dijous, 21 de novembre del 2013

Decrecimiento, petróleo caro y la nueva economía de la energía



real-world economics review

ISSN 1755-9472
Issue 61 – 26 September 2012

Nuestras concepciones y expectativas del mundo han sido moldeadas por la experiencia del crecimiento económico. La estabilidad dinámica de este crecimiento nos ha habituado a lo que es " normal". Esa normalidad debe erradicarse pronto. - David Korowicz


DECRECIMIENTO, PETRÓLEO CARO Y
LA NUEVA ECONOMÍA DE LA ENERGÍA


Samuel Alexander *
* Dr. Samuel Alexander es codirector del Instituto Simplicidad y profesor en la Oficina de Programas Ambientales de la Universidad de Melbourne.

1 . PREPARACIÓN PARA LA VIDA DESPUÉS DE CRECIMIENTO

Partiendo de la perspectiva de los " límites del crecimiento "  (Meadows et al, 2004) y en el trabajo de varios analistas de la energía (Ayers y Warr, 2009, Murphy y Hall, 2011a , b ), este trabajo se basa en el punto de vista de que  para crecer,  las economías industriales requieren un suministro barato y abundante de energía, especialmente de petróleo. Cuando los costos del petróleo aumentan de manera significativa, estos  añaden costes extra al transporte, al  trabajo mecanizado, a los plásticos y a la producción industrial de alimentos entre muchas otras cosas y esta dinámica de precios absorbe  gastos e inversiones discrecionales del resto de la economía  provocando impagos de la deuda, estancamiento económico, recesión  o incluso depresiones a largo plazo. Eso se parece a lo que estamos viendo en todo el mundo hoy en día, con la amenaza de que lo peor está por venir (Tverberg, 2012a). La producción de crudo se encuentra en  un  plateau ondulante desde 2005  mientras que la demanda ha ido aumentando (Hirsch et al, 2010). Esta situación  ha llevado a una enorme presión al alza sobre los precios del petróleo  y varios comentaristas han llegado a la conclusión de que estos altos precios del petróleo significan el final ( Heinberg, 2011 ; Rubin, 2012 ) o al menos el crepúsculo (Alexander,2011a , 2012a ) del crecimiento económico mundial. Si esto es cierto, estamos viviendo los albores de una nueva era  y deberíamos estar  preparándonos para el impacto.

Algunas nuevas investigaciones  examinadas  a continuación  han puesto el foco en lo  que parece confirmar este mensaje esencial. En otras palabras, el petróleo caro  parece estar sofocando la economía global basada en la deuda  justo en el momento en que   esta está tratando de recuperarse (Hamilton, 2011; Tverberg , 2012b ). Por desgracia, la mayoría de los economistas, incluyendo los que están en el gobierno, parecen ignorar la estrecha relación entre la energía, la deuda y la economía  y esto significa que son incapaces de ver que el petróleo caro es una de las causas principales de los problemas económicos de hoy en día. En consecuencia, diseñan sus pretendidas soluciones (por ejemplo, los paquetes de estímulo, la flexibilización cuantitativa, las bajas tasas de interés para fomentar los préstamos, etc.) sustentadas en el deficiente criterio basado en el crecimiento, no reconociendo que la nueva economía de la energía significa que el modelo de crecimiento, que supone insumos energéticos baratos, ahora está peligrosamente caducado. Cuando las economías basadas en el crecimiento  no crecen, los hogares, las empresas y las naciones luchan por pagar sus deudas y rápidamente las cosas comienzan a desmoronarse de manera indeseable.

