dimarts, 28 de febrer del 2017

“Muchos de nosotros moriremos acariciando una máquina”

Article publicat a La Vanguardia
Entrevista a  Gregorio Martín, catedrático de Computación; dirige el Institut de Robòtica de la UPV


¿Edad? A Menorca, de niño, si había mala mar, no nos llegaba ni el barco ni el pan. La 
digitalización no reemplazará unos empleos con otros, sino que ‘uberizará’  la mayoría: 
serán flexibles y precarios. El reto es que paguen impuestos para mantener el Estado de bienestar.
Diserto en el Palau Macaya, de La Caixa


“Muchos de nosotros moriremos acariciando una máquina”




Empleos ‘uberizados’

La sociedad digital generaliza la desintermediación y el autoservicio. Con ayuda de la inteligencia artificial , que aprende y enseña a gran velocidad, se universaliza el empleo freelance y la economía colaborativa. Martín explica cómo el modelo Uber para el transporte se va replicando en la docencia y los servicios profesionales. Por eso surgen actores globales que, como Uber, ponen en contacto a quien necesita y a quien ofrece servicios; gestionan el pago a comisión y garantizan –dicen–la fiabilidad del intercambio. Por un lado, permiten trabajar y emplear a todos por horas; por otro, liquidan el actual empleo con sus derechos y su tributación. Para mantener el Estado de bienestar habrá que hallar fórmulas aún inéditas.
La revolución digital crea tantos empleos como destruye?
¿Sabe cuánto valor genera usted en su empresa?
Pues, ahora mismo, no...
Alphabet, la supergoogle, factura 73.000 millones de dólares y tiene 66.000 empleados; así que cada empleado genera 1,2 millones de dólares anuales, lo que significa 100.000 al mes... ¿Y usted?
Prefiero no hacer esos cálculos.
Ninguna empresa jamás había soñado con ganar tanto. ¿Quiere ir a París?
Siempre quiero ir a París.
Pues si no fuera por el terrorismo, entre su decisión de ir a París y pisar París no habría ni un empleado. Hace veinte años había decenas, empezando por una agencia de viajes.
Destrucción creativa: se habrán creado otros empleos a cambio de esos.
Pero Schumpeter la teorizó en una sociedad analógica y competitiva, no digital y de jugador único –el ganador se lo lleva todo– como la nuestra. Además, Asia y África eran irrelevantes entonces. Hoy miles de millones de usuarios ya usan máquinas para servirse.
¿Entonces...?
Tenemos que afrontar que vamos a una época con menos empleo y que ese empleo no tendrá nada que ver con la idea que tenemos hoy de un puesto de trabajo.
¿Puede ser más concreto?
Asumimos cada vez más la gestión de nuestras necesidades: ¿usa Google Translate?
¿Y quién no?
Hasta ahora fallaba más cuanto más alejados eran los idiomas que traducía, pero acaba de dar un paso de gigante: ya no traduce gramaticalmente elemento por elemento, como los humanos antes, sino que analiza en microsegundos billones de conceptos hasta que encuentra los dos más parecidos.
¿Por qué hace eso?
Para competir con los buscadores chinos y japoneses con sus ideogramas. Cualquiera podrá ser traductor del chino. Y todo nos lleva a lo mismo: menos empleos; más autogestión de tus necesidades con ayuda de las máquinas. Todo se va digitalizando: nosotros mismos somos un montón de datos.
Hubo otras revoluciones tecnológicas.
Pero antes de la digital todas creaban empleos. En las revoluciones industriales había un primer choque que los suprimía, pero luego acababan creando más: mal pagados y de baja calidad, pero empleos al cabo.
¿Qué sustituirá a nuestros empleos?
La revolución digital no es que liquide empleos, es que acaba con las tareas al dejarlas en manos de la cooperación hombre-máquina-inteligencia artificial.
¿Pero cómo se convertirán en sueldos?
Ese es el problema: hoy, si no hay empleo, no se redistribuye la riqueza ni hay impuestos sobre el trabajo, ni buenos servicios, porque la mayor parte se financian con ellos.
¿Y si tasáramos el producto del trabajo de los robots para financiar tanto paro?
Es una propuesta de Macron, mi favorito en las elecciones francesas, y podríamos ganar con ella algún tiempo, pero hay que afrontar que empleo como el de ahora no será. De hecho, empleo aparece en la Enciclopedia de Diderot con las primeras máquinas de vapor. Antes no existía y ahora será otra cosa.
Otros proponen una renta universal.
Pero una renta básica universal en Europa para sustituir a los salarios no puede ser tan alta como en otros países, porque aquí ya damos la sanidad y en gran medida la educación, así que no podemos, encima, regalar 800 euros por persona. En EE.UU., sí.
Es duro, pero me temo que realista.
La digitalización no va a reemplazar unos empleos por otros de iguales derechos y productividad, sino que uberizará la mayoría. Es decir, los hará flexibles, trabajarás las horas que quieras o las pagarás, universales –casi todo el mundo aprenderá a prestar servicios profesionales– y ubicuos.
¿Cómo se mantienen los derechos laborales y cómo se tasan esos empleos?
Ese es el reto enorme que tenemos para no perder bienestar en la UE. Debemos encontrar un sistema que se adapte a esos cambios inevitables y eso empieza por olvidarnos de hablar de mercado de trabajo.
¿De qué quiere hablar entonces?
Hay mercado para las lavadoras, pero las personas no son mercancías: tienen derechos y obligaciones laborales y cívicas.
¿Y eso qué implica?
Contraponer otras lógicas a la puramente de mercado: es posible.
¿No hay sectores que crearán empleo? ¿Quién cuidará de tantos ancianos?
Robots, sin duda. En Japón ya son los más abnegados cuidadores de enfermos y personas mayores. ¿O es que cree que su familia abandonará su vida para cuidarle a usted?
Yo no quiero ser un estorbo y si el robot es simpático y nos caemos bien...
Muchos de nosotros moriremos acariciando una máquina y siendo acariciados por ella.
Pues según con qué familia, casi mejor.
Poco a poco será la alternativa mayoritaria. Ahora mismo la inteligencia artificial y los robots van tomando posiciones en todos los centros de decisión: desde los quirófanos hasta todas las cabinas de avión; es lógico que también las tomen en los asilos.












