dilluns, 30 de desembre del 2013

Lo que no dicen las eléctricas

Article publicat a El periódico 

PAU NOY

Sábado, 28 de diciembre del 2013
Leo, oigo y veo anuncios publicitarios de una gran compañía eléctrica en los que explica que, en promedio, únicamente el 38% del importe final de una factura de la luz es imputable a los costes de producción. El 30% se debería a diversos impuestos, otro 20% a la repercusión de las subvenciones medioambientales y el 12% restante a otros temas. Y se quedan tan panchos.
Como si los impuestos no formasen parte del sistema, como si el problema de la gestión de la energía nuclear no fuera con ellos, o como si el hecho de que se paguen primas a la producción de las energías renovables porque se debe aspirar a que algún día España sea autosuficiente energéticamente fuera un sinsentido.
Todos los países civilizados pagan primas a las renovables porque es la apuesta por el futuro. Un futuro en el que el petróleo será caro y escaso. Y lo mismo con el gas y el carbón. Cuando veo tamaña demagogia me vuelve a rondar la idea de la nacionalización de las compañías eléctricas. La electricidad sería más barata y dejaríamos de oír y leer sandeces. Todo un progreso.
Fue el gran José María Aznar quien decidió liberalizar el mercado eléctrico para que la luz fuese más barata. Pero el resultado de este esquema, que los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero no subsanaron -¿cuántos exministros y demás altos cargos socialistas figuran en los consejos de administración de compañías energéticas o forman parte de su cuerpo de asesores?-, es que hoy la electricidad en España es la más cara de Europa y los beneficios de las eléctricas los más extraordinarios. Una estafa política a la ciudadanía en toda regla.
Lo que no dicen las eléctricas es que antes de 1997 cada sistema de producción eléctrica tenía su propia retribución. Mientras que a las centrales hidroeléctricas se les pagaba poco el kilowatio/hora porque sus instalaciones estaban generalmente amortizadas, por viejas, a las nuevas centrales de fuel, gas o carbón se les retribuía mejor porque muchas de ellas eran nuevas. Aznar decidió que todos los productores de electricidad irían a una única subasta. De forma que el precio del último que entrase en la subasta, el que completaba la previsión de demanda, sería el precio de referencia para todos. Si las hidroeléctricas producían a un céntimo de euro el kWh, y la subasta se cerraba, por ejemplo, a seis céntimos el kWh, la ganancia por cada kWh hidroeléctrico era la diferencia, cinco céntimos por kWh producido, un margen del 500%. Alguien debería también recordar que fue durante el mandato de Aznar cuando la tarifa de la luz se congeló durante dos años porque había elecciones. Estas medidas populistas fueron las que iniciaron esta insoportable burbuja financiera eléctrica. Dos decisiones que ni el Gobierno ni las empresas eléctricas cuentan.
La solución pasa por tomar dos soluciones. Primera, que las eléctricas devuelvan todo lo que han ganado en ese sorteo de lotería con números que siempre tocaban. Hay que hablarles claro: «O devuelves lo que debes o te nacionalizo. Y mira que con los enormes beneficios hay margen para devolver lo que conseguiste con el sistema que ideó Aznar». Segunda, hay que volver al antiguo método de retribución según el coste de cada sistema eléctrico.

diumenge, 29 de desembre del 2013

Enarbolando la escoba: un nuevo partido político en la India



per Joan Martinez Alier

Hace un año escribía en La Jornada que en medio de un millón de revueltas locales, en una sociedad donde hay muchísima pobreza, y una masiva apropiación de tierras campesinas y de bienes comunes por el capitalismo triunfante, aparecía una novedad. “El movimiento anticorrupción en 2012 irrumpió en las plazas, al modo de los indignados, con huelgas de hambre reclamando un lokpal, un ombudsman con medios suficientes para derrotar la corrupción. Su líder ha sido Anna Hazare, activista de larga trayectoria. De ahí acaba de nacer a finales de 2012 el Aam Aadmi Party, un nuevo partido cuyo coordinador es Arvind Kejriwal, que se presentará ya a las elecciones locales en Delhi en 2013. Una esperanza”.

La esperanza se convirtió en realidad en los primeros días de diciembre de 2013. Hubo elecciones regionales en cinco estados: Rajasthan,  Madhya Pradesh, Chhattisgarh, Mizoram y Delhi. En conjunto algo menos de un diez por ciento de la población de la India. En los tres primeros estados ganó el BJP, el centro-derecha hinduista, que se apronta con su líder Narendra Modi a ganar también las elecciones generales en marzo o abril de 2014. Modi es muy popular en los círculos económicos pero con una  mancha en su pasado por su responsabilidad en la matanza de musulmanes en 2002 en su estado de Gujarat siendo ya entonces jefe del gobierno regional.

En Mizoram, un pequeño estado en el nororiente, ganó el Partido del Congreso (que gobierna la India). Este partido (el de Nehru e Indira Gandhi) está en mala situación por la corrupción, por la inflación, por la caída en el crecimiento económico que no alcanza el cinco por ciento anual. Perdió muchos votos. Y perdió, sobre todo, en las elecciones del estado de Delhi (que abarca toda la ciudad: la vieja Delhi, Nueva Delhi que es la capital de la India, y los nuevos barrios y suburbios). A pesar de las muchas mejoras urbanas, un 30 por ciento de los votantes de Delhi se volcaron hacia el nuevo partido, el AAP, coordinado por Arvind Kejriwal, 44 años, ingeniero, ex inspector fiscal, activista en ONGs dedicadas al derecho a la información sobre actos del Estado.

