dijous, 11 de juliol del 2013

“No hay salida de la crisis, hay salida del modelo”

CRISIS, RENTA BÁSICA Y REPARTO DEL TRABAJO

Resum del debat a l'Ateneo de madrid  i publicat al web  Crónica Popular 

1 julio, 2013



© Alex Tamagnini
© Alex Tamagnini

La idea de que, efectivamente, hay alternativas a la gestión gubernamental que sufrimos es lo que juntó a Salvador Aranda, Juan Carlos Barba y Ramiro Pinto en la charla “crisis, renta básica y reparto del trabajo”, organizada por miembros de diversos colectivos en el marco de la sección de Ciencias Sociales del Ateneo de Madrid.
Cada ponente tiene una visión y una solución. El público se posiciona, debate e intenta encajar unas piezas con otras para terminar el puzle. Todo el mundo parece consciente de que la alianza es imprescindible y de que la solución será desde abajo, o no será.

© Alex Tamagnini
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El Plan de Desarrollo Económico y Pleno Empleo, o Plan DEPE, presentado por Salvador Aranda Luque, se basa en una inversión de 60.000 millones de euros -el gobierno destina ahora más de 30.000 millones de euros a sufragar las prestaciones por desempleo- para generar, desde las instituciones, puestos de trabajo que refuercen los sistemas de protección social y transformen el modelo económico del país en uno que sea económica y medioambientalmente sostenible.
Para lograr el pleno empleo “sólo hace falta voluntad política”, concluyó Aranda. “¿Sólo?” se escuchó entre los asistentes con tono de incredulidad. Sólo. Salvador Aranda, que ha militado en el Partido Socialista durante años, conserva la esperanza a pesar de haber planteado su alternativa a la actual cúpula del PSOE y de haber obtenido el rechazo frontal por parte de la misma.
Sólo hace falta voluntad política… para recaudar esos 60.000 millones de euros a través de la disminución de los presupuestos estatales destinados a la Casa Real, a la Iglesia, a los Partidos, Fundaciones y Sindicatos, para reducir el número de altos cargos, incrementar los impuestos a los productos considerados de lujo y suprimir las SICAV, entre otras cosas.
Sólo voluntad política

© Alex Tamagnini
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Tal vez por eso Aranda Luque reclame también mecanismos de participación más amplios que acudir a las urnas cada 4 años. Y lo reclama con urgencia, porque de lo contrario “el modelo actual traerá como consecuencia un conflicto social de consecuencias incalculables”.
En la misma línea comenzaba su intervención Juan Carlos Barba, de Colectivo Burbuja: “nos estamos enfrentando a circunstancias realmente adversas”. En su opinión, la situación actual es la consecuencia de una conjunción de factores entre los que destacan la corrupción del entramado político, una globalización impuesta a la que el sistema de producción español no se ha adaptado –por culpa de los primeros- y la fuerte crisis medioambiental y energética.
La respuesta del gobierno español y de las élites europeas a esta situación, dice Barba, es “mantener los privilegios de las mismas a costa de erosionar los avances sociales logrados durante décadas por la población general”.
Repartir los puestos de trabajo y los salarios

© Alex Tamagnini
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Que los avances tecnológicos han reducido sustancialmente la necesidad de mano de obra no es nada nuevo. Barba propone repartir los puestos de trabajo para lograr el pleno empleo, y está dispuesto también a repartir los salarios, aunque matiza: “serían quienes gozan de los más altos quienes deberían entregar mayor porción del pastel” y la horquilla entre los sueldos más altos y los más bajos debería ser drásticamente reducida. Cita a Rousseau: “Ninguna persona debe ser tan rica como para poder comprar a otra y ninguna debe ser tan pobre como para necesitar venderse”.
Juan Carlos Barba apuesta también por una reforma fiscal que grave más a quien más gane, y por la salida del euro, por ser éste paradigma del neoliberalismo. Otra necesidad fundamental en la propuesta de Juan Carlos Barba es la puesta en marcha de una auditoria de la deuda externa, que permita negociar la quita o moratoria con los acreedores de la misma. “Es una locura intentar salvar el sistema financiero a toda costa”. Mejor solución sería, dice, “dejarlo quebrar y nacionalizar la banca”, del mismo modo que los sectores estratégicos del país, de forma que se posibilite la inversión pública en garantizar el bienestar social.

© Alex Tamagnini
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El discurso de Ramiro Pinto, miembro de ARENCI y de Cooperación por la Democracia Integral, que defiende la implantación de la renta básica, choca con el de Juan Carlos Barba. Ambos coinciden fundamentalmente en el análisis sobre la sustitución de la mano de obra por la tecnología, pero la solución de Pinto es una renta básica que dignifique a la persona.
Y ambos encontraron detractores entre militantes de la izquierda sindical que asistieron como público, como el neokeynesiano Juan Laborda, que se mostró muy contrario a que el reparto del trabajo suponga rebaja de rentas o Mariano Gamo, que también defendió el reparto del trabajo pero mantuvo sus reservas sobre la Renta Básica que defendía Pinto.
“Aquello que permite el desarrollo de las civilizaciones es lo mismo que las hace sucumbir”, insiste Pinto. “La sociedad actual está basada en el trabajo y la tecnología, y esto acabará llevándonos a la destrucción total”. Defiende el crecimiento económico, sí, pero con límite. “Hasta que sea posible la renta básica”.
Ya a principios de los 90, defiende Pinto, “el crecimiento económico no generaba trabajo. Las grandes empresas aumentan hoy sus beneficios pero para los trabajadores, el empleo es ya un fin, no un medio”. La renta básica, que según Pinto supondría un 23% del PIB, significaría “reorganizar el dinero que hay”. “No hay salida de la crisis, hay salida del modelo”.
La batalla por el control de la ciencia, hoy más fuerte que nunca
© Alex Tamagnini
© Alex Tamagnini
“Donde reina la injusticia, tener razón es un peligro”, decía, parafraseando a Quevedo, Pedro García Bilbao, profesor universitario, sociólogo y escritor y presidente de la sección de Ciencias Sociales del Ateneo. Lo decía convencido de que la batalla por el control de la ciencia y del conocimiento es hoy más fuerte que nunca. García Bilbao animaba a los ponentes a seguir planteando debates, convencido de que la situación actual es producto, entre otras cosas, de haber aceptado durante años la teoría de que las clases sociales habían desaparecido.
Absolutamente convencido de que la única victoria posible, en un momento en el que estamos teniendo que pelear hasta por el significado de las palabras –renta, trabajo, democracia-, pasa necesariamente por el compromiso individual y la lucha compartida.
Los asistentes recogieron el testigo de García Bilbao, y se comprometieron a mantener, desde sus diferentes sensibilidades y posiciones políticas o sindicales, nuevos encuentros para poner en el centro del debate social la renta básica, el reparto del trabajo y otro modelo industrial. 

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