dimecres, 29 d’octubre del 2014

Investigadores de la UVA prevén problemas de suministro energético mundial en menos de seis años

Article publicat al diari  El Norte

Han desarrollado un modelo informático para el análisis prospectivo de los recursos energéticos

EL NORTE | valladolid
Un equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid ha desarrollado un modelo informático para el análisis prospectivo de los recursos energéticos mundiales cuyos resultados muestran que el mercado energético mundial sufrirá graves tensiones entre oferta y demanda entre 2020 y 2030.
El trabajo, publicado recientemente en Energy, revista científica de alto impacto, muestra que si las tendencias observadas en la economía mundial no cambian drásticamente, sectores como el transporte tendrán problemas para satisfacer su demanda creciente de energía en los próximos seis años (antes de 2020), mientras que sectores como el industrial, el residencial o la electricidad pueden tener problemas antes de 2030.
Los investigadores, miembros del Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid, explican que los escenarios de desarrollo socioeconómico que prevén agencias internacionales como la OCDE y la ONU son incompatibles con los límites de extracción de recursos energéticos fósiles publicados en la literatura científica y con los ritmos de desarrollo de las tecnologías alternativas.
El estudio
El estudio, realizado por un equipo multidisciplinar de ingenieros, científicos y economistas, denuncia que las agencias internacionales como la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Agencia Internacional de la Energía (IEA) ignoran sistemáticamente en sus análisis la incertidumbre existente en la disponibilidad de recursos energéticos, considerándolos artificialmente abundantes.
Un ejemplo paradigmático es el hecho de que raramente se tenga en cuenta el declive del petróleo barato y de fácil acceso, o petróleo convencional, fenómeno predicho hace décadas en la literatura científica y que ha sido corroborado por los hechos en el año 2006, cuando la Agencia Internacional de la Energía reconoce que tuvo lugar el cénit de este recurso.
El trabajo se enmarca en la tradición de los estudios sobre los Límites del Crecimiento, que se remontan a 1972 con la publicación de los estudios del Club de Roma. Estos estudios están cobrando de nuevo fuerza, como demuestra el trabajo desarrollado recientemente por investigadores de la NASA que analiza la importancia de la desigualdad y la explotación insostenible de los recursos en el colapso de las civilizaciones.
Los investigadores aseguran que las energías renovables son claramente la alternativa necesaria para una transición energética a una sociedad sostenible puesto que los recursos fósiles no convencionales (gas de pizarra -fracking- o el shale oil) presentan tasas de extracción y de retorno energético muy bajas, además de muy altos impactos medioambientales.
Sin embargo, precisan que es necesario tener en cuenta que las energías renovables, debido a su naturaleza, presentan claras limitaciones en relación a las fósiles: son intermitentes, distribuidas y parte integrante de la biosfera, por lo que una cooptación importante de éstas podría alterar dinámicas fundamentales de los ecosistemas.
El estudio encuentra que los escenarios de crecimiento económico mundial que llevan asociados crecientes consumos de energía son incompatibles con las restricciones biofísicas de las fuentes de energía.
De origen fósil
Es significativo el hecho de que el ritmo de sustitución de las energías de origen fósil por las energías renovables no es tan rápido como sería necesario debido a dificultades tecnológicas y económico-políticas, especialmente en el sector del transporte. En consecuencia, pueden ser inevitables escenarios de reducción de consumo energético.
Sin embargo, según los investigadores, si esta situación se enfocase correctamente, supondría una oportunidad de transformación hacia una sociedad sostenible mediante políticas de mejora de eficiencia energética, transporte público y planificación urbanística, fin de la obsolescencia programada, etc.
Las conclusiones del estudio apuntan a que será necesaria la confluencia de avances tecnológicos con importantes innovaciones sociales, políticas e institucionales para permitir una transición hacia un modelo energético global sin graves problemas en el suministro energético mundial.
El Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid es un equipo multidisciplinar de científicos, ingenieros y economistas que desde su formación en 2008 ha publicado diversos trabajos científicos relacionados con el cénit del petróleo y el potencial de las energías renovables.
El agotamiento de los recursos energéticos fósiles, especialmente de aquellos llamados convencionales o de fácil extracción, es un proceso ampliamente reconocido que desde hace unos años ya se puede observar.
Los estudios acerca de las perspectivas de agotamiento de los diversos combustibles fósiles son relativamente abundantes en la literatura científica, pero pocos ofrecen una perspectiva global de todas las fuentes energéticas y sus posibles sustitutos tecnológicos, y todavía menos estudios tienen en cuenta la demanda asociada al sistema socioeconómico.
Dinámica de Sistemas
Este artículo presenta un modelo Economía-Energía-Medio ambiente basado en Dinámica de Sistemas (Wold Limits Model o WoLiM) que integra todos estos aspectos: las restricciones físicas derivadas del agotamiento de los principales recursos energéticos (con estimaciones de los picos del petróleo, gas, carbón y uranio), los potenciales tecnológicos sostenibles de las energías renovables (estimados por medio de una metodología top-down), la estimación de las demandas requeridas por el sistema socioeconómico, el posible desarrollo de políticas alternativas y las emisiones de C02 energéticas.
En este artículo los resultados de este modelo son comparados con las estimaciones básicas de estudios de asesoramiento ambiental (Global Environmental Assessment, GEA).
Los resultados muestran que una transición energética dirigida por la demanda y el mercado, como las realizadas en el pasado, no parece posible: si las tendencias de demanda continúan se prevé una fuerte escasez antes de 2020, especialmente para el sector del transporte, mientras la generación de electricidad es incapaz de cubrir la demanda a partir de 2025-2050.
Para poder encontrar escenarios que sean compatibles con las restricciones derivadas de los picos de los combustibles fósiles es preciso aplicar hipótesis que raramente son contempladas por las instituciones internacionales o los estudios de GEA como crecimientos económicos cero o negativos.

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