Incluso algunos  de los " economistas ecológicos " más progresistas no logran apreciar la importante  relación entre la energía, la deuda y el crecimiento económico. Durante varias décadas, los defensores de la economía " estacionaria " (por ejemplo, Daly, 1996) han argumentado persuasivamente que tenemos que ir más allá del modelo de crecimiento  por diversas razones sociales y ambientales (Victor , 2008 ; Jackson, 2009), pero muy pocos parecen darse cuenta de que los préstamos que devengan con interés son incompatibles con una economía estacionaria debido al hecho de que el reembolso de la deuda más los intereses implica crecimiento ( Sorrell, 2010; Trainer, 2011 ). En pocas palabras, implica crecimiento debido a tener que devolverse más dinero del que se había  prestado o invertido inicialmente, lo que requiere una expansión general de la economía si las deudas van a devolverse. Muchos economistas ecológicos están en contra del crecimiento sin estar en contra de los  préstamos con interés  y no está claro que esta sea una posición coherente. Esta contradicción sin duda merece una consideración más crítica.

Del mismo modo, los economistas ecológicos que abogan por la descarbonización de la economía no parecen darse cuenta de lo revolucionario de la propuesta- lo cual no significa que la propuesta sea errónea (Hansen et al, 2008 ), sólo que sus consecuencias económicas pueden no entenderse. Si la economía mundial lograse dejar de depender de los combustibles fósiles en las próximas décadas  en respuesta al cambio climático, entonces la economía estacionaria, si por estacionaria entendemos algo parecido a mantener los actuales niveles de riqueza, "sería imposible”. Imposible porque los combustibles fósiles actualmente representan alrededor del 80 % del suministro mundial de energía (IEA, 2010 a: 6)  y nada parecido a la producción actual podría mantenerse cuando estamos hablando de ese nivel de reducción de energía. Sin combustibles fósiles, el mundo no tendría el suministro de energía necesario para mantener una producción económica estacionaria. La economía tendría que contraerse de manera significativa. Esta no es una consecuencia que muchos economistas ecológicos parecen no  entender o no se atreven a reconocer.

Aunque acepto que el mundo debe hacer la transición a fuentes de energía renovables sin demora, la evidencia sugiere que tales fuentes nunca podrán reemplazar (totalmente o de forma asequible ) la energía contenida en los combustibles fósiles , especialmente el petróleo (Trainer, 2012a , 2010a ) . Las fuentes renovables son también dependientes de los combustibles fósiles en sí mismos, un punto a menudo  fácilmente olvidado. Por lo tanto, si nos tomamos en serio la lucha contra el cambio climático y el abandono de  los combustibles fósiles, nos debemos preparar para un mundo con tal vez la mitad de consumo de energía, y esto implica abrazar, no una economía estacionaria sino algún proceso de 'decrecimiento' de contracción planificada de la economía  (Alexander, 2012b , 2011b ) . Como la población mundial crecerá hasta nueve o diez millones de habitantes en las próximas décadas, este razonamiento va a ser cada vez más un desafio, porque el consumo sostenible de energía per cápita se reducirá aún más. Vale la pena señalar que, aun cuando no hubieran problemas de suministro de energía , el hecho de que la economía actual ya supera con creces la capacidad de carga sostenible del planeta ( Red de la Huella Global, 2012 ) significa que todavía se requerirà de alguna forma  una significativa contracción económica global  (Alexander, 2012b ; Clarke y Lawn , 2010 ; Latouche , 2009 ) .

Ni que decir tiene que  los poderes fácticos no están dispuestos ni a poner atención en este diagnóstico de 'decrecimiento' ni en  sus consecuencias radicales, ya que esto implicaría establecer fundamentalmente nuevos sistemas económicos que operen con insumos energía mucho más bajos. Podemos estar seguros de que el Imperio nunca  contemplará la  auto aniquilación, sino que luchará  por su supervivencia hasta el final. De la misma manera, es muy improbable que la cultura consumista acepte cualquier propuesta de reducir voluntariamente los niveles de consumo. Superar o hacer frente a estas formas de resistencia es una tarea casi imposible a la que tienen que enfrentarse  los que buscan una alternativa radical, una economía post-carbono ( Trainer , 2010b; Heinberg y Leach, 2010, Alexander, 2011c ) .
    