Europa quiere liderar la transición energética

Article publicat a Cinco Días

  • La sustitución de combustibles fósiles por fuentes renovables en el sistema productivo en 30 años choca con trabas políticas, fiscales y regulatorias

Europa quiere liderar la transición energética
La Unión Europea quiere liderar la carrera mundial por la transición energética. Este propósito significa un cambio radical en el modelo económico, mediante la sustitución de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) por energías renovables (solar fotovoltaica, eólica) en la producción de bienes y servicios. La meta es descarbonizar la economía a 2050 o, al menos, que sea baja en emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Una maratón ambiciosa y de engorrosa ejecución, tal y como ha reconocido públicamente el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, debido, por un lado, al contexto geopolítico adverso: inicio de las negociaciones del brexit, incertidumbre por las elecciones en Alemania y Francia, llegada de Donald Trump a la Casa Blanca o la crisis de refugiados. Y por el otro, a un mercado energético europeo fragmentado, poco transparente y con enormes distorsiones que, unido a los recelos de los Estados miembros, los intereses empresariales y desafíos tecnológicos, suponen una barrera para avanzar por un camino inevitable.

Bruselas plantea una reforma del mercado eléctrico europeo para que sea más transpa-rente e integrado
“Es un reto sin precedentes; no nos damos cuenta de lo que implica descarbonizar una economía. La negociación con los 28 [o 27] será de las más difíciles y complejas. El cambio es irreversible, pese a la política de Estados Unidos [que amenaza con salir del pacto por el clima]”, admitió Cañete en el 14º Encuentro Energético, organizado este mes por la escuela de negocios IESE y la consultora Deloitte.
De hecho, durante su intervención de casi una hora, el comisario convirtió en mantra las frases “difícil, complejo, de enorme complejidad”, para ilustrar lo que se avecina en materia de consenso y cuya antesala fue el Acuerdo de París a favor del medio ambiente: “París supone mucho, porque por primera vez 196 países han puesto en marcha compromisos de mitigación y adaptación. Negociamos hasta las ocho de la mañana”, dijo orgulloso.
La nueva hoja de ruta legislativa aprobada recientemente por la Comisión Europea, el conocido paquete de invierno, pretende reducir a 2030 un 40% los gases de CO2, que el 27% del consumo de energía final proceda de fuentes limpias y elevar la eficiencia energética al 30% –este último objetivo vinculante, ya que va con retraso–, además de un proyecto de gobernanza que monitorizará y verificará el avance de los socios cada dos años.
“Nuestros estudios demuestran que solo las medidas de eficiencia podrían crear 400.000 puestos de trabajo –sobre todo en las pymes–, ahorrar 70.000 millones en importaciones de gas y petróleo y bajar los costes de salud en hasta 8.300 millones al año”, apuntó Daniel Calleja, director general de medio ambiente de la CE. La reforma de la directiva sobre renovables [en fase parlamentaria] moverá 177.000 millones de euros anuales en inversión público-privada, generará 900.000 empleos y subirá un 1% el PIB, calcula el organismo.

En 2018, los Estados miembros deberán presentar una estrategia que recoja cómo descarbonizarán su economía
El problema es que, a escala nacional, no todas las metas son obligatorias, las tecnologías verdes no están aún completamente incorporadas en el sistema productivo y los Gobiernos mantienen todavía subsidios al carbón. “Es un paquete hecho a medida de las eléctricas”, critican las organizaciones ecologistas.
Además, el propio Calleja aceptó que mejorar la protección de los consumidores, entre las principales líneas de actuación para que puedan generar electricidad y combatir así la pobreza energética, implica una reforma normativa del mercado eléctrico europeo. “Europa está perdiendo oportunidades por las ineficiencias resultantes de las distintas situaciones nacionales”, sostuvo.
Pero el exministro popular de Medio Ambiente, Arias Cañete, detalló, ante una audiencia repleta de grandes empresas eléctricas, de gas y petróleo, “los obstáculos que están costando sangre”: “Queremos limitar el establecimiento de pagos por capacidad, vinculándolos al CO2, y el de precios regulados; revisar el régimen de los derechos de emisiones [en debate]. Lo grave es tener un sistema donde no hay señales de precio por contaminación que faciliten lainversión renovable. Deber ser un mercado más integrado, interconectado, con menos regulación e intervención”, zanjó el comisario, tras evitar trasladar la receta a España por ser un “simple componedor”.
La CE incluye también acciones en transporte (fomento del coche eléctrico), edificios (que sean eficientes), agricultura (mitigar la contaminación del subsuelo) y el reciclaje (reutilización en la industria). En 2018, los socios deben presentar a Bruselas su plan de descarbonización, que ha de plasmar cómo se hará esa transición en 30 años.
Pero cómo afronta España este horizonte, si hace apenas un mes se cuestionaba el funcionamiento del mercado por el fuerte repunte de los precios en la factura doméstica (el 50% del valor son peajes e impuestos), la parálisis en la industria renovable –pendiente de la primera subasta de 3.000 megavatios en tres años–, el bloqueo al autoconsumo, el escaso diálogo entre la Administración (cerrado a la reforma) y los agentes o la cesión de soberanía nacional en esta materia. Por eso, las empresas dudan de la eficiencia de la transición y del coste financiero y competitivo que supone para petroleras, gasistas y de carbón, e incluso de que se llegue a la meta.

En España, las empresas temen el coste financiero y competitivo del cambio
“En España, en los últimos años, hemos creído menos en la economía de mercado, cuando es fundamental. Los usuarios están pagando las subidas de tarifas que el Gobierno no quiso hacer años antes para garantizar un retorno a unas empresas”, reprochó Nemesio Fernández-Cuesta, presidente ejecutivo de Isolux.
Así, urge la revisión drástica de la estructura fiscal y de ayudas (gravar el diésel y examinar los pagos a los ciclos combinados, por ejemplo). Unos reclamos a los que se suma Iberdrola: “Hay que limpiar el afán recaudatorio de las tarifas eléctricas”, sugirió Carlos Sallé, director de políticas energéticas y cambio climático de la compañía, quien insistió en que “quien contamina, paga”.
Mientras, Luis Aires, presidente ejecutivo de BP en España y Portugal, consideró que la normativa vigente penaliza una tecnología sobre otra: “No vamos en la dirección de fijar precios al carbono”, apuntó. Asimismo, Manuel Fernández, director general de negocios mayoristas de energía de Gas Natural Fenosa, reiteró la armonización regulatoria (fiscal y tarifaria) y más interconexiones con Centroeuropa.
En Cepsa, sin embargo, temen los atajos.Su consejero delegado, Pedro Miró, advirtió de que el mayor peso del petróleo no está en el transporte, sino en la química: “La deslocalización de la industria europea será enorme; la legislación condiciona la competitividad de las empresas”. Y desde Repsol cuestionan también la promoción del coche eléctrico cuando se fabrica con energía sucia, pero sobre todo, Pedro Antonio Merino, director de estudios de la petrolera, y Miguel Antoñanzas, presidente de Viesgo, se preguntan: “¿Cuánto costará la transición?”, esa que fija que el peso fósil debe pasar del 80% al 58%.

