libros SL, edición original de 1977.
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Paco Puche, Decrecimiento y tiempo para la vida www.sinpermiso.info

Taibo, C. (2009), En defensa del decrecimiento. Sobre capitalismo, crisis y barbarie, Los libros
de la Catarata
Tietelbaum, A. (2010), La armadura del capitalismo. El poder de las sociedades
transnacionales en el mundo contemporáneo, Icaria y Paz con Dignidad.

Paco Puche es librero jubilado, activista social y miembro de Ecologistas en Acción.

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www.sinpermiso.info, 19 de octubre 2014