1.1 . Una nueva economía de la energía
    
Si el mundo ha de hacer frente eficazmente a los problemas ecológicos y económicos planteados, es urgente infundir una nueva economía de la energía en nuestro pensamiento económico y en los sistemas económicos, tanto a nivel local como a  nivel macroeconómico. Es discutible que el alcance de esta transición sea un decrecimiento próspero ( Odum y Odum , 2001 ), pero teniendo en cuenta lo arraigado que está el modelo de crecimiento, sobre todo a nivel gubernamental (Hamilton , 2003 ), una transición voluntaria hacia una economía post-crecimiento no será ni fácil ni probable. Para aquellos que no esperan que los gobiernos tomen la iniciativa hacia esta transición, creo que el mejor camino a seguir es comenzar a prepararse para la contracción económica a nivel personal y comunitario, minimizando el consumo a través de la simplicidad voluntaria (Alexander, 2009 ; Alexander y Ussher , 2012 ; Trainer , 2010 ) , liberándose de la deuda y construyendo la resiliencia local en la forma en que lo hacen las Iniciativas de Transición (Hopkins , 2008 ; Holmgren , 2012 ). Por encima de todo, tenemos que acostumbrarnos a vivir con mucho menos energía. Aunque en última instancia, el objetivo debe ser construir una economía decrecentista totalmente nueva  "desde abajo" y de esa manera reemplazar efectivamente las estructuras económicas existentes, ignorando el  capitalismo del crecimiento hasta la muerte ( Trainer , 2010 , Alexander , 2012a , 2012c ), puede que la  "resiliencia" - la capacidad de soportar futuras crisis –sea todo a lo que podemos aspirar de manera razonable (Alexander, 2012d ; Barry, 2012 ) .

La vida es demasiado compleja y hay demasiadas variables en juego para que podamos  saber con certeza la naturaleza de las próximas crisis, exactamente donde van a golpear o con qué dureza, pero el conjunto de evidencias al que nos enfrentamos indica que  deberíamos estar trabajando para preparar nuestras economías locales para la vida después del crecimiento (Heinberg , 2011 , Hirsch et al, 2010 ). No podemos confiar en los gobiernos para que nos guíen en esta transición, ya que parecen comprometidos a hacer todo lo posible para mantener y conservar el sistema actual que es contraproducente dado que el sistema no parece tener futuro ( dorado , 2011 ; Meadows et al, 2004 ). Es casi seguro que vamos a tener que construir la nueva economía  nosotros mismos a nivel familiar y comunitario.

Antes de que estas estrategias de base y estas metas se adopten en masa  será necesario que  más personas comprendan la relación entre energía y la economía. Espero que este artículo sirva para llamar más la atención sobre estas importantes cuestiones con el objetivo de abrir el debate para una discusión más amplia, más que  tratar de ponerle fin. Me temo que estos problemas no van a desaparecer . La madre naturaleza se asegurará de ello.


2 . ENERGÍA Y ECONOMÍA

Aunque la relación entre la energía y la economía puede hacerse muy compleja con bastante rapidez, la dinámica básica puede entenderse  y transmitirse fácilmente. En esta sección quiero describir la naturaleza de esa dinámica.
    
 
 Figura 1 . Consumo mundial de energía por fuente , basado en las estimaciones de Vaclav Smil  a partir de La Transición Energética : Historia, Requisitos y perspectivas,  BP datos estadísticos para 1965 y siguientes . La categoría de biocombustibles también incluye energía eólica, solar y otras energías renovables nuevas. Gráfico de Gail Tverberg ( 2012c ),  http://ourfiniteworld.com/2012/03/12/world-energy-consumption-since-1820-in-charts/

El primer punto a destacar es que siempre ha habido una estrecha correlación entre el consumo de energía y el crecimiento económico (Ayers y Warr, 2009 ; Stern y Kander , 2011 ) que en realidad no debería ser una sorpresa. En pocas palabras, la actividad productiva necesita energía  y muchos estudios y evidencias han demostrado que cuando el suministro de energía no llega a suplir la demanda,  las economías sufren  a menudo hasta llegar a la recesión (por ejemplo, Hamilton, 2010 ; Tverberg , 2012a ). Además se ha demostrado que el crecimiento de la producción de energía impulsa el crecimiento económico y no a la inversa . En un estudio reciente, Ayres y Warr ( 2010 : 1692 ) examinaron esta cuestión y explican sus resultados como sigue :
    
 [C ]crecimiento no conduce a un aumento de la exergía /consumo de trabajo útil, si no mas bien el crecimiento de la producción es “impulsado’' por el aumento de la disponibilidad de energía y el aumento de trabajo útil para la economía . [ ] Estos resultados proporcionan una clara evidencia de la importancia de la cantidad de energía consumida para el crecimiento del PIB y que los esfuerzos para reducir el consumo de exergía pueden tener un efecto negativo en las futuras tasas de crecimiento del PIB.