El transporte y la industria, en el punto de mira

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/ Thinkstock
Que el aumento de la temperatura no supere los dos grados significa un crecimiento nulo de las emisiones mundiales de CO2, en 13 años y que, en 33, su concentración en la atmósfera esté por debajo de las 450 partes por millón (ppm). Pero en 2016 ya se había traspasado el umbral de las 400 ppm y la previsión es poco alentadora: la población global subirá a 9.600 millones en 2050 y la demanda de energía, un 30%, según la ONU y la Agencia Internacional de la Energía.
De ahí que el transporte y la industria, además de la generación eléctrica, estén en el punto de mira, por ser los más contaminantes. Para la patronal Anfac (fabricantes de coches), el diésel no es el problema, sino una flota envejecida.
Pero Bruselas acaba de amonestar a España por su inadecuada política fiscal verde (la gasolina tributa más que el gasoil y de los 19.200 millones recaudados –apenas el 1,85% del PIB–, la industria aporta solo el 18,9%) y la mala calidad del aire.
“Las medidas deben incidir en la electrificación de la demanda (más coche y ferrocarril eléctricos)”, cree Alberto Amores, socio de Monitor Deloitte. Y más eficiencia, también en edificios y servicios.

dimarts, 21 de febrer del 2017

Lo que hay detrás de la ingente deuda pública de Europa

Post  publicat al web de  Juan Torres López

La oficina de estadística europea, Eurostat, acaba de publicar los datos oficiales de las finanzas gubernamentales de 2015 que, como en años anteriores, pueden servir para mostrar lo que hay oculto detrás de la cifra gigantesca de deuda pública que se va acumulando en Europa.
Según los últimos datos publicados, la deuda pública de los 28 gobiernos de la Unión Europea asciende a 12,44 billones de euros (lo que supone el 85,2% de su PIB) y la de los 19 de la Eurozona suma 9,44 billones (el 90% del PIB).
Entre los diferentes países destacan la deuda pública de Italia que es de 2,17 billones de euros (132,7% PIB), la de Alemania (2,15 billones de euros, 71,2% PIB), la de Francia (2,09 billones, 96% PIB), y la de España (1,07 billones, 99,2% PIB) y, fuera del euro, la del Reino Unido (2,26 billones, 89,2% PIB).
Estas cifras abultadísimas son las que se utilizan para mostrar que se está alcanzando un nivel insostenible de deuda pública que obliga a hacer recortes que se aplican sobre todo en gastos sociales de la mano de las mal llamadas políticas de austeridad. Unas políticas justificadas por la alta deuda pero que, como es lógico que ocurra al reducir el dinamismo de las economías, lo que han hecho es que haya más deuda pública ahora que cuando comenzaron a aplicarse. Concretamente, en 2015 había 5 billones más de deuda pública que en 2007 y 2,4 billones más que en 2010.
Pero los comentaristas oficiales y los economistas neoliberales no suelen mencionar con semejante preocupación lo que hay detrás de esta deuda pública que alcanza niveles tan elevadísimos. Y más concretamente, apenas hablan de la impresionante factura que suponen los pagos por intereses que tienen que realizar los gobiernos al estar financiados por los mercados y no por un banco central que actúe como tal y preste a los gobiernos.
Los 28 estados de la Unión pagaron en 2015 en su conjunto 335.347 millones de euros en concepto de intereses y los 19 de la Eurozona 250.775 millones.
Desde 1995 a finales de 2015 entre todos los países de la Unión Europea han pagado 7,18 billones de euros en intereses y los 19 de la Eurozona 5,7 billones de euros.
Eso significa que por cada 100 euros de deuda publica acumulada en el conjunto de la UE (28)  hasta finales de 2015 más de la mitad, exactamente 57,6 euros, corresponden a intereses. Y en la Eurozona, esa proporción es de 60,5 euros de intereses por cada 100 de deuda pública en 2015.
Los diferentes países se mueven más o menos en esa mismas magnitudes como se puede ver en el cuadro que se acompaña.
En Italia, el 76,2% de la deuda actual se debe a intereses y éstos representan el 150,2% del incremento que tuvo su deuda pública entre 1995 y 2015.
En España, el pago de intereses representa el 44,4% de nuestra deuda pública total a finales de 2015, y desde 1995 a 2015 hemos pagado intereses que representan el 61,37% del incremento de deuda pública entre esos años.
La situación se podría calificar simplemente como surrealista, como un completo absurdo si no fuera porque en realidad hay una razón poderosa que explican su por qué: llenar sin límite el bolsillo de los banqueros.
Digo que engordar la deuda pública a base de pagar intereses es absurdo porque los gobiernos podrían financiarse lo mismo que el Banco Central Europeo financia a los bancos privados, prácticamente sin coste alguno, al 0%.
En el cuadro se puede ver que la deuda que tendrían los gobiernos si se actuara así sería mucho menor que la que hasta ahora se ha acumulado. En España, si no hubiera que pagar intereses, nuestra deuda pública no sería del 99,1% del PIB de finales de 2015 sino del 55%. En el conjunto de la Eurozona en lugar del 89,9% del PIB sería del 35,5% y exactamente ocurriría en el resto de los países.
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Pagar toda esta ingente cantidad de dinero a los bancos privados es innecesario y completamente absurdo porque, en contra de lo que la gente cree por culpa de las mentiras de muchos economistas y políticos, los bancos no tienen que renunciar a nada para financiar a los gobiernos ni han de disponer previamente el dinero para prestárselo: simplemente lo crean de la nada, lo mismo que hacen cuando prestan a empresas o individuos particulares, y para colmo manipulando a sus anchas, junto a los fondos de inversión, los tipos de interés a los que financian (Una explicación más detallada de cómo crean el dinero los bancos en Los intereses de los préstamos bancarios: ¿qué justificación tienen y por qué no deberíamos pagarlos?).
Precisamente porque el dinero con el que los bancos centrales financian a bancos privados o a los gobiernos viene de la nada es por lo que puede prestarse (como ahora hacen muchos bancos centrales) prácticamente sin interés.
Los economistas neoliberales dicen que eso no podrían ser así porque se desencadenaría una inflación gigantesca dado que los gobiernos pedirían prestado sin cesar pero este argumento es una completa estupidez. Primero, porque los bancos centrales limitarían su financiación al gasto público que fuese necesario para mantener en equilibrio la economía y, segundo, porque la historia ha demostrado que el dinero es mucho más peligroso en manos de la banca privada que en la de los gobiernos a la hora de crear burbujas y crisis financieras, naturalmente, siempre que los gobiernos estén sujetos al control del que ahora se carece precisamente para que puedan ayudar sin límite a los bancos privados y a las grandes empresas.
Eso es lo que nos lleva a decir que no se trata solo de una situación absurda. Se trata de un privilegio injustificado del que goza la banca privada en perjuicio de la población en su conjunto, de un robo legalizado y consentido que sobrecarga y mata a las economía, que destruye empleos y riqueza y que provoca crisis e inestabilidad social constantes.
Hay que acabar cuanto antes con el sistema (llamado de reserva fraccionaria) que permite a los bancos crear dinero de la nada produciendo burbujas y sobreendeudamiento constantes, y hay que disponer de bancos centrales que financien a los gobiernos con buen criterio y garantizando el buen funcionamiento de las economía y el uso razonable de los gastos del estado.