El AAP tiene solamente un año de vida y ahora se presentará en marzo o abril 2014 a las elecciones generales en muchas de las 545 circunscripciones.

En diciembre 2013, el AAP ha sacado tres veces más votos que el Partido del Congreso en Delhi, y casi supera al BJP, que salió primero pero sin mayoría en la asamblea para formar gobierno. No se presentó en otros estados. Este triunfo del AAP en Delhi ha sido noticia principal y en otros estados hay gran afluencia  de nuevos militantes.

El símbolo del AAP es una escoba. Yo estuve en la India en estos días de diciembre de 2013 (en reuniones de economistas ecológicos) y tuve muchas conversaciones con jóvenes universitarios sorprendidos y entusiasmados. La escoba simboliza la lucha contra la corrupción. El candidato principal en Haryana, un estado adyacente a Delhi, va a ser un joven ex funcionario estatal apartado de su trabajo por haber denunciado un caso de transferencia de tierras en beneficio de un cuñado del hijo, nieto y bisnieto de primeros ministros del Partido del Congreso, Rahul Gandhi.

La escoba de mango corto simboliza también directamente a las castas más bajas y a los descastados Dalits, tradicionalmente encargados de la limpieza.  El AAP, aunque en Delhi tiene mucho apoyo en la juventud universitaria, tiene más votos en barrios populares y con pobrísimos inmigrantes. Está por ver si su presencia llega en pocos meses a las profundidades de la India rural.

El AAP tiene por delante espacio por recorrer en combates contra la corrupción y contra la pobreza. En Kerala, sus candidatos pertenecen a un movimiento local contra un innecesario aeropuerto. Aparte de temas ambientales repartidos por toda la India y muy agudos, hay otros aspectos cruciales para el bienestar humano que son políticamente olvidados. Las leyes criminalizan todavía en 2013 la homosexualidad. El maltrato y la violencia extrema contra mujeres es moneda corriente.  Una renovación cultural feminista está ya madura, a ver si el AAP la empuja.

Mientras tanto Anna Hazare, en su pueblo en Maharashtra, tras haber expresado durante meses su desdén por la participación electoral, no oculta su alegría por la sorpresa que representa el AAP.  Inicia una nueva huelga de hambre para conseguir una ley anti-corrupción con la figura de un Lokpal o Defensor del Pueblo. A la vista de la nueva situación política, el Parlamento ha cedido esta vez y en pocos días ha aprobado una ley, que el AAP celebra pero considera débil. Anna Hazare levantó su huelga de hambre el 17 de diciembre.

El 22 de diciembre Arvind Kejriwal acepta ser el jefe del gobierno local de Delhi, y el partido AAP tiene muy buenas perspectivas de cara a las elecciones de 2014.

Article que es publica  al diari La Jornada de la UNAM

dilluns, 23 de desembre del 2013

Bon any 2014

Si no es fa una cosa, alguna cosa es farà per sí sola qualsevol dia, i es farà de forma que no satisfarà ningú”  (Thomas Carlyle)
Aneu a l'enllaç:








diumenge, 22 de desembre del 2013

El advenimiento de las desigualdades

Article publicat  a El País

La opinión pública acepta pasivamente la existencia de élites cada vez más ricas

¿Caminamos hacia el ascenso de la sociedad de la desigualdad? ¿Se está produciendo una progresiva normalización, una creciente tolerancia y quizás una próxima legitimación de las desigualdades sociales? Existen inquietantes indicios que así parecen anunciarlo, como revela el programa de desmantelamiento del Estado de bienestar presentado por el gobierno holandés de coalición social-liberal. Pero de aceptarse este nuevo enfoque desigualitario, podríamos caer en un trágico error de cálculo, según vamos a ver. Pero ante todo, constatemos los hechos.
Es un fenómeno bien conocido y casi comúnmente aceptado que, como consecuencia de la crisis financiera internacional (gran recesión del crédito privado en 2008-2010 y segunda recesión de la deuda pública en 2011-2013), se ha producido en todo Occidente un extraordinario incremento de las desigualdades sociales (a diferencia de lo que ocurre en los países emergentes, que por el contrario están comenzando a reducirlas y suavizarlas). Las causas inmediatas son evidentes, pues se debe al fuerte descenso de las rentas del trabajo (con doble pérdida tanto de empleo como de salarios reales) y a la simultánea caída del gasto público en transferencias (protección del desempleo, pensiones compensatorias) y servicios sociales (educación, salud, etc) por efecto de la política de ajuste y austeridad fiscal, lo que ha determinado una considerable disminución de la renta familiar disponible.
Entre tanto, las rentas profesionales y empresariales de los agentes y sectores expertos en la globalización (servicios financieros, comerciales y digitales, especialmente) han crecido espectacularmente, contribuyendo a multiplicar la apertura del abanico estratificador de los ingresos personales. Así, la distancia en términos de poder adquisitivo entre una élite cada vez más rica y unas bases cada vez más pobres está creciendo a gran velocidad, mientras los instrumentos fiscales de redistribución de la renta por imposición directa se reducen al mínimo a causa de la caída de la presión tributaria. La consecuencia es el enriquecimiento de la minoría que gestiona la crisis a costa del desclasamiento de la mayoría de la población. Y aunque un hecho tan brutal choque frontalmente con el ideal democrático de igualdad entre todos los ciudadanos, este fortísimo ascenso de la desigualdad es pasivamente aceptado por la mayoría de la opinión pública, que lo interpreta con resignado fatalismo como efecto inevitable de una crisis excepcional.
En Occidente, las clases medias ya no pueden seguir creciendo
Y la más significativa excepción a esta regla de común aceptación conformista de las desigualdades sociales es la opuesta por ciertas minorías activas que oponen fuerte resistencia simbólica en el sur de Europa, como sucede con el 15M o las mareas blanca y verde que salen en defensa de los servicios públicos de salud y educación. Ahora bien, como ha revelado François Dubet en un breve y lúcido libro de obligada lectura (Repensar la justicia social, siglo XXI, Buenos Aires, 2012), subtitulado Contra el mito de la igualdad de oportunidades, en esta defensa del Estado de bienestar amenazado por el austericidio hay un equívoco mal entendido. Y es el de creer que el mejor instrumento para luchar contra las desigualdades es la política de igualdad de oportunidades, sin advertir que una consecuencia imprevista de esta política es precisamente la de multiplicar la efectiva desigualdad resultante.
Para Dubet, la desigualdad social presenta dos dimensiones distintas aunque relacionadas entre sí. Por un lado, la desigualdad de las posiciones sociales que pueden llegar a ocuparse en una estructura o sistema social. Por ejemplo, la desigualdad entre los profesionales titulados y los trabajadores manuales. Y por otro, la desigualdad entre las condiciones de origen desde las que se inicia la competición para alcanzar dichos puestos a ocupar. Por ejemplo, la desigualdad entre las familias autóctonas y las familias inmigrantes. En la carrera personal o colectiva de lucha por la vida, esta última es la desigualdad inicial de salida, mientras que aquella otra es la desigualdad terminal de llegada. Y para reducir la desigualdad social podemos apostar por igualar tanto las condiciones de salida (igualdad de oportunidades) como las metas de llegada (igualdad de posiciones). Lo ideal sería tratar de igualar ambas a la vez, en la línea de origen y en la de llegada. Pero, ante la imposibilidad de satisfacerlas simultáneamente, se prioriza una sobre otra.
La política socialdemócrata trata de reducir la desigualdad entre los puestos de llegada mediante la política fiscal que redistribuye progresivamente la renta. Mientras que la política liberal trata de reducir la desigualdad entre las líneas de salida mediante las políticas de acción afirmativa y discriminación positiva (cuotas, becas, rentas de inserción, etc): es la política de igualdad de oportunidades. Excuso decir que en estos tiempos de ajuste presupuestario y devaluación de rentas, decretados bajo el eufemismo de la consolidación fiscal, la política de igualdad de posiciones ha quedado anulada y está resultando invertida en la práctica, dado el incremento exponencial de la desigualdad en la distribución de la renta. Y, mientras tanto, sólo queda espacio, aunque cada vez más laminado por la feroz austeridad presupuestaria, para la política de igualdad de oportunidades, como única herramienta capaz de suavizar, ya que no de corregir ni rectificar, la rampante desigualdad social.
Hace falta restaurar la redistribución progresiva de la renta
Pero como revela François Dubet en su texto antes citado, el problema es que la política de igualdad de oportunidades, por progresista que parezca y bienintencionada que sea, genera imprevistos efectos contraproducentes. En lugar de reducir la desigualdad de las posiciones de llegada, lo único que logra es favorecer e impulsar la movilidad social entre unas y otras, que se hacen cada vez más desiguales. Pero así reconvierte el problema de la desigualdad en una competición meritocrática por el acceso restringido a las posiciones más desiguales y selectivas: es decir, en una carrera cada vez más concurrida en pos del ascenso social. Una carrera multitudinaria que al masificarse pronto se satura, pues la igualdad de oportunidades es como el juego de las sillas, que sólo funciona bien cuando hay suficientes puestos de llegada para todos los aspirantes. Es lo que ocurre al inicio de la modernización, como pasa hoy en China o los demás países emergentes, cuando la universalización de la enseñanza favorece el ascenso de los hijos del campesinado y las clases trabajadoras hacia una sociedad de nuevas clases medias.
Pero cuando la modernización entra en su fase de madurez y las clases medias ya no pueden seguir creciendo, como ha ocurrido ya en Occidente, la igualdad de oportunidades se convierte en una trampa, pues como ya no hay puestos privilegiados para todos, cada vez son más los llamados y menos los escogidos. Entonces la igualdad de oportunidades ya solo genera rivalidad y competitividad entre todos los concurrentes, mientras los perdedores se dejan ganar por el resentimiento y el desclasamiento. En consecuencia se desata una guerra de todos contra todos solo movidos por la envidia social y la privación relativa, lo que generaliza el individualismo posesivo, la privacidad egoísta, las identidades sectarias, la desconfianza mutua y la polarización conflictiva. Lo cual produce como resultado agregado el crecimiento geométrico de unas desigualdades sociales que acaban por normalizarse y legitimarse en nombre de la sacrosanta competitividad. Es la pesadilla neoliberal en que ha degenerado el sueño americano. Y para evitar esa contradicción insuperable que pervierte la igualdad de oportunidades sólo cabe apostar por la igualdad de posiciones, tal como recomienda hacer Dubet. Lo que exige restaurar la redistribución progresiva de la renta como única forma de recuperar la cohesión social, la confianza recíproca, la cooperación solidaria, el aprecio por las identidades comunes y la participación colectiva en defensa del interés general.
Enrique Gil Calvo es catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

dijous, 19 de desembre del 2013

Mapa cohousing vivienda colaborativa en España





Web molt recomanable que mostra un mapa interactiu amb les experiències de Cohousing que ara mateix existeixen ja a Espanya  o que estan en fase de projecte.

També mostra un llistat amb els mapes de Cohousing d’altres països.