Lo que es sorprendente, sin embargo, es que las teorías dominantes macroeconómicas dominantes (por ejemplo, Solow, 1956) no incluyen la energía en sus modelos económicos, lo que significa que si utilizamos estos modelos para reflexionar sobre el mundo, no hay ninguna razón para pensar que un estancamiento o disminución en el suministro energético tiene por qué afectar al crecimiento económico (para una revisión crítica , véase Hall y Klitgaard , 2012 ).

La razón por la que la mayoría de economistas han sido capaces de llegar tan lejos sin tener en cuenta la energía en sus macromodelos económicos se debe, sobre todo en las últimas décadas, a que la energía ha sido tan barata  y su suministro tan fácilmente disponible, que el hecho de ignorar su papel en el crecimiento económico no ha interferido de manera significativa en la capacidad del modelo para hacer  predicciones macroeconómicas razonablemente precisas (al menos algunas veces). Pero si nos enfrentamos a un futuro de estancamiento en los suministros de petróleo (véase la figura 2) y por lo tanto, a elevados  precios del petróleo, entonces la energía  va a jugar un papel cada vez más importante en los costos de producción y distribución, las  implicaciones de todo ello sólo ahora se empiezan a materializar de forma rigurosa. La Figura 3 sugiere que la desaceleración del crecimiento de la oferta de petróleo (que se muestra en la Figura 2 ) está retrasando el crecimiento del PIB .
    



Figura 2 . La oferta mundial de petróleo con las líneas de tendencia exponencial ajustadas por Gail Tverberg . Los datos de consumo de petróleo de BP Statistical Review 2012 del World Energy . Gráfico de Gail Tverberg ( 2012d ) , " La prueba de que los límites de petróleo están dando lugar a la disminución del crecimiento económico. "
 http://ourfiniteworld.com/2012/07/13/plan-for-lower-growth-in-real-gdp-going-forward/
    

Figura 3. PIB real mundial, con líneas de tendencia exponencial ajustadas para períodos de tiempo seleccionados. PIB real mundial. Datos de USDA Economic Research Service . Los períodos ajustados son 1969-1973 . 1975 - 1979 , 1983 - 1990 , 1993 - 2007 , y 2007 - 2011. Gráfico de Gail Tverberg (2012d)  " La prueba de que los límites de petróleo están dando lugar a la disminución del crecimiento económico . "

Varios economistas y analistas de la energía ( Murphy y Hall, 201ui  1a - b; Stern y Kander, 2011; Tverberg, 2012a - b; Rubin, 2012) han comenzado a situar la energía en el centro de los  modelos macroeconómicos ( véase también , Georgescu - Roegen , 1971 ), y estos modelos proporcionan motivos para pensar que el fin de la era del petróleo barato puede muy bien significar el ocaso del crecimiento económico. Destacados  economistas de la energia , Murphy y Hall ( 2011a : 70 ), dan en el punto esencial tal como se ve a continuación :
    
Cuando los precios de la energía aumentan, los gastos se reasignan desde las áreas que se habían añadido previamente al PIB, el consumo discrecional  principalmente, hasta el simple pago de la energía más cara. De esta manera, el aumento de los precios energéticos lleva a la recesión al desviar dinero de la economía hacia el pago de la energía. Los datos muestran que las recesiones se producen cuando los gastos derivados del petróleo suben por encima del umbral del 5,5 % aprox. del PIB.
    