Xarla/debate: Hacia un modelo socioeconómico dentro de los límites planetarios.

dilluns, 20 de febrer de 2017

23 de febrero: Debate Prosperidad Sostenible


Primer debate público de revo. Contaremos con las siguientes personas expertas en Economía Ecológica:

Lucía Baratech: nos hablará de trabajo y medioambiente en la vorágine de la globalización. ¿Sentando las bases para la prosperidad sostenible?
Jordi Roca: nos hablará sobre las causas y consecuencias del declive socioecológico desde la perspectiva de la economía ecológica.
¡Y dedicaremos la última hora al debate!  Te esperamos! Jueves, 23 de febrero, a las 18h30, en el Pati Llimona, Carrer Regomir 3 de Barcelona, sala Joan Maragall.

dilluns, 20 de febrer del 2017

Les dones guanyarien un 25% més si el treball i les cures es distribuïssin igualitàriament

Article publicat a Aldia.cat
Publicat 15/02/2017




El PIB català s'incrementaria un 23,4% si es tingués en compte la feina domèstica i les cures

BARCELONA, 15 Febr. (EUROPA PRESS) -
Les dones catalanes podrien obtenir uns ingressos salarials bruts un 25% superiors als actuals si hi hagués una distribució igualitària de les tasques domèstiques i de cures com en el treball remunerat, ha revelat un estudi de l'Observatori Dóna, Empresa i Economia (Odee), la Cambra de Comerç de Barcelona i l'Institut Català de les Dones (ICD) de la Generalitat.
L'estudi 'Quantificació econòmica del treball domèstic i de la cura de persones no remunerat a Catalunya' ha conclòs que el PIB català s'incrementaria un 23,4% si es tingués en compte el treball domèstic i de cures, perquè ho faria augmentar en 50.321 milions d'euros --segons dades del 2015 calculat amb una metodologia que usa l'INE--, fins als 265.248 milions, ha explicat aquest dimecres en roda de premsa la presidenta de l'Odee, Núria Lao.
En dedicar una mitjana de gairebé dues hores diàries més, les dones són les que farien una major aportació si es calcula aquest PIB de l'economia domèstica i de cures, amb el 67%, per la qual cosa han conclòs que les dones contribueixen el doble en el valor econòmic d'aquests treballs.
"El valor econòmic que aporta la dona a la societat és exactament el mateix que els homes", ha explicat la directora d'anàlisi econòmica de la Cambra, Carme Poveda, que ha afegit que de mitjana les dones suporten una càrrega de treball --remunerat i no remunerat-- d'una hora més diària que els homes, la qual cosa trenca la imatge que treballen menys.
Poveda ha afirmat que "la dona continua assumint la major càrrega en els treballs de cures i organització de la llar" --independentment de la seva edat, situació laboral i nivell d'estudis--, la qual cosa té un cost de 2.759 euros anuals per dona.
El temps dedicat a la llar es doblega quan té fills, amb el que la maternitat actua com un "sostre de cristall" per a la carrera professional, ha afegit la presidenta de l'ICD, Teresa M. Pitarch.

TASQUES INVISIBILITZADES

L'estudi ha volgut donar visibilitat i crear indicadors per fer un seguiment d'un treball invisibilitzat, sense reconeixement social, ha destacat Pitarch, i la directora de l'Odee, Anna Mercadé, ha afegit que un apoderament real passa per arribar a una igualtat de retribució i a una coresponsabilitat social, pel que ha demanat la gratuïtat de les guarderies i els serveis de la dependència.
Ha proposat mesures transitòries, com fer una reforma horària per adoptar horaris europeus, tenir en compte el treball de cures en aspectes com les pensions i que desgravessin les guarderies i contractar cures.
"Arrosseguem una societat de l'època industrial", ha lamentat Mercadé, que ha detallat que no estan proposant una retribució per als treballs en la pròpia llar, sinó que es reconegui i no es penalitzi en la carrera professional --com ocorre amb excedències de maternitat penalitzades, quan no ho són les excedències per a una funció política--.

PRESSUPOSTOS SENSE VISIÓ DE GÈNERE

En ser preguntada pels Pressupostos de la Generalitat per al 2017, la directora de l'Odee ha dit que no ha vist encara uns pressupostos amb visió de gènere, i que opina que no es donarà fins que les dones representin la meitat dels llocs de presa de decisions.
"Les dones hem sortit a treballar fora de casa, però els homes no han entrat dins", ha explicat Pitarch, que ha relatat que les dones es troben amb les barreres internes d'una herència social patriarcal, una falta de coresponsabilitat d'homes i de la societat en general i una falta de medidias efectives per conciliar la vida laboral.
L'Enquesta d'usos del temps de 2010-11 --l'última disponible a Catalunya-- mostra un augment gradual de dedicació dels homes a les tasques de la llar, amb 23 minuts més que en l'enquesta de 2002-03, però encara que és una tendència positiva, passaran 40 anys abans d'arribar a la igualtat --amb 2,9 minuts per any--, ha conclòs l'estudi, que presentaran al març davant un congrés de l'ONU sobre igualtat de gènere.

"Es un engaño que el trabajo asalariado sea la clave para liberar a las mujeres"

Article publicat a El Diario

Entrevista con la pensadora feminista Silvia Federici, que reivindica que el trabajo reproductivo y de cuidados que hacen gratis las mujeres es la base sobre la que se sostiene el capitalismo

"Ahora las mujeres tienen dos trabajos -el de fuera de casa y el de dentro- y aún menos tiempo para luchar, y participar en movimientos sociales o políticos"







La escritora y activista feminista Silvia Federici. / Marta Jara
La escritora y activista feminista Silvia Federici. / Marta Jara



Silvia Federici (Italia, 1942) es una pensadora y activista feminista, un referente intelectual por su análisis del capitalismo, el trabajo asalariado y reproductivo, siempre desde una perspectiva de género. Profesora en la Universidad de Hofstra de Nueva York, Federici fue una de las impulsoras de las campañas que en los años setenta comenzaron a reivindicar un salario para el empleo doméstico. "El trabajo doméstico no es un trabajo por amor, hay que desnaturalizarlo", defiende. La escritora está de gira por España: allá donde ha estado las librerías y salas se han llenado para escucharla. Su último libro publicado en español es "Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas", publicado por Traficantes de Sueños.
¿Es esta crisis económica una crisis también de igualdad?



