Más de cien especies desaparecen cada semana en el mundo
14 Ene 2017
Martínez
Alier, catedrático de Economía y experto en ecología política, acaba de
publicar, junto con el doctor en Física y especialista en Museografía
científica Jorge Wagensberg, el libro “Solo tenemos un planeta”, donde reflexiona sobre cómo han de cambiar las decisiones sociales y políticas para preservar el planeta.
“La
influencia de los humanos es tan fuerte que estamos modificando la
biología y la geología”, ha advertido Martínez Alier en una entrevista
con Efe, en la que ha alertado que el impacto de los humanos, a través
del cambio climático, ya hace años que empezó y se está produciendo “de
forma muy rápida”.
“Lo vemos a través de la modificación y extinción de la biodiversidad del planeta. Hace años, en la India había más de 150.000 tigres y actualmente en todo el mundo sólo hay 2.000
que, además, viven en zoológicos o circos”, ha puesto como ejemplo
Martínez Alier, que fue investigador en las universidades de Oxford,
Standford, Yale, California y Berlín, entre otras.
El
también catedrático de Economía e Historia Económica de la Universidad
Autónoma de Barcelona (UAB) alerta del rápido proceso de desaparición de
especies y también reconoce que “la energía que produce el sol facilita
la creación de nueva vida en el planeta”. Para el investigador, uno de
los causantes del empeoramiento del planeta es el sistema económico. “Tanto el sistema capitalista como el socialdemócrata no solucionan nada”, asegura.
“Con
el sistema actual, las materias primas como el petróleo, el carbón o el
gas se producen en pequeñas cantidades y muy lentamente, y se consumen
de forma muy rápida”, denuncia el economista.
Martínez
Alier está seguro que hay alternativas y plantea que, por un lado,
aumenten las tecnologías de energía renovable como la energía solar, y
por otro, “instaurar una economía sin crecimiento aplicando la renta básica,
que significa que todo el mundo tenga un mínimo de renta garantizada
porque si la economía no crece es difícil que todos tengamos un trabajo
remunerado”.
El investigador, que también ha escrito varios libros sobre política ambiental y ecología política, ratifica que hay “mucha resistencia” de cambiar la manera de pensar,
aunque insiste que a veces “los cambios sociales se aceleran cuando
pasa algún desastre”. Según Martínez Alier, “es una pena que la gente
aprenda cuando el futuro que se pronosticaba se ha convertido en
presente”.
“Un filósofo francés
llamado Tupuy, que sostiene la teoría de la pedagogía de las
catástrofes, indica que los desastres ambientales ayudan a los seres
humanos a aprender y sensibilizar a la población”, explica en su libro
el catedrático. Martínez Alier se muestra “muy triste viendo que los
osos polares se están quedando sin hielo en el Ártico. Pero a ver si así
la humanidad reflexiona”.
En Estados Unidos existe una corriente de opinión negacionista con el cambio climático que Martínez Alier califica de “absurda” y critica que “a veces la gente actúa de manera irracional”.
“Negar
el cambio climático es una opción que lo único que pretende es hacer
ver que no existe un problema y que se arreglará por sí solo”, concluye
Martínez Alier.
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