Si el crecimiento económico depende en efecto de un umbral del precio de energía tal como hemos indicado, es muy probable que nos estemos acercando a un punto de inflexión trascendental en la historia de la humanidad. Durante dos siglos, la narrativa dominante del progreso humano se ha basado en el crecimiento económico ( Purdey , 2010 ), pero si el crecimiento depende del petróleo barato, el estancamiento actual del suministro de petróleo crudo puede muy bien estar anunciando el "fin del crecimiento”. La Figura 4 muestra una tendencia que sugiere que debemos esperar que la economía mundial deje de crecer  muy pronto. Esto es algo que va a cambiar el mundo de manera tan fundamental que nos deberíamos tomar muy en serio su previsible llegada. Desafortunadamente, la mayoría de las personas, incluyendo a los líderes mundiales, siguen firmemente atrincherados en el paradigma macroeconómico que busca o asume  energía barata y espera un crecimiento sin límite. Este paradigma, sin embargo, está en en vías  de chocar con la realidad ( Meadows et al , 2004 ; Bardi , 2011).
    


 
Figura 4. Crecimiento mundial de la oferta de petróleo vs crecimiento del PIB mundial, basado en las líneas de tendencia exponencial ajustadas a los valores de los periodos de años seleccionados. El PIB mundial basado en datos del USDA Economic Research . Gráfico de Gail Tverberg ( 2012d ), " La prueba de que los límites de petróleo están dando lugar a la disminución del crecimiento económico. "

Una perspectiva económica más a tener en cuenta en este contexto es que los billones de dólares de deuda que muchas naciones han tomado en las últimas décadas se basan en el supuesto de que el crecimiento futuro será similar al crecimiento experimentado en los últimos decenios. Pero en el caso  que hayamos entrado en el ocaso del crecimiento económico, la deuda puede muy bien convertirse en incobrable  y más pronto de lo que nadie podría pensar. Esto desestabilizaría la muy interconectada economía global con implicaciones que nadie puede prever con exactitud, debido a las muchas variables  impredecibles en el juego. Baste decir que probablemente no serían buenas noticias. Exactamente cómo hacer que la  transición se aparte de un sistema monetario basado en la deuda y en el crecimiento  y con qué substituirlo son cuestiones que van más allá del alcance de este artículo, pero que deben ser objeto de mayor atención (ver Douthwaite y Fallon, 2011 ; Trainer , 2011 ).
    



Figura 5. Precio del petróleo Brent y oferta mundial del  petróleo (en sentido amplio ) , basado en datos de la EI. Gráfico de Gail Tverberg ( 2012e ) , "¿Por qué los altos precios del petróleo están afectando ahora a Europa más que a los EE.UU.?” http://ourfiniteworld.com/2012/03/05/why-high-oil-prices-are-now-affecting-europe-more-than-the-us/ 

Para el propósito de este artículo, las dinámicas económicas más importantes del petróleo caro pueden resumirse de la siguiente manera.

La producción de crudo parece haber llegado a un plateau ondulante  y el crecimiento del suministro global de petróleo es muy pequeño. Las inesperadas  altas tasas de declive en los pozos existentes (IEA , 2008) significan que el suministro de  los petróleos no convencionales y los biocombustibles han estado luchando para compensar los descensos. A medida que más naciones superen su pico de producción en los próximos años y a medida que  los pozos existentes sigan en declive será mas probable el estancamiento y la eventual disminución de los suministros totales de petróleo (o la distribución de la oferta) y, finalmente, inevitable. Cuando se constata que todavía se espera que la demanda de petróleo aumente de manera significativa a pesar del estancamiento y la disminución de la oferta, se evidencian las implicaciones económicas del pico del petróleo.