Sí, es una crisis de igualdad y que amenaza especialmente a las mujeres. Hay muchas consecuencias de las crisis que impactan en las mujeres de forma particularmente intensa. Por un lado, los recortes de servicios públicos, de la sanidad, de la educación, de los cuidados, las guarderías... eso trae a las casas un montón de trabajo doméstico que todavía siguen haciendo mayoritariamente las mujeres. La mayoría de las mujeres trabajan fuera de casa pero siguen encargándose de este trabajo y tienen que absorber esta parte de tareas que antes eran públicas. Por otro lado, la crisis del empleo y del salario crea nuevas tensiones entre las mujeres y los hombres. Que las mujeres tengan más autonomía ha creado tensiones y un aumento de la violencia masculina. El hecho de que los hombres no tengan el poder económico y al mismo tiempo las mujeres reivindican una mayor autonomía ha creado formas de violencia masculina contra las mujeres que se pueden ver en todo el mundo.
¿En qué momento diría que estamos entonces?
Estamos en un periodo en el cual se está desarrollando un nuevo tipo de patriarcado en el cual las mujeres no son solo amas de casa, pero en el que los valores y las estructuras sociales tradicionales aún no han sido cambiadas. Por ejemplo, hoy muchas mujeres trabajan fuera de la casa, muchas veces en condiciones precarias, lo que supone una pequeña fuente de mayor autonomía. Sin embargo, los lugares de trabajo asalariado no han sido cambiados, por tanto, ese trabajo asalariado significa adaptarse a un régimen que está construido pensado en el trabajo tradicional masculino: las horas de trabajo no son flexibles, los centros de trabajo no han incluido lugares para el cuidado, como guarderías, y no se ha pensado formas para que hombres y mujeres concilien producción y reproducción. Es un nuevo patriarcado en el que las mujeres deben ser dos cosas: productoras y reproductoras al mismo tiempo, una espiral que acaba consumiendo toda la vida de las mujeres.
De hecho, usted dice que se ha identificado la emancipación de las mujeres con el acceso al trabajo asalariado y que eso le parece un error, ¿lo es?
Es un engaño del que hoy podemos darnos cuenta. La ilusión de que el trabajo asalariado podía liberar a las mujeres no se ha producido. El feminismo de los años 70 no podía imaginar que las mujeres estaban entrando al trabajo asalariado en el momento justo en el que éste se estaba convirtiendo en un terreno de crisis. Pero es que, en general, el trabajo asalariado no ha liberado nunca a nadie. La idea de la liberación es alcanzar la igualdad de oportundiades con los hombres, pero ha estado basada en un malentendido fundamental sobre el papel del trabajo asalariado en el capitalismo. Ahora vemos que esas esperanzas de transformación completa eran en vano. Al mismo tiempo sí vemos que muchas mujeres han conseguido más autonomía a través del trabajo asalarido, pero más autonomía respecto de los hombres no respecto del capital. Es algo que ha permitido vivir por su cuenta a muchas mujeres o bien que tuvieran un trabajo, mientras su pareja no lo tenía. De alguna forma esto ha cambiado las dinámicas en los hogares, pero en general no ha cambiado las relaciones entre hombres y mujeres. Y, muy importante, eso no ha cambiado las relaciones entre mujeres y capitalismo: porque ahora las mujeres tienen dos trabajos y aún menos tiempo para, por ejemplo, luchar, participar en movimientos sociales o políticos.
Es también muy crítica con organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial o la ONU. Algunos de ellos publican informes animando a la participación femenina en el mercado laboral, mientras alientan medidas de recorte que perjudican la igualdad y la vida de las mujeres...
Sí y esto es fundamental. Es un error no ver el tipo de planificación capitalista que se está desarrollando dentro del proyecto de globalización. Hubo una intervención masiva en la agenda y en las políticas feministas con el objetivo de usar el feminismo para promover el neoliberalismo y para contrarrestar el potencial subversivo que tenía el movimietno de mujeres en términos, por ejemplo, de lucha contra la división sexual del trabajo y contra todos los mecanismos de explotación. Por un lado, el trabajo de la ONU fue redefinir la agenda feminista y creo que fueron bastante efectivos. A través de  varias conferencias mundiales, por ejemplo, se presentaban así misma como la representación de las mujeres del mundo y de lo que es o no el feminismo. Por otro lado, su otro objetivo era 'educar' a los gobiernos del mundo en que algo tenía que cambiar en la legislación laboral para permitir la entrada de las mujeres en el trabajo asalariado.
¿Cómo salir entonces de esa trampa, cómo conseguir reivindicar la igualdad sin caer en esas trampas? Porque, por ejemplo, usted rechaza que las mujeres se incorporen en igualdad a los Ejércitos.
No a las mujeres en el Ejército, de ninguna manera. Hay que tener en cuenta que los hombres también son explotados. Entonces, si decimos simplemente que queremos la igualdad con los hombres estamos diciendo que queremos tener la misma explotación que los hombres tienen. La igualdad es un término que congela el feminismo: por supuesto que en un sentido general no podemos estar en contra de la igualdad, pero en otro sentido decir solo que luchamos por la igualdad es decir que queremos la explotación capitalista que sufren los hombres. Creo que lo podemos hacer mejor que eso, hay que aspirar a transformar el modelo entero, porque los hombres tampoco tienen una situación ideal, los hombres también deben ser liberados, porque son sujetos de un proceso de explotación. Por eso no a las mujeres en el ejército, porque no a la guerra, no a la participación en ninguna organización que nos comprometa a matar a otras mujeres, a otros hombres en otros países con el objetivo de controlar los recursos del mundo. La lucha feminista debería deicr en ese sentido que los hombres deberían ser iguales a las mujeres, que no haya hombres en los ejércitos, es decir, no a los ejércitos y no a las guerras.