Aneu a l’enllaç:

Mapa cohousin vivienda es España



cohousing vivienda colaborativa en España




 

 

 

 

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cohousing vivienda colaborativa en España Vista inicial del mapa con todos los datos

El mapa representa el estado del cohousing vivienda colaborativa en España a fecha 08/12/2013 según los datos de los que disponemos. Muy probablemente faltan casos, pero sirve para hacerse una idea general y también, con el paso del tiempo, conocer la evolución de los distintos proyectos y número de personas interesadas.
En eCOHOUSING pensamos que esta forma de vida va a crecer porque responde a necesidades reales de las personas, pero somos conscientes de que hay una barrera derivada de la costumbre que es necesario mover y para ello la mejor manera es la información.
Cada color representa un tipo de proyecto según se detalla en la leyenda de la esquina inferior derecha. Pinchando en un punto se despliega la información disponible básica adecuada para cada tipo de proyecto.

cohousing vivienda colaborativa tipos en EspañaPestaña ‘Visible layers’

Permite visualizar uno o varios tipos de proyectos y personas según los intereses:
- Internacionales: se presenta una primera selección de los proyectos que hemos estudiado hasta la fecha y consideramos que tienen algún interés en uno o varios aspectos. Es una lista que iremos completando, también atendiendo a las sugerencias o intereses que se nos transmitan.
- Personas interesada: indica aquellas personas que buscan un proyecto en funcionamiento, un grupo en desarrollo al que incorporarse o quieren formar un grupo propio, sobre todo para empezar un proyecto en o cerca de su localidad de residencia actual.
- En desarrollo: va desde grupos de reciente formación, pero con suficiente entidad, hasta grupos con el edificio en construcción.
- En funcionamiento: proyectos en los que ya están viviendo personas.

cohousing vivienda colaborativa en funcionamiento en EspañaProyectos en funcionamiento

Con los proyectos que cuentan con página web u otros datos de contacto se puede contactar directamente.
Los proyectos en funcionamiento aunque puedan tener en la actualidad todas sus plazas cubiertas, cuentan con listas de espera a las que las personas pueden incorporarse si cumplen con los criterios que establece cada comunidad.
En el caso de los proyectos para mayores no se trataría de una opción a tomar “cuando no queda más remedio”, sino de la oportunidad de incorporarse a un proyecto que funciona si encaja con nuestros intereses y necesidades. Conviene saber que en varios casos no se suele admitir a personas por encima de una determinada edada para mantener el equilibrio de personas de edades diversas dentro de la comunidad. Los grupos con una proporción excesiva de personas dependientes corren el riesgo de perder el equilibrio que hace a este modelo diferente de un geriátrico al dificultar el apoyo mutuo, fundamental para la idea de vida en común.

cohousing vivienda colaborativa en desarrollo en Españacohousing vivienda colaborativa en desarrollo en España privacidadProyectos en desarrollo

El abanico de proyectos cohousing vivienda colaborativa en desarrollo es muy amplio. La información que se aporta en cada caso depende de la fase de desarrollo.
Los proyectos en un estado inicial no suelen tener datos de contacto públicos, por lo que sólo se indica el código de nombre y la situación aproximada a un radio de 25 km, para mantener la privacidad.
Los proyectos en una fase intermedia suelen tener página web y algunos han aparecido en los medios de comunicación. El grupo inicial está formado y los criterios suelen estar firmemente establecidos. Es probable que estén en fase de expansión del grupo. Sólo indicamos los datos que son de público conocimiento y la localización, salvo que cuenten con terreno o edificio para rehabilitar existen, es también aproximada.
Los proyectos en fases avanzadas suelen estar constituidos legalmente, contar con terreno adquirido y hay algunos con el proyecto arquitectónico realizado e incluso en fase de construcción. Lo habitural es que el grupo se esté completando, aunque depende mucho del tipo de proyecto. Lo normal es que se empiece a realizar gastos importantes cuando ya hay un mínimo de personas implicadas.  Los datos suelen ser ya de público conocimiento, por lo que se puede contactar directamente con ellos.

cohousing vivienda colaborativa personas interesadas en EspañaInformación sobre personas

No figura nombre real, ni localización exacta ni información de contacto. Se indica el interés que tienen o lo que buscan, si es formar un grupo, incorporarse a uno en desarrollo o entrar en uno en funcionamiento.
La forma de contactar se describe en la columna de la derecha de esta página.
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cohousing vivienda colaborativa en España formulario de contactoFormulario de contacto

En la imagen se muestra un ejemplo de correo con la información orientativa mínima necesaria. Cualquier información más permite enfocar la respuesta y por supuesto se agradecen las opiniones que se puedan hacer para la mejora del funcionamiento y contenido del mapa.
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cohousing vivienda colaborativa internacionales europa mundoCohousing internacionales

Se representa una selección de los proyectos que consideramos más interesantes. Se trata de una lista en proceso y se agradecen las sugerencias.
Del entorno europeo aparte de los paises con una actividad consolidada en este modelo como Dinamarca, Suecia o Austria, en principio hemos estudiado algunos casos en el Reino Unido e Italia, muy activos en los últimos años, y Francia.
En el ámbito americano hemos estudiado algunos casos en Estados Unidos y Canadá.
ENLACES A MAPAS DETALLADOS DE OTROS PAISES
Casi todas las páginas incluyen perfiles de los proyectos y algunas documentación útil para el desarrollo de los proyectos cohousing vivienda colaborativa, eso si desde la perspectica social, legal y económica propia de cada pais.
Map of Cohousing Communities Fellowship for Intentional Community. Mapa mundial
Map of Cohousing Communities. Cohousing Association of USA. Mapa mundial muy detallado en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido
Cohousing Groups Directory UK Cohousing Network. El Reino Unido es uno de los lugares donde más se está desarrollando el cohousing en la actualidad y que tiene algunos de los proyectos más interesantes.
Canadian Cohousing Locations and Groups Canadian Cohousing Network. Mapa y listado por provincias
La mappa dei cohousing in Italia En Cohousing Starter Kit de Studio Tamassociati
Cohousing Australia Incorporating intentional communities.
Elder Cohousing Communities in North America University of Georgia Institute of Gerontology

Enlaces cohousing vivienda colaborativa

Páginas de esta web con más información sobre proyectos, usuarios, asociaciones y profesionales del mundo cohousing vivienda colaborativa.