Los principios económicos más elementales nos dicen que a medida que la oferta de  las materias primas disminuye y la demanda aumenta, el precio de ese producto tenderá a aumentar. Eso es lo que el mundo puede esperar en el futuro y, de hecho, los altos precios del petróleo de hoy en día son principalmente el resultado de esta dinámica de la oferta y la demanda que ya empieza a operar en los mercados mundiales de petróleo . Y aquí estamos llegando a lo que es sin duda la consecuencia más importante del fenómeno del ' pico del petróleo'. El problema no es que el mundo alguna vez se quede  sin petróleo, un punto que no debe olvidarse. La cuestión es que hemos llegado al final de la era del petróleo barato, un hecho reconocido incluso por las instituciones más tradicionales (IEA, 2010b). Esta dinámica de oferta y demanda descrita anteriormente se ve agravada por el hecho de que las alternativas al petróleo crudo - como los petróleos no convencionales derivados de las arenas bituminosas o las perforaciones marinas profundas o los biocombustibles - son siempre mucho más caras de producir, debido principalmente a los menores retornos energéticos (TRE) de la inversión (Murphy y Hall, 2011b).

En los últimos años hemos visto lo frágil y delicado que es el sistema económico mundial,  debido en gran parte a su dependencia del petróleo barato. Más concretamente, hemos visto el aumento constante del precio del petróleo a medida que se acercaba al pico del petróleo, y como el suministro de crudo se estancaba mientras que la demanda seguía aumentando. Hemos visto como el precio del petróleo llegaba a máximos históricos en julio de 2008 (véase la figura 5). Aunque los medios de comunicación atribuyeron la crisis económica mundial de 2008 al fiasco de las sub-prime que se originó en Wall Street y se materializó en Cleveland  y aunque seguramente hay algo de verdad en esta consideración, la historia no contada es el papel que han jugado los precios del petróleo,  y siguen jugando, en la crisis financiera global. En otras palabras, la crisis financiera mundial es sin duda el resultado del petróleo caro, no de las hipotecas sub-prime (ej. Rubin, 2009, 2012), en el sentido de que, al menos, el estallido de la burbuja inmobiliaria en los EE.UU. fue impulsado en gran parte por los altos precios del petróleo.

Este punto de vista es respaldado por el economista James Hamilton (2010), que ha demostrado en un estudio reciente que 10 de las 11 recesiones económicas experimentadas por EE.UU. des de la 2º guerra mundial  fueron precedidas por altos precios del petróleo. Otros autores (ej. Stern y Kander, 2011, Ayers y Warr, 2009, 2010) también han descrito la conexión entre el crecimiento económico y el suministro de energía. Sin embargo, a pesar de la dependencia que la economía mundial tiene del petróleo barato, es bastante sorprendente que tan pocas personas hayan relacionado  la crisis económica con el pico de los precios del petróleo.

Por desgracia, esta es probablemente una lección que tendrá que enseñarse y reenseñarse en los próximos años y décadas (Tverberg, 2012a). La economía mundial simplemente no puede soportar el  impacto económico de los precios del petróleo mucho más allá  de los 100$ por barril, sobre todo porqué gran parte del comercio es ahora internacional y, por tanto, depende del petróleo para el transporte de mercancías. Pero cuando los precios del petróleo llegan a ser tan altos que la economía no puede funcionar – que posiblemente es lo que sucedió en 2008 - la economía lucha por crecer y la reducción de la actividad económica conlleva una reducción en la demanda de petróleo. Esta reducción de la demanda de petróleo  hace que su precio  caiga también. Esto es lo que ocurrió, de hecho, después de la caída en 2008 (ver la figura 5) y es lo que suele ocurrir cuando la demanda de petróleo se reduce por razones de recesión económica. Sin embargo, a continuación  los bajos precios del petróleo ayudan a la recuperación económica, pero cuando  las economías empiezan a  recuperase de la recesión, el precio del petróleo  comienza a crecer de nuevo, lo cual hace aumentar la presión de la demanda sobre un suministro estancado de petróleo y el ciclo se repite. Dicho de otra manera, los precios del petróleo aumentan hasta el punto de ruptura económica, entonces las economías quiebran, lo que conduce a una caída en los precios del petróleo. Los bajos precios del petróleo  facilitan la recuperación económica, lo que pone más presión sobre la demanda de petróleo y hace que los precios suban hasta el punto de ruptura económica  y así sucesivamente.