¿Y cómo salir de la trampa en el caso del trabajo asalariado?
Esto es diferente porque en muchos casos el trabajo asalariado es la única forma en la que podamos ser autónomas y no estamos en la posición de decir no al empleo. La cuestión es considerar el trabajo asalariado como una estrategia más para la liberación, no como la gran estrategia para liberarnos. Por ejemplo, en EEUU la cuestión del trabajo reproductivo no se tiene en cuenta para nada e incluso cuando las mujeres luchan por liberarse de las tareas de cuidado eso solo se tiene en cuenta como una forma de que ellas puedan dedicar más tiempo al trabajo fuera de casa. El capitalismo devalúa la reproducción, y eso significa que devalúa nuestras vidas para continuar devaluando la producción de trabajadores. Es un asunto fundamental que no se está teniendo en cuenta. Así que no se trata de decir no al trabajo asalariado sino de decir que el trabajo asalariado no es la fórmula mágica para liberar a las mujeres. Las mujeres no están afuera de la clase trabajadora, la lucha feminista debe estar totalmente imbricada en la lucha trabajadora.
Entonces, ¿qué más estrategias se pueden seguir para conseguir esa liberación?
El trabajo que la mayoría de mujeres hacen en el mundo, que es el trabajo reproductivo y doméstico, es ignorado. Y ese trabajo es la base del capitalismo porque es la forma en la que se reproducen los trabajadores. El trabajo de cuidados no es un trabajo por amor, es un trabajo para producir a los trabajadores para el capital y es un tema central. Si no hay reproducción, no hay producción. Si ese trabajo que hacen las mujeres en las casas es el principio de todo lo demás: si las mujeres paran, todo para; si el trabajo doméstico para, todo lo demás para. Por eso el capitalismo tiene que devaluar este trabajo constantemente para sobrevivir: ¿por qué ese trabajo no está pagado si mantiene nuestras vidas en marcha? La corriente de la que yo provengo vimos que si el capitalismo tuviera que pagar por este trabajo no podría seguir acumulando bienes. Y al menos que lidiemos con este asunto no produciremos ningún cambio en ningún otra plano.
¿Defiende el salario para el trabajo doméstico?
Sí. Muchas feministas nos acusan de institucionalizar a las mujeres en casa porque entienden que esta demanda es una forma de congelar a las mujeres en los hogares, pero es exactamente lo contrario, es la forma en que podemos liberarnos. Porque si este trabajo es considerado como tal los hombres también podrán hacerlo. El salario sería para el trabajo, no para las mujeres.
Sí, pero aún hoy son las mujeres las que hacen mayoritariamente ese trabajo, esa sigue siendo la tendencia a pesar de que ha habido otros cambios, ¿qué haría cambiar esa inercia?
La tendencia es esa porque la ausencia de salario ha naturalizado la explotación. ¿Te imaginas que los hombres hubieran hecho un trabajo industrial gratis durante dos años porque es lo propio de los hombres? Estaría totalmente naturalizado, igual que lo está el trabajo doméstico, que está ligado a la feminidad y a lo que se considera propio de las mujeres. En una sociedad conformada para las relaciones monetarias, la falta de salario ha transformado una forma de explotación en una actividad natural, por eso decimos que es importante desnaturalizarla.
¿Y la forma de desnaturalizarla es precisamente mediante un salario?
Sí, es un primer paso para hacerlo. Pero nunca vemos el salario como un fin, sino como un medio, un instrumento para empezar la reivindicación. Ya solo pedir un salario tiene el poder de revelar toda un área de explotación, de sacar a la luz que esto es un trabajo propiamente dicho, y que es esencial para el capitalismo, que ha acumulado riqueza gracias a ello.
¿No se corre el riesgo de perpetuar así la división sexual del trabajo?
No, es una forma de romperla. Se puede demostrar que la división sexual del trabajo está construida sobre la diferencia salario-no salario.
Sin embargo, en muchos países como España el trabajo doméstico ya está reconocido como tal (no con todos los derechos) y aún así ese trabajo sigue siendo femenino mayoritariamente, es decir, que esté remunerado no ha hecho que los hombres se incorporen a esos empleos. ¿Por qué pensar entonces que pagar por las tareas del hogar hará que los hombres se incorporen a ese área?
En una situación en la que el trabajo doméstico no es reconocido como trabajo y millones de mujeres lo hacen gratis en todo el mundo, las mujeres que lo hacen por dinero están en una situación de debilidad, de no poder negociar mejores condiciones. Yo espero que se construya un nuevo movimiento feminista que una a las mujeres que hacen trabajo doméstico pagado y a las que lo hacen no pagado. Empezar una lucha sobre qué significa este trabajo, reivindicar nuevos recursos al servicio de este trabajo y proponer nuevas formas de organización. Este trabajo se hace separadas las unas de las otras y hace falta unión, nuevas formas de cooperación que nos permitan unir nuestras fuerzas para contestar esta devaluación del trabajo doméstico. La conexión entre mujeres y trabajo doméstico es muy fuerte y no será fácil, pero creo que sí se podrían conseguir cosas. La reinvidicación del salario para el trabajo doméstico ha sido muy liberadora porque muchas mujeres podían comprender así que lo que hacían era trabajo y era explotación, y no algo natural.