Organización y difusiónCohousing en desarrolloCohousing en funcionamiento


dimecres, 18 de desembre del 2013

Vuelven los municipios a ser los actores del nuevo modelo energético

La pasada semana pasada Stefan Taschner, de Energetisch Berlin, y Christoph Grote, de Unser Netz- Unser Hamburg estuvieron en Barcelona y Tarragona. Los dos han logrado que se celebren consultas ciudadanas; en Berlín, el pasado 3 de noviembre, en Hambuerg, el 22 de septiembre -coincidiendo con las elecciones federales; para recuperar el carácter publico de las redes de energía. Antes lo hicieron con el agua. Dos ciudades con apenas el 1% de energía renovables, quieren dejar de ser la excepción, en un país con 170 ciudades con empresas publicas de energía, las llamadas Stadtwerke.

Stefan Taschner y Christoph Grote participaron en debates y jornadas, unas organizadas por el Col·legi de Agrònoms -que acaban de celebrar el II Congreso Rural Smart-. Se pasaron por el Ateneu de Barcelonès. En el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) les acompaño el abogado Joan Perdigó, para explicar la diferencia entre la liberalización del sector supone una oportunidad para empresas publicas, el cambio de propiedad, a manos privadas, en cambio, ni aumenta la competencia, ni la eficiencia, ni las oportunidades para un cambio de modelo. En la Universidad Rovira i Virgili… lo acompaño Francesco Cortesi desde la perspectiva del derecho europeo -asesora a la Plataforma del Nuevo Modelo Energético, con Fundación Renovables…
Las dos Alemania. 
Si España tiene una red de transporte en manos de REE, Alemania tiene cuatro monopolios que transporta la energía; en cambio, la distribución que en Alemania está en manos municipales, aquí esta en cuatro monopolios regionales. ¿Tiene alguna relación esas 170 Stadtwerke con esa parte de Alemania con un 80 a 100% de renovables, al lado de ciudades como Berlin o Hamburg con apenas el 1% de renovables?
¿Qué interés tiene las redes para las ciudades? No solo transportan la energía, aparte que lo transportado no es un objeto físico, las redes regulan. Tiene la capacidad de acelerar o relegar la transición energética, cuando el desafío no es solo desplegar las energías renovables, adecuar las redes para un modelo descentralizado de generación. La propia Ley del Sistema eléctrico, que tenemos, pide que desde la planificación urbanística se planifique los recursos energéticos locales. El promotor paga una redes que al final acaban en manos, sin coste alguno, de los monopolios que privilegian su estructura vertical, lo que le confiere el poder del mercado.