Este ciclo de quiebra- recuperación- quiebra es probablemente lo que podemos esperar en los próximos años y décadas, y a medida que la oferta del petróleo decline, deberemos esperar y prepararnos para una contracción económica. Es poco probable que el  mundo se escape de este ciclo infeliz hasta que evolucione más allá de una economía basada en el crecimiento y que se libere de su adicción al petróleo. Pero eso implica la creación de un tipo fundamentalmente diferente de economía, probablemente algo parecido a “la vida sencilla” de Ted Trainer (Trainer, 2010; Alexander, 2012e) y si honestamente evaluamos la probabilidad de una transición voluntaria como tal, las posibilidades van de escasas a nulas.

El tema de romper nuestra adicción al petróleo merece una breve elaboración, ya que  aparece el espectro de lo que Tom Murphy ( 2011 ) ha llamado la "trampa de la energía".  Con el fin de romper con esta adicción, las economías dependientes del petróleo sin duda tienen que invertir enormes cantidades de dinero y energía en la construcción de nuevas infraestructuras sociales y económicas que no sean tan fuertemente dependiente del petróleo (por ejemplo, sistemas eficientes de transporte público para incentivar a la gente a conducir menos, la producción local de alimentos y de manufacturas fundamentales, etc.) Pero ya que esta transición aún no ha comenzado en serio, la inversión necesaria de dinero y de energía será necesaria en un momento en que el dinero y energía van a ser más escasos de lo que han sido en las últimas décadas. Esto nos coloca en la "trampa de la energía”. Los políticos van a tener  incentivos de corto plazo para no invertir dinero ni energía extra en nuevas infraestructuras ya que la gente ya estará notando el impacto de los altos precios del petróleo. Esto significa que habrá muy poco o ningún excedente de dinero y energía para destinar a los proyectos de infraestructura necesarias. Pero aunque esto proporcione algún alivio a corto plazo a las personas y a los políticos, retrasa la inevitable necesidad de nuevas infraestructuras. Pero la demora sólo agrava el problema ya que la inversión necesaria tendrá entonces que llegar más tarde, en un momento en que la energía y el dinero serán más escasos todavía ( véase también, Hirsch et al, 2005).
    

3 . CONCLUSIÓN

Este informe ha tratado de esbozar de manera muy preliminar algunos de los aspectos más importantes de la relación entre energía y economía. Como se ha señalado desde el principio, el propósito no era cerrar el debate, sino llamar más la atención sobre las cuestiones objeto de examen.

El crecimiento económico requiere energía, especialmente petróleo. Sin embargo, el estancamiento de la producción de petróleo está ocurriendo en un momento en que la demanda sigue aumentando. Esto significa que el petróleo va a subir de precio - una consecuencia ya demostrada- pero no está claro que nuestras economías puedan funcionar con precios del petróleo muy por encima de 100 dólares por barril  o cuando el gasto total de petróleo supera aproximadamente el 5,5 % del PIB. Las cifras exactas son y serán objeto de debate. Pero si este es un argumento sólido,  puede significar  que las implicaciones en los precios a causa del  lento o insignificante crecimiento de la producción de crudo estén causando un estancamiento de la economía mundial lo que conlleva, entre otras cosas, a la incapacidad de muchos hogares, empresas y naciones a  cumplir con sus obligaciones de deuda. Esto está causando una significativa inestabilidad económica en todo el mundo y a medida que los precios del petróleo aumenten en el futuro la situación solo podrá empeorar. Esta no es la comunicación de un mensaje feliz, pero para poder responder a los problemas de manera eficaz es importante que primero se conozca y se reconozca su gravedad.

Para terminar, quiero reiterar la cuestión planteada en la introducción sobre las implicaciones revolucionarias de descarbonizar nuestras economías como respuesta al cambio climático. Los últimos datos sobre el cambio climático (véase McKibben, 2012) no son esperanzadores, lo que significa que deben aumentarse los esfuerzos en varios órdenes de magnitud a nivel mundial para reducir el consumo de combustibles fósiles. Se ha  discutido ampliamente acerca de si una reducción del 80 % en 2050 es un objetivo adecuado, pero esa cifra  rara vez se considera en el contexto de la relación entre energía y producción económica.
    