divendres, 17 de febrer del 2017

Morir en defensa de la tierra

Article publicat a La Vanguardia

El asesinato de ecologistas crece en los conflictos por la sobreexplotación


Morir en defensa de la tierra
Isidro Baldenegro, campesino tarahumara, combatió las talas en Chihuahua (México) (Goldman Environmental Prize)


Los líderes ecologistas Isidro Baldenegro (México), Laura Vásquez(Guatemala) y Emilsen Manyoma (Colombia) fueron asesinados los días 15, 16 y 17 de enero. Son algunas de las últimas víctimas de los conflictosque causa la defensa del medio ambiente en muchos países. Un total de 185 personas pertenecientes a 16 países fueron asesinados el año 2015 por esta causa, según Global Witness . Son 69 más que el año anterior. Brasil (50 asesinatos), Filipinas (33), Colombia (26), Perú y Nicaragua (12) son los países más afectados. El trabajo denuncia que muchos pequeños agricultores, indígenas y activistas ambientales son perseguidos debido a la presión y los intereses de las empresas madereras, mineras, energéticas y agroindustriales sobre sus tierras.
Cada vez es más común que las comunidades locales que se oponen a los proyectos de sobreexplotación “se encuentren en el punto de mira de la seguridad privada de las empresas, las fuerzas estatales y un mercado floreciente de asesinos a sueldo”, señala Billy Kyte, portavoz de Global Witness, que pide que los gobiernos intervengan para detener esta espiral de violencia. Muchos asesinatos ocurrieron en aldeas remotas o en el corazón de las selvas, con lo que el número real de víctimas mortales puede ser mayor.
En el 2015 se observó un nivel de violencia sin precedentes en Brasil, donde las haciendas ganaderas, las plantaciones agrícolas y las bandas de madereros ilegales invaden las comunidades locales. La connivencia o falta de implicación de gobiernos o autoridades hace que muchos de estos asesinatos no lleguen a investigarse, dice Global Witness. Las escasas condenas que se han producido suelen caer sobre el pistolero que ejecuta los asesinatos por encargo, pero no sobre los que encargaron la represión de los activistas. “La responsabilidad de estas muertes recae principalmente en los gobiernos, que se convierten en cómplices al preservar los intereses del capital local y de empresas trasnacionales, y las grandes corporaciones, que quieren adueñarse de los territorios y de los bienes comunes”, indica Serlinda Vigara, de Ecologistas en Acción.
A la impunidad se unen a veces las campañas de estigmatización, pues gobiernos y poderosos intereses intentan poner a la opinión contra estas personas presentándolas como contrarias al desarrollo. Los conflictos reflejan la sobreexplotación y el agotamiento de los recursos. Para conseguir menos de un gramo de oro, hay que mover una tonelada de tierras y eso ya pone en marcha maquinarias y tecnologías de explotación a veces devastadoras, dice el economista Joan Martínez Alier. Se hurga cada vez más en el planeta, pero no sólo para sacar petróleo.
GLORIA CAPITÁNEl carbón desata la discordia en Filipinas
Lideró el Movimiento Bataan Libre de Carbón (Filipinas)
Gloria Capitán, de 57 años, dirigió el Movimiento Bataan Libre de Carbón, una organización que se opone pacíficamente a la expansión de las centrales de carbón y las instalaciones de almacenamiento a cielo abierto de este mineral en la localidad de Mariveles (a 16 kilómetros de Manila, en Filipinas), que están teniendo consecuencias perjudiciales para la salud de la población local.
Murió asesinada 1 de julio de 2016. “Si el asesinato de Gloria persigue silenciar a otros activistas contra el carbón como ella, entonces están equivocados”, dijo Valentino De Guzmán, un activista del Movimiento Filipino por la Justicia Climática. Gloria Capitán lideró numerosas acciones de protesta (quejas, recogida de firmas, denuncias, acciones públicas) contra la contaminación que causa el carbón. Mariveles acoge dos instalaciones de almacenamiento y una planta térmica, pero en esta zona está prevista además la construcción de tres nuevas térmicas.
Su organización denuncia que el almacenamiento del carbón y el polvo provocado en su transporte es el principal responsable de la contaminación que sufre la población y que causa alergias en la piel y graves infecciones respiratorias. Todo esto ocurre en un cinturón costero donde se ha perdido la mayoría de los bosques de manglares y se han producido numerosos derrames de petróleo (puerto de Limay). Los compañeros de Capitán temen que la policía no se tome en serio la investigación del asesinato.


Gloria Capitan, ecologista
Gloria Capitan, ecologista (.)
“La mayoría de los proyectos de carbón en el país son propiedad de grandes empresas, personas influyentes que tienen conexiones en el gobierno”, dice Reuben Muni, de Greenpeace. “No tenía enemigos personales, está claro cuál fue la razón de su muerte”, dijo Gerry Arances, coordinador del Movimiento Filipino por la Justicia Climática.
El Atlas Global de Justicia Ambiental creado por un equipo de expertos del ICTA-UAB (Joan Martínez Alier, Daniela del Bene, Federico Demaria...) ha documentado este conflicto entre los más representativos de Asia. El 9 de abril de 2016, nueve personas fueron abatidas y otros cientos resultaron heridos mientras protestaban en Bangladesh contra la construcción de una planta de carbón de 1.320 MW.
ISIDRO BALDENEGROEl indígena que quería salvar Sierra Madre
Campesino tarahumara, combatió las talas en Chihuahua (México)
Sabía que iban a por él; intentó sortear a sus perseguidores, pero no lo consiguió. El líder indígena mexicano Isidro Baldenegro fue asesinado a tiros el 15 de enero al ser atacado en casa de su tío por un hombre de 25 años. Baldenegro, líder de los tarahumaras, etnia del estado norteño de Chihuahua, es la segunda persona condecorada con el prestigioso premio ambiental Goldman en ser asesinada en dos años.
Baldenegro había huido de la comunidad de Coloradas de la Virgen después de recibir amenazas. A sus 51 años, encabezaba una campaña contra la tala ilegal en las montañas de la Sierra Madre, hogar de algunos de los últimos bosques vírgenes del norte de México. “Estoy conmocionado por el asesinato a sangre fría de Isidro, quien tan sólo deseaba para su comunidad la preservación de los bosques tradicionales en la Sierra Tarahumara”, indicó Michel Forst, relator especial de las Naciones Unidas. La Oficina del Acnur señaló que otros tres activistas contra la tala ilegal en Coloradas de la Virgen fueron asesinados el año pasado.


Isidro Baldenegro López,.
Isidro Baldenegro López,. (Goldman Environmental Prize)
El padre de Isidro BaldenegroJulio, también activista contra la tala, fue asesinado en 1986, en un crimen que sigue sin ser esclarecido. Isidro tenía 20 años cuando mataron a su padre, y casi de inmediato tomó el puesto que él dejó.
“Este asesinato nos alerta sobre la situación de extrema vulnerabilidad que viven los defensores de derechos humanos que en la Sierra Tarahumara buscan preservar la tierra y el territorio en zonas remotas con alta presencia de crimen organizado”, afirmó Jan Jarab, representante en México del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
Baldenegro fue encarcelado en el 2003 por presunta posesión ilegal de armas y marihuana, pero los cargos fueron retirados un año después tras demostrarse que la policía había cometido abusos en su detención. Entonces, Baldenegro acusó a influyentes taladores y rancheros locales de persuadir a la policía de fabricar cargos en su contra. En una entrevista desde prisión en el 2003, advirtió que si alguno de ellos moría por alguna razón, siempre habría otros que continuarían con la lucha. Los fiscales del estado de Chihuahua afirman que han identificado al asesino y se encuentran en su búsqueda
BERTA CÁCERES“Mi madre se enfrentaba a todas las injusticias”
La comunidad lenca y las grandes presas (Honduras)
Cristina Martín Valbuena.- “Mi mami era una luchadora social: anticapitalista, antipatriarcal y antirracista”, rememora a este diario Laura Zuñiga, una de las hijas de Berta Cáceres, la líder indígena, galardonada en el 2015 con el premio ambiental Goldman por su defensa de los movimientos campesinos, y que fue asesinada por un sicario el pasado mes de marzo en su casa de La Esperanza (Honduras). Laura Zuñiga explica que le gusta recordar a sus madre no solo por su vinculación con la causa ambientalista, sino como alguien que se alzaba ante “cualquier injusticia”. “Era lo más lindo de ella”, remarca Zuñiga. “Tenía mucha fuerza y era muy valiente. Amorosa desde la fuerza. Y siempre la recordamos así”, concluye.
La familia de Cáceres relaciona el homicidio con su participación en movimientos sociales, y en concreto con su implicación con las protestas en contra de la construcción de una presa hidroeléctrica en el Gualcarque, un río sagrado para el pueblo lenca, al que pertenecía Cáceres. El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) es la organización que apoya estas protestas. Estuvo liderada por Berta Cáceres y ha venido defendiendo su territorio frente las amenazas de los proyectos hidroeléctricos, que, según Copinh, ocasionan desplazamientos de personas e impiden a la comunidad desarrollar sus actividades agrícolas.