 Berlin tiene como primera referencia Schönau; un pueblo en la Selva Negra que tras Chernóbil recupera la antigua empresa pública local. Los pioneros fueron en contracorriente, al liberalizarse el mercado se convirtieron en un nuevo actor de este. Mientras el resto del país, en lugar de percibir las oportunidades, cedieron las empresas locales a manos privadas, que pasaron a estar integradas en la estructura vertical de grandes empresas; nada más opuesto a la pretendida liberalización del sector.
A partir de 2001 la tendencia se invierte. Las moribundas Stadtwerke –empresas municipales- adquieren un protagonismo. Hace unos días La Vanguardia publicaba como Rhein-Hunsruck, con 100.000 habitantes, producirá más del 100% de renovables -el distrito rural ya en 2014 logrará 236% de renovables. Durante los últimos cuatro años el presupuesto municipal, de una región conservadora, era de 1,7 millones de euros, tenia un un superávit de 400.000. Ese dinero la comunidad lo invierte en  eólica nueva de 140 metros de altura, 34 millones por aerogenerador… todo sobre un mapa eólico que RWE desestimó por condiciones no óptimas. Es la otra Alemania que ignoramos, donde no hay ni minijob, ni municipios endeudados.
Municipalizar la democracia: Sacramento.
Berlin quiere no solo una empresa de energía. Quiere un modelo de gestión fijándose en Sacramento, SMUD (Servicios Municipales de Utilidades del Distrito). Fue creada en 1923 para proveer a los clientes-propietarios de servicios energéticos. Pero se vio obstaculizada su labor casi un treinta años por la aplicación de la Ley Federal de Energía. En 2006 tras una consulta ciudadana lograr que la energía vuelva a ser gestionada por SMUD. Berlin se fija en que la decisión sobre las redes, clave para acelerar la transición del modelo energético, está en manos de los ciudadanos. Cuanta con un directorio con siete miembros elegidos por cada distrito. Planifica las necesidades del barrio; que dada barrio genere su energía supone una potente medida de equidad en la Sacramento.
Ni en Alemania, ni en Estados Unidos, la lucha contra el cambio climático o la transición energética es federal; el protagonismo es de los ciudadanos comprometidos con sus ciudades, un espacio público comunitaria que hacen posibles proyectos colectivos. Sacramento tiene un 56% de Gas, el resto con fuentes renovables, 22% hidráulica, 13% eólica (a 5 centavos kWh -quieren pasar de 128 a 415 MW), fotovoltaica fueron pioneros, 1984 3,2 MW (ahora quieren integrar un 60% del consumo en cada vivienda) y geotérmica -132 MW, de potencia base, el objetivo es lograr 500 MW.
Un modelo energético renovables requiere que las redes integren medidores más inteligentes. SMUD instala en los hogares medidores que proporciona una herramienta para que aparatos programable consuman la energía cuando esta está disponible; controlado desde el móvil. Hace dos décadas tienen programas para vender negawatios, gracias a programas de ahorro. Esas centrales virtuales de energía que ahora incorporan tecnología de la información. Aquí acostumbrados a perder trenes tecnológicos, con ajustes cada vez más dolorosos.
Insistieron en la utilidad que tiene las redes. No deben dejar de ser “neutrales”, pero si gestión no es neutral, determina el modelo energético, frena, relega, el cambio de modelo energético o, por el contrario, lo puede acelerar. Un modelo de generación distribuido de energía favorece la igualdad, al convertir a todos los ciudadanos por igual, generadores de energía. Pero antes que generadores, los convierten en ciudadanos, las redes se deciden como una cosa pública a partir de la participación democrática.
Invitación al abuso. 
No hemos liberalizado nada. Tan solo se cambia de manos la propiedad de los monopolios energéticos; la lógica del interés general fue sustituida por el interés de unos fondos de inversión que ayer están y hoy se marchan donde ofrezca mayor rentabilidad. Los directivos, sin ser suya la empresa, ofrecen generosos dividendos, en que las estrategias a largo plazo importan poco, las escandalosas remuneraciones forman parte de la mucho  ofrecen , un día están, otro no están si no se les ofrecen generosos dividendos, no les importa a que se dedican, ni los sueldos astronómicos de los consejeros -señalaba Jorge Fabra en una entrevista en eldiario.es por Tomeu Ferrar y Enric Català.
La Directiva 2009/72/CE señala la obligación de separar la propiedad de gestión y la propiedad de las redes (artículo 24), evitar que distribuidoras tengan ventajas al participar en otros segmentos de la actividad –generación y comercialización (Art. 26), o que se debe garantizar la separación vertical de las empresas (art. 26). Todo esto no se da en nuestro país. Sobre ese modelo se hace una reforma energética con medidas retroactivas sobre inversiones, en renovables, realizadas; con un efecto de discriminación estructural, esto es, no se puede subsanar sin sacrificar la propia reforma llevada a cabo. Y a pesar de esto no hay un debate sobre la importancia de las redes.
En Londres, Carolina Lucas de Los Verdes y Jeremy Corbyn de Labour, pedían seguir el modelo de Nuestras redes, nuestro Hamburg. El estado privatizó unas redes, los propietario entendieron que la reducción de costes  pasa por recortes de inversión; el efecto es unilateral y contraproducente para otros segmentos, en Reino Unido las energía renovables son residuales. Es abrumadora la opinión que se debe de recuperar la utilidad pública de los monopolios como el agua, gas, energía, correos, ferrocarriles. No es volver a las empresas estatales. Berlín sabe que el sector publico es capaz de aberraciones como construir aeropuertos sin aviones. Sacramento es ejemplo de la participación democrática de las redes, dar libertad a los ciudadanos gracias a redes neutrales. Convertir a los municipios en actores en un marco liberalizado de competencia, eficiencia, transparente y deliberativo.

Jordi Ortega BarcelonaFilosofo, politólogo, periodista
jordiortega@hotmail.com
Estudió filosofía en la Universidad de Barcelona. Amplió estudios en el Institut für Sozialforschung de la Universidad de Frankfurt, centrado en teoria crítica, sociologia del riesgo y ecología política. Fue colaborador de Fundaciones como Henrich Böll, Hans Boeckler o Deutsche Umweltstiftung. Actualmente investigador en el grupo de Cambio Climático y Sostenibilidad de la Universidad Carlos III. Ha publicado sobre energía, cambio climático, construcción europea. Coautor de "La energía después de Fukushima", con Cristina Narbona. En twitter: @OrtegaJordi













dilluns, 16 de desembre del 2013

El decreixement, una estratègia per contrarestar la crisi?

Article publicat a   Green European Journal 

Traduït per Rafael Granero


El decrecimiento ¿una estrategia para contrarrestar la crisis?

Visítalo en El Debate

La idea del decrecimiento ha sido siempre una parte del pensamiento verde, pero ¿qué significa exactamente decrecimiento en nuestra economía, sociedad y en relación con el planeta. ¿Puede el decrecimiento proporcionar la respuesta a la crisis social y ecológica?