  

Figura 6. Previsión del consumo mundial de energía, suponiendo que el consumo de combustibles fósiles disminuya en un 80 % en 2050 y los combustibles no fósiles aumenten de manera que el consumo total de combustible se reduzca en "sólo" el 50 %. Las cantidades antes de la línea negra son reales; las cantidades después de la línea negra son una previsión en este escenario. Gráfico de Gail Tverberg ( 2012 ). “An Energy/GDP Forecast to 2050http://ourfiniteworld.com/2012/07/26/an-optimistic-energygdp-forecast-to-2050-based-on-data-since-1820/
 





Figura 7. Previsión del consumo de energía per cápita , utilizando las estimaciones de energía de la Figura 6 divididas  por las estimaciones de la población mundial de la ONU. Las cantidades antes de la línea de negro son reales, las cantidades después de la línea de negro son estimaciones. Gráfico de Gail Tverberg ( 2012 ). “An Energy/GDP Forecast to 2050http://ourfiniteworld.com/2012/07/26/an-optimistic-energygdp-forecast-to-2050-based-on-data-since-1820/


Aunque es demasiado optimista suponer que el mundo realmente reducirá el consumo de combustibles fósiles en un 80 % en 2050 (véase la figura 6 y 7), supongamos que lo hiciese. Supongamos, además, que la energía renovable puede incrementarse de tal manera que el consumo total de energía llegue a reducirse 'sólo' en un 50 %. Dado que, como hemos visto, la actividad productiva está estrechamente vinculada con el consumo de energía, ¿exactamente qué tipo de economía existiría si la economía global  utilizase solo la mitad de energía de la que utiliza hoy?

Esa es la pregunta que debemos hacernos si realmente estamos tratando de imaginar a que se parecería una transición hacia un mundo justo y sostenible. Y si alguna vez somos capaces de crear un mundo así, eso parecería implicar que para llegar a los niveles sostenibles de consumo de recursos y energía, todos llevaríamos un estilo de vida de simplicidad radical. Me apresuro a añadir que esto no sería, en sí mismo, un cambio indeseable si se eligiese voluntariamente y se negociase sabiamente. En efecto, estoy convencido de que todavía puede haber un "descenso próspero" (Odum y Odum, 2001; Alexander, 2012d). Pero si, debido a algún tipo de escenario del colapso, tuviera que obligarse a la gente a la simplicidad radical en las próximas décadas, como ya lo es para muchas personas hoy en día, hay que admitir que la vida en el futuro va a implicar un nivel sin precedentes de sufrimiento. Nos encontramos en una encrucijada y estamos en el proceso de elegir nuestro destino.

 Referencias                                                                                                                                                                                               
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1 comentari:

  1. La única vía posible de que nuestra actual civilización sobreviva es que iniciemos un decrecimiento acelerado en los países llamados del primer mundo. Nuestro consumo energético es absolutamente desaforado, y debemos reducirlo drásticamente. Para ello sólo hay una vía: cargarnos el sistema de producción capitalista, que necesita para seguir existiendo del crecimiento exponencial, que nos conduce inexorablemente al colapso.

    Pero decrecer en nuestro irracional nivel de consumo, no significa necesariamente vivir peor, ni ser menos felices. Muy al contrario, el decrecer en el consumo absurdo y despilfarrador de muchos de los bienes y servicios que produce el actual sistema, puede ir acompañado por el desarrollo de nuevas actividades humanas mucho más gratificantes, que no conllevan el despilfarro de nuestros recursos ni la contaminación de nuestro planeta. Pero ello requiere una auténtica REVOLUCIÓN CULTURAL, un cambio radical de nuestro actual paradigma de valores.

    Pero esa es la única vía, si es que todavía existe alguna posibilidad de que nuestr@s descendientes sobrevivan.

    Saludos "infracturablesª,

    AMADEUS

    "... O NOS CARGOAMOS EL SISTEMA, O EL SISTEMA SE NOS CARGARÁ A NOSTR@S... " (AMADEUS)

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