Berta Cáceres recibió en el 2015 el premio ambiental Goldman por su defensa de los movimientos campesinos
Berta Cáceres recibió en el 2015 el premio ambiental Goldman por su defensa de los movimientos campesinos (Goldman Enviromental Prize)
La compañía adjudicataria de las obras en el río Gualcarque, la hondureña Desa ha mantenido desde hace años una fuerte presión sobre Copinh. Cáceres recibió 33 amenazas de muerte antes de ser asesinada. Además, otros dos miembros de su organización han muerto en el 2016 mientras que el actual líder, Tomás Gómez, también está siendo amenazado tras haber sobrevivido a un tiroteo. Al valorar la detención de seis personas por el asesinato, su hija teme que se trate tan sólo de los “asesinos materiales” y que “autores intelectuales”, los que ordenaron matarla continúen impunes.
“No sólo hay que perseguir a quien dispara, sino a quien lo ordena o lo planea porque estas personas siguen libres y pueden tener en mente a otras víctimas. Hacer justicia es que las cosas no se repitan”, insiste Zuñiga.
LAURA VÁSQUEZUna joven abuela que fue víctima de la difamación
Encabezó al oposición a la mina de oro (Guatemala)
Redacción.- El pasado lunes, 16 de enero, fallecía la ecologista guatemalteca Laura Leonor Vásquez Pineda, víctima de un disparo en la cabeza en el departamento de Jalapa. Individuos no identificados irrumpieron en su casa y la asesinaron. Laura Leonor Vásquez, de 47 años, tenía a su cargo dos nietos menores y regentaba un pequeño comercio de su propiedad.
Vásquez era una de las dirigentes del Comité Local en Defensa de la Vida de San Rafael Las Flores, que se oponía a la mina de El Escobal (en el municipio San Rafael), un yacimiento de oro y plata de la minera canadiense Tahoe Resources. La autorización minera (concedida el 1 3 de abril del 2013) ocasionó una fuerte conflictividad social, pues se dio sin que fueran escuchadas las alegaciones de la población, mayoritariamente contraria al proyecto.
Una de las principales preocupaciones de sus detractores era la posible contaminación de la Laguna de Ayarza, un gran lago volcánico, situado a 2,5 kilómetros del proyecto Escobal y en una cuota inferior. Tan sólo hay unos 200 metros de distancia entre los mantos acuíferos de San Rafael Las Flores y un muro de la laguna.


Ecologistas Laura Leonor Vásquez
Ecologistas Laura Leonor Vásquez (.)
El riesgo de filtración al subsuelo de productos ácidos derivados de la actividad minera o el peligro de que se produjera un derrame de cianuro o una brecha en el dique de cola –eventos desafortunadamente bastante comunes en estas instalaciones– son algunos de los peligros invocados por estas comunidades campesinos, dependiente de las reservas de agua subterránea y de la Laguna de Ayarza.
El 2 de mayo del 2013 un decreto del Gobierno decretó el estado de sitio en varios municipios de la zona (departamentos de Jalapa y Santa Rosa). Fue la reacción a las protestas que se habían desarrollado tras ser heridos de bala seis manifestantes a manos de la seguridad privada de la Mina San Rafael.
En el contexto del estado de sitio, se detuvo a Laura Leonor Vásquez, así como a otros cuatro defensores de derechos humanos. Estuvo detenida alrededor de siete meses, sin que le demostrara ninguno de los delitos que se imputaba. Tras dejar la cárcel fue objeto de un campaña de difamación atroz, recuerdan sus allegados.
LUIZ ALBERTO ARAÚJOEl hombre que combatía la deforestación pese al miedo
Funcionario de Altamira (Pará Brasil)
Redacción.- Todo ocurrió poco después de la puesta de sol en Altamira, pequeña localidad situada en la curva del río Singu, en el corazón de la selva tropical del Amazonas. Luiz Alberto Araújo, secretario de medio ambiente del Ayuntamiento (54 años), llegaba a casa con su familia. Antes de que saliera del coche, dos hombres que iban en una motocicleta se detuvieron y le dispararon siete balas. Araújo se desplomó sobre su esposa, que estaba sentada al lado. El suceso, registrado el 13 de octubre de año pasado, fue el típico asesinato que se suele repetir en el estado sin ley de Pará, en la Amazonia oriental.
Más de 150 activistas medioambientales han sido asesinados desde el año 2012 en Brasil, un país en donde se registran la mitad de este tipo de asesinatos Muchas de las víctimas contabilizadas hasta ahora, incluidos Chico Mendes, Dorothy Stang o Zé Claudio Ribeiro da Silva eran militantes ecologistas. Pero Araújo era un funcionario. Por eso, su muerte es un salto cualitativo. Alguien busca consolidar la impunidad. Araújo era encargado de controlar la deforestación y los impactos de la gran presa hidroeléctrica de Belo Monte, construida cerca de Altamira.


Luiz Alberto Araújo llevó a la fiscalía la actividad de una mina y la presa de Belo Monte
Luiz Alberto Araújo llevó a la fiscalía la actividad de una mina y la presa de Belo Monte (Archivo)
Araújo solía denunciar las irregularidades a la fiscalía del estado las irregularidades que detectaba. Se había acostumbrado a recibir amenazas de muerte. “Sin lugar a dudas tenía miedo. Él nunca dijo nada, pero todo el mundo que trabaja para defender el medio ambiente en los pueblos de la Amazonia tiene un poco de miedo”, declaró Marcelo Salazar, del Instituto Socioambiental en Altamira, que trabajó con él
El departamento de Araújo había concedido una licencia para abrir una mina de oro (Esperança IV) en Altamira. Sin embargo, tras su denuncia, los inspectores la cerraron e impusieron una multa (14 millones de euros) al incumplirse las restricciones impuestas para deforestar la zona de la mina. Además, vertidos de mercurio y otros contaminantes envenenaron el río Curuá y llegaron a cadena alimentaria de la tribu indígena kayapó. Araújo también denunció a los dueños de la central hidroeléctrica de Belo Monte (Norte Energía) por la muerte masiva de peces detectada al llenarse el embalse. La empresa fue multada con 10 millones de euros por la muerte de 16,2 toneladas de peces. Su tarea profesional le granjeó demasiado enemigos...