Autor Vincent Liegey

Coautor de “A Degrowth Project-Manifesto for an Unconditional Autonomy Allowance

Dada la convergencia de las diversas crisis interconectadas, convergencia que se podría tildar de crisis antropológica, el decrecimiento, un lema de reciente aparición en el pensamiento y en la experimentación socioeconómica, tiene como objetivo iniciar una transición democrática y pacífica a los nuevos modelos de sociedades sustentables y deseables.
Esto es lo que hemos tratado de elaborar en nuestro trabajo colectivo “A Degrowth Project-Manifesto for an Unconditional Autonomy Allowance” ("Decrecimiento, un Proyecto-Manifiesto por una Asignación para la Autonomía Incondicional"). Por lo tanto, sobre la base de nuestras discusiones, debates, experiencias y propuestas, apoyamos el establecimiento de un ingreso incondicional, emitido en derechos de giro no monetarios disponibles a través de derechos de acceso a los servicios y recursos públicos, conjuntamente con asignaciones monetarias en moneda local, mejor que en Euros. 
Abogar por el decrecimiento en medio de un creciente desempleo, ¿no es indecente a la par que absurdo?
El crecimiento no asegura el pleno empleo: es un mito. En los últimos cuarenta años, el PIB ha crecido, pero también lo ha hecho la tasa de desempleo. Imponer la austeridad, con devastadoras consecuencias humanas, con la esperanza de volver al crecimiento, mientras hacemos la vista gorda ante el colapso ecológico, es sencillamente irresponsable. No podemos crecer indefinidamente en un mundo finito.
El término decrecimiento asusta...
El decrecimiento es un término provocativo utilizado para instigar un debate en profundidad. ¿Qué estamos produciendo? ¿Cómo? ¿Por qué? El crecimiento que nos obliga a producir más y más cosas inútiles agotará los recursos. ¿Cómo podemos salir de ése círculo vicioso y reinventar una sociedad que valore las relaciones humanas y que sea una alternativa a la relación entre herramienta, producción y naturaleza? Lo que está ocurriendo en América Latina en torno al concepto de "buen vivir” nos interesa. El decrecimiento no propone de ninguna manera que volvamos a la Edad de Piedra. Antes que un decrecimiento económico, debe haber un decrecimiento de las desigualdades, de las inequidades.
¿Cómo lograr el decrecimiento?
En primer lugar, tenemos que abandonar la religión de crecimiento económico. Debemos recuperar la autoridad para emitir dinero, cancelar los pagos para las porciones ilegítimas de la deuda, total o parcialmente, nacionalizar el sistema bancario, prohibir los paraísos fiscales e imponer un impuesto a las transacciones financieras. Debemos establecer una renta máxima aceptable (MAI, por sus siglas en inglés), en torno a cuatro veces el salario mínimo, en contraste con la situación actual en la que el ingreso máximo es 4.000 veces mayor que el ingreso mínimo. Paralelamente, se propone una Asignación para la Autonomía Incondicional (UAA, por sus siglas en inglés) que permite que todos tengan acceso a una vida digna y frugal, desde el nacimiento hasta la muerte.
 ¿Qué es una Asignación para la Autonomía Incondicional (UAA)?
La idea se originó en el movimiento por el decrecimiento a partir de conceptos como la renta básica incondicional, la extensión de la gratuidad de servicios, el uso adecuado o inadecuado de los recursos y experiencias alternativas. También hemos llevado a cabo discusiones con respecto a los ingresos máximos aceptables, la crisis de la deuda, la administración del sistema monetario en un marco democrático, y en consecuencia el final de la religión del crecimiento económico.
Poniendo todo eso junto, y dentro de un enfoque de transición que reubique gradualmente la economía, se nos ocurrió la idea de una renta básica “no monetarizada”, proporcionada principalmente a través de derechos de giro sobre los recursos y derechos de emisión en moneda local.
¿Asignación para la Autonomía Incondicional y Renta Básica Universal?
Apoyamos una renta básica universal  por razones de justicia social, porque reduciría el sufrimiento causado por la creciente desigualdad y la austeridad. También estamos a favor de ella porque es una herramienta para evitar la alienación del trabajo, para superar la centralidad del valor del trabajo, y para avanzar hacia una sociedad donde las actividades puedan ser elegidas.
Sin embargo, debemos ser muy prudentes, porque si tal medida se aplicara sin una comprensión de qué significa hoy producir y consumir o el papel muy importante que juega la publicidad en nuestras sociedades, esa renta puede conducir a algo tan preocupante como que continúe el consumo de cosas que no son útiles. La renta básica, de acuerdo con la versión de Milton Friedman, también podría dar lugar a la destrucción de una serie de mínimos sociales o de los derechos laborales (nota del traductor, Friedman entendía que la financiación de la Renta Básica debía hacerse a través del por él llamado "Impuesto negativo al salario" en su libro Capitalism and Freedom, 1962, y lo entendía dentro de la lógica de su propuesta de desmantelar el Estado Social, de ahí que afirme la supuesta destrucción de mínimos derechos asociada a la RBU).
Somos, sin embargo, totalmente favorables a una renta básica, siempre que se englobe dentro de una nueva visión de la sociedad; que piense en una transición hacia modelos económicos nuevos, locales y alternativos, que tenga en cuenta la preocupación ambiental, y que medite las preguntas claves de nuestro pensamiento: ¿Qué estamos produciendo? ¿Cómo? ¿Para qué sirve?
¿Constituiría la renta básica un paso hacia la UAA?
Hemos desarrollado tres escenarios de implantación. En el primero, nos basamos en una transición ya en marcha, el conjunto de alternativas concretas emergentes en todo el mundo (la moneda local, la permacultura, talleres de reciclaje locales, y de los sistemas de intercambio local). Podemos desarrollar gradualmente una nueva forma de producir, modelos económicos alternativos y poner en marcha la UAA. Pero este paso, si bien es necesario, no es suficiente, ya que no tiene en cuenta el problema del poder, los conflictos de interés, y las luchas de poder.
En el segundo escenario, sin dejar de centrarse en alternativas prácticas, nos imaginamos una reducción significativa del tiempo de trabajo con el fin de compartir los frutos del trabajo y poner fin al desempleo.  El tiempo libre puede ser invertido para desarrollar modelos alternativos de las economías locales y para la reapropiar las herramientas y la producción a nivel local.
Por último, el tercer escenario implica efectivamente establecer una renta básica incondicional. Aunque bastante fácil de configurar técnicamente, requiere mucho coraje político. Supondría alcanzar el poder político, re-apropiación democrática del sistema económico, cancelación total o parcial de la deuda, y una re-apropiación de los bancos centrales y de la capacidad de creación monetaria. Así podríamos establecer una renta básica universal junto con una renta máxima aceptable y, poco a poco, convertiríamos la renta prevista en euros en derechos de giro sobre recursos y monedas locales alternativos.
¿Cómo deben ser tratadas las diferencias entre territorios?
La UAA ofrecería más derechos a las personas que la utilizan, que podrían organizar deliberaciones ciudadanas a nivel local, un fortalecimiento de la democracia, y discutir sobre lo que consumimos. Podríamos preguntarnos sobre el nivel de consumo sostenible, sobre cómo producir y adjudicar energía, y a partir de qué nivel de consumo se debe pagar un precio más alto.
Todo esto necesita suficiente tiempo para realizarse, y no se debe hacer a escondidas o de manera autoritaria. Podemos empezar dando un mínimo de consumo de gas, agua y electricidad de forma gratuita y progresiva (aumentando los precios de acuerdo a una curva de aumento de precios a más de diez años, por ejemplo), lo que da tiempo para que todos se adapten. Además, esto permite que la gente asuma como propios los cambios necesarios en su estilo de vida, de vivienda y en su relación con los demás.
Ello permite al mismo tiempo la protección de los más pobres, al proporcionar un acceso rápido a las necesidades básicas de forma gratuita, y funciona como una herramienta de transición que nos da margen para pensar en la forma en que producimos y utilizamos la energía y la manera de cambiar nuestro estilo de vida con el fin de cambiar significativamente nuestro consumo.
¿Puede provocar un incremento en la competencia entre los territorios?
Existe un riesgo, pero hoy en día ya existe esa competencia, sobre todo cuando se trata del agua, y es extremadamente violenta. El agua no se gestiona de forma democrática o de una manera que tenga en cuenta los principales problemas ambientales, por el contrario se gestiona siguiendo el mito delirante de la mano invisible. Con el objeto de producir lo que necesitamos de una manera sostenible, uno de los retos de la UAA y del movimiento por el decrecimiento en general es redefinir nuestras necesidades y comportamientos para poder organizar a nivel local y abiertamente los intercambios de productos y servicios.
Desde una perspectiva de transición, el objetivo es reducir nuestra huella de carbono. Obviamente, la solidaridad tendrá que ser impuesta. Pero el objetivo, en última instancia, es luchar por una sociedad que sean lo más autónoma posible.
Las transferencias UAA bajo la forma de derechos de giro y monedas locales ¿no es cierto que niegan a las personas la libertad de consumir productos que no son locales?
No estamos contra el mantenimiento de las monedas locales, regionales, nacionales o supranacionales. No se trata de oponer todo lo local contra lo mundial. Se trata de encontrar el equilibrio adecuado. Las monedas locales, además de ser herramientas económicas más justas, son herramientas que ayudan a reapropiarse de la política y a repolitizar la sociedad, porque la gente es inducida a cuestionar el actual consumo, producción y usos. Esto no es en absoluto algo que se oponga a la libertad de movimiento y de cambio de divisa, que probablemente seguirá existiendo. No estamos a favor de la prohibición de que la gente que vaya al bosque con sus grandes 4x4 a disfrutar de sus paseos motorizados. Sin embargo, y en relación con el impacto ambiental que provocan, sí deberán pagar el coste real, así como su impacto en términos de mano de obra humana y de la gasolina utilizada para hacer que funcione.
A nivel mundial, el 20% de la población se ha apropiado de un 87% de los recursos naturales del mundo En Europa, vivimos entre algodones -especialmente los ricos- porque nunca vemos las externalidades negativas que nuestro consumo está generando. Pagamos un alto precio para mantener la ilusión de la libertad de consumir, tanto en términos de medio ambiente como de explotación y destrucción de otras poblaciones de todo el mundo. La lógica detrás de la re-localización de nuestra producción es romper con esta ilusión de la libertad. Si los productos nocivos para el medio ambiente que requieren la explotación de una gran cantidad de personas fueron producidos localmente, nos encontraríamos cara a cara con las consecuencias de nuestras acciones.
Hablamos de transición a largo plazo, libre de autoritarismo, pero al mismo tiempo discutimos la imposición de un techo máximo de ingresos y de una requisa de viviendas para trabajadores. ¿Cómo conseguir hacer nuestra aquella parte de la población que podemos llegar a perder si le pedimos aceptar tales propuestas?
 La elección es entre el decrecimiento por elección o recesión por necesidad. La Unión Europea ha impuesto esta última a través de planes de austeridad brutales. La huella ecológica de Grecia ha disminuido porque la gente no tiene nada, consumen sólo el mínimo cuando pueden, y ni trabajan ni utilizan su coche. Las consecuencias humanas son devastadoras.
Pero también vemos que los griegos han desarrollado modelos económicos alternativos. En particular, tenemos el ejemplo de la revolución de la patata [ventas directas del productor al consumidor, ed.]. Algunos imprimen dracmas, otros establecen intercambios de tiempo (el médico desempleado ofrece sus servicios al carpintero en paro y viceversa...) La experiencia de la recesión ha llevado a los resultados a los que un decrecimiento elegido está apuntando. Sin embargo, el camino recorrido hubiera sido muy diferente.
Puedes acceder a más información en: http://www.greeneuropeanjournal.eu/degrowth-counter-crisis/#sthash.IhNlosvC.7eKUEEH0.dpuf